Laura Kalauz tiene una formación heterogénea que incluye un lejano aprendizaje de zapateo americano y danza jazz, luego danza contemporánea, acrobacia y también ciencias de la comunicación.
En 1998 viajó a Europa para hacer una experiencia sistemática en danza, decisión que dio un rumbo a su carrera que no hubiera ocurrido seguramente si hubiera permanecidoaquí, en Buenos Aires.
Vive desde hace siete años en Zurich, donde este año recibió un subsidio para una muy curiosa intervención artística en oficinas del registro civil, con agregados tan absurdos y extravagantes como un servicio de "verificación del amor" y otro de "información para la vida".
¿Podés explicar cómo te ubicás frente a la danza?
Estoy precisamente en un momento de cambio, de una apertura de lugares y grietas impensados. Sintéticamente, después de graduarme en Amsterdam empecé a trabajar sobre la pregunta "qué es esto que llamamos danza" y también en qué cambia a un espectador haber visto tal o cual espectáculo. Me interesa la danza sobre todo como conversación o diálogo, no necesariamente hablado. Por ejemplo, una experiencia que hice en Zurich consistió en detener gente en la calle, explicarles que era bailarina y pedirles que crearan una coreografía para mí. Muchos respondían "no, de eso no sé nada". Les decía entonces que les iba a dar dos o tres pautas. Este proyecto siguió evolucionando: con los registros en video hice un montaje para mostrar en un teatro y agregué una participación en vivo de una de esas personas que encontré en la calle, que no era bailarín.
¿Qué es lo que vas mostrar en Buenos Aires?
Se trata del fruto del trabajo que realizamos con un actor suizo que se llama Martin Schick. Vivimos en dos ciudades distintas y al comenzar a intercambiar mails para ponernos de acuerdo sobre el concepto de la obra, se crearon muchos malentendidos. Finalmente el concepto de Título, ese es el nombre del espectáculo, consistió en abordar la idea del malentendido en un sentido general, no con la intención de resolverlo, sino para mostrar las maneras en que puede llevarnos a lugares impensados.
¿Cómo es vivir en Suiza?
Las condiciones de vida son extraordinarias, porque hay un enorme respeto por parte de los suizos que se manifiesta en cada situación de la vida cotidiana. La contracara de eso, en cambio, es que hay demasiado respeto. De tanto no querer molestar al prójimo, se pasan de la raya. Y en la fisicalidad se percibe mucho, nadie invade la kinesfera personal de los otros. En consecuencia, se siente mucha soledad.
Fuente: Clarín
En 1998 viajó a Europa para hacer una experiencia sistemática en danza, decisión que dio un rumbo a su carrera que no hubiera ocurrido seguramente si hubiera permanecidoaquí, en Buenos Aires.
Vive desde hace siete años en Zurich, donde este año recibió un subsidio para una muy curiosa intervención artística en oficinas del registro civil, con agregados tan absurdos y extravagantes como un servicio de "verificación del amor" y otro de "información para la vida".
¿Podés explicar cómo te ubicás frente a la danza?
Estoy precisamente en un momento de cambio, de una apertura de lugares y grietas impensados. Sintéticamente, después de graduarme en Amsterdam empecé a trabajar sobre la pregunta "qué es esto que llamamos danza" y también en qué cambia a un espectador haber visto tal o cual espectáculo. Me interesa la danza sobre todo como conversación o diálogo, no necesariamente hablado. Por ejemplo, una experiencia que hice en Zurich consistió en detener gente en la calle, explicarles que era bailarina y pedirles que crearan una coreografía para mí. Muchos respondían "no, de eso no sé nada". Les decía entonces que les iba a dar dos o tres pautas. Este proyecto siguió evolucionando: con los registros en video hice un montaje para mostrar en un teatro y agregué una participación en vivo de una de esas personas que encontré en la calle, que no era bailarín.
¿Qué es lo que vas mostrar en Buenos Aires?
Se trata del fruto del trabajo que realizamos con un actor suizo que se llama Martin Schick. Vivimos en dos ciudades distintas y al comenzar a intercambiar mails para ponernos de acuerdo sobre el concepto de la obra, se crearon muchos malentendidos. Finalmente el concepto de Título, ese es el nombre del espectáculo, consistió en abordar la idea del malentendido en un sentido general, no con la intención de resolverlo, sino para mostrar las maneras en que puede llevarnos a lugares impensados.
¿Cómo es vivir en Suiza?
Las condiciones de vida son extraordinarias, porque hay un enorme respeto por parte de los suizos que se manifiesta en cada situación de la vida cotidiana. La contracara de eso, en cambio, es que hay demasiado respeto. De tanto no querer molestar al prójimo, se pasan de la raya. Y en la fisicalidad se percibe mucho, nadie invade la kinesfera personal de los otros. En consecuencia, se siente mucha soledad.
Fuente: Clarín
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