"Con el paso del tiempo tenés que dedicar más a tiempo a la fisioterapia, al gimnasio, al baile y, también, al descanso. Algunos hacen deporte, otros juegan al bingo. Pero el final se trata de una combinación física y mental adecuada, de ajustar todas las piezas muy bien", dijo el mítico bailarín Mikhail Baryshnikov el mes pasado en Madrid días antes de estrenar allí Tres solos y un dúo . Ahora bien, el señor en busca de la eterna búsqueda del equilibrio, volverá por cuarta vez a Buenos Aires con ese montaje de danza-teatro compuesto por cuatro piezas de destacados coreógrafos: dos solos que baila Baryshnikov, Valse-Fantasie , de Alexei Ratmansky, y Years L ater, de Benjamin Millepied; y dos pas de deux, Solo for two y Place , ambos firmados por el coreógrafo Mats Ek, y que artista ruso baila con la española Ana Laguna. De hecho Place es una pieza que Ek creó para ellos.
El esperado reencuentro con el público porteño será el 23 y 24 de octubre en el Teatro Coliseo. La primera vez que estuvo aquí fue en 1979. Aquella visita, con el paso del tiempo, se convirtió en leyenda. Bien, la leyenda, a sus 62 años, vuelve con toda su historia a cuestas: sus inicios en el Ballet Kirov, su compleja llegada al American Ballet Theatre en tiempos de Guerra Fría, su pasión por Cunningham y la danza más experimental, y sus trabajos en cine y televisión. Un recorrido tan intenso y ecléctico que sólo puede llevar su nombre.
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