jueves, 11 de junio de 2009

La gran noche de los teatreros

Agustín Alezzo, uno de los reconocimientos especiales de la noche en el Teatro Cervantes. (Foto: Diego Paruelo)

ENTREGA DE LOS MARÍA GUERRERO 2009

La puesta de Stefano, de Guillermo Cacace, fue la gran ganadora. Hubo reconocimiento especial a Mirtha Legrand, Griselda Gambaro y Agustín Alezzo.

Aunque las estatuillas tardaron en llegar –una circunstancia que, de todas maneras, no atrasó la ceremonia–, hubo fiesta sobre el escenario: la obra Stefano resultó la gran ganadora de la noche en la entrega de los premios María Guerrero, otorgados por la Asociación Amigos del Teatro Cervantes. La puesta del clásico de Discépolo se llevó los reconocimientos para el mejor director –Guillermo Cacace– y el mejor actor –Raúl Ramos–. En el resto de los rubros, dos de los premios coincidieron con los ACE: Beatriz Spelzini como mejor actriz por el unipersonal Rose y mejor escenografía/vestuario para Marcelo Valiente por El hombre inesperado.

Como mejor autor fue galardonado Claudio Tolcachir por Tercer Cuerpo. Como siempre, hubo premios Estímulo, que este año favorecieron al actor Leonardo Azamor (El alma de papá), al autor y director Marcelo Mininno (Lote 77), a la autora y directora Maruja Bustamante (Adela cazando patos) y la actriz Vanesa Butera (Hairspray). Más dos menciones honoríficas para La calle de los títeres y la Asociación Odontológica Argentina por la puesta de La Nona.

Más allá de este reconocimiento tradicional a lo que sucede año a año en las tablas nacionales, el María Guerrero distinguió también a dos grandes de la escena con premios a la trayectoria: para Agustín Alezzo, director y maestro de actores, y para Griselda Gambaro, autora central del teatro argentino contemporáneo, creadora de textos verdaderamente clásicos como La malasangre y La persistencia.

Hubo espacio, también, para otros premios. La noche comenzó con una actuación del Ballet Metropolitano de Buenos Aires (dirigido por Leonardo Reale) y Raúl Lavié, quien interpretó el tema “Honrar la vida”. Tanto Juan Lavanga –productor del Ballet– como el cantante recibieron un reconocimiento especial. Hubo distinciones al “Embajador espontáneo” para el pianista Bruno Gelber, el de “Emprendimiento y desafío” para Pablo Kompel (responsable del Complejo La Plaza) y finalmente, pero central, para Mirtha Legrand un reconocimiento de nombre “Gratitud comprobada”, que recibió de manos de Enrique Pinti.

Visiblemente emocionada, la actriz y conductora agradeció el premio con un generoso reconocimiento: “A los actores argentinos, que son geniales; los mejores del mundo”. Y luego, a propósito de la interpretación de Raúl Lavié, se explayó: “Yo soy ya una mujer grande. Yo realmente creo que he honrado la vida. Yo les he dado mi vida”. La ceremonia tuvo lugar en el Teatro Cervantes, con la conducción del locutor y periodista Martín Wullich.

Fuente: Crítica

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