sábado, 7 de noviembre de 2009

Ocho días de sol que quizá conmuevan el cine

Las argentinas. Natalia Oreiro es la protagonista de Francia, el film de Adrián Caetano. Por su parte José Campusano presente: Vikingo.

ESTE SÁBADO COMIENZA EL 24º FESTIVAL DE MAR DEL PLATA

Crisis mediante, el Festival tiene menos días y menos películas, pero la selección no carece de films atractivos. Cómo recorrer la muestra sin perderse.

Leonardo M. D’Espósito

Desde su regreso en 1996, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata ha crecido en consideración y en calidad. No ininterrumpidamente, es cierto: hubo mejores y peores momentos. El año pasado, la muestra entró en un período de inflexión, que –crisis internacional y reducciones presupuestarias mediante– continuará este año. De hecho, los diez días de fiesta cinematográfica se han reducido a sólo ocho, del 7 al 15 de noviembre (uno menos: el 7 será sólo la inauguración, con la proyección en la apertura del último film de los hermanos Coen, A Serious Man). También hay menos películas: alrededor de doscientas sin contar cortometrajes. Y pocos invitados “famosos”, lo que después de todo tiene el doble filo de ser motivo de difusión internacional (positivo) y distracción de lo que verdaderamente importa, las películas (negativo).

Este año, además, la reducción de días redunda en la reducción de la competencia: son sólo catorce films (ver recuadro) de los cuales dos son argentinos. Como viene sucediendo desde la gestión de Miguel Pereira –quien realmente logró darle una verdadera identidad a la muestra– no faltan nombres importantes entre quienes van por los premios Ástor. Cineastas como el coreano Joon-ho Bong (The Host), Todd Solondz (Felicidad) o Cesc Gay (Ficción) integran la lista bastante equilibrada entre films y cineastas a descubrir y –como se ve– consagrados.

La competencia argentina, por otro lado, se vuelve cada vez más cercana a un perfil independiente, siguiendo el camino que se esbozó desde que el cineasta José Martínez Suárez comenzó a ejercer, en la edición de 2008, la dirección de la muestra. Las películas que van a por un premio a la producción nacional son de variado origen, desde óperas primas a obras de directores con varios films en su haber; incluso regresos. Entre las películas más destacadas –a priori– de esta sección, aparecen el tercer film de la dupla Mariano Cohn-Gastón Duprat, El hombre de al lado; el regreso de David Lypszick (La rosales, Volver) con Adopción, y TL2-La felicidad es una leyenda urbana, continuación de TL-Mi reino por un plato volador, del excéntrico, humorístico y talentoso Tetsuo Lumière.

La otra competencia oficial de largometrajes es la Latinoamericana. Como dijo el propio Martínez Suárez en la presentación de la muestra, uno de los grandes deseos de los organizadores desde hace tiempo es la difusión de los films producidos en América Latina, que tiene una representación nutrida en todas las secciones de esta edición. Sin embargo, extrañamente, esta sección competitiva tiene también un fuerte predominio argentino con cinco films con producción argentina (entre ellos La invención de la carne, de Santiago Loza, o La Raulito, golpes bajos, de Emiliano Serra). Hay también films colombianos, brasileños y, entre los que despiertan mayor expectativa, Hiroshima, el film del codirector –junto al malogrado Juan Pablo Rebella– de Whisky y 25 watts, Pablo Stoll. La presencia uruguaya es también importante, con este film y el ya galardonado internacionalmente Mal día para pescar en la Competencia internacional.

Una de las curiosidades de esta muestra es el gran espacio que tiene el humor. Hay dos muestras especiales que rebosan de disparates cinematográficos: una está dedicada a Jim Henson, artista múltiple, cineasta y, sobre todo, creador de los Muppets. Además de eventos donde se mostrará cómo se fabrican tales criaturas, se verán varios films con los muñecos como protagonistas. El otro homenaje, o retrospectiva, está dedicado al visitante español Javier Fesser, a quienes los cinéfilos seguramente recuerden por esa cumbre del cine cómico llamada El milagro de P. Tinto, que va en fílmico como sus otros dos films –inéditos aquí– La gran aventura de Mortadelo y Filemón y Camino. Camino es especial, porque no es una comedia sino un drama tremendo que muestra el lado oscuro del Opus Dei, pero que curiosamente es coherente con el mundo del director. Además, sus cortos cómicos (tremendos) y su presencia.

El Panorama, es rico y lleno de títulos importantes del año; entre ellos la premiada en Cannes Un prophète, de Jacques Audiard, el polémico Anticristo, de Lars von Trier; la brillante Nanayo, de Naomi Kawase; el último film del maestro Jacques Rivette, 36 vues du Pic St-Loup; y algunas rarezas como Ricky, la película de François Ozon sobre un bebé con alas; o Moon, un film de ciencia ficción independiente que pone en tela de juicio la percepción de la realidad. Es decir, no faltan autores, películas que vienen comentadas de todas partes, una competencia interesante y –siempre las hay– polémicas y actividades “extracurriculares”. A pesar de las reducciones y de los problemas presupuestarios, todo parece indicar que la selección conformará al público. ¿Qué público? He ahí la cuestión: el gran desafío de Mar del Plata es trascender su playa y despertar la curiosidad en cualquier parte. Cuando se habla de ajustes, hay que recordar que el Festival ha sufrido –y sobrevivido– enormes crisis: es un buen momento para ver si, de veras, está consolidado.

Algunas recomendaciones para sentir la muestra

Al ser imposible ver todo, hay que elegir. Ya mencionamos las películas más conocidas y los nombres propios más importantes, porque por lo general uno sabe qué esperar de ellos. Pero, como en todo cine, hay mucho para descubrir o redescubrir. Por ejemplo, la sección “Olvidados de la Academia”, donde se verán clásicos de Hollywood que el Oscar dejó de lado, incluye genialidades como El pecado de Cluny Brown, de Ernst Lubitsch, genio de la comedia, o Carta de una enamorada,de Max Ophüls, cineasta a redescubrir con urgencia. Otra para ver es L’Enfer, de Henri-Georges Clouzot, donde se muestra el film con Romy Schneider que el creador de Las diabólicas no pudo terminar (luego lo haría Claude Chabrol). O la rara Cold Souls, donde Paul Giamatti vive una extraña aventura de ciencia ficción espiritual cuyo protagonista se llama Paul Giamatti. Vean –en sala, pantalla grande y todo– The Great Muppet Caper, el segundo film de los Muppets y quizás el mejor (velocísima sátira, por lo demás). Y hay –quién se lo perdería– tres programas de trailers: uno seleccionado por cinéfilos internacionales (Joe Dante o John Landis, por ejemplo), otro de films argentinos y otro, sólo de películas de la Coca Sarli. Hay más, iremos informando día a día.

Fuente: Crítica

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