Ayer por la mañana, falleció el dramaturgo Carlos Pais, quien sufría una grave afección respiratoria. A pesar de ser básicamente dramaturgo, Pais no tenía ningún prurito en decir que "el teatro es para ser visto y no sólo para ser leído". Es decir que, aunque era un gran defensor de la palabra escrita, también podía entender las nuevas creaciones escénicas en las que es casi imposible escindir texto de puesta. La misma frase podría servir para entender su frustración al no poder asistir -estos últimos días- a los ensayos generales de su obra Días eternos, que, con la dirección de Gladys Lizarazu y la actuación de Marcelo Mazzarello, Ernesto Claudio y Max Berliner, se estrenará apenas se levante la emergencia sanitaria en la ciudad de Paraná, donde participa del Plan Federal del Teatro Cervantes, entidad de la que fue director adjunto entre 1984 y 1986.
Carlos Pais había nacido hace 75 años en la ciudad de Santa Fe, donde cursó estudios de abogacía e inició su carrera como actor y director de teatro independiente. A los 34 años se radicó en Buenos Aires, donde -en 1972- estrenó su primera obra como autor, Welcome los amos , hecho que marcó el inicio de su dedicación casi exclusiva a la dramaturgia. Le siguieron La Santa Propiedad y Somos como somos . En 1981 participó como autor y organizador de las tres primeras ediciones del ciclo Teatro Abierto, en las que presentó La oca , Bar L a Costumbre y Blues de la calle Balcarce .
Escribió en colaboración con Sergio De Cecco y Peñarol Méndez Moreira ; más tarde, Cuando me afeito, y luego, El hombrecito , una de sus obras más representadas, junto a Extrañas figuras , que le deparó tantas satisfacciones como premios.
Durante casi diez años, fue coordinador artístico del Teatro San Martín, donde, luego de ese período, no era difícil encontrar cada temporada alguna de sus obras o sus adaptaciones de otros trabajos dramatúrgicos. Así, por allí pasaron su versión teatral de Los derechos de la salud , de Florencio Sánchez; la de El grito pelado , de Oscar Viale, y la de Narcisa Garay , de Juan Carlos Ghiano. En 2005 escribe y estrena -en el ya denominado Complejo Teatral de Buenos Aires- la obra Guachos , que trata sobre el tema de la identidad. "Los personajes de Pais son tipos reconocibles, personajes de hoy, rodeados de las circunstancias que pertenecen a esta comunidad y a este tiempo?", escribe Roberto Cossa en el prólogo del volumen Del teatro de humor al grotesco del Instituto del Teatro, donde fue incluida su última obra.
Otras tareas que lo marcaron y a las que se dedicó con convicción hasta último momento fueron las que llevó adelante en la Fundación Somigliana y en Argentores.
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