lunes, 14 de septiembre de 2009

El arte que atraviesa

Arte y politica

Artistas Solidarios exponen en el Museo de Arte y Memoria de La Plata. Un recorrido artístico por la historia, mirada de manera crítica

Muchos cuestionan la relación entre arte y política. En realidad lo que pueden estar juzgando son las ideas políticas que determinadas obras quieren transmitir, o su uso como panfleto partidario. Pero después de todo, las representaciones que aparecen en las obras de arte, planteadas de manera sutil o cruda, con el fin de reproducir o criticar algún aspecto de la “realidad”, siempre están de alguna forma haciendo política, planteando una posición, una mirada social. Incluso aunque el artista no se lo haya propuesto, esta cuestión lo excede por ser un ser cultural y estar inmerso en un contexto determinado.

Artistas Plásticos Solidarios es un grupo de artistas argentinos que se propusieron juntarse con un motivo artístico-político claro. Nada menos que León Ferrari, Felipe Noé, Adolfo Nigro, Juan Carlos Romero, Ana Maldonado, Diana Dowek y Ricardo Longhini. A todos los une este profundo sentimiento de solidaridad social, de crítica a las políticas de muerte, guerra y tortura y una capacidad especial de transmitirlo usando diferentes técnicas plásticas que sacuden, conmueven, despiertan.

Y exponen de manera colectiva porque en su lucha buscan romper con el individualismo, el desinterés por lo colectivo propiciando la formación de redes de artistas. Juntos llevan su muestra a aquellos lugares en donde se denuncian injusticias, espacios no convencionales para el arte, “llevan el arte a la calle y la calle al arte”, como se expresa en el catálogo de la exposición que llegó a La Plata y se ubicó hasta el mes de octubre en el Museo de Arte y Memoria (calle 9 e/ 51 y 53).

Dowek proyecta sobre una tela en relieve una fotografía de una pintura que retrata a jóvenes tirados en la calle durmiendo, cansados después de una larga marcha. Ferrari sintetiza en Gaza, un collage sobre tela, su mirada sobre los sangrientos acontecimientos en esa parte del mundo. Recortes de noticias de periódicos, fotos y texto escrito a mano en distintos tamaños, chorreados de rojo y negro, configuran un estilo crítico en donde se conjugan sentimientos de dolor con pensamientos. Nigro también utiliza el collage pero con un estilo más americanista.

El collage funciona como metáfora de su visión anticapitalista, que incluye al mundo del mercado del arte. Longhini, denominado por alguno como “delincuente de belleza”, construye sus piezas con materiales u objetos retirados del ambiente que combina con un aire melancólico. En su obra aparece un análisis del hoy desde el ayer. Maldonado juega con las figuras en tres dimensiones que acentúan el sentido de impacto, como el hombre sin cabeza, vaciado por dentro, sentado en una silla, o las piernas que sobresalen del cuadro del joven militante del Cordobazo, que apunta con una gomera usando una remera con el rostro del Che. Felipe Noé vuelca su pasión en sus pinturas, así como se aprecia en La memoria el rostro de un hombre avasallado por los colores de un pasado de líneas intermitentes y un presente de ojos bien abiertos. Y Romero, que acude a la impresión digital en Sangre y barro 1,2,3…, de 2009, a modo de esténcil callejero escribe las paredes del museo con frases cortas pero contundentes.

Cada uno trae consigo un recorrido formativo particular y, sobre todo, biografías vinculadas al compromiso político y social. Sostienen ideales firmes y profundas convicciones que los mueven a luchar, a pintar, a desarrollar obras de arte. El artista siempre tiene un motor para expresar, para decir, para comunicar, aunque provenga simplemente del placer, que no deja de ser un motivo.

Lo mejor de esta muestra es la explosión de intencionalidad. Artistas que sienten, que ven y no sólo miran, conscientes y con un asombroso espíritu de lucha por un cambio real. Hay que dejarse atravesar por sus obras, porque sin reacción no hay vida.

Leticia Lozano

Fuente: Hoy

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