martes, 1 de septiembre de 2009

Hedda Gabler, según la mirada de Veronese

Hedda Gabler-Daniel Veronese

Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo, de Daniel Veronese, versión de Hedda Gabler, de Henrik Ibsen. Intérpretes: Claudio Da Passano, Silvina Sabater, Elvira Onetto, Fernando Llosa y Marcelo Subiotto. Adaptación escenográfica: Franco Battista. Asistencia de dirección: Felicitas Luna. Dirección: Daniel Veronese. En El Camarín de las Musas.
Nuestra opinión: buena

Si hay algo que define a los personajes femeninos de Ibsen es, sin duda, su complejidad, algunas con dobleces siniestros; otras, víctimas de un destino que se les impone. Claro que no hay que olvidar que eran protagonistas de una historia social represora y al mismo tiempo gestora de nuevos cambios.

Hedda Gabler , innegablemente, es tan compleja como insatisfecha. Tiene un perfil psicológico en el que la obsesión por manipular a los demás es evidente. Enfrentada a una realidad mediocre que rechaza, sólo los seres que la rodean le permiten asumir por momentos el poder de decidir sobre la vida de los demás. En esta versión realizada por Daniel Veronese se suprimieron personajes, situaciones y diálogos para quedarse con un esqueleto argumental que fue vistiendo con una mirada dramática contemporánea.

Ahí está Hedda, casada con un hombre que no ama, pero le conviene porque lo puede manejar. Otro hombre que fue su amante es una sombra que embriaga la lucidez de ella. Cuenta a su favor, o tal vez en contra, que es talentoso e independiente.

La trama es muy pequeña y de relativa importancia porque sólo sirve para indagar en la psiquis de los personajes, especialmente en la protagonista, y volcar no sólo sus pensamientos, sino también los sentimientos, exteriorización que se logra a partir de las actuaciones.

Allí está Silvina Sabater, con una dualidad que juega acertadamente: soberbia y atemorizada; Claudio Da Passano, un hombre que quiere ser merecedor del amor de su mujer, pero sus debilidades lo superan. El tercero es Fernando Llosa, un letrado que es sensible para percibir los temores ajenos y le facilita manipular las situaciones, además de beneficiarse con ello. Elvira Onetto y Marcelo Subiotto (a quien a veces no se le entiende lo que dice), interpretan a las víctimas, seres que son despojados de lo que más quieren sin darse cuenta.

Una interesante propuesta de Veronese, por sus indagaciones psicológicas, que instala las acciones en un espacio insólito, si se considera que es la escenografía de otra obra que reproduce un living.

Susana Freire

Fuente: La Nación

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