¿Cómo puede una chica linda hacerse un lugar en un mundo tan masculino? Lo cuenta ella: Fernanda López Camelo recuerda los pasos que la llevaron a ser la referente femenina del rock platense. Y habla de su presente, atrapado por la música
Por Cecilia Famá Fuente: El Día (El Cubo)
La mujer que sube al escenario enfundada en rojo, con un escote profundo y dejando ver su portaligas, nada tiene que ver con la chica despojada de jean y remera blanca, que se acurruca en su guitarra y susurra canciones. Pero ambas versiones de Fernanda López Camelo dejan desnuda sobre el escenario a esa cantante visceral que conquista al público, tanto al que tiene ánimo de fiesta, como al íntimo.
Su pasado como actriz, que la acercó a la que fue su primera banda, ha quedado atrás. “Hoy soy –afirma- absolutamente una música. Como dice Charly (García) estoy todo el día yendo de la cama al living. De hecho, en el living de casa tengo una sala de ensayo, así que es una frase perfecta para mí... aunque debo reconocer que la música a veces me libera, pero otras me encierra”.
Pasos cortos, una excelente voz y su vocación musical la han llevado a donde hoy se ubica. Es la cantante del grupo Las Dirty Diamonds -una big band integrada por once mujeres- y, a la vez, una cantautora prolífica, que en los últimos años editó dos discos, y prepara el tercero. Al segundo, “Desierto”, lo seguirá presentando el 16 de julio, en Ciudad Vieja (17 y 71), en una fecha que compartirá con Pablo Krantz.
En el medio, pasaron bandas, amigos, proyectos y un sinnúmero de sensaciones que explica con sus propias palabras.
¿Cómo fueron tus comienzos en el mundo de la música?
Empecé en el año 1990, haciendo candombe, en un grupo llamado La Murgandita. Hasta 1995, conjugué dos actividades: la actuación y la música. El lugar de encuentro en ese momento fue la sala La Rosa de Cobre. En teatro, trabajé en producciones de La Fabriquera, como "Expulsados del vodevil" y "Noche cerrada", ambas dirigidas por Laura Valencia. En el 95 dejé de actuar y cantar.
Habían fallecido mis viejos entre el 94 y 95, y todo lo que estaba relacionado con cualquier expresión artística me desbordaba. Así que tuve un compás de espera de seis años, donde estudié disciplinas relacionadas con lo corporal. Soy profesora de yoga, estuve asociada al "Movimiento de trabajadores corporales para la salud" y allí, en esos encuentros, me di panzadas de talleres en la búsqueda del conocimiento a través del cuerpo. Di clases entre el 95 y el 2000 en un espacio propio llamado" La casa de Uno".
¿Cómo se dio el proceso hacia tu formación musical?
Comencé en forma autodidacta, y luego, en 2001 empecé a tomar clases de canto con Emilce Vassaro. Creo que ésta es mi formación más tenaz, desde allí hasta ahora no he parado. Tomé clases de guitarra, percusión, y actualmente de batería. No me especifico en ninguno de los instrumentos; a todos los toco un poco, y así armo mis recitales como cantautora. Voy rotando de instrumentos.
Contanos un poco sobre las bandas que has integrado en todos estos años...
Mi primera banda fue La Murgandita, hacía candombe y era la cantante junto a Roberto Laxague, por esa formación pasaron un montón de músicos. Luego formamos Gato Negro, con Pilu Pontano, Marcelo Pontano, Federico Nuñez, el Pollo La Farga y más tarde se incorporó Leo Giordano.
Después llegó Jazz Trío, con Diego Gómez y Marcelo Recia, y paralelamente se formó Ambrosía, trío femenino -con Melina y Romina Sarmiento-. Casi en simultáneo, en 2005 surgió la idea de Las Dirty Diamonds.
¿Cómo surgieron “Las Dirty…”?
Arrancamos en 2005, haciendo temas de Pixies, The Doors, Alice Cooper . Eramos las bases nada más y luego viramos a la idea de una "big band de neo swing", con una estética definida y femenina. Fue largo el armado. Comenzamos a buscar "vientos", cosa que se complicó porque no hay tantas mujeres que toquen trompeta o un saxo barítono, por ejemplo. Pero lologramos, y aquí estamos, hace 3 años y medio.
Estoy orgullosa de Las Dirtys; no sólo en lo musical, sino también en cómo hemos sabido llevar este proyecto en el transcurso de todos estos años. Básicamente no hay "estrellas. Prevalecemos el producto y las relaciones, con mucho respeto. Hoy somos un grupo de amigas que disfrutamos del encuentro y de lo que hacemos.
¿Y tu carrera solista?
Comencé a componer en el 2006 mi primer disco no editado, "Entender a la Luna". Lo hice con excelentes músicos, como Ezequiel Dutil, Martín Lambert, Martín Messineo y Matías Martín Hargo. En ese momento yo escribía poesía y luego le ponía música, creo que esto fue lo que no me convenció para editarlo, pero el trabajo de los chicos fue bárbaro.
Luego comencé a juntarme con Pilu Pontano, gran compañero de ruta, y hacemos el disco "Voy", que tampoco edité, en 2007. Pero entre finales del 2007 y 2008 hice "Cícada", que es mi primer disco "editado", también con Pilu y Alfredo Calvelo. Desde allí la escritura y la música comienzan a salir conjuntamente. Entre fines del año pasado y principio de éste, hice "Desierto", mi segundo disco "editado", que es el que estoy presentando hoy.
¿De qué hablan tus canciones?
De amor… de amores tan profundos como truncos. "Desierto", es el relato de una ausencia...
¿Cómo es para una chica linda estar inmersa en el mundo del rock, donde predominan los hombres?
(Risas) Gracias por lo de "linda"... Y bueno, depende de cómo te plantes vos en lo que hacés. En verdad yo nunca me vi como "la minita" que canta, por ejemplo, como suelen decirte. Creo que me he corrido siempre de ese lugar; soy una música o una "artista", palabra que me da mucho pudor usar. Podría ser una "productora cultural", creo que esta expresión encierra más lo que he venido haciendo en todos estos años.
Sí, es verdad que el rock sigue teniendo resabios machistas, creo que lo que pasa, es que a los tipos no le gustan las mujeres "fálicas", y está muy bien, por suerte. Pero a veces no te queda otra que ser medio "fálica" cuando estás en la cancha. Eso no significa que dejemos de ser femeninas; sólo que vamos a la par. He tenido y tengo buenas relaciones con mis compañeros varones, me siento cuidada y en algunas otras oportunidades, por ahí no, pero bueno, es parte de la vida.
¿Tus proyectos?
Estoy haciendo el disco "Construcciones", que es la construcción que uno hace de uno mismo, pero con los otros, después de "Desierto", de ese estado de desolación. Estoy trabajando a distancia con un francés llamado Monst3r, que hace música electrónica; también parte de esa producción aparecerá en "Construcciones".
¿Algún sueño por cumplir?
Creo que cumplí con mi sueño de niña. Hoy tengo sueños de mujer... tal vez una buena historia de amor.
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