sábado, 14 de noviembre de 2009

El Lejano Oriente está cada vez más cerca

Arte. La entidad estrenó la obra teatral Locatario, de autor, director y actores coreanos.

CENTRO CULTURAL COREANO


Única en América Latina, la sede porteña de la cultura coreana impulsa la creación de libros y obras de teatro, difunde su cine y sus trajes típicos y hasta enseña la cocina y el idioma de su país.

Natalia Gelós

El fin de año trae vientos de cultura coreana a la Argentina. A la ya frecuente visita del cine de Corea, de la mano de festivales y, en especial, del director surcoreano Kim Ki-Duk (este año, en las pantallas nacionales con Aliento), la primavera agregó la presentación de Ji-Do (Santiago Arcos), antología de literatura coreana seleccionada por Oliverio Coelho, y el estreno de la obra teatral Locatario, de autor, director y actores coreanos.

El auge de la cultura coreana en la Argentina se debe, en gran medida, a la labor del Centro Cultural Coreano (Coronel Díaz 2884), que este 30 de noviembre cumple tres años en Buenos Aires. Es uno de los doce centros culturales coreanos en el mundo y el único de América Latina. Su actual director, Yi Chongyul, les ha dado un especial impulso a las actividades culturales de su país en la Argentina. Cuenta, por ejemplo, con una importante biblioteca de literatura coreana.

Estas producciones arrojan luz sobre una cultura que ha sobrevivido a guerras, colonizaciones, dictadura y neoliberalismo, y que hasta ahora permanecía desconocida en estas tierras.

La antología está compuesta por ocho cuentos. Los autores representan dos generaciones: los nacidos en la primera mitad del siglo XX, como Son Chang Sop o Lee Dong-Ha, y los llamados “escritores jóvenes”, como Kim Young-Ha o Ha Seong-Nan. El contexto socio histórico ha influido en sus temáticas, pero no hay que buscar en sus obras una Corea tradicional, pintoresca; en ellas se destaca, por sobre todo, el realismo social. “Me pareció que lo excepcional era ese realismo social que logran, que es perfecto y que tiene altura crítica; una elaboración de situaciones sociales y una reelaboración de dramas históricos que las sitúa en un lugar único, porque no deja de ser a la vez una literatura sutil, que atiende a los matices”, describe Coelho, que conoció el país oriental en 2007, a través de una beca.

La antología, propiciada por el Instituto para la Traducción de Literatura Coreana, es un primer acercamiento a una narrativa poco conocida en la Argentina y aúna con la promoción que brinda el Centro Cultural Coreano. No es casual: la inmigración coreana ha sido fuerte en el país. Viven aquí cerca de 25.000 inmigrantes, según un informe de la Embajada de Corea. “La idea era devolverles a muchos descendientes de coreanos su literatura, porque estaban totalmente desconectados. Muchos son argentinos, pero tienen de sus padres una referencia de lo que fue Corea. Creo que algunos ven en estos relatos parte de su origen”, dice Coelho.

Los cuentos muestran un mundo atravesado por divisiones, dictadura, pobreza y la implementación de recetas neoliberales. Generan, así, un paisaje en cierto punto familiar en estas latitudes. Sin embargo, Corea del Sur ha logrado ubicarse como potencia mundial. Coelho afirma que los autores hacen del cambio sociohistórico un asunto literario. “Un país que fue colonizado, que atravesó dramas históricos, en dos décadas se transformó en un país del Primer Mundo y, de algún modo, la población fue avasallada por este pasaje al neoliberalismo. De eso hablan los autores, y de cómo esta nueva burguesía relega valores tradicionales y adopta otros. En esa adopción hay una especie de grisura o falta de identidad propia de un país globalizado”, cuenta.

Los autores mayores retratan los estragos de la guerra y la colonización. Los jóvenes refundan la tradición, la transforman. “De alguna manera, siguen aferrados a una responsabilidad cívica heredada de sus mayores. Toman lo mejor de los escritores de la década del setenta y hacen otra cosa, como el autor de ‘Los estándares coreanos’, que parece un delirio muy inventivo, pero a la vez traza una crítica feroz a las multinacionales que dominan y se comieron el campo en Corea, los holdings. Casi como acá”, explica Coelho.

Ese cruce entre tradición e influencia occidental se ve también en el teatro. Sobre las tablas, Locatario transcurre en Corea, pero bien podría ser la Argentina. Sus cuatro actos se centran en pequeñas historias cargadas de tensión y extrañamiento. El grupo dirigido por Chang Sung Kim, también actor de la obra, se completa con Sang Min Lee, Catalina Cho y Roberto Kim. “¿Qué se están preguntando allá, en Corea?”, ésa fue la pregunta que los movilizó a elegir esta obra que por primera vez integra en el circuito oficial una pieza teatral dirigida, escrita y actuada por coreanos. “Nos interesó porque es profundamente humana. Nos sentíamos tocados por esa idea de que vivís de alquiler. Lo que creés que es tuyo no lo es. Como inmigrante, incluso, ¿qué puedo decir que es propiamente mío? Yo hablo un lenguaje y, sin embargo, ¿puedo decir que es mío?”, se pregunta Sang, una de las actrices.

La obra, que se presenta los sábados en El Teatro del Ángel, muestra historias que se tensan en situaciones cotidianas. Un diálogo entre locadora y locataria, una conversación entre taxista y pasajero, una discusión de pareja y un encuentro entre una mujer perdida y un extraño, de esas situaciones se forma la pieza de Young Sun Yoon, autor coreano que murió recientemente y que se caracterizó por el abordaje de historias que privilegian el drama humano.

Desfiles, cine y cursos varios

En lo que resta de noviembre, habrá varios eventos culturales coreanos. Como parte de las actividades en la Noche de los Museos, el Centro Cultural Coreano presentará en su sede (Coronel Díaz 2884) un desfile de hanboks (traje típico coreano) con modelos argentinas. Ese mismo día habrá también un grupo de percusión tradicional, se presentará el primer cuadro de la obra teatral Locatario y se proyectarán videos de artistas contemporáneos.

Todos los miércoles y sábados (a las 14 y a las 15), hay un ciclo de nuevo cine coreano. Los jueves a las 15 se proyecta el concierto de la soprano Sumi Jo. La música clásica también está presente con los conciertos de la pianista argentino-coreana Ana Cho.

El Centro Cultural Coreano también auspicia la coproducción coreano-argentina de danza Internal & External-So far... so close. La cita es en el multiespacio Los Ángeles (Corrientes 1764).

En la sede del centro cultural también hay cursos de idioma, de cocina, de artes marciales y una importante biblioteca de autores coreanos en español, inglés, francés y alemán, además de la lengua de origen.

Fuente: Crítica

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