viernes, 13 de noviembre de 2009

El milagro del pop

El milagro del pop

Este domingo 15 de noviembre, Leo García se presentará en Biguá, calle 54 entre 5 y 6, a las 20, puntual.

Esperando su actuación en La Plata, el músico habló sobre todo: el fin del mundo, su cambio de Morrissey a Boy George, su último disco y sus novedosos planes promocionales.

Sin duda Leo García es uno de los mayores exponentes del pop electrónico de nuestras tierras. Temprano militante de la canción, a inicios de los ‘90 formó Avant Press, una banda tecno con la cual teloneó reiteradas veces a Soda Stereo. Colaboró como guitarrista con su amigo Gustavo Cerati, se convirtió en solista y dio a luz hits como Morrisey, Reírme más o Isla. Interpretó acertadamente temas de Gilda y hasta compuso canciones muy famosas, que hoy pocos le atribuyen. Sobre todo esto y mucho más hablamos con Leo, mientras esperamos su presentación en La Plata...

-¿Cómo nació El milagro del pop?

-Surgió por acumulación, tenía mucho material y hacía 3 años que no sacaba nada. Había trabajado en dos posibles discos que estaban sin editar y muchas canciones nuevas. En medio de la gira de Soda Stereo, la empresa que trabajaba con ellos me propuso hacer un álbum en cuotas, para descargar vía internet. Lo vi como una especie de liberación de la presión de tener que vender cds. Pensé: “Y bueno, regalemos todo por la red y después materialicémoslo en una caja de 60 canciones”. Claro, hacerlo lleva tiempo, es un material que exige gran detalle.

Finalmente saldrá todo junto el año próximo, los temas repartidos en 4 discos, con quince temas cada uno. El primero es El milagro del pop; el segundo, El milagro del amor, que tendrá 15 canciones románticas; el tercero es dance, bailable, con remixes; y el cuarto es mi favorito, se llamará Poptropia, y tendrá un toque oscuro, muy nuevo, será un disco a partir del cual cambiará el sonido de Leo García y comenzará una nueva etapa. Sólo mil copias, quinientas para las disquerías y quinientas para promocionar por internet. Mediante un llamado telefónico la gente podrá comprarlo y una persona se lo llevará a la puerta de su casa. Es un material en el que realmente creo. Sacaré capa y espada para defenderlo. Es como mi Salmón (risas)... mi tiburón.

-Hay un tema en el que decís: “Cambié a Morrissey por Boy George”. ¿Cómo es eso?

-Esa canción podría haber entrado en algún disco anterior. Allí hablo de mí, de lo que voy viviendo... La idea es que en vez de comportarme como Morrissey me estoy comportando como Boy George. Cuando hablaba de Morrissey en realidad hablaba simbólicamente de alguien...

-También decís: “Somos sobrevivientes de la pasti party, los años ‘90 y los años 2000”... ¿Cómo te imaginás, de acá a 10 años, a toda esta generación?

-Y... en 10 años yo creo que no va a haber más nada. Porque en 2012 se acaba el mundo.

-¿En serio creés eso?

-Es en lo que creo ahora (risas).

-Hace poco nos enteramos, por algunas declaraciones que hiciste, que eras el autor del popular hit La isla del sol. ¿Qué historia hay detrás de ese tema?

-Por un lado tenía mi banda, Avant Press, en ese momento. Por otro, laburaba en los compilados de Oíd Mortales (Verano del ‘93, ‘94) con DJ Deró y toda esa movida. Participaba en las producciones, aportaba mis ideas y componía melodías. Vivía junto con mi banda a la vuelta del estudio, todos juntos, y había que sacar la guita de algún lado, y yo estaba con eso. También grabé muchísimas versiones de temas populares del rock nacional, muchas cosas comerciales. Todo por trabajo. Me pedían que formara parte de la discográfica, pero yo estaba en otro palo. Por gusto propio estaba Avant Press. Cuando grabé La isla del sol lo hice por plata. Pensé: “Esto es un laburo, un tema que no me representa”. Después me di cuenta que la canción era buena, y que había quedado en la gente. Me llamaban de Ritmo de la noche, el programa de Tinelli de entonces. Nunca fui. Me acuerdo que también había que cantarla en vivo en un festival en Obras, y yo cantaba detrás de una cortina y otro hacía la mímica en el escenario. A eso llegué (risas). Cerati me dijo: “¡Pero vos grabaste ese tema!”, y de a poco me fui despertando. Una amiga me explicó que la gente siente la fantasía de estar en una isla soleada al escucharlo, y todo eso terminó convenciéndome, y empecé a tocarla en vivo. Ya los Miranda la habían agarrado, como manotazo de ahogado, para tener más hits. Empecé a decir que el tema era mío porque pensé que era algo que había que decirlo. ¡Qué ingenuidad! No ver que podía ser un hit... ¡y en cualquier momento! Esa canción es un hitazo y quizá no la supe explotar. Pero, por otro lado, pienso que nunca fui un tipo oportunista al máximo como para querer convencer a todos. Salió antes que Morrisey, y hoy en día la gente no sabe que es mía y la grabé yo. Hasta surgió algo curioso y bastante patético: el grupo El Símbolo le hizo la grabación con mi voz, la presentaban en vivo en México y todos los lugares. Si quisiera, les podría hacer un juicio y les saco todo, pero yo no hago juicios. Hasta eso pasó, la gente quiere tener el hit y al no conseguirlo, bueno... es como una canción violada, una hermosa mujer violada por todos, menos por mí que la hice (risas).

-¿Cuál es tu relación con la ciudad de La Plata?

-A La Plata siempre fui, incluso en mis comienzos como músico. Es cuna de talentos, tal vez por la energía de la gente joven en las universidades. Me gusta porque es una de las pocas ciudades que tiene como movida estable el ir a ver bandas, en Capital ya no sucede tanto y en otros lugares tampoco. Un lugar importante para el rock, de ahí salieron los más grandes, que ya ni siquiera se puede decir que son platenses, porque le pertenecen directamente a la Argentina.

Fuente: Hoy

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