jueves, 12 de noviembre de 2009

Pasala... y que vuelva

Historias urbanas

Vecinos de la localidad platense de Tolosa quieren plasmar en un volumen escrito todas las anécdotas y relatos que construyen la identidad del lugar. Personajes, casas y episodios que dejaron su marca serán apuntados en las páginas de un libro para atesorar.

Los relatos están; eso es seguro, como también lo es que no corren riesgo de desaparecer. Nunca dejarán de ser contados, de pasar de boca en boca -con algún detalle de más o de menos- y eso los mantiene con vida, como ellos le dan vida al barrio o al lugar en que se forjan. Son las historias urbanas; unas ciertas, otras no tanto. Como sea, todas ellas -las más y las menos conocidas, las fantasiosas, las que tienen más testigos e, incluso, aquellas que están documentadas- cuentan la historia de un sitio geográfico al que le dan personalidad, y tejen un hilo conector que sostiene con fuerza el pasado y lo amarra al presente y al futuro, para que ningún tiempo se pierda del rumbo marcado. La gente es la gran protagonista, con sus anécdotas repetidas infinidad de veces. La de Tolosa, particularmente, decidió esta vez “atrapar” la mayor cantidad de historias y mitos posibles para plasmarlos en páginas que las reúnan y sinteticen en un solo lugar.

El proyecto que le da forma a esta idea se llama Mitos e historias del barrio... Tenemos que contar, y detrás de él están el Centro Cultural de Tolosa, la organización Tolosa Más Verde y varios vecinos que se fueron sumando a la iniciativa. Con el tiempo, necesariamente se irán agregando muchos otros.

De boca en boca

Concretamente, se trata de “la recopilación escrita de historias, leyendas, mitos y realidades acerca de hechos, personajes y situaciones que han ocurrido en el barrio” que merecen ser contadas para “preservar su vigencia en el tiempo”, resume Pablo Pérez, integrante de Tolosa Más Verde.

En diálogo con Hoy, Pablo hace hincapié en la recuperación de muchas historias, tanto las que están comprobadas como “ciertas”, como las que están más bien catalogadas como “mitos urbanos”, de cuya veracidad se duda más de lo que se cree. A partir del relato de viejos vecinos, que ya son más de 30, los organizadores le dieron impulso a este libro de relatos de Tolosa que están ansiosos por empezar a escribir. ¿Si la gente se prende a participar en algo así? “Por supuesto”, afirma Pablo, y luego remata: “El tolosano, de por sí, es curioso”. Así que, además de gustarles enterarse de lo que pasa o alguna vez pasó, parece que a los residentes les gusta contarlo como les parece, agregando los condimentos que crean necesarios. “Está bueno ver qué versión tiene cada uno sobre el mismo hecho”, señala Pablo, que actualmente se encuentra en plena etapa de recolección de datos y narraciones.

En cuanto a los plazos de tiempo, es necesario manejar algunos. Si no, claro está, la tarea sería interminable. Según cuenta Pablo, planean terminar de reunir relatos a mediados de diciembre, para dedicar los meses de enero y febrero a la búsqueda de financiamiento que los ayude a concretar este sueño.

Se nota gran entusiasmo entre los que llevan adelante el proyecto, y algo muy interesante que les pasó fue ponerse en contacto con vecinos de otros barrios, como Meridiano V o Los Hornos, que también tienen ideas para rescatar todo eso que se anda diciendo sobre sus terruños. “Si da para un proyecto más grande, bienvenido. Con tantas historias, quizás tengamos que preparar, para empezar, el volumen 1”, se anima Pablo.

Algunos capítulos

“Desde la visita de Leandro Alem a nuestro viejo cementerio en ocasión del fallecimiento de su amigo, el poeta Matías Behety, hasta la vieja historia de la momia de Tolosa hallada años después del traslado del cementerio, pasando por grandes deportistas como Pérez Cattaneo, jugador olímpico de básquet en Londres 1948 surgido desde Tolosano, hasta los recientes Prátola o Messera, por nombrar algunos. Nuestro barrio posee un sinfín de personajes que debemos reflejar en este proyecto que no es ni más ni menos que la oralidad cotidiana de nuestros vecinos, volcada a la escritura”, dice el resumen de Pablo y Fernando Demarchi, del Centro Cultural de Tolosa, ambos al frente del proyecto.

Y es que, más allá de los datos históricos de los que se cuenta con fotos y documentos -que estarán incluidos en el texto a redactar- también habrá un lugar para las “habladurías” imposibles de comprobar, pero que por algo se cuentan, y que también fueron paridos por las calles de Tolosa.

Pablo se acuerda, por ejemplo, de “María Laura, la Pandorga”, una mujer negra que deambulaba por el barrio, llevando un changuito, y de la que no se sabía casi nada, pero que todos veían. “La dejamos de ver a comienzos de los ‘90 y, calculando su edad, pensamos que seguramente ya haya fallecido. Todos recordamos lo mucho que se enojaba cuando le gritaban su apodo, aunque también hay quienes aseguran que no se enojaba para nada”, cuenta Pablo, poniendo el acento en el hecho de que, por más versiones que hayan sobre una misma situación, todas son, de algún modo, legítimas. Otra historia para contar es la del barrio de “Las Mil Casas”, localizado entre las calles 522 y 524, y de 3 a 4, así como las anécdotas del bar de 1 y 528, esquina que es, a su vez, la única que no tiene ochava en toda la ciudad (termina en línea recta).

Lejos de ser un recuerdo risueño, en Tolosa también tuvo lugar el asesinato de Enrique Rusconi, un militante comunista que fue ultimado en diciembre de 1974, en su casa de 116 entre 528 y 529. Lo vieron su mujer, sus hijas, y muchos vecinos del lugar. “Tenemos que organizar el libro de manera tal que no mezclemos episodios serios con otros alegres. El tema de los desaparecidos, por ejemplo, es muy sensible en este barrio, porque lo tocó muy de cerca, y eso también hay que tratarlo”, concluye Pablo.

Fuente: Hoy

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