viernes, 20 de noviembre de 2009

Un sacudón a los sentidos

Visión apocalíptica a través de un montaje multimedia que destella teatralidad

Los creadores de El ojo del panóptico arremetieron con un segundo espectáculo que acentúa sus propósitos testimoniales y exploradores de la masividad.

Quiebre es más que una performance multimedia. Su autor, Ernesto Pombo, demuestra en su idea y su dramaturgia ser un gran conocedor de la semiótica y un preocupado por la pérdida de los valores. Delante del pequeño escenario la pantalla transparente proyecta imágenes eclécticas, múltiples, movilizadoras y explosivas, y detrás de ellas los actores les dan mayor realismo a esos cuadros y a sus símbolos. Fundamentalmente ése es el vehículo de la propuesta: el contenido dramático de la imagen, y en ella trabajan actores y creativos detrás de escena.

Pombo no utiliza el multimedia como un elemento más, sino que es allí donde instala su estructura dramática. Con efectos que alucinan, descerraja una ametralladora de imágenes que se vuelven inquietantes y perturbadoras. A su vez, tras ellas, los actores las enriquecen con situaciones desgarrantes y testimoniales. Los límites entre lo fílmico y lo teatral son muy delgados. Es un hecho artístico unívoco donde sólo por instantes, lo uno prima sobre lo otro. Tal vez podrían objetarse algunas pausas algo extensas, pero el movimiento escénico es complicado como para un espacio tan pequeño.

Movilizante

Los actores son vehículo del mensaje que los creadores intentan transmitir. Demuestran una gran destreza física y un conocimiento espacial exacto, aunque tal vez un mayor trabajo en la subversión de los pesos y volúmenes corporales tradicionales podrían hacer casi inexistente aquellos límites señalados anteriormente. Hay reminiscencias del teatro de Omar Pacheco, un director que muchas veces sumó el lenguaje fílmico al hecho teatral. Maximiliano García, codirector y responsable de la dirección actoral, supo ensamblar perfectamente la performance viva de la construcción fílmica.

Quiebre está estructurado en varias partes temáticas, unidas bajo el mismo concepto, con corolario impactante y falso final. El culto al físico y los cánones tradicionales de la belleza son puestos en el tapete; al igual que la incidencia de los medios de comunicación (sobre todo la estupidización de la televisión), el mensaje y el vaciamiento. El egoísmo, la falta de ética y los designios tanto masivos como individuales quedan aquí expuestos a través de un diseño impresionante.

Sí, hay teorías trágicas a través de todas estas imágenes subjetivas y estas figuras metafóricas. Y así como hay causas también hay consecuencias. Y éstas son los personajes. Pero nada es caprichoso y todo apunta directo a los sentidos. Guste más o menos, es imposible que el espectador no salga movilizado.

Muy buena

HHHH

Quiebre. Dirección general: Maximiliano García y Ernesto Pombo. Autor, música original y videos: Ernesto Pombo. Dirección actoral: M. García. Intérpretes: Ezequiel Bianchi, Santiago Dragani, Josefina Gracián, Maximiliano Pouchan, Andrea Reymundo, María José Salinas y Jazmín Terclavers. Desarrollos en 3D: Ricardo Moriello. Utilería y vestuario: Maximiliano Pouchan. Sábados, a las 20.30, en la Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. Duración: 60 minutos.

Pablo Gorlero
Fuente: La Nación

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