viernes, 5 de junio de 2009

El regreso de Arístides Vargas

Arístides Vargas, de Ecuador a Buenos Aires

La razón blindada trabaja con situaciones de los presos en el penal de Rawson

Llegó a Buenos Aires, esta vez viajando en auto desde Ecuador. Arístides Vargas, el dramaturgo, actor y director argentino exiliado en dicho país en la década del 70 y que, desde entonces ha desarrollado una intensa actividad teatral.

En esta ciudad, a partir de esta noche, se presentará en el Celcit haciendo sólo cuatro funciones de La razón blindada , uno de sus últimos espectáculos. En escena lo acompaña el actor Gerson Guerra.

Aunque anualmente llega a Mendoza a visitar a su madre, ya anciana, poco se estaba dejando ver. En los años 90 dio a conocer Nuestra señora de las nubes, en el Cervantes, y aquella aparición le posibilitó al público porteño tomar contacto con su creación y con su grupo Malayerba. Nació en Córdoba, pero de muy niño su familia lo llevó a Mendoza y ahí creció y se formó hasta que, durante la dictadura, debió emigrar y en Ecuador encontró su lugar en el mundo.

La razón blindada tiene un germen muy conmovedor. Su hermano Chicho Vargas estuvo detenido en el penal de Rawson en los años 70 y Arístides, en cierta oportunidad, tomó contacto con una anécdota particular: los presos hacían teatro sentados, uno frente al otro, mientras eran controlados por los guardias del penal. De esas narraciones y de una ficción que plantea La verdadera historia de Sancho Panza , de Frank Kafka, partió el autor para recrear su nueva historia.

-Es raro verte en Buenos Aires y, sobre todo, presentando uno de tus espectáculos.

-No sé por qué no vengo. Debe haber alguna razón o debo intuir alguna razón de carácter emocional, pero este año decidí reconciliarme con algunos lugares. Estuve en Lima, que era una ciudad totalmente hostil para mí y que me traía muy malos recuerdos. Y ahora estoy acá. Viví en Buenos Aires unos meses, en la Argentina de hace muchos años, y no guardaba buenos recuerdos. Pero las ciudades no son nada. Son nuestra interiorización de los espacios, nada más. Las ciudades son nuestros estados emocionales y entonces, estoy aquí, encantado. El tiempo suele ser un factor curativo que nos recompone, nos ayuda y nos reintegra.

-¿Observás la ciudad de una manera distinta?

-Esta es la segunda vez que actúo acá. Seguramente estoy respondiendo a ese espíritu fragmentado de muchos argentinos. Siempre consideré que esta ciudad es muy estimulante y extraordinaria. Lo que me pasó en la Argentina me hace tener una actitud un poco distante, porque siempre es así con los espacios donde fuiste castigado por alguna razón. Pero como ando en plan de reintegración, acá estoy.

-¿Por qué elegiste La razón blindada para este reencuentro?

-Porque es una obra en la que jugamos con elementos que tienen que ver con este país. Todas mis obras están relacionadas con la Argentina. De alguna manera eso se da desde La edad de la ciruela hasta Jardín de pulpos . En esta última subyace como tema la familia mítica, perdida, lejana, ausente totalmente y, de pronto, me pregunté por qué y la respuesta salta a la vista. A los 20 años perdí toda relación con el país, la familia, la nacionalidad, la cultura. He estado fuera 30 años y uno trata de hacer presente la ausencia.

En Ecuador, Malayerba acaba de estrenar, con dramaturgia y dirección de Vargas, De un extraño color blanco , un trabajo a partir de un texto narrativo del ecuatoriano Pablo Palacio, "uno de los primeros hombres de América latina que comienza a situar su literatura en el campo urbano", cuenta el director. "Es un autor con el que quise trabajar siempre. Es raro, pero creo que es de la familia. Está muy cerca de lo que considero la contemporaneidad. De esa especie de locura, donde el disimulo y el simulacro reemplazaron los sentimientos más genuinos; donde los políticos y la política fueron adulterados a tal punto que, de una forma totalmente desencajada, ganaron el espacio al teatro, porque hacen más teatro del que podemos hacer los actores. Entonces, los actores tenemos que replantearnos lo real de una forma diferente a la que los medios de comunicación, la política y la vida cotidiana lo plantean. Hay que plantear un teatro que se relacione con la vida de otra manera".

Carlos Pacheco

Para agendar

La razón blindada, de Arístides Vargas, por el grupo Malayerba

Celcit, Moreno 431. Viernes, a las 21; Sábado, a las 20 y 22; y el Domingo, a las 19.

Fuente: La Nación

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