miércoles, 11 de noviembre de 2009

Lectura nómada de 'Hamlet'

Un momento de la representación de Hamlet por la compañía finlandesa Quo Vadis.-

Una compañía finlandesa viaja con los hijos y el escenario a cuestas

JAVIER VALLEJO - Madrid

Son finlandeses, viajan con los niños a cuestas y actúan en una yurta, la vivienda circular transportable de los pueblos nómadas de Asia central. Los actores de Quo Vadis llevan 25 años recorriendo el mundo con su extraño y cálido teatro íntimo, construido en madera por la poeta Markku Hoikkala, tapizado con alfombras de lana y amueblado con tres filas de gradas, donde toman asiento 60 espectadores. Bajo su techo cónico, todo está a la vista, todo al alcance de la mano. "Como tenemos al público tan cerca, nuestra actuación tiene que ser suave, para que nadie se sienta agredido", dice Otso Kautto, su director, desde el escenario, a un metro escaso de la segunda fila de asientos, antes de hacer una rápida demostración práctica de lo invasora que resulta una interpretación agresiva a distancia tan corta.

De joven, Kautto (Helsinki, 1962) dejó el equipo nacional de natación por la escena, donde siempre hizo lo que quiso. "Incluso en el Teatro Nacional, donde trabajo desde hace 15 años para sacar adelante esta compañía, más experimental, en la que tenemos siete espectáculos en repertorio". En el Círculo de Bellas Artes de Madrid han recalado con tres: Felicidad ártica, el infantil Salvaré a mamá, y una versión sintética de Hamlet, dirigida por la joven coreógrafa Nina Mamia, de la que mañana ofrecen función doble. Entre sus 16 intérpretes hay varios niños. "Cuando empezaron a nacer nuestros hijos, como no teníamos guardería, pensamos que lo mejor era sacarlos a escena. Así se fueron formando en la práctica y ahora están muy solicitados en cine y televisión".

Quo Vadis hace un trabajo muy físico, que recuerda el derivado del Odin Teatret y de la escuela de Grotowski. "Eso me dicen a menudo, pero jamás tuve contacto con ellos. Todo el teatro finlandés tiene una dimensión física y ritual natural, porque nuestras raíces son animistas y llevamos en la sangre el poso de los rituales chamánicos. El cristianismo no llegó a Finlandia hasta hace 250 años. Eso se ve en nuestra manera de beber: no bebemos por placer, sino para perder la cabeza, como los indios norteamericanos. Por eso tenemos índices de alcoholismo y de suicidio tan altos, y también por eso en nuestro teatro hay algo sacro".

Kautto equipara la labor del actor con la del chamán: "Al comerse un hongo mágico, el chamán inicia un viaje donde contacta con otras realidades, a costa de un riesgo personal que le lleva a bordear la locura. Luego, el resto de la tribu se bebe su orina, donde está el hongo diluido, en dosis inocuas. Los artistas también hacemos un viaje arriesgado en busca de otras realidades, para ofrecérselo al espectador". Lo cuenta en nuestra lengua, con cierta soltura: "Mi madre es profesora de español. Pasó su juventud en México y, de vuelta, escribió el primer método de enseñanza del castellano para finlandeses".

Quo Vadis hace Salvaré a mamá en siete idiomas, y una parte de Felicidad ártica lo hace en español. "Para que nos entiendan, allá donde vamos, incorporamos actores de algún grupo local cómplice. En Madrid, trabajamos siempre con los de la sala Réplika, cuyo trabajo empasta con el nuestro de manera natural, porque Jaroslaw Bielski, su director, está en sintonía con lo que hacemos. Hay pasajes de Felicidad ártica dichos en los dos idiomas simultáneamente, de manera que el finlandés se convierte en una música que complementa el sentido de la frase en castellano".

Hamlet. Círculo de Bellas Artes. Marqués de Casa Riera, 2. Hasta el día 12. Metro Banco. A las 19.00 y a las 21.00

Fuente: El País

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