miércoles, 4 de noviembre de 2009

Independencia y Revolución, ejes temáticos del Cervantino 2010 - México

El proyecto Andersen, un derroche de imaginación. Foto: Jesús Quintanar

Al finalizar el Festival Internacional se anunció ayer la presencia de Colombia y Querétaro como invitados de honor el próximo año.

Xavier Quirarte

Guanajuato
.- Al realizar un balance sobre la trigésima séptima edición del Festival Internacional Cervantino, la primera bajo su dirección, Lidia Camacho dijo ayer que “el festival se mantiene sólido en el cumplimiento de sus cometidos y metas”.

En conferencia de prensa celebrada ayer horas antes de la clausura, Camacho señaló que, como organizadores, deben “tener una especial atención en la respuesta de los asistentes al festival para conocer a mayor profundidad el impacto que provocan los diferentes conciertos, las puestas en escena, las coreografías y las exposiciones”.

Luego de mencionar que el FIC ha firmado convenios de colaboración con el Festival Internacional de Edimburgo y el Festival Internacional Mutek, anunció que los invitados de honor para 2010 serán Colombia y Querétaro. Los ejes temáticos serán la Revolución y la Independencia y se le dará un cariz latinoamericano. “Creo importante que nos acercamos a estas efemérides desde la mirada de las experiencias acaecidas en distintas naciones de nuestro continente”.

Luis Camilo Osorio, embajador de Colombia en México, manifestó beneplácito de que su país sea el invitado de honor. Si bien dijo que no se ha definido su programa de actividades, éste podría incluir a escritores como Gabriel García Márquez, Fernando Vallejo y Álvaro Mutis, una exposición del oro de Colombia, así como artistas populares como Shakira y Juanes.

La magia de Lepage

Cuando el sopor flotaba en la 37 edición del Festival Internacional Cervantino, con varios tropiezos artísticos y la desilusión que significa encontrarse con algunos foros semivacíos —o semillenos para ser positivos—, apareció como un acto de magia verdadera El proyecto Andersen de Robert Lepage.

Si hemos de entender la magia como la define la Real Academia de la Lengua, es decir como “arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales”, debemos convenir que el fin de semana Lepage y su compañía Ex Machina llevaron, una vez más, su magia al escenario del auditorio del estado.

Después de poco más de dos horas de sobradas muestras de inteligencia en las que cine, teatro, música, artes visuales, tecnología y muchos otros elementos se dieron cita, el público salía arrobado. Lepage toma la figura de Hans Christian Andersen como pretexto para narrar sus propias historias y, de paso, rendirle un homenaje de creador a creador y convencernos de que los cuentos no siempre son como los cuentan.

En El proyecto Andersen cabe todo lo imaginable y lo inimaginable: desde el comentario político inteligente hasta una mirada conmovedora al erotismo, pasando por chascarrillos ingeniosos, una crítica social a los males de nuestro tiempo y, sobre todo, la imperiosa necesidad de imaginar. Tiempos y geografías se trastocan de la mano del actor Ives Jacques, o tal vez debamos decir de los actores, pues tan grandes es su capacidad de reproducirse en el escenario para encarnar varios personajes.

Si el grupo chileno Teatrocinema hizo sentir en Sin sangre que la tecnología puede volverse un lastre cuando es mero pretexto para impactar al espectador con algo novedoso como es la utilización de técnicas cinematográficas en el teatro, El proyecto Andersen es todo lo contrario. Al leer la larga lista de créditos de quienes participan en este montaje uno se encuentra con escritores, diseñadores, encargados de vestuario y utilería, estilistas, gerentes, directores técnicos, directores de sonido y video, sastre, costurera y todo un ejército que, al iniciar la obra, ya no importan como nombres sino como un colectivo porque su trabajo está al servicio del arte.

Aunque es el único actor, Robert no está solo en el escenario, le acompaña la imaginación colectiva de Ex Machina y la poderosa cadena de emociones que se va creando conforme avanza la obra. Una sensación de bienestar se expande lentamente porque estamos ante varias historias contadas con maestría. Lo mismo puede ser la sesión psicoanalítica de un perro que el cuento del hombre que perdió su sombra. Todo ello es posible porque Robert Lepage demostró que su capacidad de soñar y hacer soñar sigue intacta.

El FIC en cifras:
Público asistente - 462,000
Países participantes - 22
Artistas nacionales - 1,687
Artistas extranjeros - 656
Número de funciones - 542
Espectáculos - 290
Funciones - 477
Ingresos - 5,263,277
Costo del FIC - 53 millones
Fuente: milenio

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