lunes, 7 de septiembre de 2009

Homenaje a Nijinsky, el dios de la danza

De gira: llega la compañía Trànsit

El grupo español trae su obra a la Argentina

Por Constanza Bertolini
De la Redacción de LA NACION

Era niño y mi padre quiso enseñarme a nadar. Me tiró al agua, adonde la gente se bañaba. Caí y me deslicé hasta el fondo. No sabía nadar, pero sentí que el aire me faltaba [ ...]. Comprendí que haría pie y caminé. Llegué a una pared. La pared era derecha. No veía el cielo. Súbitamente, sentí fuerza física y salté. Cuando salté, advertí una cuerda. Me aferré a la cuerda y me salvé.

Nijinsky fue el dios de la danza, un genio incomprendido que bailó poco y, aun así, revolucionó el arte. Muy joven, se volvió loco y pasó años internado. De esos días en el umbral de su enfermedad datan sus diarios, y a ese período esquizofrénico corresponde la foto en blanco y negro que documenta cuando, después de 20 años de quietud, volvió a saltar. Fue un solo salto, como el que una vez dio de niño para no morir ahogado; un salto, en escena, era suficiente para comprender su magnitud.

A partir de la historia de Vaslav, de su lugar clave en los centenarios Ballets Rusos, de sus memorias, de sus obsesiones por la religión, los ojos, el sexo y, por supuesto, de aquella foto, la prolífica coreógrafa catalana María Rovira concibió en 2007 para el prestigioso Festival Grec El salto de Nijinsky. Se trata de un trabajo coreográfico "de danza contemporánea pura y dura", como la mayor parte de su producción, que después de su reestreno el mes último en España llega ahora a la Argentina con una gira verdaderamente inusual para un espectáculo de danza. Justo a partir de hoy, con la función para el Mozarteum, en Rosario, la compañía Trànsit emprenderá una gira por varias ciudades del país (ver recuadro). Irá de salto en salto, porque "un salto se hace para algo, que no es un movimiento gratuito".

Antes de que su grupo ?creado en 1986 y radicado en la localidad costera de Mataró? salga a escena en el teatro Romea de Barcelona, Rovira atiende la llamada telefónica de La Nacion. Se la oye muy entusiasmada cuando cuenta que la noche anterior terminaron llorando tras bambalinas luego de ofrecer una función que vivieron "como cuando el Barça le gana al Real Madrid".

-Es curioso: tenés un copioso repertorio; sólo en 2008 estrenaste ocho obras, pero resolvés seguir mostrando El salto de Nijinsky.

-He sido bastante prolífica, es verdad. Siempre sufro porque cuando acabo de hacer una obra es como cuando tienes un hijo: te enamoras cada vez. ¿Me querrá el otro igual? ¿Me saldrá la otra pieza igual? Y así llevo 25 años pensando que es lo último que hago y cada vez hay algo más. Gracias a Dios, las ideas continúan llegando. Esto es lo que más me alucina de esta profesión. ¿Y por qué Nijinsky? Creo que el espíritu de Nijinsky se me ha manifestado o algo así ?dice, y se ríe con ganase_SEnD. El año pasado, fuimos a Montevideo a montarla y, como buen manager, Juan Lavanga se puso a organizar este tour. Nos encanta ir a la Argentina, conocer tantas ciudades, hacer una gira en autobús por el país. Me siento un poco...

-¿Una estrella de rock?

?Claro, como Priscila, la Reina del Desierto. Les dije: Chicos, vamos a hacer la gira de nuestra vidae. Iremos con un documentalista para rodar un film sobre la compañía que, además, cumplirá 25 años en 2010. Yo empecé trabajando en América latina; el padre de mi hijo es venezolano; he vivido en muchos países latinoamericanos. He estrenado en Nueva York, en la Bauhaus, en Francia, en muchos sitios muy importantes y bonitos, pero América latina es especial. Yo "flipo" cuando los europeos o norteamericanos exigen tanto para bailar, cuando has trabajado tanto por toda América del Sur y ves que hay un talento que, ¡joder!, no es fácil.

Después de semejante declaración de admiración por esta parte del mundo, no resulta tan curioso que Trànsit tenga cuatro créditos locales en sus filas: "Damián Cortes, de Jujuy; Julio Escudero, de Río Cuarto, un tremendo bailarín; Sol Vázquez, de Mar del Plata, hace seis años que está conmigo, y Reinaldo Riveiro, que, aunque es brasileño, hizo toda su formación en la Argentina". Particular, además, es esta visita, porque Rovira ?que estuvo hace unos años trabajando con el Ballet del Mercosur de Maximiliano Guerra en una coreografía que nunca se estrenó, y quien, además, esta temporada iba a crear un Stravinsky para el Argentino de La Plata, pero el plan también se frustró? se irá de Buenos Aires habiendo estrenado.

-Volviendo a la obra, ¿la reestrenás para celebrar un siglo de los Ballets Rusos de Diaghilev?

-Era la ocasión; acá, en España, no se ha hecho nada para celebrarlo. Este país es raro con la danza. Como todo es tan moderno hoy, y mira que yo soy moderna y me encanta la danza moderna, tienen un concepto equivocado. Resulta que dices "Nijinsky" y la gente piensa: "¡Qué anticuado!", cuando los ballets rusos eran una pasada, más que nada como concepto. ¿Qué es lo moderno de un espectáculo multidisciplinario, si Diaghilev se codeaba con Stravisnky, con Picasso? Los precursores de la multidisciplina fueron los Ballets Rusos, que tenían el ingenio de combinar artistas plásticos, arquitectos, músicos. Hay que aprender de lo que se ha hecho; por eso, desde hace un tiempo me dedico a recuperar la memoria de la danza.

La conversación con María Rovira toma caminos interesantes, apasionados, todas cualidades que también se dejan apreciar en su obra. En El salto de Nijinsky todos son Nijinsky, y hay perfumes de Petrushka, de El espectro de la rosa. El trabajo de brazos y manos se despliega importante, y la atmósfera tiene una energía y dinámicas muy atractivas. En Capital se verá gratis, en Parque Centenario. Es un imperdible.

El salto original e inspirador

  • "Para mí, Nijinsky siempre fue una figura emblemática. Cuando se editaron sus diarios, me emocioné en montar un homenaje a este hombre que, en realidad, tuvo una carrera de diez años y después se volvió loco ?cuenta la coreógrafa María Rovira, Premio Nacional de Danza 1998?. Después fui a la exposición de París, donde vi esta foto de Jean Mazon que, definitivamente, me conmovió. En esa serie de imágenes se veía a Serge Lifar, que siempre lo visitaba, haciendo como una clase en la barra, y de repente Nijinsky se paró e hizo este salto. Después no se movió mucho más."

Las fechas

  • Lunes , para el Mozarteum en el teatro Astengo, de Rosario.
  • Miércoles y el jueves . Teatro Real, de Córdoba.
  • Viernes . Teatro 25 de Mayo, de Santiago del Estero.

  • Sábado . Teatro San Martín, en el Septiembre Musical Tucumano.

  • Martes 15. Teatro Mitre, de Jujuy, para Mozarteum.

  • Viernes 18. Teatro Auditorium de Mar del Plata.

  • Sábado 19. A las 20.30, en el Anfiteatro de Parque Centenario, con entrada libre y gratuita. En caso de lluvia, pasa para el domingo 20.
Fuente: La Nación

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