martes, 17 de noviembre de 2009

Rickie Lee Jones: 'El mundo está lleno de impostores'

La cantante estadounidense Rickie Lee Jones. | Universal
  • La cantante comienza este lunes su gira por las principales ciudades estañolas
  • Hace 30 años mantuvo un romance con Tom Waits, con el que ya no se habla
Julián Ruiz | Madrid

A Rickie Lee Jones le llaman "la duquesa de la ciudad que mola". Pero mejor sería llamarla "caballo salvaje" o "zorro plateado" de la música. Es como el agua, que siempre se te escapa por entre las manos. Indomable, irreverente, pérfida, soñadora, graciosamente izquierdista, progresista ecológica. Pero más que eso: tiene la voz más dulce, más angelical, pero en cine negro. Es increíble.

A sus 54 años todavía es un reflejo libre y perdido de la generación de Woodstock. Puede ser el último rastro de una hippie, fantasear con las drogas, pero dista mucho de ese espirítu bobalicón de las groupies porque a ella siempre le gustó el 'jazz'. Más que el 'rock', más que el 'pop', más que los clásicos.

Hablamos porque ha publicado su último álbum, 'Balm in Gilead', en el que ha vuelto a componer con sus rasgos superiores de brutal realidad. Esta semana empieza una gira por España cuya primera cita es este lunes en Cádiz, el martes en Madrid, el miércoles en Bilbao, el viernes en Cartagena y al día siguiente en Barcelona.

Pregunta. ¿Por qué no le gustan las entrevistas?

Respuesta. Porque hay demasiados topicazos. El otro día en Nueva York, en dos emisoras de radio, me preguntaron lo mismo. Es increíble. Me hubiera gustado que esta entrevista la hubiéramos hecho por 'e-mail'. Hubiera tenido más reposo para redondear mis respuestas.

P. ¿Qué pintan Ben Harper y Alison Krauss en su nuevo disco?

R. Conozco mucho a la mujer de Ben y tenemos muy buena relación. Le pedí una colaboración y cuando cantó en el tema 'Old enough' me quedé engachada. ¿No te recuerda la voz a James Taylor?

P. Es verdad, incluso creí que era el propio Taylor, pero no me diga que ahora le gusta el 'country', ¿es así?

R. Escucha, Alison no canta en el tema 'Remember me', sólo toca el violín. Es francamente buena. Se portó muy bien. Tiene esa cadencia tan musical, tan graciosa. Pero no, sigue sin gustarme el 'country' o el 'bluegrass' de Alison. Creo que me llegué a interesar en los años 60, con Johnny Cash, Jim Reeves, pero se acabó. Ahora me parece un pálido reflejo de lo que fue.

P. Me ha llamado la atención que no haya hecho versión alguna, salvo una nueva recreación del tema icono de su padre, 'The moon is made of gold' ('La luna está hecha de oro'). ¿Ha sido un viaje sentimental?

R. No, en absoluto. No es la primera vez que hago ese tema, pero es una especie de referencia para mí. Bueno, es como una nana de mi niñez. Mi padre la hizo para nosotros, para sus hijos. Es una buena balada de un guitarrista de 'jazz', porque mi padre era un buen músico. Esa canción ha sido siempre mi guía para saber cómo cantar, cómo componer, para llegar a saber cómo se cuenta una historia en una canción.

P. ¿Continúa escuchando discos de jazz?

R.- Sí, claro, pero los clásicos. Un poco de Ornette Coleman, un poco de Charlie Parker y, sobre todo, el 'Sketches of Spain' de Miles Davis. Todo el mundo siempre habla de 'A kind of blue'. Yo prefiero éste, justo el inmediatamente posterior al que todo mundo prefiere. Es de 1960.

P. En ese álbum hay un arreglo maravilloso del 'Concierto de Aranjuez'. ¿Le gusta la cultura española?

R. No tengo mucha idea. Quiero decir que no soy una especialista de Lorca ni nada de eso. Ni siquiera conozco mucho de música española, salvo cuando me hablan del flamenco, pero es algo anecdótico.

P. Perdone, pero me muero por saber lo siguiente: ¿por qué no aceptastó el papel que le ofreció Coppola en 'Corazonada'?

R. Primero, porque no me gustaba el papel y segundo porque Coppola nos quería a mí y a Tom (Waits). Y resulta que yo acababa de dejar a Tom. No lo soportaba. Nos hubiéramos matado.

P. ¿Qué tal se lleva con él ahora, 30 años después de su 'amour fou'?

R. Nada, no nos llevamos. No he vuelto a hablar con él. Punto. Es así.

P. ¿Vive sola?

R. Sí, con mis jardines. Bueno, en los últimos 20 años no he salido de Los Ángeles. A veces vivo en Malibú, o en Santa Mónica o en San Fernando Valley. Me gusta cambiar de casa. De vez en cuando viene a verme mi hija Charlotte Rose. Pero vivo sola. Ni un hombre más.

P. Toda su vida es como una gran escapada hacia el infinito, como los caballos salvajes, pero no logro entender su álbum 'The Sermon on Exposition Boulevard'. ¿Tanto le interesaban las palabras de Cristo?

R. Para hacer ese álbum tuve como guías a tres libros. Naturalmente, la Biblia. Luego el que escribió mi compañero en aquellos días, Lee Cantelon, y el libro de Eric Edelmann. Por último, no transcribí la palabra de Cristo. Improvisé sobre ella en textos y melodía.

P. Me extraña que sea una persona religiosa. ¿Lo es?

R. Sí, sí que lo soy. Pero no creo en Cristo sino en una forma abstracta. Creo en Dios, pero como concepto genérico. Odio por otra parte todo lo que recuerda a las iglesias, a las mezquitas, al mercado religioso, que son los que viven de Dios, todos los sacerdotes falsos o verdaderos. El mundo está lleno de impostores.

Fuente: El Mundo

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