viernes, 30 de noviembre de 2007

La finalidad sin fin. Sobre Finales de Beatriz Catani


Juan Manuel Mannarino
(Universidad Nacional de La Plata)

Beatriz Catani es actriz, dramaturga, directora y docente teatral. Algunas desus obras como dramaturga y directora son Cuerpos Abanderados (1998), Todocrinado (V Proyecto MUSEO, 2000), Perspectiva Siberia (2001) con el grupo deTeatro Doméstico, Ojos de ciervo rumanos (2002), Felix María de 2 a 4 (2003), Los 8 de julio (Ciclo BIODRAMA 2002) y Los muertos (2006) (éstos dos últimos Mariano Pensotti), y La Desdicha (en colaboración con Luis Cano). Ha sido invitada a diversos festivales Internacionales. Fue premiada y obtuvo reconocimientos de la Fundación Antorchas, el Teatro San Martín, el Instituto Nacional de Teatro y la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, entre otros.

Dentro de la dramaturgia femenina del teatro platense, junto a Febe Chávez, Beatriz Catani es una de las creadoras más prolíficas y premiadas de los últimos años. No sólo ha participado de festivales internacionales de enorme prestigio, sino que a raíz del respaldo de la crítica europea introdujo una personal visión estética desde las condiciones de producción de un país sudamericano. De ese modo, enparalelo a la expansión cosmopolita del teatro porteño actual (Daniel Veronese, Alejandro Tantanián, Ana Alvarado, Rafael Spregelburd, entre otros), logró un reconocimiento artístico que le permitió, entre otras actividades, dirigir una ópera en Bélgica y trabajar en Buenos Aires en dos propuestas escénicas junto a Mariano Pensotti: por un lado, la experiencia del biodrama, Los 8 de julio y, por otro, con una obra sobre las representaciones de la muerte en la historia argentina Los muertos.

Hay gente que pasa: son los espectadores de Llanos de desgracia (otra obra de Catani que finaliza cuando comienza Finales), que cruzan el pasillo buscando la salida. En el espacio escénico hay tres mujeres. De a ratos, una de ellas sube el volumen de su wallk-man, donde suceden diversas interpretaciones musicales de la marcha peronista. Un sillón. Luces hogareñas. Una estufa a leña. El escenario como un umbral doméstico. Finales transcurre como un rompecabezas sin principio ni fin, donde cada relación humana entra y sale de un laberinto imperfecto. Tomando la muerte de una cucaracha como metáfora de la resistencia pasiva (que agoniza en escena, en un punto fijo sobre la estufa), los cuerpos se revuelcan, nacen, renacen y vibran alrededor de un caos sin solución de continuidad. El tiempo transcurre. De pronto, entra un hombre. Los relatos se crean desde la ausencia de cualquier coherencia: un gran mosaico de temas, situaciones y anécdotas desfilan a lo largo de una suerte de catarsis sin desenlace. Por momentos, los personajes se miran y dialogan; por otros, deambulan y piensan en voz alta; en ocasiones, asemejan un estado enfermizo, cierta patología mental. Todo orden es inestable. Desconcierto y naufragio: aparecen la familia, el pasado, la muerte, la realidad, la incomunicación y todo en un presente donde la subsistencia individual muestra un rostro tan desvencijado como las paredes descascaradas del escenario. Finales es una densa agonía que multiplica dolores, como si la única posibilidad de estar de los personajes fuera el puro soportar, el puro aguantar situaciones existenciales. ¿Quiénes son los que hablan? ¿Por qué asumen identidades múltiples? ¿Qué los une?

Beatriz Catani propone una obra donde el tiempo, el espacio y el conflicto dramático entran en crisis. Ahora bien, ¿es una apuesta riesgosa o una experiencia estética que ante tanto caos escénico no justifica sus tres horas de duración y su estructura dramática? ¿Habla de una producción posmoderna o es sólo una experimentación para una élite de entendidos en la materia?

En todo caso, Finales es una invitación para zambullirse dentro del campo teatral contemporáneo, múltiple y heterogéneo, donde quizás el principal atractivo consista en repensar los giros semánticos, los modos de comunicación y la producción de sentido que atraviesan la relación del artista con el público y la obra con los cambios de percepción culturales, estéticos y políticos de las últimas décadas.

Ficha técnica de “Finales”

Dramaturgia: Beatriz Catani

Actúan: Magdalena Arau, Maria Amelia Pena, Julieta Ranno, Sonia Stelman, Matías Vértiz

Asistencia de dirección: Guido Ronconi

Dirección: Beatriz Catani

TEATRO LA HERMANDAD DEL PRINCESA

Dirección: Diagonal 74 entre 3 y 4, La Plata.

Sábados 21 hs.

Véase Juan Manuel Mannarino, “Explorando los límites de la convención teatral. Entrevista a BeatrizCatani, autora y directora de teatro” , en telondefondo, Revista de Teoría y Crítica Teatral, Año 3, 6, diciembre 2007, www.telondefondo.org

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Eterno e Imborrable en Espacio 44

Los viernes 7 y 14 de diciembre se presentarán las últimas funciones de la obra de teatro Eterno e Imborrable de Jazmín García Sathicq en Espacio 44, a las 20:30.

Jazmín García Sathicq, directora y autora, encara la obra poniendo de manifiesto las condiciones y estados del hombre en una situación de guerra. La guerra hace perder la noción del tiempo, pero todo minuto en ella se vuelve eterno e imborrable, vemos a un hombre apelando según distintos casos a sentimientos como la violencia, el sometimiento, la degradación, el dolor, la angustia, al amor, a la preservación de la existencia propia y de la humanidad, mas allá de la propia vida, la defensa de una causa bajo la convicción y bajo la incertidumbre, la traición, el instinto de supervivencia.

Plantea el supuesto que todo ha sido arrasado, ya no basta ni el cuerpo para identificarnos, se extinguió la memoria, la memoria es aquí y ahora, e inevitablemente surge la pregunta ¿Qué hay si no hay cuerpo ni memoria?

Contiene relatos basados en testimonios reales de gente que ha transitado un estado de guerra. La obra comienza con el testimonio de mujeres que fueron encarceladas en España bajo la dictadura franquista, pero no se limita a un hecho histórico en particular, sino que trata de extraerse la experiencia y el estado vivido por distintos seres en guerra y ponerlo en juego con vuelo poético y carga emotiva.

Es una obra de una estructura dramática no convencional, secuenciada en escenas que podrían tener alteración en el orden sin afectar a la recepción del contenido temático y visual. Es una puesta minimalista, de cuidado estético compuesta de un fuerte impacto del contenido visual y sonoro, la poética textual y un lenguaje de actuación sutil y sensible. Apela a la fragmentación y a la exposición escénica de todos los elementos que constituyen el hecho teatral.

“Mi tierra es la libertad. Pues bien, anhelo paz, y en ésta guerra tendré que demostrarlo, no lucho contra la guerra, lucho a favor de la paz.Un minuto de paz, no es silencio. No será fácil retornar el eco que da respuestas, vaya a saber uno en qué parte del universo buscó su exilio. Lo importante es que no nos detendrán. No, no nos detendrán."


Ficha técnica:
Dramaturgia y dirección: Jazmín García Sathicq
Intérpretes: Rodrigo San Martín, Martín Florencio, Elías Pedernera.

Más información:
Espacio 44: 44 Nº 496 e/ 4 y 5
Reservas de entrada:
Correo-e: sapucayteatro@ahoo.com.ar
Tel.: 221 15 485 2225

Fuente: Cultura La Plata

viernes, 23 de noviembre de 2007

Cita con un provocador del teatro

EL DRAMATURGO ESPAÑOL FERNANDO ARRABAL, DE VISITA EN BUENOS AIRES

En una charla con el público, habló de los clásicos y la poca importancia del género teatral hoy.

Por: Bárbara Alvarez Plá

Le he echado al director todas las flores, si tuviera más las echaría", dice el español Fernando Arrabal -dramaturgo, poeta, novelista y director de "Viva la muerte"- acá en un teatro de Buenos Aires, donde la compañía teatral Buster Keaton acaba de terminar una función de su obra Los cuatro cubos, escrita hace cuatro décadas. La obra se despide, después de dos años y acá está Arrabal (Melilla, 1932) para charlar con el público al final de la función. Es un lujo.

Arrabal formó parte del grupo de André Breton y hay libros suyos ilustrados por Pablo Picasso, Salvador Dalí y René Magritte. Dejó el surrealismo para formar, con Roland Topor y Alejandro Jodorowski, el "Movimiento Pánico", que se basa en el axioma: "La vida es la memoria y el ser humano es el azar".

Ese es el hombre.

Las luces del escenario se encienden tras el mar de aplausos que despide a los actores. El periodista Jorge Dubatti sale al escenario para decirle al autor, confundido entre el resto del público, que los espectadores esperan sus palabras. En un juego de falsa ficción Arrabal, ataviado con una camiseta que muestra la obra del Greco El entierro del conde Orgaz toma un micrófono y una vez más hace gala de su sentido del humor.

Todo se convierte en un ingenioso monólogo en el que Arrabal habla de su concepción del teatro, entre bromas y alusiones a los grandes maestros de la dramaturgia, donde los clásicos griegos siguen siendo protagonistas. "El teatro no es una carrera de relevos. Yo podría haber escrito Edipo y Sófocles podría haber escrito cualquiera de mis obras", dice el autor. Habla de la poca importancia que parece tener el teatro hoy en día: "Incluso los críticos han perdido el interés, a no ser que se trate de un gran estreno, es por eso que estamos en un momento grandioso: no le debemos nada a nadie".

Arrabal hace suya una frase de Pirandello: "La imaginación es el arte de combinar nuestros recuerdos, incluyendo nuestros sueños y nuestras pesadillas" y asegura, para quien pide influencias prestigiosas, que "La parisiense que más me ha influido es mi portera: una portuguesa enamorada de la verdad".

La "noche Arrabalera" como al propio autor la definió, termina cuando éste arroja al público unas postales en las que se puede ver un croquis del pintor Andrés Ona, que toma como base el cuadro de Max Ernst Au rendez-vous des amis (1922), donde aparecen los que serán los genios del surrealismo, en una especie de visión premonitoria, antes de su reconocimiento por parte del gran público. Así, trascendente, Arrabal tiene una propuesta: "Debería haber un Premio Nobel del teatro, de la filosofía, del ajedrez y de las matemáticas". El público, que fue suyo desde el comienzo, acompaña.

Fuente: Clarín

Adiós al maestro del baile

Foto Reuters: Maurice Béjart

GINEBRA (AFP).- El coreógrafo francés Maurice Béjart, uno de los más importantes creadores de la danza contemporánea, falleció ayer a los 80 años de edad, indicó a AFP el Béjart Ballet de Lausana (BBL), que dirigía desde hacía 20 años. Esa ciudad había anunciado a fines de la semana última que el creador había sido hospitalizado por segunda vez en un mes con el fin de seguir un tratamiento estricto por problemas cardíacos y renales.

"«Más luz», fueron las últimas palabras de Goethe. Las mías serán «Más danza»", había dicho Béjart el último 1º de enero, cuando cumplió los 80 y ya se apoyaba, cómplice, en un par de muletas, mientras reflexionaba sobre medio siglo con la danza. Pero no fueron esas las palabras con las que ayer, bien temprano en la mañana, los voceros de su compañía anunciaron escuetamente que el genial coreógrafo, figura de máxima relevancia para la danza del siglo XX, había fallecido. No obstante el estricto tratamiento que seguía en el Hospital Universitario de Lausana, al oeste de Suiza, desde su internación Béjart seguía a diario las actividades de su compañía y los ensayos de La vuelta al mundo en 80 minutos , basada en la novela de Julio Verne, cuyo estreno mundial estaba previsto para el 20 del mes próximo. Eso es más danza.

Hijo del escritor y filósofo Gaston Berger (su madre murió cuando tenía 7 años), Maurice-Jean Berger había nacido el 1° de enero de 1927 en Marsella y descubrió la danza en la adolescencia por recomendación médica. Siendo además filósofo, como bailarín clásico trabajó al inicio de su carrera con nombres de gran prestigio, como Roland Petit. En diferentes entrevistas tanto como en su biografía oficial, confesó que fue hacia 1949 cuando descubrió la expresividad coreográfica, de gira con el Culberg Ballet.

Béjart creyó ser demasiado malo como bailarín. En 1954 creó su propia compañía y tres años más tarde se convirtió en director de danza del Teatro de París. En 1959 trascendió con La consagración de la primavera , de Stravinsky, presentada en Bruselas. Allí fundó en 1960 el Ballet Siglo XXI, que en su mudanza a Lausana, en 1987 -tras una pelea con Rudolf Nureyev, director de baile de la Opera de París-, se llamó Béjart Ballet de Lausana.

Tan particular como su rostro -de mirada azul profundo, barba recortada y en punta, cejas fruncidas-, como su cuerpo robusto e incansable, era su personalidad de hombre, amigo y maestro, al que el mundo de la danza le dedica hoy profundas palabras de amor. Y singular, sin duda, su obra, que revolucionó la danza. El creía que el ballet no tenía por qué mostrar solamente a bellas princesas en busca de un príncipe. Reemplazaba, así, el tutú por un par de jeans, ponía notas sexuales a su coreografías, dejaba que la moda las atravesara -su amigo Versace fue su colaborador desde 1984 y hasta su muerte, en 1997, que este año Béjart recordó con Gracias, Gianni, con amor -. Su ignorancia del significado de la palabra "frontera" marcó su estilo. Cine, ópera, teatro, música, ballet: todas las artes, las manifestaciones espacio-temporales, entraban en su privilegiada cabeza vanguardista; su corazón seguía la tradición clásica; se mezclaban, se depuraban, se procesaban para que sus creaciones surgieran libres.

Sobre la separación entre clásico y contemporáneo, decía en 2001: "No sé qué es eso. En mi escuela se trabajan dos técnicas: la clásica y la de Martha Graham. Con ellas, el cuerpo puede hacer lo que quiere. No encuentro diferencia entre Mozart y Stockhausen, y no entiendo por qué en la danza tendría que haberla. A mi escuela vienen maestros de danza indios, de flamenco, de danzas africanas. Separarlos va en contra de la historia".

Místico, Béjart se había convertido al islam en 1973, siguiendo un camino espiritual que impregnó su carrera artística: creía que la danza estaba ligada a la divinidad.

Su cuantiosa producción incluye además de coreografías -parte de ellas dedicadas a reconocer la labor de figuras importantes de todas las artes-, piezas teatrales, óperas, libros y otros papeles. "Avanzamos en la vida y surgen puertas frente a nosotros, las abrimos para encontrar una salida, pero cada puerta da a un pasillo a su vez lleno de puertas", escribió el maestro en Cartas a un joven bailarín .

El alma argentina

Si Bolero (1960) fue una de sus obras más queridas, Jorge Donn significó, además de un ser entrañable, su musa. "Jorge fue un hijo, un amor, un bailarín de pura cepa, un ser inteligente, único; de esas personas que se encuentran una vez por siglo", había dicho Béjart, en una entrevista con LA NACION, del bailarín argentino que inmortalizó la versión masculina de esta coreografía, incluida en el film Los unos y los otros .

Si bien el vínculo entre ambos fue emblemático, la relación del coreógrafo con el "alma argentina" fue más allá. Entre fines de los 70 y durante la década siguiente, las compañías de Béjart presentaron programas en el Teatro Colón, en el Luna Park (uno dedicado a Gustav Mahler, y Romeo y Julieta ), en Obras (Preludio de La siesta de un fauno y Vida y muerte de una marioneta humana ). Y entre finales del siglo pasado y éste, estrenó El presbítero no ha perdido nada de su encanto ni el jardín de su esplendor (Luna Park, 1997), en homenaje a Jorge Donn y Freddie Mercury; El arte del pas de deux (Colón, 1997); Che, Quijote y Bandoneón (Luna Park, 2001), con la actriz Cipe Lincovsky y el bailarín Octavio de la Rosa, con música de Raúl Garello y Eladia Blázquez, y Madre Teresa y los niños del mundo (Luna Park, 2003), con Marcia Haydée.

"¿Sabe? Se puede olvidar todo, pero el arte queda, es universal: son perennes la música de Mozart, la arquitectura de civilizaciones anteriores, la pintura de maestros como Da Vinci. La danza es como la relación que se establece entre padres e hijos. Es un legado que recibimos de los que nos antecedieron y así seguirá comunicándose, de una generación a la otra. Nunca morirá, aunque los progenitores desaparezcamos." Eso creía.

Constanza Bertolini

Fuente: La Nación

jueves, 22 de noviembre de 2007

Murió el coreógrafo y bailarín Maurice Bejart

A los 80 años

Maurice Béjart, fallecido el 22 de noviembre de 2007, en Lausana (Suiza) a los 80 años de edad, logró seducir al público con decenas de coreografías mestizas de vocación universal, durante una carrera cuya ambición era hacer de la danza "el arte del siglo XX". Su estado de salud obligó en los últimos años al más popular de los coreógrafos franceses a limitar su actividad al Béjart Ballet Lausanne, que dirigía desde hace 20 años, tras haber reinado en el Ballet del Siglo XX de Bruselas durante un cuarto de siglo. "Yo saqué la danza de los teatros de ópera para implantarla en el Palacio de Deportes, en los Juegos Olímpicos y en el Festival de Aviñón", solía decir, orgulloso de haber dado a conocer ese arte a un amplio público. Con sus ojos de un azul intenso, su empaque de coloso y su barba puntiaguda, Maurice Béjart, que se convirtió al islam en 1973, enarbolaba una actitud mística que impregna toda su obra.

Se sentía investido de una misión casi mesiánica y revolucionó el espectáculo vivo ya en su primera creación, "Sinfonía para un hombre solo" (1955). Una revolución "más sociológica que artística", señala el coreógrafo Jean-Claude Gallotta, puesto que Béjart conserva la técnica clásica, pero cambia el espíritu de la danza, que pasa a ser sagrada y sensual. La faldita de bailarina se transforma en leotardo, el pantalón vaquero irrumpe en el escenario, el poder del cuerpo se afirma. Los intérpretes, verdaderos seres de carne y hueso, adquieren vida y dan libre curso a su sensibilidad. Sus creaciones dieron la vuelta al mundo, pero la carrera de Bejart se construyó a partir de Bélgica, donde dirigió su elenco durante 27 años, y luego en Suiza, desde 1987 hasta hoy. Nacido el 1 de enero de 1927 en Marsella (sur de Francia) Maurice Berger (su verdadero nombre) era hijo del filósofo Gaston Berger. En homenaje a Moliére, adoptó el apellido de la esposa de éste, Armande Béjart.

Tras obtener una licencia en filosofía, abandonó los estudios para consagrarse a la danza, que había descubierto a los 14 años de edad por consejo médico "para fortificar su cuerpo flacucho". Recibió una formación clásica en Londres y París, y firmó su primera coreografía en 1952, para una película sueca "El pájaro de fuego", de la que fue el primer intérprete. Denunciando rápidamente un arte "separado de las masas", Maurice Béjart innovó con "Sinfonía para un hombre solo" (1955), con la música vanguardista de Pierre Henry y Pierre Schaeffer.

Ante la resistencia de los círculos tradicionales del mundo del ballet francés, decidió trasladarse a Bruselas, donde su "Consagración de la primavera" fue acogida triunfalmente en el Teatro Real de La Moneda. Un año después, fundó el Ballet del siglo XX: sus coreografías, montadas a un ritmo acelerado en la capital belga para dar luego la vuelta al mundo, tienen un éxito rotundo. A raíz de una desavenencia con el director de La Moneda, Gerard Mortier, Maurice Béjart prosiguió su carrera en Suiza, donde creó en 1987 el Béjart Ballet Lausanne. En total, creó unas 140 coreografías, que expresan su gusto por los viajes y el mestizaje. Sus creaciones mezclan los géneros (cine, teatro, ópera) los estilos y las culturas. Deseoso de transmitir su arte, creó escuelas en Bruselas, Dakar y Lausana, en las que se formaron algunos de los mejores bailarines contemporáneos. Paralelamente, publicó novelas, obras de teatro y libros de recuerdos.

Foto: La bitácora de la bailarina
Fuente: Revista Caras

Murió el coreógrafo francés Maurice Béjart

Imagen de archivo del reconocido coreógrafo Foto: Reuters

Lo anunció el Béjart Ballet de Lausana, que dirigía desde hacía 20 años; tenía 80 años

GINEBRA (AFP).— El coreógrafo francés Maurice Béjart, uno de los más importantes creadores de la danza contemporánea, murió hoy a los 80 años.

La información fue confirmada por el Béjart Ballet de Lausana (BBL), que dirigía desde hacía 20 años.

Hace algunos días había ingresado en la clínica universitaria de Lausana con problemas renales y cardíacos.

El coreógrafo había nacido en Marsella el 1° de enero de 1927 con el nombre de Maurice Berger y era hijo del filósofo Gaston Berger.

Fascinado por un recital de Serge Lifar, Béjart decidió que se consagraría por entero a la danza. Su debut artístico lo hizo a los 14 años, en la Ópera de París.

Su primer ballet, L´inconnu , lo presentó en Estocolmo en 1951 Luego llegaría la régie de El pájaro de fuego.

En 1954, junto con Jean Laurent, fundó el Ballet de l´Étoile. Fue con esa compañía con la presentó su primera obra importante, la Symphonie pour un homme seul (1955), con música de Pierre Henry y Pierre Schaeffer, y que le valió el reconocimiento de la crítica y el público.

Tras ese éxito, llegó una invitación del Teatro Real de la Moneda de Bruselas, donde en 1960 fundó el Ballet du XXe. Siècle.

Así surgió la coreografía de la La consagración de la primavera (1956), su obra maestra.

Fue el autor también de la coreografía de cerca de 200 ballets, la mayoría de ellos para su propia compañía .

Fue un fiel seguidor de la culturas orientales y en sus obras buscaba presentar un "teatro total", en el que se combinan los gestos majestuosos, el diseño sensacionalista y, a veces, hasta partes habladas.

En 1970 fundó el Mudra Centre de Bruselas para difundir este planteamiento.

En 1987, el reconocido coreógrafo se trasladó de Bruselas a Suiza, donde fundó su compañía en Lausana.

Sus 35 bailarines están ensayando una nueva producción llamada Around the world in 80 minutes, , con fecha de estreno el 20 de diciembre, en Lausana.

Béjart era uno de los coreógrafos más importantes del mundo y revolucionó la danza clásica. Con su inconfundible estilo, creó más de cien coreografías.

En el video, una de sus coreografías: La Cumparsita

Fuente: La Nación

jueves, 15 de noviembre de 2007

La Nonna reinaugura su sala principal tras el incendio

Leo Ringer junto a sus dos hijos en la renovada sala La Nonna.

A menos de tres años del incendio que destruyó sus instalaciones

A menos de tres años del incendio que destruyó sus instalaciones, el teatro La Nonna, fundado y dirigido por Leo Ringer, será reinaugurado mañana con la totalidad de sus instalaciones recuperadas.

"Tras el incendio, que fue en diciembre de 2004, la sala de la planta baja comenzó a funcionar en marzo de 2005, pero hasta ahora no habíamos concluido con las obras de restauración del teatro, por lo que decidimos reabrir oficialmente las puertas con las tres salas totalmente recuperadas", adelanta Ringer, orgulloso, desde la sala principal del teatro.

El director asegura que "la recuperación ha sido un proceso muy difícil pero nunca dudamos en cuál sería el final de la historia. Desde el primer día, con la formación de una comisión de amigos y luego con la gran cantidad de funciones a beneficio que se realizaron, empezando por la de Linda Peretz en marzo de 2005, todo fue increíble".

Pero para Ringer, uno de los actores principales en el proceso de reconstrucción que hoy llega a su fin fue el público. "No olvidaré nunca los tres slogans que nos acompañaron todo este tiempo. Al principio fue 'Ayúdenos a recuperar La Nonna', más tarde fue 'Juntos podemos lograrlo', y ahora reabrimos la sala con uno que dice 'Juntos lo hicimos posible'", repasa.

LA RECONSTRUCCION

Luego del incendio, que incluyó la caída del techo, la tarea de que el teatro volviera a funcionar parecía difícil. "Me acuerdo que Carlos Rottemberg fue el primero en decir 'hay que reabrir el teatro'. Y eso nos ayudó a levantarnos", dice el fundador de la sala.

La vieja casa ubicada en 3 y 47 fue construida en 1884 y sus anchas paredes han resistido el fuego, por lo que, a pesar de la dimensión del incendio, la restauración fue posible. "Las autoridades técnicas advirtieron que la estructura resistió el fuego. A partir de ahí recuperamos todos los revoques, yesos, las cañerías, e instalamos los sistemas de seguridad que actualmente requiere una sala de estas características", resumió Ringer.

Tras la apertura de la sala 3, ubicada en la planta baja, con una capacidad de cien personas, se reconstruyó la principal -ubicada en el primer piso- que había perdido íntegramente el escenario. "La Nonna amplió su capacidad y se optimizaron todos los aspectos para contar con una sala completamente renovada, con el estilo 'a la italiana' que tuvo siempre", asegura el director.

Además de las tres salas, se recuperó también el museo de vestuarios y fotografías, así como el espacio "Leolandia" de fiestas infantiles, precursor del teatro a principios de 1972.

Fuente: El Día

domingo, 4 de noviembre de 2007

Video Rammstein "Bück Dich" sin censura


Subido a Youtube por wehrkat el 04/11/2007

La versión "Sin Censura" del VHS "Live aus Berlin" 1998, contiene el video en vivo de "Bück Dich". El liquido que Till "eyacula" es conocido como "Pernod"; una bebida alcoholica bastante apreciada en Europa.

Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=uxO_tWyeFWs&feature=related