viernes, 13 de noviembre de 2009

"Siento que volví"

PRESENTE Y FUTURO NARRA EN "HIROSHIMA" UN DÍA EN LA VIDA DE UN JOVEN. Y FILMARÁ "TRES", PROYECTO QUE TENÍA CON REBELLA.

Entrevista Pablo Stoll, el codirector de "Whisky" presenta "Hiroshima", su regreso tras la muerte de Juan Pablo Rebella.

Por: Miguel Frías

Para Pablo Stoll, presentar Hiroshima en la competencia latinoamericana de Mar del Plata no es simple. Por un lado, se trata de una película experimental, de mucho riesgo. Por otro, es su debut "solista", tras el suicidio (en 2006, a los 32 años) de Juan Pablo Rebella, con quien codirigió: 25 Watts y Whisky, filmes que renovaron al hoy interesante cine uruguayo. "Me siento raro. Necesitaba hacer esta película para seguir adelante. Creo que a Pablo (así llama a Rebella) le habría gustado. De alguna manera está presente. Hiroshima tiene dos temas musicales de él y a todos sus amigos".

Antes de la muerte de Rebella, ambos preparaban la comedia Tres, una producción estilo Whisky. "Después del shock no supe cómo seguir -recuerda, sin sentimentalismo-. Antes, le había dicho a Pablo que quería hacer Hiroshima. Logré rodarla en 14 días, con diez personas. Hoy siento que volví: voy a empezar a filmar Tres en agosto. Pasé momentos difíciles. Hice un programa de humor en tele, escribiendo y actuando. Me tomó tiempo decidir cómo iba a seguir mi camino. Mi relación con el cine era anterior a mi amistad con Pablo. Ahora pude retomarla".

Hiroshima, un lánguido día en la vida de un joven, filmada con planos largos, está basada en un raro dispositivo cinematográfico: en la película se oye el sonido ambiente -trabajado de un modo exquisito- y la música -que escucha y canta el protagonista-, pero jamás los diálogos, que son reemplazados por carteles en blanco y negro. "El protagonista es mi hermano Juan, que es músico. Un tipo callado, que se expresa a través de sus canciones. Quise transmitir su mundo interior y la relación que tiene con el afuera. Las palabras no son su fuerte"

En rigor, sí hay voces humanas: en una secuencia en la que Juan mira filmaciones familiares en Súper 8. "Son muy antiguas, caseras. Las tomaron mi viejo y tal vez mi abuelo. Aparezco yo a los 11 años. Me gustó que quedaran aquellas voces, algo aceleradas, del pasado. Con el sonidista hicimos un laburo muy grande. Es una película muy de sonidista. Un musical mudo. Con temas de bandas uruguayas que ni siquiera son consideradas como del under. La palabra, en Hiroshima, es tierra arrasada".

Cuando se le pregunta en cuánto influyeron él y Rebella para darle una impronta de humor melancólico al cine uruguayo, responde: "Creo que no influimos. Nuestro estilo no es deliberado. Surge de un grupo de amigos que hacemos cine. De ese grupo, además, nacieron Acné, La perrera o Gigante. Pero no somos un movimiento, ni tenemos un decálogo de cómo filmar. En Uruguay hay protocineastas que ahora nos pegan duro: dicen que damos una imagen que no representa a lo uruguayo, que estamos arreglados con los festivales. Una teoría conspirativa. Así que existe una interna en un mundo tan chiquito. A mí me resulta graciosa. El tema de la celeste es siempre complicado". «

Hoy, 13/11 a las 15.30, en el Teatro Colón

Fuente: Clarín

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