domingo, 31 de enero de 2010

Noche de candombe

Este domingo 31 de enero a las 21.30, en Ciduad Vieja (17 y 71), un grupo de músicos platenses recreará la música del uruguayo Rubén Rada, repasando sus canciones más memorables.

Serán de la partida Marina di Bastiano (voz), Matías Martín Hargo (guitarra y voz), Ana Archetti (acordeón y voz), Marcos Archetti (bajo y voz), Mariano 'Tiki' Cantero (tambor repique y voz), Aníbal 'Pili' Peralta (tambor piano y voz), Lautaro Burgos (tambor chico, percusión y voz) y algunos invitados del grupo.

Este concierto recorrerá algunas de las tantas músicas del maestro uruguayo Rubén Rada, principalmente aquellas de las épocas en las que tanto él como otros grandes de la música popular del Uruguay (como los hermanos Fattoruso, Jaime Roos y otros) investigaban a la vez que establecían el folclore mismo de su música ciudadana: el candombe.

Canciones como “Montevideo”, “Ayer te ví”, “Candombe para Gardel”, son composiciones que fueron y siguen siendo vanguardia, a la vez que representan clásicos indiscutidos de la música popular uruguaya.

La agrupación para este concierto buscará reflejar la frescura y la complejidad de estas músicas, con un abordaje en el que se destacarán el uso y la importancia de las voces (todos sus integrantes cantan), con una instrumentación que anclará en un sonido más bien acústico (guitarra acústica, acordeón y bajo), para acompañar la cuerda de tambores, el motor rítmico fundamental.

Fuente: El Cubo

García Lorca con castañuelas

DANZA › JORGE MAZZINI Y SU ESPECTACULO FLAMENCO!, EN EL TEATRO ASTRAL

Para el director, la asociación entre el poeta granadino y el género es natural: “En sus textos incluye, aun sin decirlo, estructuras rítmicas típicas del flamenco”. La puesta que comienza hoy va más allá de la pura danza y utiliza recursos teatrales.

Por Sebastián Ackerman

La Buenos Aires en la que supo vivir un tiempo el granadino Federico García Lorca es la misma que vivirá ese espíritu andaluz, que se respira en cada copla: aquí se estrenará Flamenco!, un musical basado en varias de las obras del poeta. Jorge Mazzini, su creador y director, explica a Página/12 que “en sus textos, Federico incluye, aun sin decirlo, estructuras rítmicas típicas del flamenco: hay escritos que coinciden con la rítmica de lo que se llama seguiriya. El era un amante del flamenco y eso se refleja en el espectáculo. Entonces, no es casual unir el flamenco con Federico García Lorca”, argumenta sobre el espectáculo que empieza hoy y se presenta, antes de partir de gira, las próximas cuatro semanas los miércoles, jueves y viernes a las 21, sábados a las 21.30 y domingos a las 20 en el Teatro Astral (Av. Corrientes 1639).

La obra está compuesta por diez cuadros unidos por la atmósfera lorquiana y, asegura Mazzini, diferentes estados emocionales atraviesan cada uno de ellos. “Siempre el flamenco provoca una electrización en el espectador, golpea por lo alegre o por lo jondo”, analiza, y afirma que “no es un espectáculo pasivo, es activo para el espectador. Muy eléctrico, que conmueve por su fuerza o por su emoción”. En cada cuadro, actores y bailarines interactúan en el escenario, aunando en escena los planos de la actuación y la danza. “Los actores interactúan con los bailarines”, cuenta Mazzini. “No son compartimentos separados, en los que un actor dice algo y después entran y bailan, sino que está montado teatralmente, en donde interactúan ambos planos”, y ejemplifica: “Por ejemplo, en La casa..., Bernarda y Poncia son actrices, y las hijas son todas bailarinas. Interactúan el baile y la actuación para jugar una escena juntas. La línea que los une es la interpretación, está todo resuelto desde lo teatral, aun el baile”, se entusiasma.

Mazzini ya realizó varias puestas relacionadas con García Lorca y con el flamenco, tanto en Argentina como en Estados Unidos y España, entre otros lugares. “Federico es flamenco de por sí, no solamente porque nació en Andalucía, sino porque tuvo una muy fuerte vinculación con el flamenco desde su origen”, dice, y recuerda que García Lorca junto con Manuel De Falla “organizaron el primer festival de Castejón, en Andalucía allá por los años ’20, que fue el marco para darle difusión internacional. Al intervenir ellos, con su prestigio le dieron ese marco que necesitaba para que luego anduviera solo”. El flamenco, continúa, es un “arte de desarraigo”, por lo que “desde la música o la danza, es extremadamente profunda: la danza es a tierra, sensual, potente. Es visceral”, remarca. Aunque no todo es tragedia, ya que “hay matices de todo tipo, porque esta gente no vive todo el tiempo lamentándose. También hay festejo, pinceladas de otros tonos que también se reflejan en ello. Aun cuando hay fiesta, es visceral, una entrega potente”, detalla.

Tanta pasión tiene una explicación en la historia del director: “Yo tengo origen árabe, y un día descubrí por qué me interesaba”, confiesa. “Hice varias versiones para teatro de García Lorca en versiones flamencas (Yerma en el Cervantes; Bodas de sangre en el Avenida). Cuando empecé a trabajar en esto, leí una frase de Federico que decía ‘Comprenderás bien el flamenco el día que descubras en él al Rey Moro’. Ahí entendí por qué estaba ligándome tan estrechamente con el flamenco”, detalla. Y también encuentra explicación a por qué iniciar la gira internacional de Flamenco! en Buenos Aires: “La ciudad tiene en su origen un alto porcentaje de raíces españolas y andaluzas, lo que hace que haya mucho público de flamenco y también muchos bailarines. Hay más de diez mil alumnos tomando clases de flamenco. Hay una serie de factores que hacen que ocupen un buen espacio en la actividad de Argentina, y no sólo de Buenos Aires”, confirma Mazzini.

García Lorca fue un autor comprometido en lo social, y eso se reflejaba en sus obras, en las que hablaba del poder y la tiranía. Abiertamente homosexual, fue fusilado en 1936 en su Granada natal. “Los poetas de su tiempo eran más ‘intelectuales’, y recurrían a figuras gramaticales o poéticas, metáforas, de difícil alcance para el pueblo; en cambio, Federico habló en el idioma de la gente”, compara Mazzini. “Eso hizo que Federico fuera mucho más popular y a la vez más peligroso desde lo ideológico, porque llegaba con su propuesta”, sostiene el director, quien además define al autor de Primer romancero gitano como un hombre que “amaba la libertad y estaba en contra de todo tipo de opresión, y eso se nota en su obra. Más allá de que en la primera mirada uno pueda encontrar una historia de amor, lo que está mostrando en general es la lucha por la libertad. Siempre están en juego el poder y la libertad, la vida y la muerte”, analiza.

Con un elenco de treinta personas en escena (con la actuación de Dora Prince y Juan Carlos Puppo), más músicos y cantaores en vivo, el espectáculo inicia así en la Argentina una gira que lo llevará por tablados de Uruguay, Brasil, Chile, Ecuador, Estados Unidos y España. Y cuenta con la participación especial de la bailaora cubana Cristina Masdueño, con quien ya trabajó en el país del Norte. “Cristina es una bailarina de una formación muy sólida en toda la danza española”, señala. “Aporta una visión que rescata lo más femenino del flamenco, que en este momento está dejado un poco de lado en el flamenco actual, y yo quiero remarcar. Sobre todo porque Lorca es un autor que trabaja básicamente con la mujer”, explica, y sigue: “Me gustó que en el elenco hubiera dos versiones, dos formas de mujer: la de Jorgelina Amendolara, acompañada por Claudio Arias, que es una estupenda bailaora de flamenco, netamente flamenca, muy a tierra, muy dramática; y Cristina, que rescata el uso del mantón, de las castañuelas, los abanicos y la bata de cola. Esto hace que sus dos entradas en el espectáculo sean totalmente diferentes, siendo igualmente flamencas las dos. Son como pinceladas de distintas maneras de mostrar a la mujer”, concluye.
Fuente: Página 12

En el mundo

Maricel Alvarez, en Luz roja para Dr. Fausto, instalación teatral de Emilio García Wehbi, en Berlín

Por Pablo Gorlero

Argentinos en Berlín. El jueves pasado, Maricel Alvarez y Emilio García Wehbi presentaron en Berlín la instalación teatral Red light for Dr. Faustus ( Luz roja para Dr. Fausto ), basada en el libreto de ópera de Gertrude Stein Dr. Faustus lights the lights . Este trabajo es el resultado final de un proceso de investigación que llevaron a cabo junto a los estudiantes del Instituto de Teatro y Danza de la Universidad Libre de Berlín desde octubre del año pasado. Ambos se desempeñaron allí como profesores invitados durante el semestre invernal 2009/2010, invitación que es parte del programa Artist´s in Residence, financiado por la DAAD, la Academia de Artes y la Universidad Libre de Berlín. Asimismo, mañana, Maricel Alvarez y Emilio García Wehbi darán una conferencia titulada Artists in the inbetween, en la DAAD Gallery, con coordinación de la también argentina residente en Berlín, Silvia Fehrmann. Pero ahí no terminan sus actividades: Ensayo sobre la tristeza , la instalación fotográfica de Emilio García Wehbi, se exhibe en dicha galería desde ayer.

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La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, acompañada del director Jean-Luc Courcoult, en Santiago a Mil . Foto:AP

Chile respira teatro. El desarrollo de la civilización venidera , dirigida por el argentino Daniel Veronese, fue elegida por los críticos chilenos la mejor obra extranjera presentada en el XVII Festival Santiago a Mil, que finaliza hoy. Como de costumbre, se realizó durante todo enero para atraer, con bajos precios de entradas, a los santiaguinos que se quedan en la ciudad durante el verano. En lo nacional, la elegida fue Los que van quedando en el camino , dirigida por Guillermo Calderón ( Neva, Diciembre ). En esta oportunidad fueron presentadas 17 piezas por compañías chilenas, escritas entre 1842 y 1993, y 11 extranjeras. La elección corresponde a los críticos de teatro de los principales medios de comunicación masiva de Santiago. El desarrollo de la civilización venidera , basada en Casa de muñecas , de Ibsen, fue definida por estos como "una lección teatral de cómo se puede recuperar lo clásico con actuaciones sobresalientes". Sobre el balance del festival los críticos rescataron como el mayor logro la convocatoria de público en las salas, informó ANSA. La presidenta Michelle Bachelet fue una activa participante de los espectáculos y, sobre todo, se entusiasmó muchísimo con la performance de la compañía francesa Royal de Luxe ( www.youtube.com/watch?v=qBXr15K2uSc&feature=player_embedded ), que presentó a su niñita gigante, de cinco metros de altura, paseando por las calles de Santiago, con un millón de personas que acompañaron su marcha. También se presentaron en Chile otras obras, como Lote 77, Tren, Espía a una mujer que se mata y Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo.

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Leslie Caron encarnará a Madame Armfeldt, en A Little Night Music, el musical de Stephen Sondheim que se estrenará pronto en el Théâtre du Châtelet, de París . Foto:AFP

El regreso de una estrella. Siguen los homenajes a Stephen Sondheim por todo el mundo. Al éxito de A Little Night Music en Broadway (con Catherine Zeta-Jones y Angela Lansbury), se suma otra versión de este magnífico musical de Sondheim y Hugh Wheeler. El 15 de febrero se estrenará en el Châtelet, de París, con una estrella de lujo en su elenco: Leslie Caron. La actriz y bailarina que participó en 45 películas del glorioso cine musical de Hollywood ( Gigi, Lili, Un americano en París ) prácticamente no tiene experiencia teatral, pero interpretará a Madame Armfeldt, junto con Greta Scacchi y Lambert Wilson.

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Carrillón, extraño montaje italiano, será uno de los platos fuertes del Festival de Bogotá . Foto:GENTILEZA FITB.XII

Se enciende Bogotá. Instalar un inmenso paralelepípedo interceptado por 600 metros de cable en la plaza de toros La Santamaría, de Bogotá, no es tarea sencilla. Por esa razón, el director artístico del proyecto Kitonb, de Italia, Angelo Bonello y el jefe técnico, Viorel Rosul, estuvieron esta semana en la capital colombiana para supervisar el espacio donde se presentará Carrillón, su performance de teatro urbano a gran escala, en el marco del XII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. A Bonello lo llaman el arquitecto del teatro, ya que dicen que no hay escenario imposible para este actor, mimo y acróbata de 39 años, oriundo de Turín, cuya filosofía de puesta en escena es el "teatro extremo", basado en las emociones, la luz, los signos y la geometría.

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Rodrigo González Garillo y Esteban Bigliardi, dos de los actores de Ala de criados, la gran obra de Mauricio Kartun que se presenta en el teatro Solís de Montevideo . Foto:EFE

Kartun en Uruguay. Ala de criados , la excelente pieza de Mauricio Kartun, cruzó el Río de la Plata para presentarse en el bellísimo teatro Solís, de Montevideo. La obra muestra a la aristocracia argentina en la playa, en momentos de una huelga salvaje, en 1919, con actuaciones magníficas de Laura López Moyano, Esteban Bigliardi, Alberto Ajaka y Rodrigo González Garillo. Estarán en Montevideo hasta el 7 de febrero.

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Viggo. El regreso de Viggo Mortensen al teatro tendrá que esperar. Iba a estrenar Purgatorio, de Ariel Dorfman, en Madrid, el 12 de febrero, pero postergó el estreno por la enfermedad de su madre. El proyecto ha quedado congelado momentáneamente, sin fecha prevista. Lo dirige Josep Maria Mestres y Mortensen comparte escenario con Emma Suárez.

Fuente: La Nación

Teatro negro, narices rojas

UN FASCINANTE VARIETE CIRCENSE CON ACTORES TITIRITEROS

Circo Fokus Bokus , por el Grupo Kukla. Sábados y domingos, a las 18, en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543). Desde $ 20 .
Nuestra opinión: muy buena.

El grupo Kukla se gestó en Bulgaria pero desde hace años están acá. Es raro, cierto. El entramado de Circo Fokus Bokus también tiene lo suyo: va del clown a la música electrónica, pasando por el teatro negro, los efectos especiales y una historia mágica.

Fuente: La Nación

“Esta obra también puede interesar al público no teatrero”

TEATRO › LIA JELIN Y SU PUESTA DE EL ALMA INMORAL, DE NILTON BONDER

“La verdadera transgresora es el alma necesitada de espacio y cambio”, dice la directora, que adaptó junto a la protagonista Luisa Kuliok el texto de un rabino brasileño “reformista y karateca” para conseguir que la gente “se vaya con algo más”.

Por Hilda Cabrera
Imagen: Guadalupe Lombardo

En una temporada que promete intensificar estrenos, la actriz, coreógrafa y directora Lía Jelín no se conforma con “llegar al corazón de la gente para que se vaya con algo más a la salida del teatro”. Quiere que El alma inmoral, obra en la que dirige a la actriz Luisa Kuliok, sea una velada de reflexión compartida, sencillamente porque el espectáculo “se detiene en cuestiones importantes y trastrueca aquellos códigos que califican de inmoral al cuerpo y de buenita al alma”. Adhiriendo en parte al autor –el rabino y filósofo brasileño Nilton Bonder–, Jelín considera que “el cuerpo es el que tiene reglas y necesidades que concuerdan con la naturaleza, correctas o incorrectas en relación con lo establecido”. Opina que “la verdadera transgresora es el alma necesitada de espacio y cambio, de nuevos caminos donde expresar aquello con lo que no está de acuerdo”.

En diálogo con Página/12, la directora insiste en que “una ley que sólo cumple con la función de cuidar de sí misma no sirve”. ¿Cuál es aquí la propuesta de Bonder? Para Jelín, una reflexión sobre qué es bueno y qué correcto: “Puede que lo correcto no sea bueno para la persona que cumple con esa corrección, entonces ¿es inmoral no cumplir? No, no es inmoral; es tensar la línea entre lo bueno y lo correcto, imprescindible para que una persona no se sienta infeliz”. La directora ejemplifica esto con la relación marital: “El matrimonio –dice– es el lugar en el cual la traición y la tradición se juntan, porque es muy difícil no traicionar a quien habiendo amado se dejó de amar”. La palabra traición suena demasiado fuerte, tanto para una relación de pareja como de amistad, pero es la que Jelín prefiere: “Cuando en una convivencia, uno da un paso adelante y el otro queda enganchado a lo establecido, el que genera la traición es este último”.

–¿Estas conclusiones parten del texto de Bonder?

–Provienen de los imponderables que se suceden entre un lector y un autor. Algo inasible y muy personal que una, como lectora, traslada a su propio pensamiento y a partir de ahí saca conclusiones. En El alma inmoral, Nilton formula numerosas preguntas, revela sus pensamientos y sobre todo cómo se han trastrocado las cosas.

–¿A qué lo atribuye? ¿A presiones sociales?

–Exactamente, el Sanedrin, que era el consejo de ancianos judíos de la Antigüedad (especie de Corte Suprema de la ley judía que interpretaba y aplicaba la Torá), consideraba que un juicio de pena capital donde todos los miembros están de acuerdo con esa pena es un juicio nulo porque no contempla el disenso.

–¿Propone otra visión de lo prohibido?

–Bonder es un rabino reformista; y tanto él como otros sostienen distintas interpretaciones sobre “el árbol prohibido del jardín de Edén”. Un ejemplo es el incesto después de la bíblica destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra. Las hijas de Lot creen que después de la catástrofe quedan sólo ellas dos y el padre. Entonces le dan de beber y mantienen relaciones con él para engendrar hijos. La intención es sobrevivir, que el mundo siga andando... Digamos que visto así, estaríamos frente a “un nuevo correcto”. El incesto es malo, sí, pero salvar a la especie es un “nuevo correcto”.

–¿Cómo se transmiten cuestiones como éstas sin caer en el discurso?

–Teatralizando sin bajar línea, planteando dudas, preguntándonos sobre el lugar que ocupamos y qué es correcto y qué es bueno. Tensar esa relación para ir en busca del “camino de oro” que debe transitar el humano para no matar a sus congéneres, a sus hijos...

–¿A qué camino de oro se refiere?

–Al que menciona el filósofo judío Maimónides, que va por el centro, entre posiciones extremas, y el que –según interpretaciones– va de uno a otro extremo. En todo caso Bonder plantea que la prohibición bíblica está para ser transgredida. Si no fuera así no hubiésemos tenido una historia como la de Adán y Eva.

–¿Una historia de supervivencia con el estigma del pecado?

–No es pecado para quienes piensan que el árbol de la ciencia del bien y el mal del jardín de Edén no es un elemento de castigo sino de incitación a la transgresión.

–¿Y qué pasa con el ordenamiento social?

–Hay que transgredir para generar un nuevo orden. Así dicho parece difícil, pero lo quieto, lo que encierra, eso es pecaminoso.

–La transgresión, cuando no es artística, es relacionada con el miedo y la destrucción. La transgresión del que asesina, por ejemplo...

–El que asesina transgrede porque no puede encontrar el camino entre lo bueno y lo correcto. Se lo culpa por “deformación”, por locura... La historia bíblica menciona a Abraham y los mandatos divinos que le ordenan abandonar su tierra para ponerse al frente de su pueblo y llevarlo a un lugar donde pueda crear una sociedad mejor. En medio de eso Abraham recibe otra orden: sacrificar a su único hijo Isaac en el monte de Moriah. Cuando está a punto de sacrificar a Isaac recibe otra orden: no matarlo. Una interpretación es que los mandatos son interiores, y surgen de un lugar entre el yo y el no yo (que no significa inexistencia de la persona sino carencia de un yo perdurable) que le permiten al humano discernir entre lo que debe y no debe hacer.

–¿Eso es admitir la existencia del libre albedrío?

–Eso es entender que afuera no hay nada que no esté ya en nuestro interior. En la puesta que hacemos en el Payró estos pensamientos pasan por el cuerpo. El libro de Bonder no implica una pregunta sobre si Dios existe, porque ésa es una pregunta sin respuesta. Para el que tiene fe, existe más allá de cualquier teoría. Me interesaban mucho más los “misterios” contenidos en El alma.... Por eso pensé que la protagonista debía ser alguien que entrara a escena como si ésta fuese un espacio sideral, donde lo infinito es la música interpretada en vivo. También por eso la obra se inicia con una metáfora. El personaje dice “un caballo que se sabe caballo no es caballo; un mono que se sabe mono no es mono; una cobra que se sabe cobra no es cobra; un ser humano que se sabe humano... y ahí se escucha un sonido de cuerda atemperada... es un ser humano. Un ser humano que no se sabe ser humano es un caballo, un mono, una cobra...”

–¿Conocía esta obra de Bonder?

–No. Nilton es un rabino reformista brasileño karateca. Luisa lo conocía porque había visto a una actriz brasileña que adaptó el texto. Después, la traductora la llamó, le dio la obra y Luisa se comunicó conmigo. Nosotras la adaptamos siguiendo la idea del ritual y de nuestras propias dudas. Se nos planteaba la dificultad de convertir lo cotidiano en sagrado, algo que el autor tiene presente.

–¿Cuál sería un ejemplo de cotidianidad convertido en sagrado?

–La ceremonia del té puede llegar a ser algo sagrado sin intervención divina. Pero lo sagrado, creo, está en el respeto de las acciones de los otros y las propias. Esta es una época de gran desconcierto –como dice Bonder–, pero también con posibilidades de crear un nuevo jardín de Edén, con su árbol de la ciencia del bien y el mal, y su árbol de la vida, con gente que nació para transgredir y otra para obedecer, algo fantástico si se sabe convivir. Pensemos que sin el entramado del argumento transgresor no existiría historia.

–¿Relaciona este estreno en el Payró con su historia artística?

–El Payró tiene un aire especial y nos venía bien para esta obra. En esta sala codirigí con Jaime Kogan Viet Rock, en 1968, un espectáculo con historia y con aura, como la que tenía Jaime. La puesta de El alma... se apoya en todo lo que sé sobre espacio escénico, aprendido, sobre todo, con la coreógrafa Dore Hoyer. Imagino que la obra interesará también al público no teatrero, a los que frecuentan los textos de filosofía, por eso elegí un espacio sin tiempo que se pareciera al infinito.

La ficha


“Ninguna puesta en escena sirve si el trabajo del intérprete no es maravilloso y si la obra no modifica al espectador aunque sea por cinco minutos”, sostiene la directora y coreógrafa Lía Jelín, quien después de cinco meses de ensayo de El alma inmoral, adaptada junto a la actriz Luisa Kuliok, cree que la obra cobró más vida al trabajarla desde las dudas personales. Iniciada en la danza, con estudios realizados en la Escuela Martha Graham, de Israel, y con grandes maestros argentinos y residentes extranjeros, como la coreógrafa alemana Dore Hoyer, pionera del expresionismo, Jelín bailó en espectáculos programados en el Argentino de La Plata, el Teatro San Martín y el Colón. Dedicada a la dirección, llevó a escena piezas singulares, como Noveno B, y participó en los shows de Tato Bores. Fue codirectora, junto a Jaime Kogan, del convocante Viet Rock, espectáculo de 1968 ofrecido en el Payró, y puestista de Los locos de la reina; Maní con chocolate y Humor Bovo; Kvetch; Nosotras que nos queremos tanto; Confesiones de mujeres de 30; Shakespeare comprimido; Autógrafos; Monólogos de la vagina; Argentains; Rosa Fontana Peinados; De cirujas, putas y suicidas; Paradero desconocido, de la periodista estadounidense Katherine Kressman Taylor; Canción de cuna para un marido en coma y El día que Nietzsche lloró. Protagonizada por Luisa Kuliok, El alma..., de Nilton Bonder, lleva música original interpretada en escena por el compositor Luciano Dyzenchauz. La traducción es de Mónica Mayer, la escenografía y vestuario de Alejandro Mateo, la iluminación de Jorge Leyba y la asistencia de dirección de Yael Ken. Producción de Yair Dori.

En el teatro Payró, San Martín 766, los viernes y sábados a las 21 y domingo a las 20.30. Entrada: 50 pesos. Reservas: 4312–5922.

Fuente: Página 12

Un duelo verbal cargado de trampas

En Contrapunto, Sbaraglia, Alezzo y Soriano se metieron con la humillación y la venganza, en un juego de máscaras sucesivas.

TEATRO › PEPE SORIANO Y AGUSTIN ALEZZO TRABAJAN JUNTOS POR PRIMERA VEZ EN CONTRAPUNTO

El reconocido actor protagoniza junto a Leonardo Sbaraglia la obra del inglés Anthony Shaffer. Se trata de un thriller psicológico con humor negro y muchos efectos técnicos, que para el director significó un desafío especial.

Por Carolina Prieto

La vitalidad de Pepe Soriano, dentro y fuera del escenario, es asombrosa. A los 80 años, transmite un entusiasmo por la profesión que varios actores jóvenes envidiarían. En este verano sofocante, el actor, de gran trayectoria en cine, teatro y televisión, se transforma de jueves a domingo en un personaje complejo, en apariencia suelto y canchero: un escritor de novelas policiales enfermo de narcisismo y ambición, manipulador en extremo. Es uno de los personajes de la obra Contrapunto, del inglés Anthony Shaffer, que protagoniza junto a Leonardo Sbaraglia. Es cierto, en la sala Multiteatro hay buen aire acondicionado, pero, aun así, el intérprete es pura energía. Maneja distintas velocidades, bailotea y habla durante los dos actos con potencia asombrosa. Encarna a Andrew Wike, quien sostiene con el amante de su mujer, Milo Tindle, un duelo verbal cargado de trampas y consecuencias insospechadas. Todo recubierto por un halo de buen gusto inglés, rebosante de ironía, en una casona bucólica y refinada que esconde unos cuantos bajos instintos.

Soriano asume el rol que en cine hicieron nada menos que Laurence Olivier y Michael Caine. Precisamente, fue durante el estreno porteño de la segunda versión fílmica, conocida acá como Juego macabro, con dirección de Kenneth Branagh y adaptada por Harold Pinter, que el argentino conoció la historia y comenzó a imaginar la versión teatral. “No había muchas obras de corte policial en cartelera, la tendencia era más bien la problemática familia. Me pareció una buena posibilidad de hacer algo distinto”, comenta el actor en diálogo con Página/12. El productor Julio Gallo se sumó al proyecto y pensaron en Agustín Alezzo para encarar la puesta. “Es una obra muy difícil, un thriller psicológico con humor negro y muchos efectos técnicos. Explosiones, disparos, dispositivos, elementos con los que no estaba acostumbrado a trabajar. Esa complejidad me gusta verla en escena, pero no tenía mucha experiencia en hacerla”, advierte el director, responsable de éxitos como Master Class (con Norma Aleandro), Yo soy mi propia mujer (Julio Chávez) y Rose (Beatriz Spelzini).

Este nuevo trabajo cabalga sobre esos dos ejes, el enfrentamiento entre los protagonistas y el despliegue técnico. Milo, un joven actor de origen ítalo–judío (Sbaraglia), visita al escritor para conseguir el divorcio de Maggie, su mujer, y desde ese momento el encuentro deviene una lucha que excede con creces al botín en cuestión. A cambio del divorcio, el escritor envuelve al amante en un plan que en apariencia beneficiará a ambos, pero que esconde fines perversos. Pero, claro, el muchacho no es ningún santo y redobla la apuesta. Egocentrismo, afán de humillación, resentimiento, discriminación y venganza, en un juego de máscaras sucesivas, es el resultado. “Mi mujer es psicoanalista y me ayudó a entender un personaje con tantas aristas. Tuve que rescatar y potenciar lo que uno tiene dentro, porque la vida en sociedad y la salud mental nos llevan a reprimir aspectos que tipos como éste ponen afuera sin problema. Además de la mano maestro de Alezzo, que me dirige por primera vez”, explica el actor, que desde el año ’75 alcanzó popularidad con el unipersonal El loro calabrés.

–El personaje de Soriano dice que “la humillación es el camino más directo al corazón de un hombre”. ¿Coinciden?

Pepe Soriano: –Es entendible viniendo de Andrew, que tiene un ego excesivo, destructor.

Agustín Alezzo: –La humillación es la forma más terrible de herir a alguien, de penetrar en un desconocido. Milo está tratando de ascender socialmente, Andrew lo percibe de entrada y pone el cebo del dinero. Andrew ve esa rendija, por ahí se mete y Milo cae, padece la humillación y redobla la apuesta. Todos van por más.

–¿Qué dificultades supone hacer un thriller?

A. A.: –Intentamos respetar los parámetros del autor, cómo cuenta la historia, cómo va tejiendo la relación entre los dos hombres y cómo ésta se va modificando permanentemente, manteniendo esa combinación de tensión y descarga que sobreviene con el humor.

P. S.: –La escenografía de Alberto Negrín y las luces del Chango Monti ayudaron a crear ese living fuera de tiempo, lleno de texturas, con un gran bosque de fondo, donde sucede todo. En las películas, la movilidad es otra: hay secuencias en otras partes de la casa.

–¿Hay algún tipo de atracción entre los protagonistas?

A. A.: –En la película que adaptó Pinter hay una atracción que no estaba en el texto original, ni en la primera película, dirigida por Joseph Mankiewics. Nosotros respetamos al autor: en realidad es algo mucho más seco, más duro lo que se juega entre ellos.

Para Alezzo, el verano es bastante movido. Mientras Rose hace temporada en Mar del Plata, dirige Contrapunto (jueves a las 20.30, viernes a las 21.30, sábados a las 20 y 22.30, domingos a las 19.30 en la sala de Corrientes 1639) y está por reponer la comedia dramática Cena entre amigos en su sala El Duende. “Cada quince días Agustín viene a vernos y ajustamos detalles. De todas formas, con Leo charlamos mucho después de cada función y seguimos buscando y probando cosas”, destaca Soriano. ¿Las claves de una buena dirección? “Tener una visión totalizadora de la obra, saber a dónde se quiere llegar y transitar con los actores distintos caminos para llegar a ese punto. Acompañarlos, guiarlos, pero no forzarlos. El director es como un puente entre la obra, el personaje y el intérprete”, confía Alezzo, que desliza que le gustaría dirigir “una obra de un autor nacional con una buena estructura”.

Desde hace años, Alezzo se desdobla en el circuito independiente y en el comercial, al igual que directores como Rubén Szuchmacher y Daniel Veronese. “Toda mi vida trabajé en salas chicas y salas comerciales. Recorrí todos los teatros chicos, hicimos cooperativas. Esta doble vertiente es una buena manera de mantener la actividad pero siempre teniendo la posibilidad de elegir a los actores. Con un buen reparto, uno tiene la mitad del trabajo ganado. Nunca me han impuesto a nadie”, aclara. Por su parte, Soriano seguirá buceando en búsqueda de materiales nuevos. “Tenía dos sueños: hacer una obra muy cómica de Neil Simon, The Sunshine Boys, pero ya la tiene Pablo Kompel para hacerla con Alcón y Francella; y Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, que la tiene Daniel Grinbank. Así que voy a seguir buscando. Pero tenemos un gran problema: los empresarios quieren elencos chicos, no más de seis u ocho personajes. Si digo que quiero hacer Ricardo..., me frenan antes de que diga tercero.”

Fuente: Página 12

"Corazón idiota"

Dos lunáticas buscando el amor

Por EDUARDO GIORELLO

Quien conozca las claves íntimas del grupo "El Descueve" no podrá dejar de asociar ni el formato, los contenidos y ni el lenguaje de sus creadores con este "Corazón idiota", donde se detectan algunas de las constantes expresivas del teatro-danza de sus creadores Ana Frenkel, Carlos Casella y Daniel Cúparo, que ya se habían observado en "Hermosura" (repuesta en ocasión del 15° aniversario de la compañía, en el 2006) y en el "Patito Feo", del 2004.

La búsqueda de una dinámica atolondrada rige la obra, creadora de una sinergia imparable que compromete a las protagonistas y a los músicos acompañantes, que cumplen varias funciones dentro del espectáculo, cantando, actuando o bailando para confluir en una síntesis que es también un conglomerado expresivo, que se manifiesta según las necesidades de lenguaje cinético, sonoro y visual de características particulares. Aquí, los sobrevivientes del "Descueve" (además de los directores, Gonzalo Córdova en las luces y Diego Vainer en la música) se corren en cierta forma de lo habitual de sus preocupaciones temáticas para integrarse, gustosamente, a lo que podríamos denominar la exaltación del "star system", obligado por la creciente popularidad televisiva de las protagonistas de esta suerte de show musical y teatral, las promocionadas Carla Peterson y Griselda Sicialiani y por las reglas de marketing impuestas por sus recientes halos de repercusión masiva.

La audacia, el surrealismo y lo anticonvencional de otras experiencias artísticas de los creadores de "Corazón idiota"es reemplazado aquí por las alternativas y los devaneos de dos protagonistas femeninas inmersas en los códigos de la comedia lunática.

Amigas desde niñas, Clara y Loli expresan con rasgos certeros a dos muchachas posmodernas. Una de ellas quiere romper con su novio, por teléfono. La otra la ayuda y ambas se prestan a un juego desorbitado, con una muerte fingida incluida, entre otros delirios escénicos.

Lo más atractivo del show es la actuación de Carla Peterson y Griselda Siciliani, carismáticas y bellas criaturas a la deriva en el mundo glamoroso que las rodea y con la inconciencia de sus mutuas soledades. Con humor corrosivo y acre, algunas reflexiones sobre el universo femenino donde los músicos se transforman en dóciles "partenaires", música zumbona entre roquera y melancólica apuntando al romanticismo trasnochado siempre presente en los espectáculos del citado Descueve y con spots coreográficos típicos de Frenkel/Casella y ahora también de Cúparo, el espectáculo es fresco, desestructurado y ágil, entretiene y celebra la estética acostumbrada de sus creadores, con músicos en vivo que tocan muy bien, con una bella barra de bar que atraviesa el escenario, una mesa de billar y luces y vestuario acordes con una propuesta entre flotante y exasperada en sensato equilibrio.

Fuente: El Día

La última dictadura militar bajo la lupa de una obra polifónica

Esa extraña forma de pasión

La directora, Susana Torres Molina y un nuevo desafío teatral

Esa extraña forma de pasión, es la nueva producción de Susana Torres Molina que se circunscribe en los años setenta y se presenta sábados a las 22 y domingos a las 20.30 en El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960).

“Esa extraña forma de pasión- contó Molina a Diagonales- surge del interés por investigar las resonancias de los años setenta en nuestro país, se trata de una obra polifónica, trama de emoción compleja que incita a pensar, a salir de lo trillado. Ni apología ni demonización, cuando la obra finaliza no habrá un final sino muchas preguntas que no tendrán respuesta y los ecos siguen y seguirán”.

Tres situaciones disímiles se entrecruzan, las tres escenas intercaladas para crear un único espectáculo cuyo contexto político y social se circunscribe a los años ‘70, caracterizado por la violencia y represión de Estado. Sunset, Los Tilos y Loyola, las tres circunstancias independientes entre sí con la idea de unirse en un único espacio y montaje.

Bajo la autoría y dirección de Torres Molina, el elenco se compone por Béla Arnau, Fiorella Cominetti, Emiliano Díaz, Pablo Di Croce, Adriana Genta, Gabi Saidón y Santiago Schefer. Con Diego Frontera como asistente de dirección y la realización escenográfica de Eduardo Manfredi.

–¿Qué busca expresar Esa extraña forma de pasión?

–Es una indagación de interés personal sobre la década de los ‘70, tratando de trabajar más sobre las complejidades que tienen que ver con ese momento histórico. Pasados más de 30 años, uno puede trabajar no desde un lugar en que se debe definir entre blanco o negro, sino las complejidades de los grises, esa era la intención cuando me puse a investigar este tema. Además porque salió mucha literatura que da cuenta de muchas historias y situaciones que antes permanecían ignoradas y aportan distintas perspectivas y puntos de vista. Se trata de algo más bien complejo. No sólo hablamos de esta época en la que sí hubo terrorismo de estado y militantes asesinados; además de eso, pasaron muchas cosas más. Y eso es un poco la idea de trabajar sobre esos temas, con una instancia, una perspectiva que abarca otros temas.

–¿Por eso ofrece un final abierto la obra?

–Claro. Lo que yo intenté con esta obra es que hubieran muchas voces, que fuera polifónica, donde cada personaje tiene su argumentación, algunos en contradicción con otros. No hay una única verdad, porque tampoco lo creo así en la vida, hay muchas verdades de acuerdo a cada situación. Obviamente que hay algo claro que me parece nefasto: el terrorismo de estado. Pero más allá de eso, los personajes tienen cada uno un punto de vista definido, con su argumentación.
Cuando mostramos a los represores intentamos no mostrarlos como si fueran monstruos, o algo ajeno a la sociedad, porque son parte de esta sociedad. Es fácil decir son animales, bestias, pero en muchos casos también es el vecino que tenemos al lado de nuestra casa, culto, atento y buen mozo y está a cargo de un centro clandestino de detención. Eso es realmente lo que inquieta, porque son personas que están anclados entre nosotros con otra ideología o fanatismo. Es bueno poder verlos desde otros lugares y hasta con emociones en las cuales uno podría identificarse, porque se enamoran, tienen familia, hijos. También eso se trabajó en la obra.

–¿Son tres circunstancias particulares?

–Al principio mi intención fue hacer una trilogía sobre tres situaciones en tres obras distintas. Pero a medida que fui escribiéndolas de forma independiente, pensé que las tres podían conformar un único espectáculo. Ya la última la trabajé con ese sentido, sabiendo que conformaba una trilogía y sabiendo que todo el espectáculo iba a tener un montaje donde las escenas iban a estar entrecruzadas e intercaladas, conformando un único tejido. Se multiplica el sentido, en lugar de haberlas trabajado independiente.

–¿A qué se debe el título Esa extraña forma de pasión?

–En un momento tuvo que ver con algo que leí, relacionado con el miedo, como una forma de pasión. Cada uno de los personajes es un apasionado de lo suyo, el militante, la escritora con sus textos y libros, el sobreviviente. Los libros circulan por las tres situaciones, o sea, que hay un apasionamiento por las palabras, por la escritura, por las ideas. También se presenta una relación pasional entre un represor y una detenida. Lo pasional está siempre sobrevolando la obra. Las tres situaciones son representadas por los siete actores.

Fuente: Diagonales

Un gran actor es ideal para ennoblecer un texto

La relación entre un hombre y el objeto que intenta arreglar

Marcelo D´Andrea se luce con la dirección de Holcer

El ardor. Autor e intérprete: Marcelo D´Andrea. Escenografía, iluminación y dirección: Ricardo Holcer. Realización de escenografía: Marcelo D´Andrea. Vestuario: Claudia Curetti. Asistente: Sergio Lapalma. En El Camarín de las Musas (Mario Bravo 960). Sábados, a las 22. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: buena

Un mecánico frente a un objeto en arreglo. Un hombre que parece poner su sapiencia al servicio de un elemento que conoce pero que, no termina de hacer arrancar. Mientras tanto, cuenta una historia en apariencias banal: ha comido un locro muy pesado y le ha generado problemas en su aparato digestivo. Dentro de su cuerpo los órganos parecen estar revolucionados y, esa situación, le permite a su mente reparar en ciertos acontecimientos de su historia personal y también la del país en el que vive.

El relato es muy elocuente porque, sobre todo, resulta muy ingenioso que ese disparador -el locro- termine posibilitándole al espectador reconocer cuestiones de la historia argentina de una manera muy inmediata y a la vez escabrosa.

El texto de Marcelo D´Andrea es rico en su construcción. El autor juega con las palabras de una manera singular y va conectándolas hasta con cierta musicalidad. Su juego es creativo y las pequeñas situaciones que va construyendo terminan sorprendiendo por las derivaciones que promueve.

Ricardo Holcer, a la hora de la dirección, es muy meticuloso precisamente con esas palabras. Trata de aportarles su justa vitalidad para que nada del discurso verbal encuentre algún escollo que pueda entorpecer la fluidez del relato. En lo espacial, el cuerpo del actor aparece algo acotado. Aún así, como la relación con el objeto que intenta arreglar es muy fuerte, la energía que emana de esa situación tiene su potencia. Y eso aporta una dramaticidad con buenas consecuencias.

En lo interpretativo, D´Andrea demuestra mucha rigurosidad. Su texto posee ciertas complejidades y las enfrenta con una notable capacidad. Permite que el espectador entre en su juego de palabras y construya imágenes potentes y movilizadoras. Engrandezca esa construcción dramática en apariencias poco teatral. En verdad, la dupla director/actor ha logrado recomponerla, darle la justa teatralidad, para lograr un trabajo destacado.

Carlos Pacheco

Fuente: La Nación

Creadora de personajes inolvidables

Silvina Reinaudi, con Marimonia, un personaje adorable desde el teatro y la televisión

Silvina Reinaudi es una de las mejores exponentes del teatro infantil y adelanta cómo será su próxima obra

Por Ruth Mehl

"El teatro para chicos, fundamentalmente, tiene que entretener. Con buenas armas, con calidad profesional, trabajo riguroso en todos sus aspectos: actuación, libro, música, vestuario, escenografía, puesta." Silvina Reinaudi se refiere a algo que conoce muy bien. La avalan sus premiadas obras para títeres y actores, los Premios María Guerrero y Atina a la trayectoria, y la nominación al Premio Konex. "Antes yo era fundamentalmente una titiritera -dice, con su amplia sonrisa-. Ahora estoy en un cambio de roles." Se refiere a la dimensión que están tomando otras actividades suyas, como dramaturgia, dirección, construcción de muñecos y docencia. Es coordinadora de talleres para titiriteros en ámbitos oficiales y privados, y docente de taller del Instituto Nacional de Teatro y del IUNA (Instituto Universitario Nacional de Arte).

Además de participar en varios programas de TV para niños, la creadora estrenó títulos que se convirtieron en clásicos inolvidables para la platea menuda y sus acompañantes: entre ellos, El dueño del cuento, Huevito de ida y vuelta, La caja cerrada, Sietevidas la gatópera . Algunos de sus personajes, Rito, Marimonia, Unito, Sietevidas, se recortaron con perfiles muy definidos en el humor y la ternura y ocupan un lugar en el recuerdo de varias generaciones. " Huevito de ida y vuelta se está por dar una vuelta por China", acota su creadora, divertida.

Actualmente, está ocupada con varios proyectos y aporta algunos detalles de uno: "Prácticamente listo; sólo esperando que se defina la sala donde se estrenará".

"Con Carlos Gianni y Enrique Federman -explica- quisimos trabajar juntos nuevamente después de nuestra experiencia en La fila . Así surgió Esto no es serio , que tiene dramaturgia mía, música de Gianni, dirección de Federman, coreografía de Gaby Goldberg." A su vez, integran el elenco Marcelo Albamonte, Denise Cotton, Mariela Kantor y Jorge Masseli. "Para no adelantar muchos detalles, puedo decir que se trata básicamente del juego: jugar por jugar, reírnos porque nos divertimos juntos. Una canción lo resume: «La risa es la libertad que se nombra de otro modo; yo no me río de nadie, porque me río con todos». Reírse con otros es maravilloso; abre puntas insospechadas para la diversión; puntas que, sin duda, los niños exploran muy bien", concluye enfáticamente.

Pero con respecto a estos conceptos, es contundente en su filosofía: "Esto se contrapone a la búsqueda de la risa en la burla, en hacer el ridículo del otro, recurso vergonzoso, lamentablemente muy explotado en ciertos programas de televisión. Como si no pudiéramos encontrar la auténtica diversión sin lastimar al otro".

Silvina afirma que muchos hacen teatro para los niños por una necesidad de expresar cosas en forma directa. "Es como lo hace el teatro, con ellos ahí, para percibir sus emociones, para comunicarles realmente algo que nos importa. Invitamos a los niños al teatro por las mismas razones por las que ponemos en sus manos un buen libro o les contamos cuentos, o les hacemos escuchar música, o los llevamos de paseo: estamos compartiendo con ellos lo que nosotros valoramos."

Fuente: La Nación

El Teatro General San Martín de Buenos Aires, al borde del colapso

Por falta de dinero, Staiff ya dejó tres espectáculos para el año próximo . Foto:Adriana Almagro

En el año de su cincuentenario

A la reducción presupuestaria histórica se le agrega la falta de inversión para el mantenimiento del edificio

Por Alejandro Cruz
De la Redacción de LA NACION

El 25 de mayo, la patria celebra su bicentenario. En el ámbito cultural porteño, ese mismo día el Teatro Colón reabrirá sus puertas después de un extenso proceso en el cual se mezclaron varios intereses. A pocas cuadras de allí, el edificio actual del Teatro General San Martín festejará sus 50 años de vida. Claro que varios elementos hacen suponer que la fiesta en el Colón será la contracara del alicaído edificio del San Martín, que, según el mismo Kive Staiff, director del Complejo Teatral de Buenos Aires, está al borde del colapso.

Para ese día, el funcionario ya tomó una decisión: "La intención es no sumarme al 25 de Mayo. Sin que se entienda como algo peyorativo, nos alejaremos un poco del ruido porque habrá mucha competencia. Haremos, tal vez, una declaración formal y para junio presentaremos un documental fílmico, un libro, un nuevo logo y un acto recordatorio con los que actuaron en el San Martín". A eso habrá que sumar una programación internacional que, según calcula, en un mes estará en condiciones de anunciar.

En estos 50 años, el recorrido que hace Staiff del San Martín evidencia un período de expansión. Claro que ese recorrido (que implicó abarcar otras disciplinas artísticas, crear nuevos espacios escénicos e infinidad de estrategias que convirtieron la institución en el teatro público más importante del país) parecen contrastar con la serie de indicadores que señalan vitales obras de infraestructura detenidas hace tiempo y una reducción presupuestaria que viene de lejos. "Fijate que en 2001 -cuando se creó el Complejo Teatral de Buenos Aires y se fusionó el San Martín con el Alvear, la Ribera, el Sarmiento y el Regio- el presupuesto de ese primer año no fue la sumatoria de cada una de esas salas, sino que ya hubo un recorte muy fuerte que fue aumentando con el tiempo. Ahora, el gobierno de la ciudad habla de falta de presupuesto, y es la realidad que, nos guste o no nos guste, nos toca vivir. De todos modos, nosotros tenemos una actitud de rebeldía; queremos seguir haciendo lo que hacemos de cualquier manera", dice el funcionario que, desde 1966, ininterrumpidamente y durante gobiernos tanto militares como democráticos, ocupa el despacho de Corrientes al 1500. El mismo que ahora dice que desocupará a mediados del año próximo.

El lamentable estado del San Martín es evidente. La charla con Staiff se desarrolla en el bar porque en su oficina del quinto piso no hay aire acondicionado. Las obras de la fachada, que incluye el cambio de la carpintería metálica, están detenidas. A pocos metros del bar del hall, en el baño de hombres, las bachas no tienen agua. "Los baños son insostenibles como lugar higiénico -se sincera-. Está colapsando la estructura edilicia. En otros momentos nos preguntábamos: «¿Arreglamos el baño o gastamos en contratación artística?». Es una disyuntiva peligrosa, porque el edificio está empezando a registrar la falta de mantenimiento."

El listado de averías es extensísimo. Va desde una inundación en un cuarto subsuelo hasta el averiado techo de la sala Martín Coronado, pasando por la sala Leopoldo Lugones, que se reabrirá dentro de pocas semanas, pero sin poder habilitar las últimas filas porque hay desprendimiento de mampostería.

Cuando a mediados de diciembre el Ejecutivo presentó a la Legislatura su presupuesto para este año, el Teatro San Martín, como todas (sí, todas) las obras de infraestructura de Cultura menos el Teatro Colón, contaron con un presupuesto de cero. Varios legisladores, como Inés Urdapilleta y Aníbal Ibarra, cuestionaron duramente al ministro de Cultura Hernán Lombardi. "Vivimos un mundo de restricciones", dijo el encargado del área ante los legisladores que, a los pocos días, propusieron una extensión presupuestaria de 6 millones para el Complejo Teatral. Más de la mitad de esa cifra estaban destinados a la fachada del San Martín para que pueda festejar su cincuentenario con una cara más a la altura de su historia.

La propuesta de varios bloques de la oposición fue acordada con el macrismo. Lo confirma el mismo Lombardi en diálogo con LA NACION: "Somos conscientes de que hay que terminar la obra en el San Martín y por eso no vetamos el pedido de la Legislatura. Cuando nosotros elaboramos el presupuesto, no estaban dados los instrumentos financieros para endeudarse". El monto estipulado era de 6 millones de pesos aunque, ante la consulta, Kive Staiff habla de 4.500.000. Casi simultáneamente, desde la Legislatura advierten que el Ejecutivo habría congelado una partida de un millón de pesos extra para contratos artísticos. Con la cifra que maneja, el director del complejo que depende del gobierno porteño piensa que se harán algunos arreglos, entre los cuales no le consta que se incluya la fachada del San Martín.

Aumenta, pero disminuye

Los datos sobre el presupuesto del Complejo Teatral se prestan a interpretaciones. Lombardi dice: "Este año, arrancamos con tres millones más que el año pasado. A su vez, hay un presupuesto de Cultura para la programación del Bicentenario. La programación que se presentó en diciembre está absolutamente financiada".

Staiff aporta datos: el año pasado, el Complejo contó con 62.812.000 pesos y, para la actual, esa cifra llega a $ 64.881.000. No son los tres millones que se aprobaron, pero es un aumento al fin. Claro que para contrataciones artísticas, un ítem que mide la verdadera capacidad de producción, pasó de contar 12.240.000 pesos a 11 millones (eso, sin contar el proceso inflacionario).

Como a Kive Staiff los números no le cerraban, ya dejó tres espectáculos para el año próximo. De ese modo, pretende evitar esa perversa realidad que viene sucediendo desde hace años, en la que varios espectáculos que deberían estrenarse a fin de año pasan al siguiente, algo que admite el mismo ministro, quien si bien, por un lado, asegura que con el estreno de Mucho ruido y pocas nueces se retomó la temporada de verano, reconoce: "Se podrá decir que arranca con un espectáculo que estaba programado para fin del año pasado".

En la conferencia de prensa de diciembre, Lombardi dijo: "Viajarán elencos al Festival de Teatro de Bogotá y luego irán de gira por España". Por lo pronto, a Colombia no se irá porque ningún elenco del San Martín figura en la programación. "Creo que fue una expresión de deseos", interpreta Staiff. En ese mismo encuentro, cosa que repite durante la charla con LA NACION, el responsable del área afirma que la incidencia de Cultura en el presupuesto total es el más elevado. "Obviamente que está muy influido por las obras del Colón", agrega. Acto seguido, acota: "Después uno puede aplicar o no el prejuicio, pero es el presupuesto más elevado".

En medio de esa lógica de postergaciones, expresiones de deseos, interpretaciones diversas de una misma realidad y esfuerzos aislados, el edificio del Teatro San Martín festejará sus 50 años de vida sin que, al parecer, pueda estar a la altura de su propia historia.

LOS NUMEROS DE 2010

  • Presupuesto 2009. El Complejo Teatral de Buenos Aires (que incluye al San Martín) contó con 62.812.693 pesos, incluidos los 5 millones extras que le dieron a mitad de año. Para producción artística contó con 12.240.765 pesos.

  • Presupuesto 2010. Para la actual temporada, el monto total se elevó a 64.881.075, pero el destinado a producción artística disminuyó. Ahora es de 11 millones.

Fuente: La Nación

Marcela Paoli conquista a los españoles

En la piel de Roxie Hart, una asesina de las de antes

Protagoniza Chicago , en Madrid

Las críticas elogiaron el trabajo de la actriz argentina

MADRID.- Parece improbable el dilema; absurdo, o al menos, peculiar. Pero comprar un piano o adquirir un pasaje a Madrid era la cuestión que tenía sin dormir a Marcela Paoli. La actriz, cantante y bailarina había coqueteado con Chicago en 2001, en la versión porteña del musical, y ahora tenía por delante uno de esos desafíos que motivan, inquietan y provocan ansiedad a la vez: el casting para la versión española del musical.

Dejemos el suspenso de lado y vayamos directo al final. La Paoli gustó, quedó y obtuvo el papel de Roxie Hart, el mismo que había hecho en suelo porteño pero en aquella oportunidad sólo como reemplazo (cover). Hoy se luce en el Coliseum de la Gran Vía de Madrid junto a los españoles Natalia Millán y Manuel Bandera, y otro argentino: Gerónimo Rauch; y proyecta su vida en el Viejo Continente más allá de esta primera incursión ibérica, con novio español incluido.

"Tenía juntados unos dos mil y pico de dólares que era lo que más o menos necesitaba para comprarme un buen piano vertical, y un amigo en Barcelona, Juan Pablo Miranda, con quien hice en Buenos Aires varios shows, me contó que había audiciones de Chicago en Madrid. Le dije que no, que yo ya había estado en el ensamble y también había sido cover." Desde su camarín, Marcela Paoli cuenta cómo empezó a tomar forma el dilema del piano o el viaje a Madrid.

A fines de noviembre Chicago , el musical , volvió a subir a escena en Madrid a 10 años de su primera puesta, pero esta vez respetando al detalle la producción original dirigida y coreografiada por Ann Reinking, basada en la creación de Bob Fosse, con las letras de Fred Ebb, la música de John Kander y el libreto de Ebb y Fosse. Las críticas fueron muy elogiosas y todas se detuvieron en la Roxie Hart de la artista argentina. "Si con Fiebre del sábado noche llegaba una producción de altura y el descubrimiento de un nuevo astro para la Gran Vía, (el Tony Manero de Juan Pablo di Pace), con Chicago vuelve a ocurrir: una plantilla pujante que se esmera y cumple. Aquí el descubrimiento viene también de Buenos Aires: Marcela Paoli dando vida a Roxie Hart", escribió en El País el crítico Roger Salas, quien unió los puntos de los dos musicales en las figuras de los argentinos Di Pace y Paoli.

A aquellos que piensen ese rostro lo conozco , ahorrémosle el esfuerzo. Marcela fue la directora de la academia de Operación Triunfo por tres temporadas ("me sirvió para juntar plata y seguir entrenando", reconoce ahora). Luego, se refugió en Delikatessen Haus , un espectáculo propio de café concert. Precisamente, la idea de llevarlo a un festival de teatro de Barcelona estaba tomando forma cuando apareció Chicago .

Una, dos, tres y hasta una cuarta prueba debió pasar la Paoli, hasta que llegó la buena nueva. "Me acuerdo del día. Tenía pasaje de vuelta para el miércoles y me llamaron el lunes para decirme «enhorabuena, eres nuestra Roxie Hart». ¡Pero yo no tenía ni un papel para trabajar en España! Stage se portó de la hostia y se puso firme para que me dieran el permiso para trabajar, que tardó un mes y medio en llegar."

Las luces de la Gran Vía

El 27 de noviembre último, Chicago estrenó en la Gran Vía madrileña y hoy se deben sacar las entradas con varios días de anticipación si se quieren obtener buenas ubicaciones. Ahora, la producción ya tiene planes para salir de gira por España con el musical. Pero también están los otros planes, los de Marcela, que empieza a soñar con nuevos desafíos. "Ya tengo un representante aquí y con él estamos estudiando las diversas propuestas que empezaron a aparecer. Me gusta generar mis propias cosas y entrenar, entrenar y entrenar. Un colega me preguntó por qué seguía estudiando y me sorprendió. ¿Relajarme ahora? Ni loca, ahora quiero más. Gracias Dios por esto, ¿pero cuál es el próximo desafío? Estoy a un paso de Londres y quizá concrete uno de mis sueños, el de estudiar en el Instituto Shakespeariano", expresa. "También tengo ganas de hacer televisión aquí, porque hay mucha producción de tira. Son novelas muy corales, de muchos personajes que rotan todo el tiempo. Pero lo que más me seduce es abrir un taller de canto, como tenía en Buenos Aires, y hacer una ópera de Arnold Schoenberg, Pierrot Lunaire . Es un grupo de 21 canciones en siete bloques que compuso para una actriz y cantante de cabaret. Es muy sofisticado. ¡Y es alemán! Pero me encantaría hacerlo por una cuestión de crecimiento personal. Antes podría hacer una antesala en Kurt Weill, que es un poco más cercano y menos alienante para luego sí pasar a Schoenberg".

Marcela abre bien los ojos para apreciar una foto autografiada por Ann Reinking -ex mujer de Bob Fosse y última Roxie Hart-, un obsequio que alguien de la producción acaba de acercarle. También se emociona cuando recuerda la noche del estreno en el Coliseum, con John Kander en la platea. "Lo que escribió ese hombre es perfecto y fue hermoso conocerlo -comenta-. Chicago siempre vuelve a la vida de uno y me volvió a suceder. Para mí hacer de Roxie Hart es lo máximo, no existe entre los musicales otro papel como éste."

Por Sebastián Espósito
Enviado especial

Fuente: La Nación

La poetisa de los niños cumple 80 años

La autora, cantante, traductora, compositora y guionista fue retratada por la célebre fotógrafa Sara Facio. (Télam)

AUTORA DE "MANUELITA" Y "COMO LA CIGARRA"

María Elena Walsh conquistó con sus versos y canciones a niños y adultos de varias generaciones. Nació el 1º de febrero de 1930.

No vaciló en jugar con las palabras y construir con ellas mundos pródigos de fantasía y humor para la zambullida de sus pequeños lectores. Así, María Elena Walsh marcó un innovador antes y después en la literatura infantil argentina.

La poetisa, una figura esencial de la cultura local, cumple 80 años el próximo lunes. Y sus versos y canciones, que conquistaron con su frescura y sensibilidad a varias generaciones, ya pasaron a la oralidad, convertidos en clásicos.

La autora, cantante, traductora, compositora y guionista nació un 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, en los suburbios de la ciudad de Buenos Aires, con un padre descendiente de ingleses e irlandeses y una madre hija de criollos y gaditanos.

De su pluma nacieron personajes entrañables, entre los que se destaca Manuelita la tortuga, llevada al cine en dibujos animados con gran éxito. Y sus versos trascendieron fronteras en las voces de Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat, entre otros.

"Cantar canciones para los que no tienen ilusiones, poesía para los que perdieron la alegría", sintetiza María Elena Walsh su labor en los versos de "Cantar canciones", del Cancionero contra el mal de ojo (1976).

Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes, y publicó en 1947 Otoño imperdonable, su primer libro de poemas para adultos. Poco después, el español Juan Ramón Jiménez visitaba Buenos Aires y le extendía una invitación para pasar una temporada en su casa de Maryland, Estados Unidos.

En 1951 editó otro libro de poemas, Baladas con Ángel y al año siguiente, en auge del peronismo, decidió autoexiliarse en París. Walsh, que alguna vez se definió como "cupletista", residió allí cuatro años y formó un exitoso dúo de cantantes folclóricas con Leda Valladares.

En Francia empezó a escribir canciones y poemas infantiles, y el cambio de destinatario se concretó en 1960, con la publicación de Tutú Marambá. En 1962 estrenó con excelente recepción en el teatro Canciones para mirar, seguida un año después por la obra Doña Disparate y Bambuco.

A lo largo de esa década llegarían muchos otros libros como El reino del revés, Zoo Loco, Dailan Kifki, Cuentopos de Gulubú y Versos tradicionales para cebollitas. Su producción infantil posterior abarca entre otros Chaucha y Palito, Pocopán y el más reciente Hotel Pioho's Palace.

Sus obras fueron traducidas a diversos idiomas y le valieron premios literarios como el Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen por la International Board of Books for Young People (IBBY).

Los disparates de su creación literaria fluyen en un lenguaje desacartonado y coloquial, que invita a un mundo de imaginación alocada y de placer del juego con las palabras. En la irrealidad del reino del revés, en los objetos que toman el té, o en las naranjas que pasean se apela a lo absurdo como expresión lúdica de humor.

El humor como arma contra la solemnidad y los prejuicios son aún más evidentes en sus canciones para adultos. A partir de 1968, su público integrado por mayores pudo disfrutar de sus versos en recitales unipersonales.

"Serenata para la tierra de uno", "Oración a la justicia" o "Como la cigarra" se convirtieron en himnos populares y fueron adoptadas por diferentes grupos para expresar sus reclamos. Se trataba de canciones populares con un lenguaje diferente, con los que dibujó el perfil de su tierra con ironía y ternura.

Dueña de una obra fecunda que se reimprime permanentemente, en 2008 publicó "Fantasmas en el parque", entre la novela y la autobiografía, siguiendo los vaivenes del recuerdo.

Pero María Elena Walsh también supo alzar su voz cuestionadora contra situaciones de opresión, autoritarismo o injusticia mediante sus artículos en medios periodísticos.

Obtuvo gran repercusión en 1979 con "Desventuras en el País- Jardín-de-Infantes", un ejemplo de resistencia frente a la censura militar. Esos años fueron duros no sólo por la situación política en el país, sino también por sus problemas de salud.

En tanto, en "La pena de muerte" en 1991, durante el gobierno de Carlos Menem, manifestó su resuelta postura opositora a la iniciativa. También se haría tiempo para defender a la letra emblemática del idioma español, en su ingenioso artículo "La eñe también es gente".

Es que, como afirma la propia autora, "hay demasiado mundo mudo. Procuremos, en fin, no callar tanto, que trae desgracia". En definitiva, no amainar la rebeldía y seguir cantando, como la cigarra.

Fuente: DPA, Crítica

PAPPO, MI RIVAL Y MI AMIGO

Una tarde muy calurosa del verano del 68, al finalizar el ensayo diario del incipiente Trío Manal en casa de Alejandro Medina, Javier Martinez me llevó a otro ensayo en una sala de teatro “independiente” en el centro de la ciudad. Allí se reunían varios músicos muy conocidos para preparar lo que más tarde se convertiría –de alguna forma- en Alma y Vida. El objeto de la visita era escuchar a un joven guitarrista, nuevo en el ambiente, que todos decían que “prometía mucho”.

Cuando llegamos, ví por primera vez a Pappo, un muchacho flacucho arrodillado en el escenario, golpeando e insultando a un pedal que sostenía en las manos y amenazaba con arrojar lo más lejos y violentamente posible. El Carpo estaba en cueros (la sala era un infierno de calor y humedad) y parecía muy, muy contrariado. Nos presentaron mutuamente como “guitarristas de blues” y entonces él me preguntó: “¿sabés algo de distorsionadores?. Compré este, anduvo fenómeno una semana y ya no funciona más”.

Yo ya tenía cierta experiencia con esos bichos, así que lo tomé en mis manos y busqué como abrir el portapilas. “¿Le cambiaste las pilas? –le pregunté- puede ser que se hayan gastado”. Me miró atónito, y con su típica carcajada carpiana, esa que asustaba, pero nunca mordía, me contestó: “Que delirio. No tenía ni idea de que este relajo funcionara con pilas”. Salió corriendo y un par de minutos después volvió con un par de everredis nuevas. Entonces empezó a tocar, y me dí cuenta de que yo no estaba más sólo en aquello de tocar guitarra de blues. Estaba también Pappo, ¡y de que manera!.

Allí, inmediatamente, nació entre ambos una amistad pisciana y guitarrística –mucho más fuerte que nuestra supuesta rivalidad como violeros- que duró hasta que me fui del país en el 72. Durante esos años, aprendimos mucho el uno del otro, nos pasamos yeites, tocamos horas sin parar en nuestras respectivas casas y también –¡que lindos recuerdos!- pateamos juntos, charlando sobre chicas y música, las calles de Caballito y Paternal y las vías de carga de Barracas y Avellaneda. Cierro los ojos, me concentro, y vuelvo a escuchar los sonidos de su increible carcajada y su insuperable guitarra.


Claudio Gabis

Fuente: http://blogs.myspace.com/gabisclaudio

El eterno instante

Se exhibirá en el MOMA de Nueva York una muestra retrospectiva del maestro del fotoperiodismo Henri Cartier-Bresson. La intuición del momento preciso en imágenes.

¿Puede el mundo captarse en un instante? Más bien, un instante puede simbolizar y representar un mundo. Cuando alguien logra por medio de una máquina eternizar un momento y al mismo tiempo conseguir una imagen poética, simbólica, metafórica, bella por lograr un todo atractivo por algún motivo, ese alguien ha hecho arte fotográfico.

El fotoperiodismo tiene un padre: Henri Cartier-Bresson. Aquel que tuvo el talento para mirar a su alrededor y captarlo, pintarlo y fotografiarlo. Como el tiempo no le alcanzaba para todo lo que tenía que retratar, cambió el pincel por una cámara de fotos y se convirtió en un mito de la fotografía.

“La foto es un instrumento de la mirada que capta maravillosamente lo intuitivo inmediato, mientras que el dibujo es más una meditación, una grafología”, explicaba el maestro. Y esa idea, la de El momento decisivo, como denominó a su libro, la de poner el cuerpo, los sentidos, el corazón en un momento de suma atención con el contexto, era su leitmotiv.

Su vida fue intensa; su vida fue su arte y el arte fue su vida. Salió a la calle y señaló con su cámara aquello que había que mirar.

Registró la Guerra Civil Española en 1937, la liberación de París en 1944, la conmoción en la India tras el asesinato de Gandhi en 1948, la marcha del ejército comunista de Mao y su victoria sobre los nacionalistas de Chiang Kai- shek en 1949. Fotografió los rostros de pintores como Pablo Picasso y Henri Matisse; escritores como Paul Claudel y Ezra Pound, o líderes políticos como Charles De Gaulle y Fidel Castro, además de incontables personas anónimas en sus múltiples viajes.

También asistió a la coronación de Jorge VI de Inglaterra, en 1938; registró tomas en Africa (en donde casi muere de malaria) y trabajó con directores de cine como Jean Renoir y Jean Becker. Se incorporó al Ejército francés y de 1940 a 1943 permaneció prisionero de los nazis en Alemania. Por otro lado fue cofundador de la agencia parisina Magnum en 1947, junto con Robert Capa, David Seymour y William Vandivert.

Bresson murió en 2004, a los 95 años de edad. En esa época hacía tiempo que no tomaba la cámara, había regresado a la pintura. En una entrevista que le realizó un periodista (Malcolm Jones) antes de su muerte, decía provocador: “No soy fotógrafo. La fotografía no me interesa. Con la fotografía, uno no capta nada. Es sólo intuición. Ser dibujante es muy distinto”.

Pues el hombre había realizado el círculo completo. Del dibujo a la foto y al cine y luego nuevamente a la pintura.

Para él la foto era intuición, algo que para un artista de su talla es un proceso natural que no requiere demasiado esfuerzo. Y la imagen habla por sí misma, no hay nada que agregar, sólo apreciarla, sentir y pensar.

Moderno Bresson

La mayor retrospectiva de las tres últimas décadas sobre la obra del fotógrafo Cartier-Bresson llegará al Museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA, en abril próximo, con 300 imágenes tomadas entre 1929 y 1989, muchas de ellas inéditas.

La muestra se exhibirá entre el 11 de abril y el 28 de junio bajo el título de Henri Cartier-Bresson: the modern century.

La exposición contará con una selección de ediciones originales de las revistas Life, Paris Match y otras publicaciones donde mostró sus fotografías este artista francés.

En la exhibición -que luego pasará por el Instituto de Arte de Chicago y el Museo de Arte Moderno de San Francisco- se destaca una selección de 34 retratos que “revelan a Cartier-Bresson como uno de los mejores retratistas del siglo XX”, aseguraron voceros del MOMA.

Leticia Lozano
Fuente: Hoy

Los relatos de un náufrago

DISCOS › YO SOY RAMSES, DE JOSE ALBERTO IGLESIAS, TANGUITO

Las grabaciones incluidas en este CD fueron hechas en 1967 y permiten “redescubrir” a un artista afectado por su propio mito. Urgencia juvenil y espíritu rockero se manifiestan en un puñado de canciones inéditas, alimentadas sólo por la voz y la guitarra de Tanguito.

Por Fernando D´addario

Hubo un Tanguito mítico, alimentado sobre la base de sus excesos, su muerte trágica y su casi nula historia musical. Hubo también un Tanguito reconstruido a partir de una rigurosa investigación periodística (el libro de Víctor Pintos Tanguito, la verdadera historia, de 1993); pero el aporte fundamental a esa especie de “nada” que quedó de su legado fue la película Tango feroz, responsable de la efímera asociación de su figura con los códigos de una estudiantina poco feliz.

Pero ahora, a partir de la publicación de Yo soy Ramsés, puede decirse que “hay” un Tanguito que justifica artísticamente aquellas aproximaciones.

La edición independiente de Kelito Records, que desconoce el apodo más famoso del músico y rescata sus nombres auténticos (el del DNI: José Alberto Iglesias; el que reivindicaba como verdadero seudónimo: Ramsés), incluye 12 canciones registradas en octubre de 1967 en los Estudios TNT. La referencia temporal es, en este caso, ilustrativa, porque ayuda a desmontar los juicios y prejuicios edificados alrededor de la estatura artística de Tango (perdón, Iglesias). Hasta el momento, la única referencia sonora que existía de su voz era el disco póstumo Tango, un rejuntado de grabaciones registradas entre 1969 y 1970. Era un Tanguito en decadencia, apagado, sin concepto artístico. Una declinación puesta aún más en evidencia cuando se la compara con la vitalidad que destila el CD recién editado.

Al escuchar varias de estas canciones, no queda más remedio que pedirles disculpas a aquellos “cueveros” reivindicadores de su instinto artístico. Tango muestra aquí algo que en 1967 era difícil de aprehender en una grabación: espíritu rockero, materializado en modulaciones y articulaciones del lenguaje que se despegaban de los registros convencionales de su tiempo. En estas tomas crudas –la voz de Tango y su guitarra áspera son las únicas herramientas utilizadas en esta grabación– puede intuirse de manera radical, buena parte de la ideología de sus compañeros de generación rockera.

Hay en Yo soy Ramsés unos pocos temas conocidos más allá del ghetto de “los que estuvieron ahí”, los coleccionistas y los melómanos: apenas el clásico “Amor de primavera” y la versión minimalista de “Yo no pretendo (esto va para atrás)” compuesta por Moris y grabada en su disco 30’ de vida. El resto entra en el marco (y al mismo tiempo lo excede) del rescate antropológico. Habrá quien se sorprenda con la visceralidad de “El hombre restante” (con letra de Javier Martínez que, a tono con la época, planteaba un escenario de supervivencia posapocalíptica); estará el que especule con las posibilidades frustradas de un hit en potencia (“No vuelvas”). Otros se quedarán con los manifiestos antibélicos de canciones como “Vociferando” y “Lo inhumano”, o con la descripción, en clave existencial, de “La historia de un muchacho (Billy el náufrago)”. ¿Qué hubiese pasado con estos temas de haber contado con un productor? La tentación contrafáctica no conduce a nada: tal vez hubiesen ganado solidez, quizás hubieran perdido encanto.

Lo que queda claro después de esta edición es que José Alberto Iglesias merece la oportunidad que la historia le negó a Tanguito.

Fuente: Página 12