A sus 81 años García Ferré está lleno de proyectos. En esta nota habla de todos sus personajes, de los que pueden llegar a venir y de la importancia de mantener vivas las ilusiones. Por Alejandro Salamone
Don Manuel García Ferré cree que el ser humano que no tiene ilusiones es un espantapájaros -como Trapito-, está convencido de eso. Y este hombre que llegó a nuestro país desde Almería -España- cuando tenía tan solo 17 años, esconde detrás de su mirada tierna varias ilusiones. No quiere quedarse siempre en el mismo lugar como le pasa a los espantapájaros. Entonces se ilusiona con el largometraje de Hijitus y con la creación de nuevos personajes; algo de eso ya hay pero por ahora no quiere largar prenda. Por lo pronto, el próximo 3 de noviembre se lanza el Libro Gordo de Petete como una unidad -antiguamente salía en fascículos coleccionables- y Don Manuel está orgulloso de ese logro a sus 80 años -que cumplió el pasado 8 de octubre-.
"Las ilusiones hacen proponerse metas, tener finalidades en la lucha por la vida, superar obstáculos -define Ferré-; por eso cuando las ilusiones van muriendo hay que saber generar otras, pues aquel que no las tenga es el que muere rápidamente. Por eso, hay jóvenes que son viejos y viejos que son jóvenes. Mis ilusiones me mantienen con espíritu de lucha y puedo seguir dibujando, haciendo lo de siempre, para lo que tengo vocación y más me gusta".
En cada rincón de su estudio de la calle Corrientes van apareciendo a cada paso y en forma de muñecos, sus personajes, como por arte de magia; los más famosos como Hijitus, Anteojito, Antifaz, el profesor Neurus, Trapito y Larguirucho; y aquellos que no son de los principales pero que jugaron papeles importantes en la tiras que conocen los "niños de 30 y 40", como el Boxitracio, Kechum, Pucho, Pichichus o el Patriarca de los Pájaros, entre otros tantos.
En uno de esos rincones se exhibe una verdadera pieza de museo: "La Maquinola", con la que Calculín en compañía de Berugo Carámbula, allá por la década del ´70, explicaba en TV a los chicos los avances tecnológicos de aquel entonces. Don Manuel frena ante esa estructura de madera, grande pero en escala miniatura, y explica: "La maquinola es tan complicada que no sirve para nada...".
Le gusta hablar mucho de sus personajes. Considera que la mayoría son "internacionales", pero hay dos a los que define como "bien argentinos", ellos son Larguirucho y el Comisario. Sobre el primero Ferré asegura que "es como muchas personas, se arrima al sol que marca el límite. Por eso, cuando se enoja con Neurus se va con Hijitus, y cuando se enoja con Hijitus vuelve con Neurus. Quizá sea el personaje más popular porque hay mucha gente así".
Y acerca del comisario cuenta: "este personaje que intenta poner las cosas en orden en la tira de Hijitus nace porque me hacía mucha gracia la forma de hablar de los Correntinos. Fue cuando dije, vamos a darle una voz así...Con Pucho pasó algo parecido, al imitador le indicamos que cuando hablara lo haga pensando en Gardel, por eso Pucho tiene ese tono tanguero".
"Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que cada aventura de Hijitus es una pequeña comedia humana, donde juegan la ambición, la pasión, la dulzura, la picardía, en fin... la prepotencia de Neurus y la ambigüedad de Larguirucho", señala.
SOBRE LOS DIBUJOS Y CHICOS ACTUALES
En un pasaje de la entrevista, Don Manuel se tomó el tiempo para analizar los dibujos animados que actualmente copan las pantallas de televisión y que ven los chicos: "hay de todo, buenos regulares y malos. Se explota demasiado la violencia porque el eje es que la violencia es innata al ser humano. Yo creo que la educación debe consistir en moderar esa violencia, educarla; en la medida en que exageremos o fomentemos la violencia la estamos generando más y más. Yo he vivido en carne propia una guerra civil y por eso le escapo bastante a la violencia en mis dibujos animados".
"Siempre me gustaron los personajes de Walt Disney -sostiene- porque tienen mucha ternura. Dumbo, Pinocho con su ingenuidad, Bambi con un grito a la vida. Pero el origen más importante de Disney son los Tres Chanchitos, basados en la crisis de 1929, cuando en Estados Unidos podían diferenciarse los previsores de los que vivían al día o los que gastaban a futuro. Eso reflejaban los Tres Chanchitos, y entonces cuando llega el señor invierno en la figura del lobo, podía verse y aprender de cómo le iba a cada uno de ellos".
Sobre si observa un cambio en los chicos de ahora con relación a los niños de las décadas del ´60, ´70 u ´80, el dibujante señala: "el chico es siempre el mismo, el ser humano no cambia en el fondo. Sí se modifican las modas, las tendencias; la tecnología pareciera que cambia a los niños, ellos están más informados porque reciben más información pero a veces fuera de tiempo. De ninguna manera los chicos de ahora son más inteligentes que los de aquel entonces ni mucho menos, pero sí reciben más información"
En ese contexto puso un ejemplo, "si uno toca una pera en el árbol y está blanda quiere decir que está madura; pero si agarra otra pera dura, todavía verde y la golpea, luego puede parecer que está madura pero no lo está. Lo mismo pasa con los chicos: a veces decimos cuanto sabe este pibe, pero no es así, son cerebros frescos con mucha memoria a los que le han dado demasiada información pero ¿la saben digerir?. Por eso creo que esa información hay que brindarla en el momento justo, cada cosa necesita su tiempo de madurez".
"De todas maneras creo que la humanidad nunca da un paso atrás, y algo que demuestra los avances es que se ha prolongado el promedio de vida de las personas. Ahí es donde uno reconoce el progreso, pues algo habrá pasado para que la gente pueda vivir más".
¿SE VIENEN NUEVOS PERSONAJES?
En la mesa de su estudio García Ferré juega con cada uno de los muñecos antiguos, los acomoda, los cambia de lugar. A Larguirucho lo pone al lado del Hijitus de madera, agarra a Súper Hijitus y lo mira como agradeciéndole. Adora a sus personajes, a cada uno de ellos le dio características que los dejó marcados a fuego.
Y sigue entretenido con la charla: "he creado unos cuantos prototipos, pero todavía falta porque la humanidad es tan amplia...Creo que he desarrollado la ilusión en Trapito, la ambición en Neurus, la bondad en Petete o Pí-Pío, la sabiduría en el Patriarca de los Pájaros, y la información tecnológica en Calculín. O sea que he elegido unos cuantos prototipos, pero la comedia humana da para tanto...".
No quiere decir nada sobre los futuros personajes que por estos días está creando, o mejor dicho todavía se niega a que se publiquen sus flamantes creaciones.
"Van surgiendo conforme voy tomando conciencia de diferentes características del ser humano -cuenta-. Por ejemplo, una vez tomé conciencia de un niño muy travieso y entonces nació Oaky, a quien le hacía falta alguien que lo pudiera contener y ese fue su padre con todos sus millones llamado Gold Silver. Y apareció también Gutiérrez, el mayordomo que esperaba heredar la fortuna, pero que a Oaky que se une con Larguirucho lo ponía de mal humor", recuerda.
Pero antes de que esos nuevos personajes pudieran nacer y hacer historia, Don Manuel se aferró a una ilusión grande, tiene esa idea fija: "queda pendiente el largometraje de Hijitus, estoy trabajando en eso".
Por eso, los chicos de ahora y los de antes vayan preparándose para festejar y gritar bien fuerte -cuando en la pantalla grande aparezca a pleno la ciudad de Tru-la-la y el sombreritus- "Fu fu y chucu chucu chucu".
Fuente: Revista Domingo - El Día
Don Manuel García Ferré cree que el ser humano que no tiene ilusiones es un espantapájaros -como Trapito-, está convencido de eso. Y este hombre que llegó a nuestro país desde Almería -España- cuando tenía tan solo 17 años, esconde detrás de su mirada tierna varias ilusiones. No quiere quedarse siempre en el mismo lugar como le pasa a los espantapájaros. Entonces se ilusiona con el largometraje de Hijitus y con la creación de nuevos personajes; algo de eso ya hay pero por ahora no quiere largar prenda. Por lo pronto, el próximo 3 de noviembre se lanza el Libro Gordo de Petete como una unidad -antiguamente salía en fascículos coleccionables- y Don Manuel está orgulloso de ese logro a sus 80 años -que cumplió el pasado 8 de octubre-.
"Las ilusiones hacen proponerse metas, tener finalidades en la lucha por la vida, superar obstáculos -define Ferré-; por eso cuando las ilusiones van muriendo hay que saber generar otras, pues aquel que no las tenga es el que muere rápidamente. Por eso, hay jóvenes que son viejos y viejos que son jóvenes. Mis ilusiones me mantienen con espíritu de lucha y puedo seguir dibujando, haciendo lo de siempre, para lo que tengo vocación y más me gusta".
En cada rincón de su estudio de la calle Corrientes van apareciendo a cada paso y en forma de muñecos, sus personajes, como por arte de magia; los más famosos como Hijitus, Anteojito, Antifaz, el profesor Neurus, Trapito y Larguirucho; y aquellos que no son de los principales pero que jugaron papeles importantes en la tiras que conocen los "niños de 30 y 40", como el Boxitracio, Kechum, Pucho, Pichichus o el Patriarca de los Pájaros, entre otros tantos.
En uno de esos rincones se exhibe una verdadera pieza de museo: "La Maquinola", con la que Calculín en compañía de Berugo Carámbula, allá por la década del ´70, explicaba en TV a los chicos los avances tecnológicos de aquel entonces. Don Manuel frena ante esa estructura de madera, grande pero en escala miniatura, y explica: "La maquinola es tan complicada que no sirve para nada...".
Le gusta hablar mucho de sus personajes. Considera que la mayoría son "internacionales", pero hay dos a los que define como "bien argentinos", ellos son Larguirucho y el Comisario. Sobre el primero Ferré asegura que "es como muchas personas, se arrima al sol que marca el límite. Por eso, cuando se enoja con Neurus se va con Hijitus, y cuando se enoja con Hijitus vuelve con Neurus. Quizá sea el personaje más popular porque hay mucha gente así".
Y acerca del comisario cuenta: "este personaje que intenta poner las cosas en orden en la tira de Hijitus nace porque me hacía mucha gracia la forma de hablar de los Correntinos. Fue cuando dije, vamos a darle una voz así...Con Pucho pasó algo parecido, al imitador le indicamos que cuando hablara lo haga pensando en Gardel, por eso Pucho tiene ese tono tanguero".
"Con el paso del tiempo me fui dando cuenta que cada aventura de Hijitus es una pequeña comedia humana, donde juegan la ambición, la pasión, la dulzura, la picardía, en fin... la prepotencia de Neurus y la ambigüedad de Larguirucho", señala.
SOBRE LOS DIBUJOS Y CHICOS ACTUALES
En un pasaje de la entrevista, Don Manuel se tomó el tiempo para analizar los dibujos animados que actualmente copan las pantallas de televisión y que ven los chicos: "hay de todo, buenos regulares y malos. Se explota demasiado la violencia porque el eje es que la violencia es innata al ser humano. Yo creo que la educación debe consistir en moderar esa violencia, educarla; en la medida en que exageremos o fomentemos la violencia la estamos generando más y más. Yo he vivido en carne propia una guerra civil y por eso le escapo bastante a la violencia en mis dibujos animados".
"Siempre me gustaron los personajes de Walt Disney -sostiene- porque tienen mucha ternura. Dumbo, Pinocho con su ingenuidad, Bambi con un grito a la vida. Pero el origen más importante de Disney son los Tres Chanchitos, basados en la crisis de 1929, cuando en Estados Unidos podían diferenciarse los previsores de los que vivían al día o los que gastaban a futuro. Eso reflejaban los Tres Chanchitos, y entonces cuando llega el señor invierno en la figura del lobo, podía verse y aprender de cómo le iba a cada uno de ellos".
Sobre si observa un cambio en los chicos de ahora con relación a los niños de las décadas del ´60, ´70 u ´80, el dibujante señala: "el chico es siempre el mismo, el ser humano no cambia en el fondo. Sí se modifican las modas, las tendencias; la tecnología pareciera que cambia a los niños, ellos están más informados porque reciben más información pero a veces fuera de tiempo. De ninguna manera los chicos de ahora son más inteligentes que los de aquel entonces ni mucho menos, pero sí reciben más información"
En ese contexto puso un ejemplo, "si uno toca una pera en el árbol y está blanda quiere decir que está madura; pero si agarra otra pera dura, todavía verde y la golpea, luego puede parecer que está madura pero no lo está. Lo mismo pasa con los chicos: a veces decimos cuanto sabe este pibe, pero no es así, son cerebros frescos con mucha memoria a los que le han dado demasiada información pero ¿la saben digerir?. Por eso creo que esa información hay que brindarla en el momento justo, cada cosa necesita su tiempo de madurez".
"De todas maneras creo que la humanidad nunca da un paso atrás, y algo que demuestra los avances es que se ha prolongado el promedio de vida de las personas. Ahí es donde uno reconoce el progreso, pues algo habrá pasado para que la gente pueda vivir más".
¿SE VIENEN NUEVOS PERSONAJES?
En la mesa de su estudio García Ferré juega con cada uno de los muñecos antiguos, los acomoda, los cambia de lugar. A Larguirucho lo pone al lado del Hijitus de madera, agarra a Súper Hijitus y lo mira como agradeciéndole. Adora a sus personajes, a cada uno de ellos le dio características que los dejó marcados a fuego.
Y sigue entretenido con la charla: "he creado unos cuantos prototipos, pero todavía falta porque la humanidad es tan amplia...Creo que he desarrollado la ilusión en Trapito, la ambición en Neurus, la bondad en Petete o Pí-Pío, la sabiduría en el Patriarca de los Pájaros, y la información tecnológica en Calculín. O sea que he elegido unos cuantos prototipos, pero la comedia humana da para tanto...".
No quiere decir nada sobre los futuros personajes que por estos días está creando, o mejor dicho todavía se niega a que se publiquen sus flamantes creaciones.
"Van surgiendo conforme voy tomando conciencia de diferentes características del ser humano -cuenta-. Por ejemplo, una vez tomé conciencia de un niño muy travieso y entonces nació Oaky, a quien le hacía falta alguien que lo pudiera contener y ese fue su padre con todos sus millones llamado Gold Silver. Y apareció también Gutiérrez, el mayordomo que esperaba heredar la fortuna, pero que a Oaky que se une con Larguirucho lo ponía de mal humor", recuerda.
Pero antes de que esos nuevos personajes pudieran nacer y hacer historia, Don Manuel se aferró a una ilusión grande, tiene esa idea fija: "queda pendiente el largometraje de Hijitus, estoy trabajando en eso".
Por eso, los chicos de ahora y los de antes vayan preparándose para festejar y gritar bien fuerte -cuando en la pantalla grande aparezca a pleno la ciudad de Tru-la-la y el sombreritus- "Fu fu y chucu chucu chucu".
Fuente: Revista Domingo - El Día
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