Con una enorme cantidad de películas en su haber, Lucas Demare marcó la historia del cine argentino. El recuerdo a un siglo de su nacimiento
Mañana, el cineasta Lucas Demare cumpliría 100 años y el aniversario constituye un buen momento para recordar a un artista que supo conciliar diversas disciplinas desde las que generó películas que definen a la cultura argentina.
“Soy un director que siempre se preocupó por los temas argentinos e indudablemente Homero Manzi influyó en ello”, aseguró Demare en una entrevista en 1980. Nacido en Buenos Aires, Demare fue director, guionista, intérprete, productor, montajista, compositor y, fundamentalmente, un emprendedor que sostuvo una intensa actividad desde la que hizo un aporte fenomenal a la cultura local.
Comenzó estudiando piano y a los 15 años viajó con toda la familia a París, donde su hermano mayor, Lucio, trabajaba como pianista. Pero en 1927 regresó a Buenos Aires para estudiar bandoneón junto a Pedro Mafia y, un año después, se dirigió a España donde se incorporó a la Orquesta Típica Argentina, en la que Lucio era director y pianista.
Fue en España donde al desempeñarse como intérprete y cantor junto a Agustín Irusta, Roberto Fugazot y Lucio Demare en las películas españolas “Boliche” y “Aves sin rumbo”, descubrió el cine y se maravilló.
Demare renunció a la orquesta y comenzó a trabajar en los estudios cinematográficos como peón sin sueldo. Fue aprendiendo el oficio y ascendió rápidamente: pizarrero, tercer ayudante, asistente de dirección, y un día lo contrataron para que debute como director, pero la Guerra Civil cortó ese meteórico ascenso y debió salir de España.
El final profesional de su tránsito artístico tuvo el sabor de una metáfora acerca de cómo los argentinos protegemos nuestro patrimonio cultural, ya que su obra póstuma fue “Hombres de mar”, que rodó en Venezuela en 1977.
Fuente: Hoy
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