El director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de España, Ángel Martínez Roger, en la conferencia "Margarita Xirgu, de sus orígenes a 1936" que recuerdan los setenta años del exilio español tras la Guerra Civil (1936-1939).
Montevideo.- Las figuras del dramaturgo y poeta Federico García Lorca y de la actriz Margarita Xirgú y su importancia para la escena en español fueron destacadas hoy al conmemorar en Montevideo los 70 años del exilio que siguió a la guerra civil española.
El director de la Real Escuela de Arte Dramático de España (RESAD), Ángel Martínez Roger, calificó al dramaturgo y a la actriz de "aglutinadores" de la vanguardia teatral en los años previos a la contienda, en una conferencia ofrecida en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo, denominada "Margarita Xirgú".
Ambos "amaban el riesgo" y "compartían la rebeldía en un país que estaba por construir en asuntos de libertades individuales y colectivas", afirmó Martínez Roger.
La conferencia se inscribe en el programa de actividades con que la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España (UNED) y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) conmemoran en Montevideo los setenta años del exilio.
Martínez Roger pasó revista a la trayectoria de Xirgú, a la que estuvo dedicada la conferencia, desde su nacimiento en Cataluña en 1888 hasta su consagración en "la escena española y en castellano" en Madrid, ciudad a la que se trasladó en 1912.
Según el experto, su actuación en obras como "Salomé" o "Electra" dio "mucho que hablar" en el Madrid de la época, donde Xirgú fue vista como "el ejemplo de una actriz moderna, personalísima e intelectual".
"(Xirgú) poco a poco, pero con rotundidad, proyectó su propia visión artística e intelectual", indicó Martínez Roger, quien subrayó que muchos autores "reconocieron que su interpretación generaba una plusvalía superior al texto literario".
No obstante, el autor que más marcó su carrera fue el granadino Federico García Lorca, a quien conoció en 1926, cuando la "fascinación (mutua) ya estaba servida sobre la mesa".
El poeta y dramaturgo estaba "interesadísimo" en que Xirgú estrenase sus obras, ya que ésta "simbolizaba la imagen que él necesitaba: una mujer que se crece ante la adversidad y que, como Mariana Pineda, conquista su propia libertad", aseveró el experto.
Su interpretación de Mariana Pineda en la obra homónima en 1926, con decorados de Salvador Dalí, fue la primera de una lista que completaron títulos como "Yerma", "Doña Rosita la soltera" o "El lenguaje de las flores".
"(Xirgú) arroja puñados de fuego y jarras de agua fría sobre públicos adormecidos", dijo García Lorca sobre ella.
En enero de 1936, Xirgú se marchó a Cuba para emprender una gira por Sudamérica con su compañía y se despidió del poeta granadino con la idea de "encontrarse" allí muy pronto.
Sin embargo, "eso nunca sucedió", recordó Martínez Roger, pues García Lorca fue asesinado meses después.
Xirgú, que permaneció exiliada el resto de su vida, primero en Chile y Argentina, y después en Uruguay, donde llegó a dirigir la Comedia Nacional, participó en el estreno de "La casa de Bernarda Alba" en 1945 en Buenos Aires.
"La Guerra Civil cercenó todas las relaciones personales, empresariales e intelectuales" del ámbito teatral, recalcó Martínez Roger, quien opinó que "el mejor teatro español de las posguerra no se hizo en España, sino que se estrenó en el exilio".
El director de la Real Escuela de Arte Dramático de España (RESAD), Ángel Martínez Roger, calificó al dramaturgo y a la actriz de "aglutinadores" de la vanguardia teatral en los años previos a la contienda, en una conferencia ofrecida en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Montevideo, denominada "Margarita Xirgú".
Ambos "amaban el riesgo" y "compartían la rebeldía en un país que estaba por construir en asuntos de libertades individuales y colectivas", afirmó Martínez Roger.
La conferencia se inscribe en el programa de actividades con que la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España (UNED) y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) conmemoran en Montevideo los setenta años del exilio.
Martínez Roger pasó revista a la trayectoria de Xirgú, a la que estuvo dedicada la conferencia, desde su nacimiento en Cataluña en 1888 hasta su consagración en "la escena española y en castellano" en Madrid, ciudad a la que se trasladó en 1912.
Según el experto, su actuación en obras como "Salomé" o "Electra" dio "mucho que hablar" en el Madrid de la época, donde Xirgú fue vista como "el ejemplo de una actriz moderna, personalísima e intelectual".
"(Xirgú) poco a poco, pero con rotundidad, proyectó su propia visión artística e intelectual", indicó Martínez Roger, quien subrayó que muchos autores "reconocieron que su interpretación generaba una plusvalía superior al texto literario".
No obstante, el autor que más marcó su carrera fue el granadino Federico García Lorca, a quien conoció en 1926, cuando la "fascinación (mutua) ya estaba servida sobre la mesa".
El poeta y dramaturgo estaba "interesadísimo" en que Xirgú estrenase sus obras, ya que ésta "simbolizaba la imagen que él necesitaba: una mujer que se crece ante la adversidad y que, como Mariana Pineda, conquista su propia libertad", aseveró el experto.
Su interpretación de Mariana Pineda en la obra homónima en 1926, con decorados de Salvador Dalí, fue la primera de una lista que completaron títulos como "Yerma", "Doña Rosita la soltera" o "El lenguaje de las flores".
"(Xirgú) arroja puñados de fuego y jarras de agua fría sobre públicos adormecidos", dijo García Lorca sobre ella.
En enero de 1936, Xirgú se marchó a Cuba para emprender una gira por Sudamérica con su compañía y se despidió del poeta granadino con la idea de "encontrarse" allí muy pronto.
Sin embargo, "eso nunca sucedió", recordó Martínez Roger, pues García Lorca fue asesinado meses después.
Xirgú, que permaneció exiliada el resto de su vida, primero en Chile y Argentina, y después en Uruguay, donde llegó a dirigir la Comedia Nacional, participó en el estreno de "La casa de Bernarda Alba" en 1945 en Buenos Aires.
"La Guerra Civil cercenó todas las relaciones personales, empresariales e intelectuales" del ámbito teatral, recalcó Martínez Roger, quien opinó que "el mejor teatro español de las posguerra no se hizo en España, sino que se estrenó en el exilio".
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