jueves, 11 de junio de 2009

Muñecotes


TEATRO >LA 6ª EDICION DEL FESTIVAL DE TITERES PARA ADULTOS

Hasta el 21 de junio, la ciudad recibirá a varias compañías de títeres para adultos en el Festival que se lleva a cabo desde 2004. En esta sexta entrega se presentan títeres de guante, títeres de mano, teatro de objetos de mesa y hasta teatro de sombras y proyecciones, porque para los organizadores la variedad es imprescindible. Y también el reconocimiento de que el arte de los titiriteros no tiene por qué estar destinado únicamente a los chicos.

Por Joaquin Perez

Aunque uno no lo pueda creer, Carozo y Narizota son un referente para la gente de nuestra generación”, dice Carolina Erlich, titiritera desde hace más de quince años, con una honestidad a prueba de fuego. Ella es la directora del grupo de títeres El Bavastel, que organiza el sexto Festival de Títeres para Adultos de Buenos Aires.

¿Qué significa “títeres para adultos”? “En teatro hay que distinguir el teatro infantil. Se dice ‘teatro’ o ‘teatro para niños’. Acá es al revés la identificación. De alguna manera está en el imaginario que el títere es algo infantil. Hacer títeres para adultos significa hacer, con títeres, obras que no son para niños. Tan simple como eso. El público presupone que si hay títeres es para chicos, y entonces lleva a toda su progenie a ver espectáculos que, quizá, no fueron pensados para ellos. Tratamos de que los niños no estén expresamente invitados. Tratamos de resaltar que ya hay espectáculos de títeres para niños y que está llena la cartelera de eso.”

El Festival de Títeres para Adultos de Buenos Aires arrancó en el año 2004, como un experimento. Ya que no había lugar en la cartelera para títeres para adultos, la decisión fue hacer ese lugar, crear un espacio. “Hicimos un festival primero bastante pequeño, para ver qué respuesta había del público. En la primera edición quedó gente afuera en todas las funciones”, cuenta la organizadora. También cuenta que en las primeras ediciones el público era simplemente la gente del métier, o bien gente de teatro, de circo. En cada año, el público se fue ampliando, y ahora se ve “público real”, es decir, gente que va a ver la obra aun cuando no conozca personalmente a nadie del elenco.

Como género, el teatro de títeres es difícil de abarcar, ya que “alguna gente te va a decir que todo objeto puesto en situación dramática es un títere”. El títere de guante es lo primero que viene a la cabeza: es el clásico títere de retablo, de media, el gesto que la gente hace con las manos cuando escucha la palabra ‘títere’. Luego está el títere de mesa, que se manipula a la vista del público. Si en vez de ser un títere es un simple objeto cotidiano, como una tetera, entonces se pasa a hablar de teatro de objetos.

En Buenos Aires, en los años ‘70, los títeres eran más que nada títeres de guante. Se los encontraba en las plazas, en pequeños retablos. Ariel Bufano fue el que oficializó el teatro de títeres y llevó a los muñecos al Teatro San Martín. Más adelante, vino Daniel Veronese, con el Periférico de Objetos, para abrir el juego aún más. “Ellos empezaron haciendo algo muy raro acá, un teatro muy europeo. En Europa esto no tenía que ganarse el lugar tanto como acá. Allá existen las grandes compañías de títeres, de marionetas –detalla Carolina–. Existen y tienen fama mundial.”

Quizá la fama en Buenos Aires tarde en llegar. La cartelera de títeres sigue llena de cosas para chicos pero hay otro ámbito que a veces recibe a los titiriteros y les da de comer: es la publicidad. Basta recordar la famosa “llama que llama”, un aviso que juntó a un verdadero “seleccionado” del under porteño. Animando a las llamas estaban titiriteras como Carolina, y para darles voz, había actores como Damián Dreizik (ex Los Melli) y Daniel Casablanca, de Los Macocos. “Muchos titiriteros son actores, o empezaron en algo de la actuación. Algunos siguen actuando. Muchas puestas teatrales utilizan objetos para algunas cuestiones.”

Hay dos consignas que sigue El Bavastel para armar la grilla del festival. Una es no repetir los espectáculos; la otra es buscar la mayor diversidad de técnicas posible. En esta entrega del festival se presentan títeres de guante, títeres de mano, teatro de objetos de mesa y hasta teatro de sombras y proyecciones.

Los participantes son en su mayoría grupos de la Ciudad de Buenos Aires y del interior de la provincia; la excepción es el elenco de títeres de la Universidad Nacional de Córdoba.

Carozo y Narizota, creaciones de José Luis Telecher, supieron empezar en un programa para niños. Luego se abrieron camino en el mundo de los adultos y llegaron a anunciar las noticias en Crónica TV. No es de extrañar, entonces, que la generación que los tiene como referente quiera dar a entender que los títeres no sólo pertenecen al mundo de los niños, sino que deberían ser bienvenidos en el mundo de los adultos.

Fuente: Página 12

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