sábado, 7 de noviembre de 2009

Roxana Berco, voz de mujer

Roxana Berco y Mariano Pérez de Villa, intérpretes y coautores de este atractivo montaje

El director Román Podolsky, el mismo creador de Harina, presenta ahora Aureliano

Aureliano
. Dramaturgia y dirección: Román Podolsky. Sobre textos de Berco, Pérez de Villa y Podolsky. Intérpretes: Roxana Berco y Mariano Pérez de Villa. Diseño de escenografía y vestuario: Alejandra Polito. Diseño de iluminación: Matías Sendón. Música original: Mariano Pérez de Villa. Asesoramiento coreográfico: Mayra Bonard. Asistente de dirección: Luciano Prieto. En Espacio Ecléctico (Humberto Primo 730). Sábados, a las 21.30. Duración: 60 minutos.

Nuestra opinión: buena

Una habitación muy grande y blanca. Sólo un colchón en el piso y una caja de cartón vacía. La luz se proyecta sobre el ambiente marcando unos rasgos inevitables de soledad. Una gran ventana puede resultar un escape posible. A veces eso sucede. Una mujer desanda unas breves historias. Son sólo rasgos de un mundo que intenta transmitir pero que, indefectiblemente, no parece querer completar.

De esos pequeños cuentos que narra puede ser su protagonista o tal vez no. Algo es seguro, ella habla de la condición femenina y lo hace con profundas resonancias. Será imposible no introducirse en esas líneas de relato, sentirse cerca de esa mujer, acompañarla en la escucha como una manera de contenerla de cerca.

Pero un hombre está muy próximo. Toca el piano de espaldas a ella y sólo se acercará a tomar contacto cuando una danza, casi violenta, demuestre que entre ellos algo puede compartirse. El momento es breve, como las apariciones del rostro de ese hombre que, por momentos, escapa por la ventana.

Interesante unipersonal

Aureliano es un material dramático fragmentado que provoca muchas sensaciones. Nos aproxima al mundo de una pareja pero sólo para escuchar a la mujer. El ritmo del espectáculo crecerá despacio, las palabras por momentos envolverán la atención y despertarán la sensibilidad.

Roxana Berco narra con mucha tranquilidad, buscando en su interior esas imágenes potentes que le posibiliten al espectador reconstruir, internamente, aquel mundo que menciona. El humor aparecerá en algunas situaciones y tendrá su riqueza.

La música de Mariano Perez de Villa y la iluminación de Matías Sendón resultarán elementos muy provocadores para que esa escena adquiera mayor trascendencia.

Como en otros unipersonales que ha dirigido, Román Podolsky se detiene en historias sencillas y en una búsqueda minuciosa a la hora de guiar la actuación. Una vez más, sus logros son muy atractivos.

Carlos Pacheco
Fuente: La Nación

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