viernes, 23 de abril de 2004

"Ensayo sobre una imagen": náufragos

Por Irene Bianchi

"Ensayo sobre una imagen - Acuario", con Federico Aimetta, Guillermina Andrade, Rosario Berman, Diego Cremonesi y Laura Palmieri. Escenografía e iluminación: Javier Samaniego García. Vestuario: Javier Samaniego García, Luis Manuel Mendiburu Eli‡abe. Diseño: Federico Aimetta. Directora asistente: Mariela Anastasio. Dramaturgia y Dirección: Blas Arrese Igor. Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero, 13 y 71. Viernes 20.30 hs.

Los personajes -dos hombres y tres mujeres- no tienen nombres. Ríen histéricamente, sin alegría. No se sabe quiénes son, dónde están, ni qué están haciendo. Estampados contra una pared blanca, esperan su turno para hablar, mientras un proyector de diapositivas los va iluminando de a uno. El operador también proyecta imágenes sobre sus rostros y sus cuerpos, imágenes que ofician de disparadores de recuerdos, fobias, obsesiones, sueños, fantasmas. Un sonido acompasado provoca movimientos espasmódicos, involuntarios, transformándolos en marionetas a merced de un titiritero desconocido.

Los recuerdos rescatados remiten a la infancia. Las evocaciones son precisas y minuciosas en la descripción de olores, climas, texturas, colores, ruidos. Los relatos tienen un denominador común: el abandono, la soledad. Las imágenes generan angustia, desolación, pánico.

¿Estarán pasando revista a sus vidas antes de partir? ¿Estarán intentando reconstruir retroactivamente su historia, desandar el camino recorrido, hasta dar con ese preciso episodio que los marcó para siempre? ¿Estarán buscando algún dato clave, la pieza del rompecabezas que se les perdió?

El agua está siempre presente: una tragedia en alta mar; un pececito anaranjado nadando en una bolsita de nylon; un aljibe sembrado de cadáveres. Los personajes navegan sin brújula, a la deriva; van y vienen entre las cuatro paredes invisibles de una gigantesca pecera.

La obra de Blas Arreseigor es enigmática e inquietante. Abre interrogantes, plantea dudas, retacea información, no hace concesión alguna.

Los actores transmiten esa alienación, esa búsqueda de identidad, ese desasosiego, esa confusión de estar desangelados, librados a su propia suerte.

La puesta es despojada, ascética, tan misteriosa como el planteo de la obra.

"Ensayo sobre una imagen": flotando entre recuerdos.

Fuente: Diario El Día

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