lunes, 30 de noviembre de 2009

Se desarrollará el EnTePoLa 2010 en Jujuy

"Paraguas y relojes" - Grupo de Teatro Topográfico de La Plata

Por cuarto año consecutivo Jujuy será sede del Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (EnTePoLa) que se llevara adelante en forma simultáneamente en el predio de la Ex Estación de Ferrocarril funcionaran y en los barrios de Alto Comedero, Reyes, Huaico y Malvinas con cuatro presentaciones por noche completamente gratuitas.

En esta oportunidad el festival convocará a 14 grupos internacionales provenientes de Chile, Brasil, Venezuela, España, Mexico, Colombia y Ecuador a los que se les sumarán 11 compañías argentinas que representarán a Tucumán, Salta, Santiago del Estero. Buenos Aires y Córdoba.

Las diferentes puestas en escenas también podrán ser vistas en el interior de nuestra provincia en las localidades de Tilcara, Perico, El Carmen y Pálpala; además EnTePoLa también servirá de marco para la realización de cinco conferencias magistrales y tres talleres vinculados a la actividad teatral sin costo alguno.

El Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano 2010 ofrecerá al público en general un total de 72 funciones nacionales e internacionales en las provincias de Jujuy, del viernes 8 al miércoles 13 de enero y en las provincias de Salta y Tucumán del 15 viernes al domingo 17 del mencionado mes.

Este proyecto es totalmente independiente y realizado por artistas de Jujuy, tiene un solo fin que es el de refundar el Teatro como manifestación social sin elegir al “publico” sino el de invitar a todos los públicos a compartir un evento masivo y social que nos permita ver otras realidades y fundirlas con las nuestras para construir una mirada de Latinoamérica pura como solo el Arte y en este caso el Teatro puede permitirlo.

Los interesados en recabar mayor información sobre programación, talleres y conferencias en www.larosateatro.com.ar.

Fuente: lavozdejujuy

Obras seleccionadas para el Festival Provincial de Teatro 2009

"Mar de fondo" - Dirección Laura Valencia - Grupo La Fabriquera (La Plata)

"Imaginados" - Dirección: José Canevaro - Grupo Maquinaria Creativa (La Plata)

"Salomé" - Dirección: Diego Scarpellino - Grupo Teatral Independiente TRAC (Chivilcoy)

"Sinfoniatra" - Dirección: Gustavo Vallejos - Grupo Riciculum Vitae (La Plata)

Del 25 al 29 de noviembre en la Sala Armando Discépolo , calle 12 e/ 62 y 63 de la ciudad de La Plata se celebró el Festival Zonal de Teatro para Adultos (Zona Norte). Ayer a las 21 hs se dio a conocer las obras de teatro seleccionadas para participar del Festival Provincial de Teatro organizado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, dependiente del Instituto Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a realizarse en el mes de diciembre de 2009.-

Cine: Ciclo de cine alemán en 16 mm

Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51). A las 21.30. La presentación y programación está a cargo de Federico Lanchares.

El porqué de la locura funesta del Sr. R. Dirección: Rainer Werner Fassbinder; Michael Fengler Guión: Fassbinder; Michael Fengler. Protagonistas: Kurt Raab, Lilith Ungerer; Hanna Schygulla. 94’; 1969. Un hombre, el Sr. R., aparentemente normal, esposo, padre, empleado, de repente mata a su mujer, su hijo y a una vecina con un candelabro. Al día siguiente se ahorca. “La película resulta agobiante independientemente de su final, a lo cual contribuyen los colores desleídos. Nos hace sentir el grado de anormalidad existente en esta vida burguesa en su siempre idéntico devenir cotidiano”.(Wilhelm Rath).

Fuente: Hoy

"La Plaza del Diamante" se presenta en La Plata

Fernanda Pérez Bodria, participa, con su obra, del ciclo "Literatura y Teatro contemporáneos sobre la ciudad de Barcelona. Tres aproximaciones."

UNA OBRA DE MERCE RODOREDA

Dirigida por Diego Demarchi y protagonizada por Fernanda Pérez Bodria, se ofrecerá mañana en el Rectorado

Precedida por auspiciosos comentarios de la crítica especializada, "La Plaza del Diamante", basada en la novela de la destacada escritora catalana Mercé Rodoreda, se presenta mañana a las 19, con entrada libre y gratuita, en el patio central del Rectorado de la Universidad, 7 entre 46 y 47. Bajo la dirección de Diego Demarchi y protagonizada por Fernanda Pérez Bodria, la obra se enmarca en el ciclo de "Literatura y Teatro contemporáneos sobre la ciudad de Barcelona. Tres aproximaciones", organizado por la Cátedra Libre de Pensamiento y Cultura catalanes de la UNLP que, con esta actividad, rinde homenaje a uno de los exponentes más importantes de la literatura catalana.

"La Plaza del Diamante" es, según los especialistas, una de las mejores novelas catalanas de la posguerra. Una historia sencilla, conmovedora, que tiene como protagonista a las peripecias que tejen el destino de una mujer común y a la forma en cómo se armoniza el rudimentarismo de los hechos con la descripción elegíaca de un modo de vivir.

"No había leído nada de ella (Rodoreda) hasta que cayó en mis manos `La Plaza del Diamante' y quedé fascinada por la manera en que está escrita y me conmovió la historia de la protagonista, la manera en que ella cuenta su historia -relató la joven protagonista oriunda de Pilar, en una entrevista concedida a Francisca Bahima y continuó-. Y quise actuarla. Me apropié totalmente de eso que me había pasado con la lectura y lo llevé al lenguaje que yo manejo, a la actuación, para ver qué pasaba ahí. Como la novela está escrita en primera persona, enseguida imaginé una adaptación teatral en forma de monólogo. Me pareció perfecta para esto. Y me re embalé".

La obra, escrita en catalán, fue traducida a más de 20 idiomas. Fernanda, en su investigación sobre Rodoreda, descubrió que un director catalán, Juan Ollé, había hecho una adaptación a pedido de la novelista. "La adaptación -explicó- era un monólogo, tal como yo la imaginaba. Entonces llamé a la Fundación Mercé Rodoreda, me pasaron la versión y me encantó. De todas maneras, al empezar a ensayar necesité modificar algunas pequeñas cosas, como términos demasiado `españoles', neutralizarlos un poco. Y también saqué algunas líneas y agregué algunas otras, que estaban en la novela y no en la adaptación y que me parecían imperdibles".

"La Plaza del Diamante" (60'), auspiciada por la Oficina Cultural de la Embajada de España, Proteatro y el Casal de Cataluña de Buenos Aires, se viene presentando todos los sábados, a las 21, en el porteño Espacio Templum, Ayacucho 318. Cuenta con la música de Natalia Sordi, asistencia de Dirección de Angy Jaume y traducción de Celina Alegre y Pere Rovira.

Fuente: El Día

Talleres "de Vacaciones con los Dinosaurios"

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El 1º de diciembre inicia la inscripción de los talleres de ciencias naturales “de Vacaciones con los Dinosaurios” que se realizará del 16, 17 y 18 de diciembre.

Desde 1990 la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo organiza el programa "de Vacaciones con los Dinosaurios" para que los chicos puedan aproximarse a las ciencias naturales en forma diferente, accesible, práctica y divertida. El programa se desarrolla en tres instancias anuales: febrero, vacaciones de invierno y diciembre.

Este ciclo cuenta con siete talleres en el turno mañana y ocho a la tarde para niños de 3 a 12 años. Entre los talleres se encuentran: Jugando a ser paleontólogos, Fotografiando la Naturaleza, ¡A moverse como un animal!, Pequeños artesanos, Alas de papel, entre otros.

La inscripción será del 1º al 11 de diciembre de 9 a 12 y de 13 y 15 horas en la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo, calle 60 y 122. Tel. (0221) 423-2734/ 423-6773 int. 15. secext@fcnym.unlp.edu.ar Para la inscripción se solicita: nombre y apellido del niño, edad, taller en el que se inscribe y un teléfono de referencia.

Nada se pierde, todo se transforma

La metamorfosis de los desechos

Una docena de operarios de la destilería de La Plata realizó esculturas a partir de desechos industriales. Desde el próximo miércoles estarán en exhibición en el Museo Provincial de Bellas Artes.

Haciendo gala a la ley Física de Lavoisier, un grupo de trabajadores de la destilería de YPF de La Plata puso manos a la obra hace tres meses para transformar el material altamente contaminante que desecha su industria en un objeto estético. Guiados por el artista plástico Sergio San Martín, en el Taller Arte Metalúrgico lograron convertir hierros, chapas y metales en esculturas, que desde el próximo miércoles podrán verse en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Petorutti (51 e/ 5 y 6).

La convocatoria a participar en estos singulares talleres de “arte metalúrgico” se lanzó algunos meses atrás, para aquellos que ya conocieran las herramientas y maquinarias industriales.

Planteados de manera optativa, fueron alrededor de veinte los trabajadores de YPF que se sintieron atraídos por anotarse. “De esos, quedaron doce personas muy diversas que participan del taller, porque cumplen distintas tareas en la industria: hay desde un ingeniero químico hasta un operario”, contó en diálogo con Hoy el artista y artífice de la propuesta, San Martín.

¿Cómo se le ocurrió recurrir a elementos tan poco convencionales como los residuos industriales? “Para mí el predio de desechos de la destilería es como Disneylandia. Estoy acostumbrado a ir por la calle y tirarme de cabeza si veo fierros tirados, caucho, cartones, todo me sirve para crear obras; tenerlo todo junto y en enormes cantidades facilita muchísimo la tarea”, señaló Sergio. Es un artista plástico autodidacta que adquirió su formación secundaria en una escuela técnica; de allí, hizo brotar su vocación entre artística e industrial.

“El proyecto es ligar al arte con el mundo del trabajo”, resaltó Sergio. Justamente, el eje básico de trabajo planteado, según comentó el artista, fue generar en los trabajadores de la destilería un cambio en la mirada de sus materiales cotidianos de trabajo, “ver sus herramientas habituales con otros ojos, y pensar en qué los pueden transformar”, dijo.

“Los metales fatigados, que fueron útiles para el destino con el que se crearon, llevan intrínsecamente una belleza que será trasladada a una nueva función, lejos de las fraguas, con la consiguiente resignificación de ese material de descarte”, resaltó San Martín.

El taller metalúrgico funcionó cuatro veces por semana durante tres horas por día, a lo largo de tres meses. El resultado fueron cuatro obras realizadas de manera colectiva y una obra individual de cada uno de los doce participantes. “Me sorprendió el grado de interés que mostraron operarios que venían al taller al salir de su horario de trabajo, dispuestos a seguir trabajando”, expresó el escultor. De por sí, es un trabajo, por cierto, que requiere de un montaje de grúas y de una férrea infraestructura, dados los materiales con los cuales se trabajó.

El proceso de transformación del desecho se dio a partir de visualizar las piezas de chatarra para captar lo que ellas mismas les generaban, tomándolas como las propias disparadoras de las formas de las esculturas. “Si bien para los operarios hablar de arte les suponía una distancia,
y no se sentían preparados, terminaron generando cosas increíbles y sumamente artísticas”, reconoció Sergio.

Vale decir que la ecológica iniciativa se articuló entre la empresa YPF y la escuela de educación técnica nº 6 Albert Thomas, en donde San Martín planteó particularmente realizar estos talleres industriales. También reunió al Instituto Cultural, la dirección general de Cultura y Educación y el ministerio de Trabajo. La exhibición se inaugurará el próximo miércoles y se mantendrá hasta el domingo 20 de diciembre, y podrá ser visitada de martes a viernes, de 10 a 19, y sábados y domingos de 16 a 19, con entrada gratuita. Luego, la muestra se mudará a inmediaciones de la empresa.

Más aún, para el año que viene, ya está pautado que el taller se repita en el Albert Thomas, incorporando también alumnos de la propia escuela.

Experimentando materiales

Sergio San Martín, escultor y coordinador del taller metalúrgico, nació en Pigüé, provincia de Buenos Aires, el 22 de junio de 1967. Luego de su egreso de la Escuela Técnica nº 1 Octavio Ducos, se radicó en la ciudad de La Plata para estudiar la carrera de Arquitectura.

En el año 2000 decidió incursionar de forma autodidacta en el mundo del arte tomando de la calle y de los desarmaderos todo aquello que para muchos ya no sirve, para convertirlos en grandes estructuras de hierro y metal que luego se transforman en productos artísticos.

Realizó diversas exposiciones. En el año 2000 hizo trabajos para coleccionistas privados, negocios y bares en la ciudad de La Plata, y participó junto al colega Carlos Regazzoni en el proyecto “Sol del 25” por diferentes ciudades del país y de manera permanente durante cuatro años en su atelier de retiro. En 2006 llevó adelante “Estación del Este” junto a Regazzoni en París. Ya en 2007 expuso en “Estilo Pilar 2007” en la Asociación Argentina de Polo, y en el Pasaje Dardo Rocha de La Plata. Hizo también Il Cavallino, en honor a Juan Manuel Fangio, que fue expuesta en el museo que lleva el mismo nombre en Balcarce. En 2008 repitió la experiencia en “Estilo Pilar 2008”.

Este año, expuso en el Centro Cultural Islas Malvinas, a la par de exhibiciones permanentes en la Galería “Ars Dúo” en Pilar, en “El Estudio Bar” de La Plata, en Casa “Atelier” de City Bell y en diversos bares y negocios de la ciudad de las diagonales.

Además, actualmente emprende varios proyectos relacionados con espacios públicos en la ciudad de Monte Hermoso y Pigüé, ambos generados y avalados por las direcciones de cultura de dichas ciudades, que han sido declaradas de interés provincial.

Sergio vive en Gonnet, en su particular casa-atelier, un vagón del año 1900, en un hermoso predio con grandes montañas de chatarras y aves exóticas que lo rodean.

Fuente: Hoy

Cerca de 45 mil platenses eligieron obras para 2010

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Cabe indicar que "para este nuevo Presupuesto Participativo se asignó una partida de $20.000.000, lo que representa un 4,5% del presupuesto total de gastos que el estado municipal ha previsto para 2010, recordando que para el primero se había destinado una partida de $ 7.000.000 y para el de 2009 $ 14.000.000", se indicó en la Comuna.

Los proyectos que se presentaron para 2010 "resultaron consolidados en las asambleas, de los cuales el 46% remitió a obras de infraestructura urbana, mientras que el 54% restante se refirió a proyectos de acción comunitaria", se detalló en medios municipales.

Fuente: El Día

Científicos platenses defienden el patrimonio histórico de los daños de la propia naturaleza

De la UNLP al mundo

Actualmente, gracias a la interacción de la microbiología con otras disciplinas, se pueden entender los mecanismos del daño que producen ciertos organismos sobre los materiales y, mediante la utilización de productos naturales amigables con el ambiente, prevenir el deterioro que ocasionan.

Desde catedrales hasta pinturas o documentos, todos los objetos patrimoniales pueden sufrir daños provocados por microorganismos. Actualmente, gracias a la interacción de la microbiología con otras disciplinas, se pueden entender los mecanismos del daño que producen ciertos organismos sobre los materiales y, mediante la utilización de productos naturales amigables con el ambiente, prevenir el deterioro que ocasionan. En la Plata, un equipo de trabajo liderado por Patricia Guiamet, doctora en Ciencias Naturales, hace casi 30 años que estudia los agentes biológicos que afectan diversos monumentos históricos y se convirtieron en pioneros en la materia en el país.

"El biodeterioro es todo cambio que se produce en las propiedades de un material por la actividad vital de los organismos; específicamente de microorganismos, porque estamos hablando de bacterias, hongos y microalgas", cuenta Guiamet a Diagonales, que en su vasta trayectoria contabiliza trabajos de conservación de las ruinas de San Ignacio Miní, en Misiones; de la iglesia de la Veracruz, en Medellín (Colombia); de la catedral de La Plata y de monumentos del cementerio local y el de Recoleta, así como de las pinturas rupestres de Sierra de la Ventana y documentos de archivos públicos, como el Histórico de La Plata, el Nacional de la República de Cuba, y el Cartográfico del Ministerio de Obras Públicas de la Nación.

"La colonización y el deterioro no se da sólo por la actividad de bacterias u hongos, sino porque pueden intervenir cianobacterias, que son las algas azul verdosas que, desde el punto de vista de la biología, algunas de ellas tienen una estructura determinada, particular, que deteriora, penetra, perfora el sustrato", explica la especialista.

Es común observar, en esculturas que se encuentran en espacios públicos o en catedrales y monumentos históricos, manchones de colores verdosos oscuros, negruzcos, ocasionados por microorganismos.

La especialista indica que en el caso de los archivos, sobre papeles, pergaminos o fotos, la actividad de los microorganismos "es enzimática, pero se da también por la formación de pigmentos que muchas veces se ven como manchas en los libros o documentos y que la gente cree que es debido a las tintas con las que se escribieron, cuando, en realidad, son ocasionados por microorganismos".

Entre las causas que provocan el deterioro del patrimonio se encuentran las naturales y las propias del ambiente, que según el lugar donde estén ubicadas las piezas, impactarán los distintos grados de polución.

AMIGABLES. Para combatir a los hongos y bacterias, los especialistas investigan y desarrollan productos naturales, derivados de plantas y vegetales, que son amigables con el medioambiente. "Empezamos a utilizar como producto lo que se denomina brassica nigra, que es la mostaza negra, cuyo principio activo para matar a los microorganismos es la iso thio zolinona. Se caracteriza porque actúa sobre los microorganismos que intervienen en los procesos de biocorroción", indica Guiamet.


La especialista sostiene que también existen otros productos en diferentes vegetales que tienen actividad antimicrobiana y que sirven para inhibir o matar a los microorganismos.

TÉCNICA. Sobre el procedimiento del trabajo que realiza, Guiamet detalla que "para cada monumento o superficie se toman varias muestras. Una es la más representativa y a partir de cada una se hacen ocho determinaciones microbiológicas. Se aíslan los microorganismos para dilucidar cuál es el más agresivo, como también los más resistentes o sensibles a los productos vegetales que se van a aplicar. Eso se logra a través de los ensayos de laboratorios. Es una técnica muy compleja".

Sobre la aplicación de los productos naturales, la investigadora remarca que "la idea es interactuar con empresas que puedan llegar a tener algún producto y ver cómo se pueda combinar".

Fuente: Diagonales

Día Nacional del Teatro en Argentina

El 30 de noviembre fue designado en Argentina, Día Nacional del Teatro en conmemoración del incendio del Teatro de la Ranchería, primer teatro que existió en la Ciudad de Buenos Aires.

El gestor de esta empresa fue el Virrey de las Luces, como se le llamaba al Virrey Vertiz. Esta primer Casa de Comedias se había inaugurado el 30 de noviembre de 1783 en las calles Perú y Alsina, Se trataba de una construcción humilde. Apenas un galpón muy grande con paredes de madera y techos de paja, pese a lo cual, tenías sus telones, bastidores, vestuario y decorados. En el patio, hileras de bancos y a los lados palcos. La entrada costaba $2 para los blancos y $1 para los que no lo eran.

El 15 de agosto de 1792 se inauguraba el templo de San Juan con grandes festejos. No faltaron la iluminación grasa de potro, ni el disparo de cohetes voladores. Quiso la mala suerte que uno de ellos cayera en el techo de “La Ranchería” y como no había elementos para sofocar incendios, nuestro primer teatro ardió hasta desaparecer.


Juan María Gutiérrez, en el texto antes citado dice que “se incendió en la noche del 16 de agosto de 1792, con uno de los cohetes disparados desde el atrio de la iglesia de San Juan Bautista del convento de Capuchinas, cuya colocación se celebraba. Algunos comentarios piadosos debieron hacer las madres y sus capellanes sobre aquel fuego del Cielo que reducía a cenizas la casa del error y de los placeres mundanos”. Lo cierto es que nunca se supo bien si fue un accidente o un atentado. Es de destacar que la jerarquía católica no veía con mucha simpatía la presencia del teatro, por considerarlo pecaminoso, ni compartía la política progresista del virrey Vértiz quien, además, había introducido la imprenta en la ciudad.

En 1789 se estrenó allí la primera versión de "Siripo", de Manuel José de Labardén, considerada la primera obra de un autor local.

El Teatro de la Ranchería recibió ese nombre porque era el lugar donde se encontraba la ranchería de los jesuitas (construcciones donde se alojaban los negros). En la Botica de Los Angelitos (Chacabuco y Alsina) se ponía un farol para anunciar las funciones. Desde un principio bastante humilde y cuestionada, la sala, poco a poco se fue transformando en el centro de la actividad lírica y teatral de la ciudad, gracias a la buena elección de obras y autores de la lírica y el teatro clásico español. A modo de homenaje, el centro cultural de la municipalidad de la ciudad de Junín, Argentina, también lleva el nombre del primer coliseo argentino.

Hasta la construcción del Teatro Coliseo en 1804, Buenos Aires permaneció sin teatro, pero la actividad se realizaba en cualquier lugar adecuado y accesible a los asistentes; y se la consideró como la sala de la revolución, quizá por lo cercana que ya se hallaba la revolución de mayo de 1810. En este teatro se estrenó El detalle de la acción de Maipú, cuyo autor se desconoce; una obra en la que se glosan con habilidad costumbres populares.

Fuente: cancionero, wikipedia, surdelsur, revistagalaxiaporteña

CRÓNICAS DE NUESTRO TEATRO POPULAR

Por Emilio Saad*

ANTES DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO

No hay duda de que existe un “Teatro de la Revolución”. Basta repasar periódicos y testimonios de la época. Si nos atenemos a las tres clásicas exigencias del fenómeno teatral, podemos decir que había textos teatrales que abordaban la temática revolucionaria (“El 25 de Mayo o el triunfo de la libertad”, “El detalle de Maipú”), actores y puestistas locales (Luis Ambrosio Morante, Trinidad Guevara) y un público dispuesto a seguir las funciones con entusiasmo. Sin embargo, así como sabemos que la historia de nuestro país no empieza una lluviosa mañana de 1810, también la historia del teatro en nuestro territorio, empieza muchos años antes.

PRIMEROS PASOS DE LA COMEDIA

Si bien la actual Argentina no contó con civilizaciones precolombinas tan desarrolladas como la azteca o la inca, podemos decir que las ceremonias indígenas (sobre todo aquellas destinados a sus divinidades) establecían una especie de teatralización. Los sacerdotes españoles -particularmente los jesuitas- sabrían aprovechar esos eventos, cambiando sus significados, para favorecer el adoctrinamiento de nuestros indios. Con el mismo objeto se harían representaciones de acontecimientos vinculados a la fe cristiana. Corriendo los años -y tal como pasaba en Europa- los festejos litúrgicos darían lugar a una suerte de funciones teatrales de las que también participaría la comunidad hispana. No se descartan eventos semejantes para festejar la coronación de un rey o sus esponsales. A tales efectos -y considerando documentos más próximos- podemos imaginar la producción de “loas” a su majestad y la representación de “piezas de circunstancias”, no necesariamente confesionales.

Ya en el siglo XVIII tenemos testimonios elocuentes de “funciones teatrales”. Una comedia de Agustín Moreto se representa en Santa Fe en 1717, con motivo de la fiesta de San Jerónimo, patrono de la ciudad. Sabemos que el ayuntamiento de Buenos Aires, en 1723, sufragó “los gastos de comedias” para celebrar “los desponsales de nuestros príncipes”. Diez años más tarde, un sainete representado en Catamarca, produce la ira del gobernador. Aparentemente la obra hacía burla de él y uno de los actores es procesado y condenado al cepo. Este hecho, por supuesto, revela lo riesgoso del teatro en estas latitudes: algo que la historia posterior demostraría con creces. Pero también señala, junto a los ejemplos anteriores, que si bien en la sociedad colonial la actividad teatral no era permanente, tampoco era demasiado extraña.

Podemos imaginar tinglados improvisados para realizar las funciones: de hecho se conoce uno alzado, en 1747, en la Real Fortaleza de Buenos Aires para festejar la asunción de Fernando VI (en la ocasión se ofrecieron dos obras de Calderón de la Barca). Pero también sabemos que se hacían representaciones teatrales en los grandes patios de algunas casonas.

EL TEATRO DE LOS RANCHOS

Toda esta actividad no siempre fue registrada por los cronistas de la época. Pero se nos hace evidente ante la decisión del virrey Vértiz de crear en Buenos Aires una “Casa de comedias”. Cabe decir que esta sala no era la primera que se construía en América. El teatro, que según Vértiz era “una de las mejores escuelas de costumbres”, ya había prendido en la sociedad colonial.

Se sabe que el propósito del virrey era crear una sala teatral acorde “a la importancia de una capital de Virreynato”. Pero como las obras podían tardar demasiado, un tal Francisco Valverde elevó el proyecto de una sala provisoria, que se ubicara en la esquina de las actuales calles Perú y Alsina. Según parece, la zona abundaba en “ranchos”. De allí que “La Casa de Comedias Provisional” que citan orgullosamente los documentos oficiales, fuera llamada “La Ranchería” por el público porteño. En realidad tal sala no era más que un galpón de ladrillos con techo de paja. El escenario era bajo y en la parte superior un gran cartel anunciaba a los espectadores que “El teatro es espejo de la vida”.

Durante nueve años en “La Ranchería” se representaron dramas, comedias, sainetes y entremeses. Sólo una de las obras presentadas (dos, según algunos investigadores) era de un autor local. El resto pertenecía al repertorio hispánico.

El teatro de “La Ranchería” se incendió en 1792. Un cohete lanzado desde una iglesia, durante una celebración patronal, cayó sobre su techo. La paja ardió con facilidad y la sala quedó totalmente destruida. Aún hoy, algunos autores se preguntan si el incendio fue casual o no.

SIRIPO, EL INDIO MALO

Como dijimos, no hay duda de que al menos una obra de autor criollo subió a escena en “La Ranchería”. Esto ocurrió durante el carnaval de 1789 con “Siripo” de Manuel de Lavardén: un drama basado en un episodio legendario que relata Ruy Díaz de Guzmán en su poema “La Argentina”. Se trata de la historia de Lucía Miranda, la única mujer blanca del fuerte Sancti Spiritu (este fuerte, como sabemos, fue el primer asentamiento español en nuestro territorio). El drama, de estilo neoclásico y escrito en versos endecasílabos, tiene seguros antecedentes en el “Atahualpa” de Cristóbal Cortés y el “Moctezuma” de Bernardo de Calzada.

Pero de “Siripo” sólo nos queda el segundo acto: el resto se perdió en el incendio de “La Ranchería”. Aún así, a partir de ese “acto”, de comentarios de la época y de la misma leyenda, los investigadores del caso han podido reconstruir el argumento de la obra.

En ella, aparentemente, la relación inicial entre indios (timbúes) y españoles, era amistosa. En realidad los nativos parecían haberse sometido al dominio europeo. Sólo Siripo (maligno espíritu de acuerdo a la leyenda y a Lavardén) animaba fieros rencores contra los hispanos. Aprovechaba entonces el amor que Mangoyé, su hermano y cacique de la tribu, sentía por la bella Lucía, para convencerlo de asaltar el fuerte. Le decía que así podría raptar a la joven. No importaba que Lucía estuviera casada con Sebastián Hurtado, uno de los conquistadores.

Siripo insistía y el asalto se realizaba; pero Mangoyé moría en él. De modo que quien raptaba a Lucía era Siripo mismo. Y a partir de allí, junto con el cacicazgo de su hermano, heredaba su amor por ella. Durante el asalto, el grueso de los conquistadores había estado ausente del fuerte.

Entre ellos se contaba Sebastián Hurtado, quien, al conocer lo ocurrido, se introducía en el caserío timbú para rescatar a su mujer. Sobrevenían entonces numerosos y dramáticos percances (la obra tenía cinco actos) hasta que finalmente Siripo, despechado por el indestructible amor del matrimonio español, los hacía matar a ambos.

Hemos contado con algún detalle este argumento porque casi veinticinco años más tarde, la historia de Siripo volverá a la escena porteña. Pero ya habrá ocurrido la Revolución de Mayo y los significados serán otros. Los timbúes son vistos como un pueblo que defiende su libertad ante los españoles. Ahora es Siripo quien tiene razón. Y su accionar dentro del triángulo amoroso puede ser tan noble (si no más) que el de los otros protagonistas.

SE VIENEN LOS GAUCHOS

La obra local de la cual se duda que haya llegado al escenario de “La Ranchería”, es “El amor de la estanciera”. De su autor, pese a algunas especulaciones, sólo sabemos que es tan criollo como anónimo. No obstante podemos decir que así como “Siripo” inaugura la vertiente americanista y “culta” de nuestro teatro, “El amor de la estanciera” sería nuestro primer sainete.

En este caso nos atenemos a la forma popular impuesta por Ramón de la Cruz en España y seguida por sus imitadores americanos. Claro que si nos adentramos en la obra, descubriremos elementos tan originales, tan vinculados a nuestras costumbres y lenguaje, que la apartan de los sainetes de la época, sean españoles o americanos. Es posible que estemos ante el primer “sainete criollo”, tal como -más de un siglo después- va a entenderse este subgénero entre nosotros.

Chepa es la “estanciera” de la obra. Pero esta palabra, en aquel tiempo, no designaba a una dama terrateniente, sino, con más sencillez, a una campesina. La obra bien podría llamarse “El amor de la paisana” o “El amor de la gauchita”, si no fuera que la palabra “gaucho”, a fines del siglo XVIII todavía estaba poco difundida. Cuando Baltasar Maziel escribiera, en 1777, la poesía inaugural de toda la literatura gauchesca (anticipándose en cuarenta años a la obra de Bartolomé Hidalgo, supuesto precursor del género) la llamó “Canto de un guaso en estilo campestre”. En la primigenia poesía de Maziel debemos entender -por sus versos populares y por su lenguaje- que “guaso” tiene el mismo valor que “gaucho”. Y mencionamos precisamente a Maziel, porque Ricardo Rojas considera que de acuerdo a sus personajes y a sus términos gauchescos, “El amor de la estanciera” pudo haber sido escrita por él.

Conozcamos, según esta obra, las características de una estanciera en 1790:

No faltará una estanciera
con quien se pueda casar
más pulida y más morruda
que mejor sepa ordeñar.

Chepa está cortejada por dos galanes: Juan Perucho y Marcos Figueiras. Uno es criollo, sobrio, trabajador y excelente jinete. El otro es un mercader portugués de aire fanfarrón, viene de la ciudad, es supuestamente rico y asegura tener una prosapia que llega hasta el mismo rey. Doña Pancha, la madre de la estanciera, lo prefiere como yerno. En cambio el padre, Don Cancho, aprecia más a Juan. Pero éste no sabe expresar su afecto. Y Chepa se queja:

El portugués me acaricia
y Juancho Perucho, no.
Sólo me dijo una tarde
¡Bien haya quien te parió!

Marcos es sabio en requiebros y sabe qué regalarle a una mujer: pañuelos, cintas de colores, lencería. Juancho regala quesillo, leche, un caballito picaso, mantequilla: todo de su producción rural. La confrontación “campo-ciudad” es evidente y resulta rara en un sainete de la época. Pero es más extraño, aún, el ámbito campero. Hasta entonces Ramón de la Cruz y sus seguidores habían desarrollado todos sus sainetes en un ambiente urbano.


Pero aunque Chepa le diga a Juan “Sos un caballo sin freno/ puerco, bruto y muy moreno” -ante la paciente tranquilidad del mozo- hay un proceso de ablandamiento en la estanciera. Frente a los espejitos de colores, prefiere su pertenencia y su propia realidad. “Amado Juancho Perucho/ medio ya te estoy queriendo” dice la estanciera, confirmándolo.

Y Marcos se nos presentará cada vez más ridículo: se cae del caballo y entra escena rengueando. Pero es su lenguaje lo que más lo descalifica. Cabe decir que esa mezcla de español y portugués anticipa en más de un siglo al “cocoliche” de los “dramas gauchescos” y de los “sainetes criollos”. En cambio, en el lenguaje de los criollos, ya apunta la gauchesca. Abundan los “ta güeno”, “agüela”, “mancarrón”, “redomón”, “parejero”, tanto como los finales en ao: enamorao, malvao, tumbao, cansao. Y las formas verbales propias del voseo: andá, mirá, comé. Sin contar algunos inusitados “che”, que vuelven más confuso el origen de esta palabra.

Hemos hablado del tema de fondo de la obra. Y éste se revela claramente hacia el final, cuando Doña Pancha, intenta, todavía, una defensa del portugués:

Cancho mirá lo que hacés
no te lleves por marañas
un portugués la pretende;
al fin es hombre de España
.”

Y Don Cancho responde:

Mujer, aquestos de España
son todos medio bellacos;
más vale un paisano nuestro
aunque tenga cuatro trapos.

Posiblemente por primera vez en América aparecen expresadas en boca de personajes populares, las diferencias entre hispanos e hijos país. No olvidemos que el texto fue escrito veinte años antes de la Revolución de Mayo. Y por primera vez, en un texto, esas diferencias se dirimen a favor de los criollos.

* Emilio Saad es periodista, autor de historietas, dibujante, escritor, dramaturgo y operador social. Ha publicado los cuentos “El recreo del sombrero” en la antología ¡Todos al recreo!, “El ovillo del destino” en La última rebelión. Su cuento “La regadera que jugaba al carnaval” ganó el segundo premio en un concurso realizado por la “Fundación El Libro”, ALIJA y editorial Colihue.

Fuente: Libro de Arena

“El teatro debe estar hecho para conmover”

Ricardo Arauz, director de la Sala Gargantúa

Uno entre seis hermanos, de origen humilde, supo temprano que el teatro era lo suyo. Desde 1999 conduce un espacio alejado del circuito comercial donde ahora compone, junto a Carlos Belloso, una dupla creativa diferente.

Leni González

En 1999, a metros de Jorge Newbery y Córdoba, en la zona de Colegiales que la productora Pol-ka expulsó del anonimato barrial, abrió Gargantúa. Desde afuera parece apenas un café, que lo es, pero además es una sala, una escuela de teatro y una historia. En ese lugar debutó Julio Sosa, en 1949, cuando se llamaba Bar Los Andes; después fue una ferretería hasta que sus duendes quedaron arrumbados en un galpón olvidado. Pero el actor, docente y director Ricardo Arauz los revivió, dando a esas paredes la forma de su sueño. “Junto a mi mujer (la guionista Nora Acrich) lo compramos en el 97 y lo fuimos reformando, sin un peso. Inauguramos dos años más tarde con Crimen y castigo, con Alex Benn y Alejandra Darín, la primera obra grande que dirigí”, cuenta el hombre de 57 años, canoso, sencillo, intenso bajo su timidez. Dice que está nervioso, que es la primera vez que da un reportaje: “El teatro es mi pasión, le debo todo, me permitió salir, me ayudó”.

La única regla en la Abadía de Thèleme, fundada por el gigante Gargantúa –el personaje creado por François Rabelais en el siglo XVI– era “haz lo que quieras”: “Y era razonable, porque las gentes libres, bien nacidas y bien educadas, cuando tratan con personas honradas sienten por naturaleza el instinto y estímulo de huir del vicio y acogerse a la virtud. Y es a esto a lo que llaman honor”, elige citar Arauz en la página web (Teatrogargantua.com.ar). “El éxito, siempre, es hacer lo que uno quiera”, dice.

Tiene sus razones para creer en el valor de las oportunidades. Uno más entre seis hermanos, se crió con su madre en el barrio Tropezón –“casi una villa”–, en el partido de San Martín. El padre lechero murió cuando él tenía 8 años: “Vivíamos todos en una casita de madera, cuando llovía mamá nos llevaba a otra parte por si se derrumbaba. Jugaba al trencito con la cadena del perro, toda era imaginación, porque pasaba mucho tiempo encerrado. Estudié hasta la primaria, porque había que trabajar. Un día vi la película Una viuda difícil, con Alfredo Alcón, y me dije: ‘Yo quiero ser como él’. Y fijate cómo es la vida: después vinieron a vivir al lado de nuestra casa los tíos de Alfredo, Ñata y Eduardo. Así lo conocí. Y él me ayudó bastante”.

–¿En Tropezón eras el bicho raro?

–Claro. Venían los campeonatos de fútbol y si no iba porque tenía que ensayar me decían el marica. Para mi familia también era una pérdida de tiempo.

–Los astrólogos dirían que naciste con esa estrella.

–No creo en la suerte. Pero Alicia Muñoz, la dramaturga, cuando yo recién empezaba, me dijo: “No sé por qué, pero vos en otra vida fuiste actor”. Siempre me quedó eso.

A los 16, Arauz entró por primera vez a un teatro. “Inmediatamente sentí que quería estar ahí. Empecé con amigos, hacíamos sketches en boliches y nos fuimos a Mar del Plata, donde debuté a los 19 con una obra de Dalmiro Sáenz en el teatro Diagonal”. Después llegaría la mano de Alcón y la recomendación para estudiar con Luis Agustoni.

–¿Los grupos de teatro eran lugares accesibles para alguien que venía de abajo?

–Y, yo ahí no hablaba nada. Le dije a Agustoni: “No voy a venir más a las clases. No tengo el secundario, acá opinan, dicen cosas, yo no tengo qué decir y ni tengo plata para pagarte”. Me contestó: “Si llegás a dejar el teatro, te mato. Venís igual, te voy a dar libros, ya vas a ver”. Y me dio libertad para hacer lo que quisiera. Como actor, Arauz participó en varias obras dirigidas por su maestro. También pasó por la tele gracias a Hugo Moser que lo convocó para Todo empezó con Don Pedro (con Gianni Lunadei, Carlos Moreno y Ulises Dumont). “Después me ofreció hacer Mi chanta favorito, como contrafigura de Ricardo Darín. Pero me enfermé y entonces llamaron a Guillermo Francella –dice sin lamento–. No me gusta la tele, me pone muy nervioso”.

Las primeras clases y sus primeras experiencias de dirección las vivió junto a la actriz Roxana Randón, la mamá de Leonardo Sbaraglia, su pareja durante muchos años. De un armario, Arauz saca una pila de fotos donde asoma un hombre más flaco, con bigotes y cabello oscuro. “Mirá, ese nene en la mesa es Leo chiquito. Me pone muy contento cuando en las entrevistas dice que el primero en subirlo a un escenario fui yo”. En su hijo gigante, Gargantúa, continuó dando clase, pero dice que el teatro no se puede enseñar: “Hay que sentirlo; puedo ayudar a sacar tu talento, pero tenés que descubrirlo”.

–¿Por qué dejaste de actuar?

–Sentí que tenía muchas fallas artísticas. Soy muy perfeccionista y no me perdoné, subía tenso y dejé. Recién ahora volví, me fui dos meses a Italia con Andrés Linetzky, un pianista que trabajó con (Miguel Ángel) Zotto, para hacer a un viejito que bailaba tangos. Tuve que aprender y la pasé muy bien otra vez.

–¿Cómo debe ser el teatro según su óptica de director?

–El teatro debe estar hecho para conmover si no... El espectador no puede salir y decir: “¿Adónde vamos a comer?”. El teatro no puede quedar arriba del escenario, tiene que bajar a la platea, y para eso hay que trabajar con compromiso emocional. El teatro está hecho para que te vayas con algo.

De Lon Chaney a Freddie Mercury

Sin publicidad, el boca a boca lleva a la sala Gargantúa: “No te pierdas Mundomudo, la de Carlos Belloso”. Es la obra que homenajea a Lon Chaney, quizá lo mejor de 2009. “En 2002, Carlos vino a hacer el unipersonal Pará, fanático. Así nos conocimos y finalmente nos juntamos a hacer algo sobre este artista, el Hombre de las Mil Caras, el máximo actor que vi”, cuenta Arauz sobre el origen de esta relación artística. “Es un aliado, tenemos la misma pasión. Creemos que el teatro debe tener algo cinematográfico y salirse de la cosa estática.” Con Mundomudo volverán el año próximo. Además, quieren hacer la vida de Nerón (¿qué otra cara pudo tener el emperador romano?) y preparan dos pilotos para la tevé.

Por otro lado, con el bailarín Hernán Piquín, Arauz quiere llevar a la calle Corrientes un musical sobre Freddie Mercury. Y logró concretar el teatro itinerante: un camión con el que se pueda llegar a todo el país, adonde no penetra el teatro. “Estuve muy encerrado durante estos diez años armando Gargantúa. Ahora voy a mirar hacia fuera, quiero devolver lo que recibí.”

Fuente: Crítica

Gilberto Gil: Ministro de la libertad

El 16 de diciembre cantará en el Gran Rex. Ahora como ex ministro de cultura de Brasil. Músico enorme y felizmente atrevido, sonrisa de un pueblo que de tanta injusticia se dice O mais grande do mundo. Por Jorge Belaunzarán

En su último show en Buenos Aires estuvo Charly García. Como público. En el 2007 que lo tenía esperando nuevo disco (final y risueñamente un Kill Gil no editado), podría hipotetizarse que el apaciguado y compenetrado García espectador buscaba explicarse cómo ese hombre que estaba arriba del escenario podía seguir tocando y cantando como lo hacía siendo Ministro de Cultura de O mais grande do mondo, Brasil. Desde el escenario del ND Ateneo, Gil inventaba una atmósfera nueva, tan nueva como en cada una de sus presentaciones, ya fuera solo a la guitarra o con una banda que le garantice sus ritmos principales: el tropicalismo, del cual se lo considera inventor junto con Caetano Veloso, Maria Bethania, los geniales Os Mutantes (conformados por Rita Lee, Sérgio Dias y Arnaldo Baptista) y Tom Zé, y el reggae. No por casualidad, dos ritmos que cambiaron la música del planeta.

The Beatles ya lo habían hecho, pero la revolución musical que haría del llamado rock un movimiento gigantesco capaz de deglutirse todo para darle nueva vida, necesitó de esas otras dos patas, cuyo sentido y fusión la vive el Londres de los primeros 70. Allí, donde se gestaría una revolución dentro de la revolución (el punk) fueron a parar Gil y Veloso, primero presos y luego expulsados de su Brasil natal por la dictadura surgida en 1964, a la que no le gustaba ni su música ni sus letras, y mucho menos su explosión de libertad.

Así como García difícilmente encontró alguna respuesta aquella noche, Gil la tuvo para resolver el problema de la cultura desde su cargo como ministro. Le dio cinco años al gobierno de Lula, quien más de una vez lo tuvo que convencer que continúe. La primera, por una ley de cine que provocó furias desconocidas hasta el momento en el campo cultural. Pero no se fue del puesto por no haber podido llevar la partida de su Ministerio al uno por ciento del presupuesto. Fue más simple: luego de operarle las cuerdas vocales, el cirujano Jacob Kligerman le aconsejó no continuar en el cargo; "reserve su voz para su arte, tan apreciado en el mundo", le dijo a quien se estaba arruinando la voz por hablar continuamente en público. Lula entendió, y el negro oriundo del interior pobre de Bahía respiró más tranquilo, y le agradeció al ex delegado metalúrgico haberlo hecho formar parte de un "proceso de transformación de la vida brasileña".

Quizás García fue a buscar en Gil la lucidez para seguir a la vanguardia, para estar cerca de la revolución: sólo a partir de mirarse en el otro es posible descubrirse a sí mismo. Ese mismo año Gil, en su gira europea, arengó al público a que siguieran conciertos en tiempo real desde su página Web y a los que estaban en vivo a que sacaran fotos y grabaran: "defiendo que el público experimente y se apropie totalmente de las posibilidades que ofrecen las tecnologías. Los límites tendrán que ser establecidos tras un amplio debate democrático". Y advierte al pueblo: "Todavía no sabemos hasta qué punto los individuos van a abdicar de su derecho al uso pleno de esas tecnologías y concederlo a las corporaciones".

Será por esas dudas que guarda que con una amplia y blanca sonrisa en los labios diga que “envejecer es bueno desde el punto de vista del alma y complicado desde el punto de vista del cuerpo”, porque “el alma vieja es cada vez más sabia y menos poderosa, y eso da un equilibrio fantástico”. Acaso García entendió más tarde que “en cambio el cuerpo tiene los problemas de la decadencia; unos se rebelan y otros, como yo, intentan adaptarse: alimentación, gimnasia, respiración...".

Fuente: Asterisco

Un renacentista en el San Martín

TEATRO › CALIXTO BIEITO SELECCIONA ELENCO PARA SU PUESTA DE LA VIDA ES SUEÑO

El director catalán, un provocador artístico –aunque él descrea de esos términos–, reinventa los clásicos para jaquear al público con situaciones y sentimientos extremos. La obra será parte de la programación 2010 del teatro porteño.

Por Hilda Cabrera
Imagen: Leandro Teysseire

El director español Calixto Bieito llegó a Buenos Aires para seleccionar el elenco de La vida es sueño, espectáculo que integrará la programación 2010 del Teatro San Martín. Director del Teatre Romea de Barcelona, reinventa a los clásicos, cuyas piezas transforma en Grand Guignol cuando su intención es jaquear al público con situaciones y sentimientos extremos. Su versión de la obra de Pedro Calderón de la Barca subió por primera vez a escena en el Festival de Edimburgo 1998, interpretada por una compañía británica, a la que dirigió. Pasó luego a Dublin, Nueva York y continuó en gira, siempre en idioma inglés. Bieito ha sido invitado a realizar numerosas producciones en Edimburgo, y en otras ciudades y festivales europeos y estadounidenses. La vida... se vio también en Barcelona (una coproducción del Romea y la Compañía Nacional de Teatro), Madrid y casi todas las plazas de España, y obtuvo numerosos premios. Entre sus puestas hay obras de teatro y óperas, que algunos críticos enlazan –por la integración de poesía, música y escenografía– con el “arte total” de los régisseurs alemanes. En el listado figuran versiones de Macbeth y El rey Lear, de William Shakespeare; Los Persas. Réquiem por un soldado (reescritura de la tragedia de Esquilo junto a Pau Miró); La vida breve; Peer Gynt; Don Carlo, de Verdi; Wozzeck, con música y libreto de Alban Berg sobre la pieza teatral Woyzeck, de George Büchner; Plataforma, versión teatral de la novela de Michel Houellebecq (sobre turismo sexual); El holandés errante; Tirant lo Blanc; y Carmen, ópera de George Bizet sobre la novela de Prosper Mérimée, cuya acción Bieito trasladó a la ciudad de Ceuta.

El director nacido en 1963, en la ciudad Miranda de Ebro (donde hubo un campo de concentración franquista), recibió este año el Premio de Cultura Europeo de la Fundación Suiza Pro Europa. Su nombre aparece unido al calificativo de provocador artístico, que Bieito no toma en cuenta. Sus montajes levantan polvareda pero este artista prefiere no enredarse en discusiones: “Soy curioso por naturaleza y me hace ilusión mi trabajo. Me alimento de otras artes, no solamente de teatro”, resume. Está entre los que se animan a ofrecer experiencias multisensoriales, y se apasionan por la música, la pintura y casi todas las manifestaciones contemporáneas. “La música es fundamental en mi trabajo y mi vida, quizá porque me eduqué en una casa muy musical: mi hermano es músico, mi madre es sevillana y canta en un coro, y mi padre, gallego, que trabajó en ferrocarriles, amó siempre la ópera italiana. Soy de una ciudad del norte de España que está entre Burgos y Vitoria, en la frontera con Euskadi. Pasé mi infancia allí, hasta que a los quince años mi familia se trasladó a Barcelona. Mi mujer es catalana, mis hijos catalanes y mi lengua familiar actual es el catalán. También es el idioma con el que empecé a pensar mis espectáculos. Ahora los pienso en catalán, castellano, inglés e italiano.”

–¿Qué significa pensar en un idioma? ¿Se apoya en la escritura?

–No totalmente. A veces sueño en inglés. Cuando pasas mucho tiempo viajando, como es mi caso, sueñas en distintos idiomas. Soy una persona absolutamente trilingüe. Mis idiomas son inglés, catalán y castellano. Siento curiosidad por la riqueza que hay en cada uno.

–¿Cómo organiza la incorporación de las distintas artes?

–No soy un especialista en fotografía pero, por ejemplo, cuando armo un espectáculo tengo ya coleccionadas tres mil fotografías en una carpeta. Conozco bien el texto pero las fotografías son las que me inspiran, como la pintura. Pertenezco a la segunda generación criada con la televisión, y todo lo visual es muy importante para mí.

–¿Quiénes son sus guías en la pintura?

–Goya es uno de ellos. Es el inventor del expresionismo español. Mi formación cultural está muy mezclada. Hay una trama española donde los maestros son Goya, Valle Inclán y Luis Buñuel, que tienen varios nexos en común. A estos artistas los llevo en el alma. Luego está la trama catalana, a la que pertenezco como generación más joven que la del teatro independiente de Cataluña y el surrealismo catalán.

–Que arraigó desde muy temprano en Cataluña...

–Sí, por la relación con la vanguardia francesa. Del surrealismo español no me gusta todo Salvador Dalí, por ejemplo. Me interesa La mujer campana (que aparece en el corto de animación surrealista acordado por Dalí y Walt Disney en 1945), pero no su Cristo (el que sin elementos dramáticos copia la postura del Jesucristo de un cuadro de San Juan de la Cruz). En cambio, me gusta el poeta Joan Brossa, quien se apasionaba por todos los géneros.

–Una personalidad renacentista, creador en el teatro, la ópera, el cine, la literatura...

–Sí; también yo tengo mucho de eso. José Montilla, presidente de la Generalitat catalana dijo que Ferrán Adrià (famoso chef) y yo éramos exponentes de Cataluña.

–¿Y eso lo halaga?

–No especialmente. Me da raro. Es una comparación extraña, humorística, sobre todo por la polémica que produjo. Me resultó un asunto divertido.

–¿Qué tipo de polémica?

–Los nacionalistas dijeron que el presidente se apoderaba de figuras para hacerse propaganda. Me preguntaron qué pensaba de eso. Les contesté que no tenía opinión, que me es igual. No puedo negar que le debo cosas a mi país y a su cultura, sería pretensioso negarlo, pero no estoy siempre de acuerdo con lo que sucede o se decide a nivel institucional y cultural.

–¿Es difícil acordar con tanta diversidad cultural?

–Es complejo, porque esa diversidad está en una misma familia. España es un amasijo formidable. Además hay personas, como yo, que pasan la mayor parte de su tiempo recorriendo Europa...

–¿Qué influencias predominan en su versión de La vida es sueño?

–Hay mucho de Diego Velázquez y Goya, pero no referido al vestuario sino a la luz que ilumina y da sensación de volumen; también de la brutalidad de Buñuel y de la violencia auténticamente calderoniana y española. La violencia es un tema fundamental en Calderón, y no sólo la religiosa.

–¿Una violencia que traslada a otro contexto?

–A la historia del siglo XX europeo.

–¿Referida a las guerras?

–En un comentario crítico sobre la obra, no sé si de Eduardo Haro Tecglen, se dijo que la imagen de mi Segismundo (en el original, el príncipe recluido por su padre desde la infancia) evocaba al prisionero de todo el siglo XX: el de los campos de concentración y la dictadura franquista. Aunque otros lo ven así, no lo imaginé en esos términos. Pienso de forma más concreta, pero me doy cuenta de que la historia y todo lo que uno ha estudiado y visto acaba influyendo.

–¿Pensar en concreto equivale a no generalizar?

–No generalizo, aunque en esta obra no soy tan concreto porque se trata de un cuento filosófico donde aparece la angustia existencial. También porque escogí la versión de Zaragoza, la primera escrita para los actores y para ser representada directamente. Fue compuesta entre 1627 y 1629. La segunda, de Madrid, es la que hemos estudiado en el colegio. Fue escrita para la imprenta y después de años de la primera.

–¿En qué se diferencian, básicamente?

–En algunas partes del texto las diferencias son sustanciales, pero lo más interesante es que la primera es mucho más nihilista, gamberra y vulgar pero más libre.

–¿Se buscaba mayor perfección para la imprenta o era autocensura?

–Las dos cosas tal vez. Calderón tenía más años y estaba más cerca de la Corte. La Universidad de Liverpool publicó un trabajo crítico muy interesante sobre estas versiones, realizado por el maestro José María Ruano de la Haza, gran estudioso del Siglo de Oro Español. Cuando descubrí la versión de Zaragoza, comencé a preparar la obra para la versión al inglés.

–¿Por qué se publicó fuera de España?

–Porque mi país está lleno de cultura y tiene personas muy talentosas, pero, lamentablemente, eso no es suficientemente valorado.

–¿Acaso no es posible desarrollarse en España?

–Soy de los que desarrollan actividad en el país, pero tenemos que admitir que aún nos falta mucho. Por eso viajamos. Ahora me voy a Viena, invitado a dar una conferencia, después a Stuttgart, en Alemania, a dirigir Parsifal, de Richard Wagner; también a Copenhague, Dinamarca, para el montaje de Pasión, que estrené el año pasado en el Teatro de Basilea. Todas estas cosas las puedo hacer porque tengo dos hijos preciosos y una mujer extraordinaria.

Fuente: Página 12

Doris Day not dead

Por Moira Soto
Imagen: Juana Ghersa

Afortunado convite de talentos femeninos, el reciente estreno teatral Toda mi vida he sido una mujer remite con original escritura e incisivo humor a los chiches de la publicidad que se globalizaron en Occidente en la posguerra de los ’50, con la fiebre del consumismo, y que aún perviven en los avisos y el mensaje de los medios de la actualidad. El texto también alude a las exhortaciones de los manuales de autoayuda y de las revistas femeninas, a todo ese mundo de las comedias de Doris Day que, como dice Vilma Rodríguez, ahora viene camuflado.

“Moulinex libera a la mujer”, “Cómo habitar su cuerpo en 25 pasos”, son algunas de las frases que pronuncian las protagonistas, encarnadas por Andrea Jaet, docente, cantante, con habilidades sorprendentes (manejo de armas de fuego, espada y florete) y su partner, Gaby Ferrero, también docente y –entre otras cosas– musicoterapeuta. Ambas intérpretes fueron llamadas por Vilma Rodríguez, notable directora, licenciada en letras, docente teatral. Por su lado, Leslie Kaplan (nacida en NY, afincada en Francia), filósofa, historiadora, novelista, es la autora de esta pieza inspirada en extractos de textos de Rodrigo García. A la ficha técnica de esta obra estrenada la semana pasada, hay que sumar los nombres de Florencia Zavadivker (vestuario) y Valeria Abuin (escenografía). Y desde el aporte masculino, a Ricardo Sicca (iluminador) y Fabián Dellamonica (diseño sonoro). Toda mi vida... no se inscribe en ningún género, aunque esta puesta se haya decantado felizmente por el lado de la comedia satírica, siempre dentro de una estructura atípica.

Vilma Rodríguez: –La verdad es que el humor me fue sorprendiendo dentro del proceso de ensayos, afloró casi diría espontáneamente. Y me terminó de sorprender en las funciones con público, primero en el semimontado. Por supuesto, toda la temática de lo que se supone que es ser femenina me resultaba interesante, y a la vez me inquietaba pensar hacia dónde nos podía llevar el discurso sobre la mujer. Creo que a partir del hallazgo del humor y de la idea de ubicar la obra en algún lugar en torno de los años ’50, en este estereotipo que se fijó tan fuertemente en esa época en publicidad, en los medios, nos empezó a dar un aire para jugar creativamente.

Esta pieza podría tomarse como la versión escénica de la famosa frase de Simone de Beauvoir: la mujer no nace, se hace. La mujer como construcción, en este caso de la publicidad, las revistas femeninas, los manuales de autoayuda.

V. R.: –Sí, hay mucha mención al discurso de la publicidad que, con algunas variaciones, sigue siendo el de los años ’50: la mujer siempre divina, arreglada, feliz entre electrodomésticos, la cocina como su ámbito natural.

Andrea Jaet: –En la primera escena, yo salgo con una revista de 1959. Entre nosotras, nos reíamos de ciertos avisos relativos a la belleza femenina, el mandato de no permitirse imperfecciones. Y en la actualidad, ¿qué mensajes nos mandan? Estar siempre perfectas, flacas, no arrugarse, comer cero por ciento de grasa, tener el pelo abundante y reluciente, superar el tránsito lento... En esencia, el discurso sigue siendo el mismo. Por no hablar de lo que proponen las notas actuales de las revistas llamadas femeninas.

V. R.: –Es que ese estereotipo se instaló en los ’50 y después se fue camuflando un poco para no desentonar con los cambios que se produjeron en las mujeres. Pero increíblemente, en esencia el modelo es el mismo. Descubrir eso fue fuerte para mí.

Gaby, ¿por qué aceptaste hacer este texto?

Gaby Ferrero: –Venía de hacer Crave, la pieza de Sarah Kane, otra obra nada convencional. Cuando me llama Vilma, antes de conocer el texto, me entusiasma la idea de trabajar con ella, con Jaet. Cuando leí la obra, me dije: bueno ¿esto con qué lo vamos a mixturar? Pero confié en Vilma. Después, en la primera lectura con Andrea, sintonizamos mucho las dos, empezó a aflorar el humor. En este plano, hay algo que cuidamos mucho, un borde que puede llevar a un equívoco. La verdad es que nos resulta muy placentero decir estos textos, más allá de las dificultades de ciertas repeticiones.

La formulación tiene algo de partitura musical...

G. F.: –Sí, en este punto también lo asocio con Crave, en los papeles un ladrillo tan difícil de masticar... Pero hay algo de lo poético también en Kaplan que fuimos percibiendo. A Vilma se le ocurrió decir tal texto como una canción porque su sonoridad tenía algo de un fraseo, del orden de lo musical. Y me parece que realmente le fuimos encontrando un sentido haciéndolo. Se produjo un encuentro muy fluido, actoral puro. A veces sucede y es muy bueno.

De todo lo dicho por Vilma y Gaby, se desprende que hubo plena coincidencia de tu parte, Andrea.

A. J.: –Bueno, cuando Vilma me llamó para preguntarme si quería hacer un semimontado en un mes, le respondí que sí. Pero leé primero la obra, me sugirió ella. No hace falta, es sí, le aseguré. Y cuando la leí, me interesó mucho, me pareció que había ahí un gran potencial.

¿No te extrañó que no hubiese personajes perfilados, que no se contara ningún cuento?

A. J.: –La verdad, me pareció que había muchas cosas para hacer. Si Gaby venía de interpretar a Sarah Kane, yo había hecho Dramas breves, de Philippe Minyana, un tipo que escribe sin puntos, sin comas, sin nada, y vos tenés que armarlo. Un gran entrenamiento para mí, de modo que Toda mi vida... no me pareció nada inaccesible. Este tipo de textos te dan mucha libertad creativa, eso me encanta. Y más trabajar con Vilma, que nos dejó hacer cualquier cosa... (risas).

¿Cómo se logra la diferenciación de estas dos voces sin nombre, sin historia?

V. R.: –La única consigna que surgió fue que hubiera contrapunto. Nos preguntamos si era una sola voz femenina desdoblada, o si eran dos voces diferentes. La idea del desdoblamiento quedó circulando por ahí, se filtra en el vestuario. Lo interesante del tema del doble es la contradicción, la paradoja. Por eso, cuando una está angustiada, la otra luce espléndida. Cuando una se excede, la otra la frena.

G. F.: –El mismo texto, al ponerlo en dos tipografías establece una diferenciación. Mi personaje hace una arenga con la Moulinex, también pone una calentura al citar las verduras. Pero cuando habla de la sexualidad tiene un parate, como volver a la moralidad aceptada. Una cosa es entusiasmarse con las papas, las verduras, los pepinos, y otra es que se mencione la masturbación. Esto marca cierta coloratura de la actuación. El resto va con las tendencias actorales de cada una.

Por este año se están ofreciendo funciones, hasta el 3 de diciembre, los jueves a las 21, en Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556, 48675185
Fuente: Página 12

Un rock para los chicos

Papando Moscas
Bandas de rock infantil

Hace una década sonaron los primeros acordes y, desde entonces, no paran de sumar fanáticos. Los chicos, y también sus padres, compran sus discos y llenan las salas donde se presentan.

En una familia moderna los chicos mandan, y el mercado musical tomó nota de esa premisa. De a poco, los grupos de rock para chicos se hicieron fuertes y se convirtieron en una tendencia que crece.

Papando Moscas, La Banda del Musiquero Loco, Los sin Cebolla, Re-enchufaditos y Rompecabezas son algunas de las bandas que, aunque lograron desbancar a las canciones edulcoradas de María Elena Walsh, ya se perfilan como los favoritos de los más chicos.

Lo mejor de esos grupos tal vez no sea su teatral puesta en escena. Lo novedoso, lo que a padres y maestros más los atrae, es que en muchos casos se convierten en un primer acercamiento a la música para los chicos, a los instrumentos musicales, que dejan de lado por un rato el triángulo o los toc toc y se deslumbran con guitarras eléctricas o baterías.

Pero los nuevos rockers infantiles no sólo tocan rock. Papando moscas mezcla en su espectáculo blues, reggae y hasta tango. Mantienen una puesta y estética de recital de rock que atrapa la atención de los más chicos y les abren las puertas a estilos musicales a los que de otra forma se acercarían mucho más tarde.

Sin la organización de esta nueva camada de artistas, la tendencia tuvo sus primeros antecedentes en los programas El agujerito sin fin que conducía Julián Weich y en Cablín.

Mamá, soy fan del profe de música

Papando Moscas nació hace 11 años cuando Gustavo Libedinsky, un profesor de música para chicos, grabó el CD Mi primer rock en un trabajo para una escuela. Con esa experiencia y la propuesta del Hard Rock Café de tocar el Día del Niño de 1998, el maestro empezó a llamar a músicos amigos para formar la banda.

“Ellos habían escuchado un cassette que grabé para un colegio, con máquinas, y me ofrecieron venir a tocar esos temas para el Día del Niño. Convoqué a unos amigos con los que tocaba en otros grupos, con la idea de hacerlo por única vez, pero nos fue súper bien y nos quedamos con ganas. Entonces, empezamos a darle forma al proyecto de la banda”, contó alguna vez Libedinsky.

Los grupos de rock para chicos no sólo respetan los arreglos y la sonoridad del género, también tienen letras propias en las que le ponen ritmo a problemas cotidianos que tienen los chicos como el dramón de ir a bañarse, de levantarse para ir a la escuela o la manía de pedir “comprame todo”, todos con un costado gracioso que funciona como un imán también para los papás.

Las bandas de rock infantil hacen covers de grandes éxitos de los Beatles, como Lucy in the sky with diamonds, que Papando Moscas versionó en castellano. El caso de la banda de Libedinsky es el más parecido a una banda de rock tradicional: sus presentaciones son recitales en lo que los chicos no tienen tanta participación -como en los de Sin Cebolla o La Banda del Musiquero Loco- porque se definen como un grupo de rock neto en el que sí le dan mucha importancia a lo actoral para captar la atención de los chicos, pero su intención es más que nada que disfruten de buena música.

El grupo presentó su último trabajo Pequeños éxitos el domingo pasado en el Centro Cultural Konex del barrio porteño del Abasto, y este domingo 29 de noviembre va a volver a tocar ahí a las 16. El show es al aire libre, pero si llueve no se suspende, se pasa a una de las salas del centro Cultural.

Además de Libedinsky, Papando Moscas está compuesto por Mabel “Inmaculada” Salerno en actuación y coros, Eduardo “Pitu” Cimino en guitarra y coros, Pablo “Salmón” Zagare en bajo y coros, Leandro “Mr. Lep” Baltaian en teclados y coros y Nicolás “Artesano” Cotton en batería.

Además de las canciones más conocidas, el grupo presentará los temas que van a formar parte de La hora de la pavada, su próximo espectáculo. “Tenemos previsto tocar por el interior del país y también salir al exterior, porque es un estilo con el que nos sentimos muy cómodos y el público que nos sigue es el que nos da fuerzas para seguir por el mismo camino”, contó el líder del grupo.

De Say No More Orchestra a la música delirante para chicos

Las bandas de rock para chicos tienen la misma calidad musical que las que se suben a los escenarios del Luna Park o las que llenan estadios de adolescentes y no tanto, que revolean trapos con estribillos pegadizos. La Banda del Musiquero Loco está integrada por dos músicos que formaron parte de los grupos de rock nacional más conocidos. Mariela Chintalo tocaba en Say No More Orchestra, la misma que acompañó a Charly García, y Diego Dubarry tocó con músicos como Fito Páez. Pero ahora editan discos infantiles que son casi un lujo: El sapito rockerito, uno de los CD’s de la banda tiene participaciones especiales de Celeste Carballo, Pipo Cipolatti y hasta del mismísimo Charly García.

El grupo recorre con melodías de blues, pop, vals, desde los “kilomberosos” que no se quedan quietos y encima se portan mal en la escuela, hasta el miedo a los fantasmas. Durante cinco años Dubarry y Chintalo mantuvieron el proyecto para los chicos en paralelo con la música para “grandes” que tocaban con Charly, pero al final se decidieron a dedicarse de lleno a los chicos. “Quisimos hacer buena música para chicos, con buena instrumentación, con mucho tiempo de trabajo, en el sonido, en las letras”, dijo Diego Dubarry.

Fuente: Hoy

Fito Páez y León Gieco, en el Festival de Cine cubano

Los artistas se harán presentes con los filmes "Las manos al piano" y "Mundo Alas"

León Gieco y Fito Páez, y el realizador y presidente del Sistema Nacional de Medios Públicos, Tristán Bauer, participarán del 31 Festival de Cine de La Habana, que comenzará el 3 de diciembre.

Entre los invitados figuran también el actor y productor argentino Gastón Pauls, el director y guionista español Ventura Pons, la brasileña Suzana Amaral y la actriz y directora alemana Hanna Schygulla.

Iván Giroud, director del festival, anunció en conferencia de prensa que aún está pendiente de confirmación la asistencia de varias personalidades internacionales, entre ellos algunos cineastas estadounidenses, informó la agencia Prensa Latina.

Una de las proyecciones que despertará mayor interés será el documental "Che, un hombre nuevo", de Tristán Bauer, un acercamiento humano a la vida del guerrillero argentino-cubano.

León Gieco llegará en calidad de director con el documental "Mundo alas", fuera de concurso, sobre un grupo de artistas discapacitados que -según Giroud- "es un gran documental, una lección artística y de profundo contenido humano".

Fito Páez volverá a La Habana junto a su compatriota Gastón Pauls, quien lo dirigió en el documental "Las manos al piano", sobre la grabación de su más reciente disco, "Rodolfo".

En la lista de proyecciones especiales destaca el estreno de "Sin mapa", dedicado al dúo de música alternativa Calle 13.

Además, en esta edición, el Festival se extenderá por primera vez al Pabellón Cuba, una de las avenidas más concurridas de esta capital, con amplias propuestas para jóvenes.

A sólo unos metros de su sede permanente en el Hotel Nacional de Cuba, el Pabellón será un espacio de encuentro entre las nuevas generaciones de cineastas cubanos con sus colegas latinoamericanos, según anunció Alfredo Guevara, presidente de la cita.

"Aspiramos a que ese lugar se convierta en un mundo de jóvenes, en una gran fiesta de la juventud en el marco del festival",dijo Guevara.

Una galería de arte abrirá sus puertas con una exposición de fotos, en su mayoría inéditas, de la artista italiana Tina Modotti, entre estas las tomadas a su compañero y líder estudiantil universitario Julio Antonio Mella (1903-1929), con quien mantuvo una profunda relación sentimental.

Fuente: El Día

"El teatro está en los genes"

LUEGO DEL EXITO DE "EVA", ALBERTO FAVERO PREPARA UN MUSICAL DE STEPHEN SONDHEIN

En 2010 hará "Sweeney Todd" con Julio Chávez, en el Maipo, sobre un peluquero asesino, que en cine hicieron Johnny Depp y Helena Bonham Carter. Para él, tocar en una fábrica o en el Colón es lo mismo. Lo esencial es la comunicación con el público.

Hace pocos días, en el Maipo, Alberto Favero hizo "Nice"n easy" para el ciclo Nuova Harmonia, con Sandra Mihanovich, Eleonora Cassano y otras figuras. Luego de unas semanas de descanso, el artista que creó la partitura del musical "Eva", de Pedro Orgambide, con Nacha Guevara, que se hizo en el Argentino, de La Plata y el Lola Membrives, de Buenos Aires, se dedicará al musical "Sweeney Todd", de Stephen Sondhein, para estrenar en octubre de 2010, en el Maipo. Es la historia de un peluquero asesino y lo hará Julio Chávez. En cine lo hicieron Johnny Depp y Helena Bonham Carter.

ENTRE LOS MEJORES

Mientras espera el horario de función en el Maipo, sentado en los sillones rojos del hall de la sala, Favero comenta que todos los días, como un hábito natural, toca música en el estudio de su casa.

"A veces hago nuevos arreglos para un musical, o toco algunos de mis compositores preferidos como George Gershwin, del que en Clásica y Moderna hice una versión de "Porgy and Bess" ".

Para hacer el musical "Eva", Favero regresó de Europa, luego de una permanencia de cinco años. "Cuando teníamos todo listo para estrenar el musical "Cabaret", en el Opera, en la versión de Sam Mendes, el proyecto se frustró, debido a la crisis financiera. España lo tomó y la mayoría de los que integrábamos el equipo argentino viajamos a Madrid. Allí la hicimos cuatro años. Luego hicimos una gira que abarcó treinta y tres ciudades.

En Europa también hice la música incidental para "El graduado" con Angela Molina y "Víctor-Victoria", el musical, con Paloma San Basilio. En España hasta me pude dar el lujo de hacer dos veces "La Suite Trane", que en la Argentina no hacía desde 1968, porque hay que contar con veintidós músicos en la orquesta", comenta orgulloso el director musical de "Eva".

El compositor luego de hacer "Eva" también se encargó de la supervisión musical de "Piaf", acompañó a Nacha Guevara en un show tipo café concert en La Trastienda y hasta en una fábrica recuperada.

LLEGAR AL CORAZON

-¿Cómo vive la experiencia de tocar en una fábrica, en una sala como el Argentino de La Plata, o en un show de café concert?

-Desde muy pequeño estuve vinculado al teatro y entre mis ancestros se ubica Mafalda Favero, una cantante de la Scala de Milán. Lo esencial es llegar al corazón del espectador. Puedo tocar en una cantina, o el Colón, lo primordial es la calidad y ese ida y vuelta entre ambas partes. La experiencia de dirigir la orquesta del Argentino de La Plata, fue tan gratificante como tocar para la gente de esa fábrica recuperada de Avellaneda, que es un público maravilloso. Ahí acompañé a Nacha (Guevara) sólo con piano eléctrico, e hicimos desde Benedetti hasta el tema principal de "Eva" .

-¿Con "Nice"n easy" volvió a un género que le atrae, el jazz?

-Cuando era chico, en La Plata formamos el Grupo Contemporáneo de Jazz, en el que hacíamos hot jazz y dixieland. Es una música que me alegra mucho y cuando Lino Patalano me propone hacer jazz de las décadas del "20 al "40, me dije que era el momento de hacer temas de Duke Ellington.

-¿Cuál fue su función en "Piaf"?

-Lo que hice fue adaptar musicalmente "Piaf", a la puesta local. Adapté el material para piano y acordeón y trabajé con el equipo local de intérpretes para que sus voces, pudieran escucharse igual que en el original. Como Elena Roger, que es mezzosoprano, tiene un registro perfecto, no hubo que adaptar nada.

Juan Carlos Fontana
Fuente: La Prensa

"El público es el aliado del artista"

DISTINTA ELLA DICE QUE HABRÁ MUCHOS CAMBIOS RESPECTO A "VEDETTISIMA", LA REVISTA QUE ENCABEZÓ HASTA EL MES PASADO.

Entrevista Carmen Barbieri El jueves, en Mar del Plata, estrena "Fantástica", la revista que dirige su esposo, Santiago Bal.
Por: María Ana Rago

Antes fue Vedettísima. Ahora será Fantástica. "Es una revista apta para todo público. Se verán transparencias y desnudos", explica a Clarín Carmen Barbieri, actriz que encabezará uno de los espectáculos que promete estar entre los más taquilleros de la temporada teatral marplatense. La declaración hace ruido y, tal vez porque al decirla a ella misma le haya sonado contradictoria, aclara: "Se van a ver cosas como las que salen en el programa de Tinelli. Y si las puede ver toda la familia por televisión, ¿por qué no las pueden ver en el teatro?" La evaluación de los dichos queda a criterio del lector y del eventual espectador. Lo cierto es que Fantástica subirá al escenario del Teatro Atlas de Mar del Plata a partir del jueves.

"Es una revista sin imitadores ni temas políticos. Es popular, actual, divertida y en algunos cuadros transmite emoción", enumera.

El año pasado habías dicho que tu idea era instalar una marca, un tipo de revista con sello propio, ¿sentís que empezó a concretarse?

Sí. Para mí, con la primera revista, con Vedettísima, ya se concretó ese objetivo, porque empecé a demostrar que se podía volver a la revista clásica. Y sigo en esa línea.

Dice que, como contrapartida, recibió de parte de colegas y a modo de crítica, el mote de "antigua", en su afán por buscar recuperar la esencia del género. Pero se defiende, dice que el adjetivo exacto es "clásica" y que no es al público al que tiene que explicarle nada, porque "el público es el aliado del artista. Los que son nuestros enemigos, a veces, son nuestros propios colegas, que tienen prejuicios, que critican un espectáculo antes de verlo", sentencia.

Hace un mes bajó de cartel Vedettísima, que después de la temporada de verano en Mar del Plata hizo funciones en Buenos Aires. "Terminamos a sala llena", asegura. Después, se tomó una semana de vacaciones. "Me fui a Disney con el nieto de Santiago y con mi hijo Federico, y lo pasamos realmente muy bien. Bajé del avión y retomé los ensayos de Fantástica. Estoy cansada, pero con un cansancio lindo", dice.

"Es una revista glamorosa y eso que soy de barrio, yo soy popular popular", enfatiza. Pero sobre el escenario, se quiere dar todos los gustos. Aunque el que manda es su marido, Santiago Bal, autor y director de Fantástica e integrante del elenco. El hace las órdenes de compra, elige los colores que deben pintar cada escena y dicta la letra. El que pone la plata es el productor. "Javier Faroni puso toda la carne a la parrilla", señala Carmen. "Vedettísima era glamorosa, pero ésta es mucho más pretenciosa, ha salido mucho más dinero, llevó más esfuerzo y más tiempo", agrega. Pero si de ahorrar se trata, Carmen tiene sus recursos. "Soy de caminarme todo el Once y conseguí buenos descuentos", dice.

¿Qué tendrá este espectáculo?

Esta vez no haré monólogo. Lo hace Andrea Ghidone. Y también Santiago y Rolo Puente. Yo cubro el espacio de mi monólogo con un número que hago con una "muñeca Muppet" que compré en Nueva York. Es un número musical cantado en vivo, en el que también hablo con la muñeca, que se llama Envidia. Ella se queja de mí, de todos los temas que siempre toco, como la gordura, como hablar de mi abuelo y de mi viejo. En el prefinal hacemos una performance con Santiago, que vendría a ocupar el lugar de la atracción, que da tiempo para armar el número final del espectáculo. Pero es una performance totalmente distinta a la que hacíamos en Vedettísima.

Todo renovado. O casi todo renovado. "Algunas cosas reciclé del espectáculo anterior, pero no muchas, porque a Santiago se le ocurrió hacer la presentación toda de blanco, y el final violeta y lila, así que hubo que comprar todo nuevo. Y algunos nombres del elenco se repiten, pero muy pocos.

¿Tu hijo vuelve a estar a cargo del material fílmico?

Sí, la proyección del fílmico la hace mi hijo Federico. Le compré un equipo de filmación para hacer películas y en la puesta usamos la pantalla de cine que tiene el teatro Atlas.

La charla se interrumpe abruptamente. "Pará un minuto que se me fue el perro", explica y llama a los gritos al animal, de dos años y medio, "que se crió en el teatro".

"Espero que esta obra le guste a la gente. El público, el año pasado, me dijo que sí. Y deseo, por supuesto, que vuelvan a confiar en mí y vengan a ver la revista". Fin. El ensayo debe continuar.

Fuente: Clarín