La normativa vigente en la Ciudad de Buenos Aires obliga a las instituciones de teatro alternativas a cumplir los mismos requisitos que los grandes espacios comerciales de la calle Corrientes. Por eso, un grupo de legisladores impulsó una iniciativa con el fin de que los pequeños espacios consigan la habilitación definitiva sin tener que cumplir costosos requisitos, como construir un estacionamiento e instalar un módulo de carga y descarga, como lo exige la actual ley.
Por Ailín Bullentini
Fotografía gentileza de Timbre4
Buenos Aires, julio 7 (Agencia NAN–2010).- Son distintos. Cualquier persona que los visite puede certificarlo. Sus características los diferencian: las condiciones escénicas, el ámbito destinado al público, el contexto espacial que construyen para los momentos periféricos a la acción de interpretar una pieza teatral, musical o de danza. Las ganas de derribar estándares y una actitud sinceradora en cuanto a la relación recursos disponibles/pasos a seguir le sirvieron, a aquellos que apostaron, a crear esos sitios que hoy son conocidos como teatros independientes, despegándose del modelo ligado al circuito comercial e imprimiendo su propio sello en la puesta en oferta de pedazos de arte. Sin embargo, existen algunas normas en la Ciudad de Buenos Aires que no se percatan de la distinción entre aquel “subsuelo teatral” y el que vistió de teatro a la calle Corrientes. De ahí, la intención de un grupo de legisladores de “lograr que se respeten las diferencias entre un tipo y otro de espacios”, a través de un proyecto que elimina el “carácter obligatorio” de los requisitos que se le piden a los teatros independientes para obtener la habilitación definitiva y, además, alarga por un año el período de validez de la habilitación transitoria ¿Demasiada información? Paso a paso.
El dictamen de mayoría emitido desde la Comisión de Planeamiento Urbano hace unas semanas sirvió para dar envión hacia la Legislatura un proyecto elaborado por Luciana Blasco, diputada porteña de mandato cumplido por el PRO, que planteaba una modificación en el Código de Planeamiento Urbano de la Ciudad, destinada a beneficiar a los teatros independientes. Específicamente, la propuesta pide que, en el caso de tales espacios, dejaran de ser obligatorios tres requisitos con los que, según el régimen, deben contar todos los teatros –independientes y comerciales para obtener la habilitación permanente: estacionamiento, módulo de carga y descarga e informe de impacto ambiental.
La diferencia fundamental de la propuesta, aquella que la destina a los teatros independientes y no a los otros, se fundamenta en dos características que conforman la razón de ser de una y otra clase de espacios: el tamaño espacial y los recursos. Según la ley de habilitación para Teatros Independientes (2147), se considera de esa característica a un sitio que abrace entre 80 y 350 personas, distribuidas en la cantidad de salas de las que disponga. Muchos de esos teatros funcionan en donde antes existieron casas de familia o galpones, cosa que no es el caso de los teatros que guardan décadas y décadas en el cajón del circuito comercial del arte escénico porteño y que ocupan grandes estructuras.
Puede concluirse a simple análisis, entonces, que la posibilidad de construir un estacionamiento –o de alquilarlo--, o la de instalar un módulo de carga y descarga no está demasiado al alcance de tales iniciativas. Mucho menos cuando se introduce en el razonamiento a la variable de los recursos disponibles. “No se le puede exigir los mismos requisitos en el mismo período de tiempo, a un teatro que alberga a 30 personas por sala que a uno como el Gran Rex o el Metropolitan. No tiene sentido”, consideró la legisladora Rocío Sánzhez Andía (Coalición Cívica) que retomó el proyecto de Blasco.
Las cifras no son claras respecto de la cantidad de espacios teatrales a cuya situación para funcionar en el terreno de la legalidad beneficiaría el proyecto, es decir a cuántos“consolidados”. Según Ignacio Marasco, asesor en Cultura de la legisladora de la CC, son entre 160 y 180 los teatros independientes en la ciudad. Pero sólo a 20 apuntaría la propuesta.
--¿“Consolidados”? ¿Qué significa?
--Son calificados así los teatros, espacios y salas teatrales que surgieron después de la promulgación de la ley 2147, en noviembre de 2006. Esos sitios obtenían, al momento de abrir sus puertas al público, y tras certificar determinadas características edilicias y demás, un permiso transitorio para funcionar, que les daba aire para preparar los requisitos obligatorios de segundo orden, por decirlo así, aunque de todas maneras obligatorios para obtener la habilitación definitiva.
Entre los “obligatorios de segundo orden”, el estacionamiento, el módulo de carga y descarga, y en menor medida el informe de impacto ambiental, “siempre fueron los más difíciles de concretar para los espacios independientes”, señaló Sánchez Andía. Hace tres semanas, el plan que busca anular el carácter de obligatoriedad de tales requisitos fue retomado por ella y su equipo de asesores, que los consideran “un disparate” ya que a los dueños de esos lugares “sostienen los sitios con muy pocos recursos”, apuntó.
Aunque es vocal en la comisión de Cultura, Sánchez Andía se interesó por la propuesta y golpeó las puertas de Planeamiento Urbano para impulsarlo hasta las puertas del recinto, no sin antes imprimir una modificación en el cuerpo de artículos. “Al proyecto lo defendemos en su totalidad, pero decidimos que para que protegiera de la mejor manera a los espacios a los que está dedicado debíamos hacerle esa modificación”, explicó la legisladora de la Coalición Cívica en referencia al cambio que imprimió al artículo sobre el tiempo de validez de la habilitación temporaria.
Sólo pasaban de ser espacios legales “transitoriamente” a serlo de manera definitiva si cumplían con los requisitos obligatorios. Ese permiso temporal que venció el último día hábil de mayo. Al día de hoy, gran parte de esos cientos de teatros “consolidados”, no cuentan con habilitación alguna.
“Por eso introdujimos la prorroga. La cuestión del tiempo es fundamental. De aprobarse el proyecto, se sabe que la reglamentación y posterior puesta en marcha no es inmediata, con lo cual sin una extensión de la validez del transitorio, muchos de esos espacios quedarían a la intemperie de la ley, corriendo un gran peligro de clausura –especificó la legisladora--. Ya hoy lo están. El tratamiento debe ser urgente”. Ella y su grupo de funcionarios solicitaron “preferencia” en el recinto de debate.
Fuente: http://agencianan.blogspot.com/2010/07/un-proyecto-para-defender-los-teatros.html
Por Ailín Bullentini
Fotografía gentileza de Timbre4
Buenos Aires, julio 7 (Agencia NAN–2010).- Son distintos. Cualquier persona que los visite puede certificarlo. Sus características los diferencian: las condiciones escénicas, el ámbito destinado al público, el contexto espacial que construyen para los momentos periféricos a la acción de interpretar una pieza teatral, musical o de danza. Las ganas de derribar estándares y una actitud sinceradora en cuanto a la relación recursos disponibles/pasos a seguir le sirvieron, a aquellos que apostaron, a crear esos sitios que hoy son conocidos como teatros independientes, despegándose del modelo ligado al circuito comercial e imprimiendo su propio sello en la puesta en oferta de pedazos de arte. Sin embargo, existen algunas normas en la Ciudad de Buenos Aires que no se percatan de la distinción entre aquel “subsuelo teatral” y el que vistió de teatro a la calle Corrientes. De ahí, la intención de un grupo de legisladores de “lograr que se respeten las diferencias entre un tipo y otro de espacios”, a través de un proyecto que elimina el “carácter obligatorio” de los requisitos que se le piden a los teatros independientes para obtener la habilitación definitiva y, además, alarga por un año el período de validez de la habilitación transitoria ¿Demasiada información? Paso a paso.
El dictamen de mayoría emitido desde la Comisión de Planeamiento Urbano hace unas semanas sirvió para dar envión hacia la Legislatura un proyecto elaborado por Luciana Blasco, diputada porteña de mandato cumplido por el PRO, que planteaba una modificación en el Código de Planeamiento Urbano de la Ciudad, destinada a beneficiar a los teatros independientes. Específicamente, la propuesta pide que, en el caso de tales espacios, dejaran de ser obligatorios tres requisitos con los que, según el régimen, deben contar todos los teatros –independientes y comerciales para obtener la habilitación permanente: estacionamiento, módulo de carga y descarga e informe de impacto ambiental.
La diferencia fundamental de la propuesta, aquella que la destina a los teatros independientes y no a los otros, se fundamenta en dos características que conforman la razón de ser de una y otra clase de espacios: el tamaño espacial y los recursos. Según la ley de habilitación para Teatros Independientes (2147), se considera de esa característica a un sitio que abrace entre 80 y 350 personas, distribuidas en la cantidad de salas de las que disponga. Muchos de esos teatros funcionan en donde antes existieron casas de familia o galpones, cosa que no es el caso de los teatros que guardan décadas y décadas en el cajón del circuito comercial del arte escénico porteño y que ocupan grandes estructuras.
Puede concluirse a simple análisis, entonces, que la posibilidad de construir un estacionamiento –o de alquilarlo--, o la de instalar un módulo de carga y descarga no está demasiado al alcance de tales iniciativas. Mucho menos cuando se introduce en el razonamiento a la variable de los recursos disponibles. “No se le puede exigir los mismos requisitos en el mismo período de tiempo, a un teatro que alberga a 30 personas por sala que a uno como el Gran Rex o el Metropolitan. No tiene sentido”, consideró la legisladora Rocío Sánzhez Andía (Coalición Cívica) que retomó el proyecto de Blasco.
Las cifras no son claras respecto de la cantidad de espacios teatrales a cuya situación para funcionar en el terreno de la legalidad beneficiaría el proyecto, es decir a cuántos“consolidados”. Según Ignacio Marasco, asesor en Cultura de la legisladora de la CC, son entre 160 y 180 los teatros independientes en la ciudad. Pero sólo a 20 apuntaría la propuesta.
--¿“Consolidados”? ¿Qué significa?
--Son calificados así los teatros, espacios y salas teatrales que surgieron después de la promulgación de la ley 2147, en noviembre de 2006. Esos sitios obtenían, al momento de abrir sus puertas al público, y tras certificar determinadas características edilicias y demás, un permiso transitorio para funcionar, que les daba aire para preparar los requisitos obligatorios de segundo orden, por decirlo así, aunque de todas maneras obligatorios para obtener la habilitación definitiva.
Entre los “obligatorios de segundo orden”, el estacionamiento, el módulo de carga y descarga, y en menor medida el informe de impacto ambiental, “siempre fueron los más difíciles de concretar para los espacios independientes”, señaló Sánchez Andía. Hace tres semanas, el plan que busca anular el carácter de obligatoriedad de tales requisitos fue retomado por ella y su equipo de asesores, que los consideran “un disparate” ya que a los dueños de esos lugares “sostienen los sitios con muy pocos recursos”, apuntó.
Aunque es vocal en la comisión de Cultura, Sánchez Andía se interesó por la propuesta y golpeó las puertas de Planeamiento Urbano para impulsarlo hasta las puertas del recinto, no sin antes imprimir una modificación en el cuerpo de artículos. “Al proyecto lo defendemos en su totalidad, pero decidimos que para que protegiera de la mejor manera a los espacios a los que está dedicado debíamos hacerle esa modificación”, explicó la legisladora de la Coalición Cívica en referencia al cambio que imprimió al artículo sobre el tiempo de validez de la habilitación temporaria.
Sólo pasaban de ser espacios legales “transitoriamente” a serlo de manera definitiva si cumplían con los requisitos obligatorios. Ese permiso temporal que venció el último día hábil de mayo. Al día de hoy, gran parte de esos cientos de teatros “consolidados”, no cuentan con habilitación alguna.
“Por eso introdujimos la prorroga. La cuestión del tiempo es fundamental. De aprobarse el proyecto, se sabe que la reglamentación y posterior puesta en marcha no es inmediata, con lo cual sin una extensión de la validez del transitorio, muchos de esos espacios quedarían a la intemperie de la ley, corriendo un gran peligro de clausura –especificó la legisladora--. Ya hoy lo están. El tratamiento debe ser urgente”. Ella y su grupo de funcionarios solicitaron “preferencia” en el recinto de debate.
Fuente: http://agencianan.blogspot.com/2010/07/un-proyecto-para-defender-los-teatros.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario