Cruzando las vías del tren, escondido por las diagonales y conviviendo con las familias que viven en el stud del barrio Hipódromo, emerge en La Plata un espacio de encuentro entre vecinos, escenario a su vez de múltiples actividades culturales que se renuevan cada fin de semanaEmpezó como un sueño perdido entre los días, que aguardaba por un espacio para materializarse. Pero de repente, con esfuerzo y paciencia, a la bicicleta se le adosaron dos rueditas y la idea de “abrir el juego, entregar un espacio para ver qué pasaba, entretejer historias en una creación colectiva” -como cuentan sus ideólogos- comenzó a andar.
Fernando y Barbi abrieron las puertas de su casa hace dos años para inaugurar el espacio La Bicicletería, junto con la ayuda de Román y Belén, una pareja amiga. El motor de todos era el mismo: aprovechar la heterogeneidad de los vecinos del barrio Hipódromo para conversar con ellos y generar actividades en conjunto.
Los cuatro habían pasado por experiencias sociales diversas en barrios y compartían formaciones artísticas comunes, entre la arquitectura y el diseño industrial.
De a poco, esa casa se fue transformando. Los muros del hogar se fueron derribando al ritmo del crecimiento del espacio, que comenzó a ser adueñado por los propios vecinos de la zona.
También se sumaron participantes activos de la organización del lugar. “El garaje dejó de utilizarse para guardar vehículos y pasó a ser escenario de talleres de plástica, macramé, lectura”, contó Barbi a Hoy.
Dos años después de su apertura, hoy La Bicicletería se erige como un lugar de encuentro en el que, además de los talleres que se dan de lunes a viernes, los domingos los eventuales visitantes se encuentran con recitales, teatro espontáneo, cuenta- cuentos, recitado de poesías y una amplia biblioteca esperando ávidos lectores que quieran pasar un buen momento en compañía.
“Nuestro motor es reconocer nuestras limitaciones y saber que es con el otro”, apuntó Barbi.
Hace unos días, La Bicicletería festejó su segundo aniversario de vida con una muestra de arte del taller de plástica que allí se dicta, música interpretada por amigos de la casa, y lo más importante: la cálida presencia de sus vecinos.
Así, muy de a poco, parece que el barrio Hipódromo va teniendo su propio taller. Hay trabajos manuales, se reciclan y se emparchan las cosas, siempre con la idea de seguir pedaleando para adelante. Cada visitante, cada vecino, lleva su propia experiencia -su propio modelo de bicicleta- desde su propia subjetividad -con su propio tamaño-. Por eso es que sus fundadores pensaron, hace dos años, bautizar este espacio como La Bicicletería. La idea de formar lazos en La Plata desde una propuesta solidaria sin dudas ya está sobre ruedas. Y desde ya, llegará muy lejos.
Cintia Kemelmajer
Nota: Para los que quieran sumarse a la caravana, La Bicicletería queda en 117 y 40. La Plata
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