Desde hace poco más de un mes, se está formando un grupo independiente de baile que combina lo clásico y lo contemporáneo. Su primera producción será una obra de teatro y danza. A fuerza de ensayos y sacrificio se acercan a concretar su sueño, en una disciplina artística que está más bien relegada.
Ya conocen lo que implica llevar adelante un proyecto a pulmón, sin sustento de ningún tipo, y con los escasos recursos que tienen a mano. Lo demás, se va gestando a fuerza de voluntad, ganas, sacrificio y pasión. También son conscientes de que se lanzan con una producción ambiciosa y compleja, pero lo hacen con tanta fuerza que difícilmente bajen los brazos. Con interesantes antecedentes en sus carreras, los bailarines Luis Miguel Zúñiga y Moira Hidalgo persiguen el sueño de formar un grupo de danza independiente en nuestra ciudad.
El lanzamiento está planeado para octubre próximo, con la ópera I Pagliacci, del compositor italiano Ruggero Leoncavallo, estrenada por primera vez en Milán en 1892. Con parte del equipo formado, siguen en la búsqueda de los miembros que faltan.
La formación profesional que buscan es avanzada, pero no alcanza con tener un abultado currículum si no hay entusiasmo y predisposición.
Pasos que hablan
Luego de una experiencia similar en Capital Federal, estos dos jóvenes emprendedores se lanzaron a armar su propio grupo de danza en La Plata, con todo el trabajo que eso supone. Según contaron a Hoy, la idea nació hace más de un año, y desde el mes pasado trabajan arduamente en la producción con la que se lanzarán. La emergencia sanitaria retrasó un poco los planes, ya que para esta altura pensaban tener el grupo armado, y es por eso que la convocatoria sigue abierta para encontrar a los tres miembros que faltan.
Por un lado, buscan un rol protagónico masculino -el “Payaso”-, otro bailarín y un cantante, “que puede ser desde un tenor hasta un intérprete de música popular”, señala Luis. Es que intentan no atarse tanto a la pauta y, de hecho, aseguran que la obra ya ha cambiado muchísimo de lo que imaginaban en un principio. Como se trata de una puesta en escena de teatro y danza, los bailarines tienen que animarse a hablar y cantar en el escenario, además de bailar, por supuesto. Y aquí radica el gran desafío.
“En general, la danza clásica está muy encasillada en la técnica, lo cual es necesario, pero también hace falta que el personaje pueda plasmarse en los pasos, y nosotros apostamos a eso”, explica Moira, y agrega: “La obra va cambiando todo el tiempo, porque cada uno le aporta algo distinto, y la historia se va adaptando a lo que es el bailarín como persona, porque queremos que digan algo, con las palabras y con el cuerpo”.
En este sentido, Luis cuenta que la ópera que eligieron encaja perfecto con la fusión de disciplinas que quieren lograr, un objetivo que tuvieron claro desde el principio. “La historia que se cuenta es un drama, tiene mucha parte actoral, y los chicos también hablan en el escenario”. El cantante que elijan establecerá interacción con los diez bailarines que queden luego de la selección de los postulantes.
Búsqueda complicada
Con respecto a la búsqueda del resto de los miembros, tanto Luis como Moira hablan de un proceso difícil, por el perfil que necesitan. “Es complicado encontrar varones, porque tienen que saber bailar, cantar, actuar y, además, animarse a hacerlo en escena”, expresa Luis. Todo, además, enmarcado en un proyecto independiente, al que hay que dedicar tiempo, ensayos y, claro, entrega.
Asimismo, cuentan que lo más complicado de encontrar fue alguien que trabaje sobre la música de la ópera, y la regrabe sin voz, para que los protagonistas puedan hablar encima. Finalmente, dieron con Aníbal Zorrilla, y dejaron en sus manos ese trabajo. También convocaron a una diseñadora de vestuario y otro de escenografía. La obra se abre con un solo, basado en un texto que escribió la madre de Luis, y que representa el síndrome de abstinencia de un adicto a las drogas. El tema elegido apunta a que el público, en cierta forma, se sienta identificado. La música del solo está a cargo de Matías Zahrelban.
Cuidan cada detalle porque saben que “se largan con todo”, sin miedo a interpretar una ópera que, desde fines del siglo XIX, se representa en todos los teatros importantes del mundo. Con respecto al nombre del grupo, están en la búsqueda. “Empezamos con una idea y teníamos un nombre que quedaba perfecto pero, como todo fue evolucionando, ahora creemos que aquel nombre ya no encaja”, señala Moira. Todavía tienen tiempo. Por lo pronto, el estreno será en octubre próximo, en el auditorio de la Sociedad Odontológica Argentina.
Los interesados deben escribir a:
grupodedanza09@gmail.com.
Cuesta arriba
Abrirse camino en el mundo del arte es complicado para todas las disciplinas, pero a algunas les cuesta más que a otras, como es el caso de la danza. “En Capital nos pasa que, al ser tan grande y tener tantas opciones de espectáculos, es difícil que la gente elija danza clásica”, cuenta Moira, y agrega que “ya de entrada, el público supone que se va a aburrir”. Son muchos los prejuicios contra los que hay que luchar, aunque reconocen que también hay cierta apertura por parte del público, especialmente hacia la danza contemporánea y la mezcla de disciplinas, como la que ellos preparan para su producción. En nuestra ciudad, dicen, “inevitablemente hay una mayor llegada al público, y también una enorme movida cultural, con mucha gente que, cada vez más, se vuelca hacia este tipo de espectáculos”.
Moira estudió en la compañía de Iñaki Urlezaga desde los seis años, luego formó parte del Ballet Concierto, hizo distintos cursos en el país y el extranjero, y actualmente se dedica, entre otras cosas, a dar clases. Será una de las bailarinas de I Pagliacci. Luis, por su parte, hizo toda su carrera en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, trabajó en la compañía que allí funciona, también en la de Maximiliano Guerra y, actualmente, lo hace en la de Urlezaga. Desde hace tres años empezó a involucrarse en la coreografía y, junto a Moira, trabaja también en una compañía creada recientemente en nuestra ciudad. Entre los dos dirigirán la obra que preparan.
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