La obra se presenta a las 20 en 10 entre 54 y 55 y la entrada es un alimento no perecedero
Entrada: UN alimento no perecedero o pañales
Detenidas en la Unidad 33 de Los Hornos presentan una obra de la UNLP
Un acontecimiento extraordinario ocurrirá hoy en el Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata, cuando quince actrices suban a escena para protagonizar Brevísima e incierta historia del teatro. Las chicas habrán llegado poco antes, esposadas y cada una de ellas acompañada por un guardia de seguridad, que las escoltará de la Unidad Penitenciaria Nº 33 hasta la casa teatral, donde presentarán una obra en la que trabajan desde hace dos años, privadas de la libertad.
“Gracias por seguir encaminando nuestras vidas”, dice un cartel en el patio del centro educativo de la prisión en el que las internas ensayaban ayer la obra que hoy mostrarán en el centro platense. Hay una cartulina con las efemérides que recuerdan algunas fechas importantes de junio, como la muerte de Miguel de Güemes y el día de la ancianidad. En una pared hay un cartel con una frase de Paulo Freire, el alfabetizador brasileño.
El patio podría ser un patio de una escuela cualquiera, ubicado entre algunas pocas y pequeñas aulas y unas oficinas administrativas. Pero es el patio del centro educativo de la Unidad 33, allí no sólo hacen teatro las internas, sino que también recuperan años de estudio. Angela, de 56 años, no sólo va a las clases de teatro, sino que también se inscribió para hacer la secundaria. Y María, de 35, terminó el colegio el año pasado y ahora acaba de aprobar el ingreso a Derecho.
–¿Tiene pensado seguir estudiando abogacía cuando salga?
–No. Yo quiero ser técnica radióloga.
–¿Y entonces, por qué Derecho?
–Es lo que hay.
Como su nombre lo indica, la obra de teatro que presentarán hoy las internas de la U33 describe una breve historia del teatro. En escenas deliciosas –o desopilantes–, las actrices despliegan lo que aprendieron desde que en diciembre de 2006 comenzaron con los talleres a cargo del profesor Miguel Di Benedetto, para ir de siglo V antes de Cristo al teatro contemporáneo.
Algunas veces, son ellas mismas en el escenario, en un monólogo en primera persona se cuentan y piden un reconocimiento. Dicen que están tratando de mejorar. Después, salen cuatro para un lado y otras dos del otro lado escoltan a una mujer a la que dejan caer de rodillas. Es la mujer pecadora y el Cristo que dice: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Con la intervención del tallerista, autor y director Di Benedetto, las chicas navegan y bucean por todos los estilos posibles, van de la pantomima a Shakespeare, para inaugurar luego escenas del circo criollo, actuar a Pepino el 88 y su ayudante Polvorita, y se animan al Martín Fierro y eso de que “los hermanos sean unidos”. Ellas se emocionan. Y se divierten. Y entretienen.
En las intervenciones en solitario, cuando es una la que se encuentra cara a cara con el público, hablan de la vida en prisión y le reconocen al profesor de teatro haberles dado una energía para sobrevivir. Después, otras compañeras se unen para hacer una doble función radioteatro que se vuelve desopilante cuando los textos y personajes de una y otra obra se unen en una.
Sobre el final, el diálogo entre dos señoras con alto compromiso ecológico muestra un evidente desprecio por la vida de una pobre señora que pide unas monedas. Y cuando el profesor está por despedir la obra aparece un tal Walter Chorreti, político de profesión, que tienen hinchada propia para su mitín político.
María dice que no se hubiera imaginado nunca delante de la gente, actuando. Recuerda que era muy introvertida y agradece: “la cárcel te saca tu identidad y uno se encierra en sí mismo, pero el teatro te pone en otro lugar”. Celia contó que “el teatro nos fue sacando lo mejor que teníamos. Incluso cosas que nosotras ignorábamos que teníamos. A veces veníamos sin ganas, pero Miguel nos levantaba el ánimo, nos hacía chistes. Ahora podemos decir que estamos orgullosas del profesor que tenemos”. Y prometió: “cuando salga, que será este año, voy a seguir apoyando al profe desde afuera, para que las chicas que quieran, puedan seguirlo en su delirio”.
Fuente: Diagonales
Entrada: UN alimento no perecedero o pañales
Detenidas en la Unidad 33 de Los Hornos presentan una obra de la UNLP
Un acontecimiento extraordinario ocurrirá hoy en el Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata, cuando quince actrices suban a escena para protagonizar Brevísima e incierta historia del teatro. Las chicas habrán llegado poco antes, esposadas y cada una de ellas acompañada por un guardia de seguridad, que las escoltará de la Unidad Penitenciaria Nº 33 hasta la casa teatral, donde presentarán una obra en la que trabajan desde hace dos años, privadas de la libertad.
“Gracias por seguir encaminando nuestras vidas”, dice un cartel en el patio del centro educativo de la prisión en el que las internas ensayaban ayer la obra que hoy mostrarán en el centro platense. Hay una cartulina con las efemérides que recuerdan algunas fechas importantes de junio, como la muerte de Miguel de Güemes y el día de la ancianidad. En una pared hay un cartel con una frase de Paulo Freire, el alfabetizador brasileño.
El patio podría ser un patio de una escuela cualquiera, ubicado entre algunas pocas y pequeñas aulas y unas oficinas administrativas. Pero es el patio del centro educativo de la Unidad 33, allí no sólo hacen teatro las internas, sino que también recuperan años de estudio. Angela, de 56 años, no sólo va a las clases de teatro, sino que también se inscribió para hacer la secundaria. Y María, de 35, terminó el colegio el año pasado y ahora acaba de aprobar el ingreso a Derecho.
–¿Tiene pensado seguir estudiando abogacía cuando salga?
–No. Yo quiero ser técnica radióloga.
–¿Y entonces, por qué Derecho?
–Es lo que hay.
Como su nombre lo indica, la obra de teatro que presentarán hoy las internas de la U33 describe una breve historia del teatro. En escenas deliciosas –o desopilantes–, las actrices despliegan lo que aprendieron desde que en diciembre de 2006 comenzaron con los talleres a cargo del profesor Miguel Di Benedetto, para ir de siglo V antes de Cristo al teatro contemporáneo.
Algunas veces, son ellas mismas en el escenario, en un monólogo en primera persona se cuentan y piden un reconocimiento. Dicen que están tratando de mejorar. Después, salen cuatro para un lado y otras dos del otro lado escoltan a una mujer a la que dejan caer de rodillas. Es la mujer pecadora y el Cristo que dice: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.
Con la intervención del tallerista, autor y director Di Benedetto, las chicas navegan y bucean por todos los estilos posibles, van de la pantomima a Shakespeare, para inaugurar luego escenas del circo criollo, actuar a Pepino el 88 y su ayudante Polvorita, y se animan al Martín Fierro y eso de que “los hermanos sean unidos”. Ellas se emocionan. Y se divierten. Y entretienen.
En las intervenciones en solitario, cuando es una la que se encuentra cara a cara con el público, hablan de la vida en prisión y le reconocen al profesor de teatro haberles dado una energía para sobrevivir. Después, otras compañeras se unen para hacer una doble función radioteatro que se vuelve desopilante cuando los textos y personajes de una y otra obra se unen en una.
Sobre el final, el diálogo entre dos señoras con alto compromiso ecológico muestra un evidente desprecio por la vida de una pobre señora que pide unas monedas. Y cuando el profesor está por despedir la obra aparece un tal Walter Chorreti, político de profesión, que tienen hinchada propia para su mitín político.
María dice que no se hubiera imaginado nunca delante de la gente, actuando. Recuerda que era muy introvertida y agradece: “la cárcel te saca tu identidad y uno se encierra en sí mismo, pero el teatro te pone en otro lugar”. Celia contó que “el teatro nos fue sacando lo mejor que teníamos. Incluso cosas que nosotras ignorábamos que teníamos. A veces veníamos sin ganas, pero Miguel nos levantaba el ánimo, nos hacía chistes. Ahora podemos decir que estamos orgullosas del profesor que tenemos”. Y prometió: “cuando salga, que será este año, voy a seguir apoyando al profe desde afuera, para que las chicas que quieran, puedan seguirlo en su delirio”.
Fuente: Diagonales
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