La ventriloquia es una técnica que data de las primeras civilizaciones humanas. En la actualidad, se realizan muchos espectáculos tanto para chicos como para grandes. Una representación que siempre apela a la reflexión sobre la condición humana y sus sentimientos.
¿Con el vientre? ¿Con la nariz? ¿O alguien escondido emite la voz?
En definitiva, ¿cuál es el truco de los ventrílocuos? Aunque mucho se diga acerca de lo que hacen estos animadores cuando se meten en la “piel” de los muñecos que los acompañan, la verdad es que no hay secretos ni magia, sino técnica.
Para adquirirla, hace falta aprender a respirar y a realizar determinados movimientos con el estómago para que el aire salga comprimido desde los pulmones hacia la boca. Por último, saber hablar dejando sólo una mínima abertura de los labios, para que salga el sonido, y reemplazando las consonantes que sean imposibles pronunciar, por otras parecidas.
Para Miguel Angel Lembo, ventrílocuo, mago y humorista de larga trayectoria, absolutamente cualquier persona puede aprender a ejecutar esta segunda voz si se propone hacerlo, como de hecho sucedió en su caso.
En diálogo con Hoy, reflexionó acerca del trabajo de un ventrílocuo, y lo definió como una tarea integral, que exige tener conocimientos sobre actuación.
“Ante todo, un ventrílocuo es un actor que fabrica a su coprotagonista para realizar una dramatización en la que entran en juego diferentes elementos, tales como silencios, pausas y gestos, por parte de los dos personajes”, señala el artista, que en su vida también se ha desempeñado como músico y profesor de danzas folclóricas.
Aunque reconoce que la mayoría de estos espectáculos están asociado al humor rápido, Lembo asegura que, en general, también apuntan a hacer pensar a la audiencia sobre ciertas cuestiones. En ese sentido, explicó que un buen actor desdobla su personalidad y, a través de la interpretación del muñeco, hace una evaluación de su propio ego.
De acuerdo a su explicación, “actuar con un muñeco tiene mucho de psicología”, y asegura que a través de él se pueden decir muchas cosas “con un permiso especial”.
Paradójicamente, el que le aporta la cuota humana al caso es el muñeco y no quien “le da vida”, y Lembo hace hincapié en que en este punto radica la capacidad de ser o no un buen ventrílocuo.
Con respecto a los temas que se pueden abordar en un espectáculo de ventriloquia, Lembo no dudó: “Cualquiera, no hay limitaciones: se puede hacer comedia, drama, imitaciones, y mucho más, pero todo va a depender de la calidad con que se trabaje”.
Cabe mencionar que los primeros registros de ventrílocuos corresponden al antiguo arte egipcio y a la arqueología hebrea.
Arthur Prince, nacido en Gales en 1881, fue uno de los primeros ventrílocuos modernos de los que se tienen datos, y ostenta el honor de haber sido el primer ventrílocuo en beber y hablar al mismo tiempo. Actualmente está enterrado con su títere y su esposa.
En nuestro país, el más famoso fue Ricardo Gamero, conocido como “Mister Chasman”, que fumaba mientras su compañero Chirolita hablaba. Miguel Angel Lembo está orgullo de haber sido discípulo suyo.
Origen del término
La palabra ventrílocuo proviene del latín ventrilocuus, que signica “el que habla con el vientre”. Es que, en un principio, se pensó que era el resultado de un uso poco corriente del estómago durante la inhalación, y de ahí su nombre del latín venter, “estómago” y loqui, “hablar”.
Sin embargo, ahora se sabe que la técnica necesita de un control de los movimientos del vientre, que empujan el diafragma y éste, a su vez, presiona los pulmones para que el aire salga comprimido.
Fuente: Hoy
¿Con el vientre? ¿Con la nariz? ¿O alguien escondido emite la voz?
En definitiva, ¿cuál es el truco de los ventrílocuos? Aunque mucho se diga acerca de lo que hacen estos animadores cuando se meten en la “piel” de los muñecos que los acompañan, la verdad es que no hay secretos ni magia, sino técnica.
Para adquirirla, hace falta aprender a respirar y a realizar determinados movimientos con el estómago para que el aire salga comprimido desde los pulmones hacia la boca. Por último, saber hablar dejando sólo una mínima abertura de los labios, para que salga el sonido, y reemplazando las consonantes que sean imposibles pronunciar, por otras parecidas.
Para Miguel Angel Lembo, ventrílocuo, mago y humorista de larga trayectoria, absolutamente cualquier persona puede aprender a ejecutar esta segunda voz si se propone hacerlo, como de hecho sucedió en su caso.
En diálogo con Hoy, reflexionó acerca del trabajo de un ventrílocuo, y lo definió como una tarea integral, que exige tener conocimientos sobre actuación.
“Ante todo, un ventrílocuo es un actor que fabrica a su coprotagonista para realizar una dramatización en la que entran en juego diferentes elementos, tales como silencios, pausas y gestos, por parte de los dos personajes”, señala el artista, que en su vida también se ha desempeñado como músico y profesor de danzas folclóricas.
Aunque reconoce que la mayoría de estos espectáculos están asociado al humor rápido, Lembo asegura que, en general, también apuntan a hacer pensar a la audiencia sobre ciertas cuestiones. En ese sentido, explicó que un buen actor desdobla su personalidad y, a través de la interpretación del muñeco, hace una evaluación de su propio ego.
De acuerdo a su explicación, “actuar con un muñeco tiene mucho de psicología”, y asegura que a través de él se pueden decir muchas cosas “con un permiso especial”.
Paradójicamente, el que le aporta la cuota humana al caso es el muñeco y no quien “le da vida”, y Lembo hace hincapié en que en este punto radica la capacidad de ser o no un buen ventrílocuo.
Con respecto a los temas que se pueden abordar en un espectáculo de ventriloquia, Lembo no dudó: “Cualquiera, no hay limitaciones: se puede hacer comedia, drama, imitaciones, y mucho más, pero todo va a depender de la calidad con que se trabaje”.
Cabe mencionar que los primeros registros de ventrílocuos corresponden al antiguo arte egipcio y a la arqueología hebrea.
Arthur Prince, nacido en Gales en 1881, fue uno de los primeros ventrílocuos modernos de los que se tienen datos, y ostenta el honor de haber sido el primer ventrílocuo en beber y hablar al mismo tiempo. Actualmente está enterrado con su títere y su esposa.
En nuestro país, el más famoso fue Ricardo Gamero, conocido como “Mister Chasman”, que fumaba mientras su compañero Chirolita hablaba. Miguel Angel Lembo está orgullo de haber sido discípulo suyo.
Origen del término
La palabra ventrílocuo proviene del latín ventrilocuus, que signica “el que habla con el vientre”. Es que, en un principio, se pensó que era el resultado de un uso poco corriente del estómago durante la inhalación, y de ahí su nombre del latín venter, “estómago” y loqui, “hablar”.
Sin embargo, ahora se sabe que la técnica necesita de un control de los movimientos del vientre, que empujan el diafragma y éste, a su vez, presiona los pulmones para que el aire salga comprimido.
Fuente: Hoy
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