“El último instrumento de carne y hueso”
En conmemoración por el nacimiento de Aníbal Torilo, se estableció esta fecha para la celebración.Y esta tarde se juntarán, en un recital en La Trastienda, para presentar sus discos solistas Leopoldo Federico, Julio Pane, Walter Ríos, Néstor Marconi. También estará Juan José Mosalini.
Andrés Casak
La fecha exacta de la irrupción del bandoneón en el tango y los nombres de los pioneros es material que todavía se debate entre la hipótesis y la certeza, pero hay algunos datos que son compartidos por los historiadores: el instrumento se creó en Alemania, llegó al país aproximadamente a fin de siglo XIX y se acopló a los primitivos tríos de la guardia vieja ocupando el lugar de la flauta.
Sin embargo, el desarrollo tampoco fue lineal ni se trató de un abrazo inmediato con la “jaula”, “oruga” o “costilludo”, tal como se lo llamó en diferentes épocas. En el primer tomo del libro El tango, el bandoneón y sus intérpretes, el investigador Oscar Zucchi observa que “la asimilación del bandoneón por los conjuntos típicos encontró serias resistencias en los tanguistas de la primera época”. Y cita un testimonio que asegura que en 1913 nadie lo quería aprender, “porque había vergüenza de su aspecto y vulgaridad”.
Desde allí comenzó un recorrido tan intenso que hace que hoy las palabras tango y bandoneón parezcan irreductibles. Es más, existe todo un subgénero de letras dedicadas al instrumento. Entre los acontecimientos más recientes, se produjo la legitimación simbólica del aniversario. En 2005 se estableció el Día del Bandoneón a través de una ley, fijado para el 11 de julio, en conmemoración por el nacimiento de Aníbal Troilo. Otra novedad fue el lanzamiento de la colección de discos El arte del bandoneón, que aglutina a algunos de sus íconos actuales.
Esta tarde, a las 18, en La Trastienda, se cruzarán las últimas dos coordenadas: en sintonía con la celebración, se presentará esta serie de álbumes con solos de bandoneón. Allí tocarán Julio Pane (quien define al bandoneón como “el último instrumento de carne y hueso”), Leopoldo Federico, Walter Ríos y Néstor Marconi. Además, Juan José Mosalini compartirá escenario con Pane.
Fuente: Crítica
La fecha exacta de la irrupción del bandoneón en el tango y los nombres de los pioneros es material que todavía se debate entre la hipótesis y la certeza, pero hay algunos datos que son compartidos por los historiadores: el instrumento se creó en Alemania, llegó al país aproximadamente a fin de siglo XIX y se acopló a los primitivos tríos de la guardia vieja ocupando el lugar de la flauta.
Sin embargo, el desarrollo tampoco fue lineal ni se trató de un abrazo inmediato con la “jaula”, “oruga” o “costilludo”, tal como se lo llamó en diferentes épocas. En el primer tomo del libro El tango, el bandoneón y sus intérpretes, el investigador Oscar Zucchi observa que “la asimilación del bandoneón por los conjuntos típicos encontró serias resistencias en los tanguistas de la primera época”. Y cita un testimonio que asegura que en 1913 nadie lo quería aprender, “porque había vergüenza de su aspecto y vulgaridad”.
Desde allí comenzó un recorrido tan intenso que hace que hoy las palabras tango y bandoneón parezcan irreductibles. Es más, existe todo un subgénero de letras dedicadas al instrumento. Entre los acontecimientos más recientes, se produjo la legitimación simbólica del aniversario. En 2005 se estableció el Día del Bandoneón a través de una ley, fijado para el 11 de julio, en conmemoración por el nacimiento de Aníbal Troilo. Otra novedad fue el lanzamiento de la colección de discos El arte del bandoneón, que aglutina a algunos de sus íconos actuales.
Esta tarde, a las 18, en La Trastienda, se cruzarán las últimas dos coordenadas: en sintonía con la celebración, se presentará esta serie de álbumes con solos de bandoneón. Allí tocarán Julio Pane (quien define al bandoneón como “el último instrumento de carne y hueso”), Leopoldo Federico, Walter Ríos y Néstor Marconi. Además, Juan José Mosalini compartirá escenario con Pane.
Fuente: Crítica
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