sábado, 19 de septiembre de 2009

Despareja investigación sobre el espacio escénico

Al ras..., la última propuesta de Roxana Grinstein

Al ras o "de nada sirve que corras cuando el incendio va contigo". Intérpretes: Solange Courel, María Victoria Mollins y Cecilia Pugín. Vestuario: Mariana Tirantte. Escenografía e iluminación: Marcelo Alvarez y Mariana Tirantte. Música: Marcelo Moguilevsky. Coreografía y dirección: Roxana Grinstein. Los viernes, a las 21, en El Portón de Sánchez.
Nuestra opinión: regular

Espacio vacío. Tres hileras de focos colgando marcan tres calles con sus respectivos puntos de fuga. La música de Marcelo Moguilevsky cautiva. Allá, al fondo, tres bailarinas observan, a poco centímetros del piso, a los que estamos sentados en las butacas. Al ras, como dice el mismo nombre del espectáculo. Como espectador también dan ganas de observar la propuesta a pocos centímetros del piso.

Así las cosas, la coreógrafa Roxana Grinstein se apodera del espacio con un propuesta de carácter, de peso. Al ras o "nada vale que corras cuando el incendio va contigo" , nombre completo de la obra, avanza mientras las tres bailarinas se van acercando al público. Cuando luego de varios minutos llegan al borde del escenario, también ubicado al ras del piso del teatro, quedan como colgando, como si estuvieran en lo alto de una pared y uno, como espectador, las estuviera viendo desde vaya uno a saber dónde. En ese juego de extrañas perspectivas se arman situaciones de una enorme magia y sugestión en las que la escenografía y el dispositivo lumínico de Marcelo Alvarez y Mariana Tirantte son, junto a la música de Moguilevsky, son partes fundamentales y constitutivas de este bello andamiaje.

Pero todo eso, de a poco, se desvanece a medida que las tres intérpretes se ponen de pie. Hasta comienzan a evidenciarse las diferentes capacidades entre ellas junto a un vestuario que tampoco ayuda. La magia inicial va perdiendo efectividad frente a una serie de movimiento que intentan dar cuenta de la falta de espacio en lo cotidiano. Claro que, en ese cambio de rumbo, Grinstein deja de lado lo más atrapante del trabajo, la investigación sobre el espacio escénico, para apoyarse en lo aspectos más endebles.

Alejandro Cruz
Fuente: La Nación

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