miércoles, 25 de noviembre de 2009

En Invisible, Paul Auster crea un relato policial con tintes eróticos

Una trama cruzada por la ilusión y el deseo

Todos los seguidores de la obra del escritor neoyorquino deben estar de parabienes ya que el 1º de diciembre sale al mercado Invisible, su nuevo trabajo, en el que el protagonista es originario de New Yersey.

En Un hombre en la oscuridad (2008), su última novela editada, Paul Auster cuenta la historia de August Brill, un hombre de 72 años (jubilado y viudo), que permaneció en un hospital algo más de un año, como consecuencia de un accidente automovilístico que le dejó una pierna maltrecha. Tras su estadía hospitalaria, Brill se muda a la caja de su hija, que vive con la única compañía de su nieta. A partir de entonces, el anciano lleva una vida sedentaria: prácticamente inválido, camina en silla de ruedas y pasa en la cama largas horas de insomnio que calma contándose historias. Ese es el punto de partida de aquella novela.

Todos los seguidores de la obra del escritor estadounidense (aunque a ciencia exacta denominarlo neoyorquino le sienta mucho mejor) deben estar de parabienes ya que el 1º de diciembre sale al mercado Invisible un nuevo trabajo de Auster.

El protagonista es Adam Walker, que lejos de estar en el ocaso de su vida como el protagonista de Un hombre en la oscuridad, está dando sus primeros pasos. Veinteañero, Walker es un aspirante a poeta que durante una fiesta de estudiantes, conocerá a una pareja de franceses muy sofisticados que le descubrirán los caminos de la ilusión y el deseo.

Así, tras varios días de ambigua seducción en los que la pareja va tejiendo su invisible tela de araña en torno al hermoso e inocente americano, Rudolf Born, que está en Columbia como profesor invitado en la School of International Affairs, le ofrece a Adam la dirección de una revista literaria que él financiará.

Invisible, resulta una novela policíaca erótica y agudamente filosófica, en la que Auster seduce y conduce con mano maestra a los lectores desde Nueva York a París y desde California a una remota isla en el Caribe, mientras contrasta los placeres sutiles de la mente con la vorágine de los cuerpos, y ahonda en las repercusiones de la culpa, en el incontrolable poder del deseo y las insidiosas consecuencias del narcisismo y el libertinaje.

Gran parte de la obra de Auster está ambientada en la ciudad de New York e Invisible no será la excepción. Pocos lectores se sorprenderán al descubrir que Adam Walker nació New Yersey (como el escritor) y estudia en New York.

Fuente: Diagonales

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