lunes, 23 de noviembre de 2009

Comenzó la quinta Muestra Ambulante

En Meridiano V

Algunos ofrecen sus garajes, otros las terrazas y los pasillos; y hasta hay quienes se entusiasman en abrir las puertas de sus hogares para albergar la cultura del barrio e interactuar con los vecinos. La propuesta se extiende a todo el barrio hasta el 5 de diciembre.

Algunos ofrecen sus garajes, otros las terrazas y los pasillos; y hasta hay quienes se entusiasman en abrir las puertas de sus hogares para albergar la cultura del barrio e interactuar con los vecinos.

Aunque no son los únicos. La propuesta se extiende a todo el barrio, y los comercios se sumaron a esta movida cultural que data del año 1995, cuando se realizó por primera vez. Las calles son otras de las protagonistas que se transforman en escenarios de artistas.

Ese es el fin mismo de la Muestra Ambulante 5, que comenzó este sábado 21 y tendrá lugar hasta el 5 de diciembre en el barrio Meridiano V, de la Vieja Estación.

El inicio arrancó con la fiesta de apertura en el Galpón de Encomiendas de 17 y 71, después de las 22, con la presentación de Alex Gretto, Pollera Pantalón y Dj Ruso.

Impulsada por el Grupo La Grieta y el Colectivo de Gestión Cultural Medio Limón, la Muestra Ambulante es un encuentro artístico, que propone diálogos y nuevos usos y sentidos a espacios transitados cotidianamente como lo son los negocios, garajes y calles de un barrio.

Músicos, pintores, bailarines, actores, poetas, jugueteros, grabadores, fotógrafos y otros creadores realizan actividades en las calles del barrio, las veredas, los comercios y las casas de los vecinos.

Fabiana Di Luca, integrante del Grupo La Grieta, se refirió a Diagonales sobre el sentido que esta movida cultural tiene para el barrio y para la ciudad en especial.

–¿Cómo fueron las primeras muestras?

–El origen fue en el año 1995, el sentido tuvo que ver con la cuestión de acercar las expresiones artísticas a la vida cotidiana de las personas, que el arte pudiera estar más cerca del cotidiano de la gente, que no haya que ir hasta un museo o hasta una galería para poder ver un cuadro.

Nosotros advertíamos que había como un distanciamiento entre quienes producen una obra y quienes pueden verla. Los que van a ver una muestra, en general, son gente del mismo ambiente. Ese era un poco el motivo, provocar un acercamiento entre el arte y el cotidiano de cualquier persona que no necesariamente está vinculada al mundo del arte, eso por un lado.

Y por otro, también correr el eje de los espacios. Generalmente los espacios donde se exhibe arte, están vinculados a algunas instituciones que habitan en el centro de la ciudad, en los circuitos centrales. Traerla a un barrio, que en ese momento era periférico, donde no existía ninguno de los bares que hoy en día están y colmados de gente, un poco era el sentido de hacer un corrimiento del centro hacia los márgenes o hacia la periferia.

–¿Cómo fue la participación de la gente a lo largo de las muestras?

–Cuando se hizo la segunda muestra (en el 2005) hubo cinco garajes. En la tercera diez, en la cuarta quince y este año hay treinta y cuatro. Así que, si se analiza en términos numéricos ha crecido bastante.

–¿Cómo manejaron el tema de la inseguridad?

–Fue una cuestión que al principio generó más dificultad a la hora de dialogar con los vecinos, el miedo a abrir su espacio. En la muestra se genera un estado, un ambiente, una gran burbuja donde queda todo detenido. Nadie tiene miedo que los chicos anden solos en la calle y de abrir la puerta de sus casas a desconocidos. Nunca ha sucedido nada por suerte y esperemos que no pase. En realidad la muestra intenta desafiar eso. Esta paranoia que nos condiciona bastante.

Fuente: Diagonales

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