
En la Legislatura porteña. La dramaturga pidió medidas de gobierno para tener una ciudad "más equitativa"
No es como ciudadana ilustre que quisiera agradecer este honor, sino como una ciudadana común, atenta y preocupada por las soluciones que la ciudad necesita. Todos sabemos que Buenos Aires, tan hermosa en sus zonas privilegiadas, también es terrible en aquellas donde la pobreza, el abandono y la marginación, son implacables y evidentes con sus niños en la calle, sus villas, sus habitantes sin techo, sus hospitales y escuelas con personal mal remunerado, y en deficientes condiciones edilicias", dijo ayer Griselda Gambaro en el acto en el que se la reconoció como Ciudadana Ilustre en la Legislatura porteña.
La reconocidísima dramaturga y novelista -y autora de obras como La malasangre, Antígona furiosa y Ganarse la muerte -prohibida durante la última dictadura militar- recibió su medalla y su diploma de manos del diputado Facundo Di Filippo (Coalición Cívica). El funcionario subrayó su compromiso con su arte y con su época, no sólo como autora de teatro sino desde lo civil.
Concisa y contundente, Gambaro se dirigió a las autoridades legislativas y ejecutivas porteñas con un discurso de esos que se escuchan con mucha atención y se aplauden con intensidad.
"El pulso de esta ciudad late desparejo, en barrios donde las condiciones respectivas crean segmentaciones socialmente injustas y desafortunadas", aseguró, y remarcó la problemática de la polución ambiental, tanto como visual y auditiva, así como la mendicidad y la drogadicción de chicos y adolescentes. Además, subrayó que las decisiones del Poder Ejecutivo representan "una piedra que entorpece el trabajo de los profesionales" en el área de la salud mental.
"De la Legislatura y del Ejecutivo dependen las soluciones. Y la inercia, que provoca muchas dificultades, con la excusa de que los problemas provienen de gestiones anteriores". A ellos, les exigió "leyes y decisiones de gobierno, que no sean sólo multas, aumentos impositivos o soluciones a corto plazo, sino planes con vistas al presente y al futuro de una Buenos Aires socialmente equitativa".
El acto, realizado en el Salón Dorado, fue presenciado por más de 50 personas, que homenajearon a Gambaro con varios ramos de flores y muchos abrazos. Entre ellas estuvieron la dramaturga Laura Yusem, el director teatral Silvio Lang y los editores Daniel Divinsky y Kuki Miler (De la Flor); además, se leyó una carta de Tito Cossa, en representación de Argentores, en la que se la reconocía por su compromiso y por su trayectoria.
"Para que este honor que me otorgan sea verdadero y no ceremonia halagadora, sólo espero, como ciudadana común, la política que esta ciudad reclama; para que Buenos Aires por fin nos enorgullezca, como a mí me enorgullecerá realmente entonces este reconocimiento, que hoy recibo con gusto, con agradecimiento, pero también con cierta reticencia", concluyó Gambaro, cerrando su discurso y abriendo el último -y larguísimo- aplauso.
Fuente: Clarín
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