viernes, 6 de noviembre de 2009

El regreso de Escombros: entre la calle y el museo

"Artistas de lo que queda"

Tras un año de ausencia, el grupo platense exhibe a partir de hoy una retrospectiva de su obra y presenta dos nuevas piezas, en lo que podría ser una de sus últimas muestras institucionales. Planean "volver a las calles y a los no lugares".

El grupo platense Escombros-Artistas de lo que queda, integrado por José Altuna, Claudia Castro, Luis Pazos y Héctor Puppo expone a partir de hoy en el Centro Cultural Bicentenario (5 n° 531 e/ 43 y diag. 74). La muestra, que presentará nuevas instalaciones y hará un recorrido por la trayectoria del colectivo artístico, se inaugurará a las 19, y estará allí hasta el 1ro de diciembre con entrada libre y gratuita.

Escombros no presenta sus obras desde hace un año: “Quizás en el futuro también volvamos a los no lugares, no pensábamos que íbamos a entrar nuestras obras a los museos y eso finalmente se dio, pero en realidad pertenecen a la calle”, señaló en diálogo con Hoy José Altuna. Desde sus inicios, Escombros mantienen intacto su carácter de colectivo de arte en el que no se reconocen individualidades. “Nuestro arte sigue vigente porque la gente se identifica con lo que hacemos, nuestro arte no es para intelectuales ni para artistas, es de la gente, intentamos interpretar a la sociedad”, entendió Altuna.

En esta nueva muestra, Escombros presentará dos creaciones inéditas: un homenaje a Miguel Brú, estudiante de periodismo asesinado en 1993, una obra que obliga al ejercicio de la memoria al público, para no olvidar la impunidad que rodeó su muerte; y otra llamada El gran guiso argentino. Sobre esta última, Altuna explicó que “la teníamos en carpeta desde hace 15 años y recién ahora la hicimos”.

Es que, según explicó, el grupo mantiene cientos de ideas en estado latente, esperando por su nacimiento. Muchas, inclusive, se archivan o terminan sin concretarse. “Tenemos muchísimos bosquejos que replanteamos con el tiempo, en diferentes ópticas, hasta que las hacemos”, aseguró. El hilo conductor de sus años de arte, sin embargo, se mantiene intacto: “tratamos temas universales que atraviesan a todos los seres humanos que viven en la ciudad, como el hambre, la injusticia, la violencia, los desaparecidos, y la lista continúa”.

Historia del Grupo

Escombros es hijo de la crisis: nace en 1988 en plena hiperinflación. El lugar de su nacimiento, como corresponde a un grupo de arte callejero, fue debajo de la autopista de Paseo Colón y Cochabamba. En esa circunstancia expusieron Pancartas I: 15 fotos, en blanco y negro, que mostraron las performances realizadas por el grupo. El público fueron los taxistas que paraban, curiosos, al ver en medio de una montaña de escombros no sólo habían fotos montadas sobre pancartas y clavadas en la tierra, sino una mesa con un mantel blanco, botellas de vino y copas. Y por supuesto, los que vivían en los alrededores: linyeras y homeless.

De esa primera experiencia, que se repitió en una cantera abandonada en Hernández, una localidad cercana a La Plata, surgió el primer manifiesto: La Estética de lo Roto. “Somos la estética de la violencia expresiva. Una estética que se basa en la forma rota (el cuerpo crispado); la forma inerme (el cuerpo desnudo); la forma oculta (el rostro velado);
el no-color (uso excluyente del blanco y negro)”, explicaban.

Esta etapa, con sus distintas expresiones y líneas de investigación, duró hasta el año 2003 y se caracterizó, a pesar de sus variantes y búsquedas, por tener una serie de características comunes: las obras se hicieron en no-lugares: una calera dinamitada, una fábrica cerrada, un arroyo contaminado, etc.; todas las creaciones fueron colectivas y efímeras; se usó material descartable; participaron todos aquellos que desearon hacerlo, convirtiéndose de esta manera en co-autores; mostraron siempre la condición del hombre argentino: la extrema pobreza y la desigualdad social; nunca se comercializó lo realizado; el material usado fue donado a Hogares de chicos de la calle para que lo vendieran y compraran ropa o comida; nunca dependieron de un organismo oficial, partido político o empresa privada.

Quince años después de haber nacido, Escombros inició una nueva etapa en su historia: ingresó su arte a una galería, con metáforas visuales, en realidad, que expresan su visión del país y del mundo. El hambre, la desnutrición infantil, la extrema pobreza,la injusta distribución de la riqueza -que la Iglesia argentina calificó de escandalosa desigualdad-, la expresaron a través de obras como La Deuda Externa: un carro de cartonero pintado de color oro, o La Desigualdad: una Villa Miseria asentada sobre una pirámide de barras de oro.

Paralelos a las acciones, instalaciones y objetos, fueron publicando manifiestos donde volcaron a través de aforismos su posición frente a los problemas que acosan a los argentinos y a los latinoamericanos en general.

Fuente: Hoy

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