Me llamo... Bertolt Brecht
Libro y dirección: Samy Zarember. Con A. Toker, S. Zarember y E. Michel.
Por Luis Mazas
En blanco y negro, las viejas imágenes fílmicas testimonian, sobre la pantalla de fondo, la aniquilación sistemática de las minorías durante la Alemania nazi. El tiempo facilita el olvido, desdibuja las certezas que fueron incontrovertibles. Así, en la duda que algunos aún siembran sobre la impiedad del Holocausto, se mantiene activa la lección de Goebbels en cuanto a influir, contaminando de dudas la opinión de las conciencias débiles. Todo espectáculo que se oponga a esa pregnancia manipuladora de la conciencia colectiva es útil. A esto apunta Me llamo... Bertolt Brecht, un espectáculo de cámara dirigido por Samy Zarember sobre su propio guión de continuidad en que desgrana canciones, poesías, algún ligero paso teatral y acerca la innegable prueba fílmica documental del irresistible ascenso del nacional socialismo, el apogeo de Hitler, su caída.
Zarember da primer plano a los tres actores que referencian lo proyectado en pantalla y funcionan como mediadores: Alicia Toker, Ernesto Michel y el mismo Zarember, tres personajes puestos en una zona de tránsito cargando las valijas del que emigra y huye ante los terrores y miserias del Tercer Reich. La situación dramatúrgica, acaso en exceso escueta, siempre referencial a la memoria de un exterminio sistemático, retenida en el celuloide, alude a la diáspora del Pueblo de Dios, en particular su peregrinar por consulados en busca de la visa salvadora. El segundo movimiento de la dramaturgia corre la atención hacia los años posteriores a la guerra caliente, los ’40 y ’50 en Estados Unidos. Ya no son sólo los judíos como judíos los acosados, sino todos, bajo sospecha de actividades comunistas.
La Inquisición de turno será entonces el Comité de Actividades Antiamericanas presidido por McCarthy. Unir ambas partes en el espectáculo universaliza la denuncia. El mensaje del libreto de Zarember apela al pensamiento, la poética de Brecht y aun a su “método” de alerta viva y de movilización. Aún hoy la lucha de clases, de etnias y religiones, amasadas en confuso mix, sirve de excusa a otros fines políticos y económicos espurios. Acaso frente a esto, el “mensaje” de Zarember resulte general, pero en su eminencia de peligro instala un teatro de alerta en defensa de la libertad general e individual para el mundo. Y es allí donde halla su absoluta justificación.
MULTIESPACIO LOS ANGELES
Corrientes 1764 Capital Federal
Web: http://www.espaciolosangeles.com.ar
Entrada: $ 40,00 - Viernes y Sábado - 20:00 hs - Hasta el 28/11/2009
Fuente: El Argentino
Libro y dirección: Samy Zarember. Con A. Toker, S. Zarember y E. Michel.
Por Luis Mazas
En blanco y negro, las viejas imágenes fílmicas testimonian, sobre la pantalla de fondo, la aniquilación sistemática de las minorías durante la Alemania nazi. El tiempo facilita el olvido, desdibuja las certezas que fueron incontrovertibles. Así, en la duda que algunos aún siembran sobre la impiedad del Holocausto, se mantiene activa la lección de Goebbels en cuanto a influir, contaminando de dudas la opinión de las conciencias débiles. Todo espectáculo que se oponga a esa pregnancia manipuladora de la conciencia colectiva es útil. A esto apunta Me llamo... Bertolt Brecht, un espectáculo de cámara dirigido por Samy Zarember sobre su propio guión de continuidad en que desgrana canciones, poesías, algún ligero paso teatral y acerca la innegable prueba fílmica documental del irresistible ascenso del nacional socialismo, el apogeo de Hitler, su caída.
Zarember da primer plano a los tres actores que referencian lo proyectado en pantalla y funcionan como mediadores: Alicia Toker, Ernesto Michel y el mismo Zarember, tres personajes puestos en una zona de tránsito cargando las valijas del que emigra y huye ante los terrores y miserias del Tercer Reich. La situación dramatúrgica, acaso en exceso escueta, siempre referencial a la memoria de un exterminio sistemático, retenida en el celuloide, alude a la diáspora del Pueblo de Dios, en particular su peregrinar por consulados en busca de la visa salvadora. El segundo movimiento de la dramaturgia corre la atención hacia los años posteriores a la guerra caliente, los ’40 y ’50 en Estados Unidos. Ya no son sólo los judíos como judíos los acosados, sino todos, bajo sospecha de actividades comunistas.
La Inquisición de turno será entonces el Comité de Actividades Antiamericanas presidido por McCarthy. Unir ambas partes en el espectáculo universaliza la denuncia. El mensaje del libreto de Zarember apela al pensamiento, la poética de Brecht y aun a su “método” de alerta viva y de movilización. Aún hoy la lucha de clases, de etnias y religiones, amasadas en confuso mix, sirve de excusa a otros fines políticos y económicos espurios. Acaso frente a esto, el “mensaje” de Zarember resulte general, pero en su eminencia de peligro instala un teatro de alerta en defensa de la libertad general e individual para el mundo. Y es allí donde halla su absoluta justificación.
MULTIESPACIO LOS ANGELES
Corrientes 1764 Capital Federal
Web: http://www.espaciolosangeles.com.ar
Entrada: $ 40,00 - Viernes y Sábado - 20:00 hs - Hasta el 28/11/2009
Fuente: El Argentino
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