Destinado a difundir la Actividad Cultural de la Ciudad de La Plata y promover el Intercambio Cultural
viernes, 30 de diciembre de 2005
Teatro 2005: de lo visto, lo mejor
Salta a la vista: el teatro "made in La Plata", goza de muy buena salud. Y lo que resulta auspicioso es el hecho de que el público platense se le anima cada vez más a las salas del circuito "off", y consume propuestas novedosas de esmerada producción, notable originalidad y excelente calidad.
Tres espectáculos unipersonales: "Zoomorfica" (Sala 420): verdadero "tour de force" del actor Eduardo Santamaría quien, entre otras cosas, carga sobre sus espaldas de "hombre - mono", todos los personajes de "Romeo y Julieta", y sale airoso de semejante desafío. "Jota 9 Hundido"(El Núcleo): Gustavo Vallejos, el "deveniriano", dirigido por Marcelo Marán, divierte y conmueve al espectador con su agridulce reflexión sobre la condición humana. "Personalmente Einstein": al cumplirse 50 años de la muerte del genial físico y 80 de su visita al Museo de Ciencias Naturales de nuestra ciudad, el entrerriano Juan Tríbulo, casi un clon de Einstein, evocó su figura en una suerte de clase magistral, en el hermoso Salón de Actos del Colegio Nacional, como parte de los festejos del "Año Internacional de la Física".
Tres producciones de "La Gotera" (Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero), que cumple nada menos que 20 años de sostenida, esmerada y coherente labor. "New York": comedia negra de Daniel Dalmaroni, dirigida por Diego Aroza; metáfora de una sociedad enferma de hipocresía, donde la mentira y la traición son moneda corriente. "Lo que trae la lluvia": en esta pieza escrita y dirigida por Diego de Miguel, los personajes esperan, no a Godot, sino a la Gélida Dama, para heredar a un tío ricachón, que agoniza pero no parte. "La Resiliencia": a nuestro juicio, la joyita de la temporada. Escrita y dirigida por Febe Chaves, y magistralmente interpretada por Siro Colli y Luciano Guglielmino, la obra gira en torno al vínculo entre dos hermanos, uno de los cuales padece una discapacidad física que va acompañada de una maravillosa y salvadora ingenuidad.
Otro espacio singular, con sello propio: La Fabriquera. Ahí tuvimos ocasión de ver: "Fisura, una cosa así": Lorena Spotti y Walter Cingolani pintan una galería de hombres y mujeres que han perdido sus empleos, y con ellos, su lugar y rol en la sociedad. Descastados, deteriorados, errantes, estos seres son un despojo de lo que fueron, y deambulan sin rumbo y sin futuro. "Sodería Espósito": un microcosmos de "machos", con códigos mafiosos a la hora de hacerse valer. Impecable labor de equipo en esta comedia negra dirigida por Hernán Tomeo, José Pollo Canevaro y Lucas Finocci.
En el legendario "Teatro La Lechuza", un hijo pródigo volvió a trabajar con su maestro. Alejo García Pintos y Juan Carlos De Barry divirtieron y se divirtieron con los textos del negro Fontanarrosa en "Te digo más". Un gustazo.
Si de comedia hablamos, los "Ridiculum Vitae" también hicieron de las suyas en "Música Compuesta en Escena", ocurrente "humorismo musicado", con la frescura, ingenuidad, picardía y desenfado que caracterizan al grupo.
Otras que hacen reir a mandíbula batiente son las "Hermanitas Antaño", Diva e Ivonne, dos tangueras octogenarias, que acaban de grabar su long-play "Grandes Exitos", acompañadas por la joven Beba Bidet y presentadas por Titín Montefiore. Desopilante sketch escrito y dirigido por Luciano Guglielmino.
El Grupo Teatral Stacatto, dirigido por Cynthia Pierce, presentó "Todostusmiedos", (Pje. Dardo Rocha - El Núcleo), tragicómica pieza de Karen Pierce que aglutina a cuatro mujeres muy particulares, en la sala de espera de un consultorio, justo la tarde en que al médico no se le ocurre mejor idea que suicidarse "in situ".
En su flamante espacio "Teatro Estudio de las Artes", Gastón Marioni, presentó "La vida del Rey Eduardo II de Inglaterra", adaptación de un material dramático de Christopher Marlowe y Bertold Brecht, en una puesta "risqué", cargada de erotismo y violencia.
Mercedes Montagnaro dio vida a sus "Muñecas" en la Sala 420. Tres excelentes composiciones a cargo de Carolina Giralda, Paula Guzzo y Julia Ledesma. Este espectáculo fue invitado a participar de distintos festivales que tuvieron lugar en Buenos Aires y Mar del Plata.
Roberto Conte, al frente del Grupo de Teatro del Colegio de Abogados, reeditó el clásico de Gregorio de Laferrere "Las de Barranco", certera pintura de la crisis económica y moral que impera entre nosotros, ya desde los albores del Siglo XX.
Dos musicales para chicos: "Turandot, un cuento chino", basada en la ópera de Puccini, con libro, coreografías y dirección de Marioni, y "Romeo y Julieta", con música de Sergio Perotti , coreografías de Mariana Provenzano, y dirección de Julián Arenas.
El Grupo Stupendo, por su parte, brindó una historia con moraleja: "La estrategia del Quirquincho", aleccionadora versión de la tradicional fábula, en ingeniosa y colorida puesta en escena.
Lo dicho: una temporada rica en propuestas para todos los gustos, bolsillos y edades.
Fuente: El Día
jueves, 30 de diciembre de 2004
Teatro 2004: de lo visto, lo mejor
De las producciones porteñas que pudieron verse en el Coliseo Podestá, algunas de las cuales seguirán en cartel en las plazas teatrales veraniegas, rescatamos: "Camino a la Meca", conmovedora pieza de Athol Fugard, dirigida por Santiago Doria y magistralmente protagonizada por China Zorrilla; "El Fantasma de Canterville", deslumbrante versión musical del texto de Oscar Wilde, a cargo de la dupla Cibrián- Mahler; "Porteñas", versión femenina de la taquillera obra escrita y dirigida por González Gil, que recorre los hechos más salientes del ajetreado siglo XX en la Argentina; "Money, Money", típica comedia de enredos del inglés Ray Cooney, con Carlos Calvo a la cabeza de un elenco dirigido por Carlitos Moreno; "Aryentains", un Fontanarrosa de colección, dirigido por Lía Jelín con cuatro actores desopilantes: Coco Silly, Jean Pierre Noher, Daniel Aráoz y Roly Serrano. Menos logrados nos parecieron "El Club de las Divorciadas", una más de González Gil, comedia que se queda a mitad de camino a pesar de contar con algunas actrices interesantes, y "El Gran Regreso", con un Nicolás Cabré crispado, hablando entre dientes, y un Alcón-Idische Mame desaprovechado.
La producción teatral local fue muy prolífica y variada. En la Sala 420 un lacerante "Bolero Criollo", de Rubén Monreal, metáfora de un país devastado y empobrecido, a merced de líderes que- literalmente- devoran al pueblo; "Deshojando Ilusiones", fresca pieza de humor ingenuo y candoroso, dirigida por Gustavo Vallejos, con Diego Biancotto y Diego Mendoza Peña; "La Famiglia Unita", divertida sátira de Monreal y Miguel Di Siervi, con una notable labor cómica de este último.
En La Fabriquera: Pollo Canevaro pulsa el humor negro en "Ultimas Cosas", sobre textos de Paul Auster; "Ellas esperan", propuesta de Diego Madoery en la que tres mujeres muy "beckettianas", matan el tiempo mientras el tiempo las va matando.
En El Núcleo: Gustavo Vallejos, autor y director de "Del otro lado del tiempo", atrapante labor de Verónica González en un unipersonal que sondea el misterio de la muerte; "Con cierto placer", escrita y dirigida por Omar Musa: historia de amor, locura y venganza de dos niñas-mujeres con un pasado tenebroso.
En El Galpón de la Comedia, el Grupo Allegretto deleitó a grandes y a chicos con su colorido y acrobático Insecticircus, mientras que un par de artistas franceses pasó fugazmente y nos dejó sin aliento con sus eximios malabares y su exquisita música. En el marco del ciclo "Nuevas tendencias", Laura Valencia trabajó con un texto propio y otro de Daniel Veronese en su espectáculo Noche Cerrada, arriesgado e innovador; "Entre los infinitos puntos de un segmento", de Cesare Lievi: el trío Catoggio, Trucco y Grimaldi cuentan la misma historia desde distintos puntos de vista en acertada resolución escénica.
En La Rosa de Cobre la Compañía de Clown Punto Carmín, compuesta por Fernando Córdoba, Andrés Cepeda, Mauricio Rodríguez y Belén Trionfetti, logró ahuyentar al mal humor con su "Visto y Reconsiderado".
Alberto Fernández de Rosa dirigió un texto inédito de Juan Carlos Ghiano, "Aquí están juntos", sainete porteño en el que criollos, tanos y gallegos van entreverándose y entremezclándose, mientras transcurre la primera mitad del siglo XX. Nutrido elenco que incluye bailarines, cantores y músicos en vivo, en una pieza costumbrista de raigambre popular.
Margarita Becerra reflotó un clásico de Susana Torres Molina, Extraño Juguete, en una puesta al servicio de la palabra. En el Viejo Almacén El Obrero, Blas Arrese Igor propuso una fragmentada búsqueda en "Ensayo sobre una imagen". Similar, en cuanto a rompecabezas para armar, nos pareció "Tranche de vie", en El Teatrino, de Karina Carballo y Felicitas Salessi, pieza que se reconstruye de atrás para adelante.
Con producción del Teatro Auditorium de Mar del Plata, "Romeo, ¿y Julieta?" divirtió con ingenio e insolencia en la Sala Ginastera del Teatro Argentino.
En el Centro Cultural Arte Paradiso, el Grupo Raíces, dirigido por Laura y Mónica Laxague, demostraron con su "Ensalada Criolla" que nunca es tarde cuando la dicha es buena. Chapeau.
Una temporada para todos los gustos, edades y bolsillos.
Fuente: Diario El Día
miércoles, 31 de diciembre de 2003
Balance Teatral 2003
La del 2003 no fue una temporada esplendorosa en cuanto a espectáculos teatrales "importados" de la cartelera porteña. La prolífica actividad independiente local -por contraste- ofreció un sinnúmero de opciones para todos los bolsillos, gustos y edades.
De Buenos Aires, tres clásicos por derecho propio, que siguen convocando público, a pesar de los años y funciones transcurridos: "Midachi", "Brujas" y "Art". Algunas compañías adoptaron la sana costumbre de estrenar "en provincia", antes de desembarcar en la Calle Corrientes, con el obvio propósito de ajustar y aceitar el producto antes de exponerlo al gran público. Tal el caso de "Justo en lo mejor de mi vida", y de "Parecen Angeles". La primera: una interesante pieza de Alicia Muñoz en la que la imperdible dupla Luis Brandoni- Alejandro Awada reflexionan acerca de la inexorabilidad del paso del tiempo, las asignaturas pendientes, y las jugarretas de un destino no siempre complaciente con los propios planes y deseos. La segunda: un capo lavoro de la joven Lidia Lamaison, en otra agridulce comedia dramática que gira en torno a las diferencias generacionales y a la particular manera en que cada cual timonea la endeble embarcación de su existencia.
La Comedia de la Provincia ofreció un grotesco escrito y dirigido por Raúl Ramos, brillantemente protagonizado por Héctor Giovine y Juan Carlos Puppo, "Los Moreira", diálogo entre Pepe Podestá y Juan Moreira, el caballito de batalla del pionero del circo criollo, cuna del teatro rioplatense.
En el marco del IV Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires, los platenses tuvimos ocasión de deleitarnos con Mosca, singular versión de "Tito Andrónico", a cargo de la Compañía de Teatro Petra de Colombia.Impactante lenguaje escénico en esta descarnada reflexión sobre los abusos del Poder.
CARTELERA LOCAL
En la Sala Armando Discépolo, una verdadera gema: Shinkiro, cuatro cuentos japoneses narrados por una exquisita Claudia Lapacó, y danzados por el bailarín "Butoh" Gustavo Collini Sartor. Sublime.
Algunos estrenos salientes de la cartelera local: tres unipersonales. "Cejo Vallesar": Ricardo "Mono" Ibarlín, acompañado en voz y violoncello por María Eugenia Basili, dirigidos por Cynthia Pierce. El actor transita la atormentada poesía de César Vallejo, no desde el mero recitado, sino corporizando al poeta peruano con notable verosimilitud y fuerte impacto. "Melancólicas Vacas": lacerante visión del hombre post-industrial, reducido a despojo descartable. Conmovedora labor de Fernando Cipolla, dirigido por el autor, Omar Sánchez. "De Sobremesa": en esta nostalgiosa y dulzona evocación de su San Juan natal, María Inés Portillo recrea bellos textos, en un clima intimista y familiar.
La primera camada de egresados de la Escuela Profesional de Artes del Circo de La Plata estrenó una divertida y colorida versión de "Sueño de una noche de verano", en la que los talentosos y promisorios jóvenes hacen gala de su notable destreza física, riguroso entrenamiento, y total y apasionada entrega.
Quico García, en su mágico ámbito de La Hermandad del Princesa, y siguiendo la linea de su anterior trabajo, "Canon Perpetuo", nos habla en "Ritual Mecánico" de la deshumanización, la incomunicación, la destrucción de la palabra, del vacío existencial. Rodolfo Balvidares, Juan Manuel Gianastasio, Daniel Gismondi y Ricardo Ibarlín son los títeres de esta ceremonia sin fin.
En "La Conjura Sveikas", Susana Tale imagina una conspiración gestada en las cloacas de París, cuya finalidad es derrocar el orden universal modificando el sistema de símbolos cerebrales de las clases dirigentes.
Ingeniosa puesta en escena de Jazmín García Sathicq, rica en sorpresivos golpes de efecto. En la "comitragedia" de Alejandra Arce Maldita Conciencia, protagonizada por Violeta Ventura Ríos y Silvia Guagliardo, una mujer madura se enfrenta al insobornable espejo de su pasado, y pierde la pulseada.
"Arpegios": lo que queda de una familia venida a menos, vinculados en un juego siniestro, atrapados en una casa plagada de fantasmas y recuerdos. Rubén Monreal escribió y dirige en su Sala 420 esta inquietante pieza interpretada por Carolina Katz, Fernando Sansiveri y Alejandro Orduna.
Diana Amiama en su "Adamo y Eva" imagina el reencuentro del Hombre y la Mujer, que se dan cita en una plaza todos los años a la misma hora, procurando restañar heridas, limar milenarias asperezas e intentar recuperar la armonía perdida. Paula Fernández Mbarak y Pablo Algañaraz dan vida a este juego amoroso en el bello marco escenográfico propuesto por Quique Cáceres.
El "Pentagrama Clown Group", dirigido por José Minuchín, deleitó con "Qu est-ce que c'est", un fresco espectáculo para grandes y chicos en el que un simpático quinteto de narices rojas rescatan el mágico mundo del todo vale.
Los titerófilos de parabienes con "Mitos griegos a la Criolla", a cargo del grupo Perfil Griego, y "Un viejo y buen herrero llamado Pobreza", por el grupo Asunta, dos cuidadas propuestas dentro de la variada y ecléctica programación de El Teatrino.
Marcela Monreal y Gastón Marioni idearon una versión "musical rock" de "Robin Hood", con un gran despliegue escénico en el Teatro Estudio. Como ya es costumbre, La Nonna -con sus jóvenes 12 años recién cumplidos- ofreció un enorme y variado abanico de espectáculos infantiles, particularmente durante las vacaciones de invierno.
Este año, los locales les ganaron por goleada a los visitantes. Buena señal.
Fuente: Diario El Día
sábado, 30 de diciembre de 2000
Balance Teatral 2000
Los Niños Primero: es justo destacar que las producciones locales infantiles son cada año más esmeradas y variadas, no limitándose a las tradicionales vacaciones de invierno sino ofreciéndose durante todo la temporada. De lo visto, lo mejor: El Mago de Oz, deslumbrante puesta de Leo Ringer con lujoso vestuario y muy cuidadas caracterizaciones. Una Cenicienta llamada Jazmín, ágil y colorida versión del clásico de Perrault, en formato de comedia musical, dirigida por Andrea Bonafini y Leonardo Almiento.
Misterio Azul, atrapante adaptación a cargo de Olga Anzolini de un cuento de Manuel Mujica Láinez, con excelente desempeño actoral. La Abejita Aventurera, divertida propuesta del joven autor y actor Juan Pablo Parodi, que recorre el mundo a vuelo de abeja. El Jarrón de Leche, lograda comedia musical infantil, escrita y dirigida por Gastón Marioni, que cuenta con la inspirada banda sonora de Marcela Monreal. El viaje a la isla del agua mágica, bella historia de fuerte impacto visual, basada en pinturas de Paul Klee y Henri Rousseau, plasmada por la Compañía de Teatro Crudo. El plato fuerte de la temporada: el IV Festival Internacional de Títeres, organizado por P&S Artistas Asociados (Teatros Pizzicatto y El Sombrero) y La Imaginaria, con 14 elencos y un enorme abanico de propuestas que convocaron entusiastas multitudes. La joyita del Festival: el peruano Hugo Suárez con sus Cuentos Pequeños, sencillamente sublime.
El Teatro Municipal Coliseo Podestá se lució con espectáculos ya probados y taquilleros como Confesiones de mujeres de 30, Art, Todo por que rías, El Cartero, Midachi, Porteños. También bailó al son de los parches de las murgas uruguayas "Falta y Resto" y "Araca la Cana" y del potente murgón local Los Farabutes del Adoquín, y se estremeció con el atávico canto a las raíces de la actriz mapuche Luisa Calcumil, en su Es bueno mirarse en la propia sombra. No faltó Shakespeare y sus Alegres Mujeres, de la mano de Claudio Hochmn, simpático divertimento que se anima a desacralizar al genial inglés.
Los espectáculos unipersonales fueron la "vedette" de la temporada. Elena Tasisto y su Isabel sin corona, inteligente pieza de Kado Kostzer, maravillosamente interpretada por la actriz; Rita Terranova en Diario de una camarera, dirigida por Manuel Iedvabni; la etérea y sutil Olga Knipper y su Querido Chéjov; la versátil María Inés Portillo, dirigida por Hebel Sacomani, en Cerrojos, un verdadero "tour de force"; el patagónico y "consonántico" Debrik Ankudovich, y su fulminante Veneno para hormigas; la audacia e ingenio de la polifacética Roberta Castro, autora, directora e intérprete de El verdugo maloliente; el retrato del anti-héroe de Humberto Constantini, Un señor alto, rubio, de bigotes, tiernamente encarnado por Ricardo Gil Soria; y como frutilla de la torta, el imponente Tato Pavlovsky dirigido por Daniel Veronese en La muerte de Marguerite Duras, un festín.
La flamante Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino ofreció un interesante y muy variado ciclo de teatro de cámara. El Amante, un Harold Pinter de pura cepa, interpretado por Lorenzo Quinteros y Alejandra Rubio, dirigidos por Raúl Serrano; La secreta obscenidad de cada día, duelo actoral de los venezolanos Fermín Reyna y Dimas González en la piel de los míticos Sigmund Freud y Karl Marx; Monogamia, aguda reflexión de Marco Antonio de la Parra sobre las delicias de la vida conyugal, dirigida por Carlos Ianni, con las muy logradas y contras con las muy logradas y contrastantes actuaciones de Guido D'Albo y Roberto Municoy; La mosca blanca, otro provocativo contrapunto, a cargo de Jorge Ochoa y José María López, en una pieza escrita y dirigida por Eduardo Rovner; La Reina de la Noche, descarnada obra de Thomas Bernhard, recreada por Roberto Villanueva, en una puesta rigurosa y ascética; El espino, la duda, de Diana Amiama (1er. Premio del Concurso de Obras de Cámara de Autores Bonaerenses), dirigida por Roberto Aguirre, con una destacable labor de la joven María Victoria Moreteau en el rol protagónico, y Jugando con el General, de César Genovesi (1ra. Mención de dicho Concurso), con dirección de Daniel Dalmaroni, y un muy homogéneo desempeño actoral.
El Grupo La Gotera ofreció en su Viejo Almacén El Obrero una impactante y muy original versión de Ricardo III, dirigida por Marcelo Demarchi, en la que nada quedó librado al azar: ambientación, iluminación, música, vestuario y, fundamentalmente, una interpretación impecable. De la producción local, sin duda lo más sobresaliente de la temporada.
La Sala Discépolo cambió su fisonomía habitual para albergar La isla de los esclavos, divertida reflexión sobre el poder y sus implicancias escrita por Marivaux en el Siglo XVIII, ágilmente dirigida por Daniel Suárez Marzal, con un memorable Jorge D'Elía en el múltiple rol de presentador-relator-árbitro moderador. De la mano del mismo director, subió a escena La Dama Duende, de Calderón de la Barca, sabrosa comedia de enredos en una puesta chispeante y dinámica. Luego, un clásico de Wedekind, Despertar de Primavera, doloroso llamado de atención del autor alemán acerca de las irreparables consecuencias de los prejuicios, hipocresía, pacatería y autoritarismo de los adultos sobre los adolescentes.
Hablando de adolescentes, La Nonna mostró otra óptica en AdoleSce, que no es poco, vertiginosa pieza de Domingo de Oliveira dirigida por Lía Jelín, excelente ocasión para acercar a los "teenagers" al teatro (que no muerde).
El viejo Galpón de la Comedia de la calle 49 volvió a la vida con Circo Sueños, hermoso espectáculo ideado y dirigido por el español David Fernández Troncoso que combina armoniosamente distintas disciplinas, tales como actuación, canto, danza, acrobacia, malabarismo, y demás rutinas circenses.
El mágico ámbito de La Hermandad del Princesa ofreció un variado abanico de propuestas. Entre ellas, Detrás de las palabras, inquietante muestra de lenguajes teatrales no convencionales, bajo la coordinación de Beatriz Catani. Los actores venezolanos de La secreta obscenidad... presentaron en una única función ¿Hay tigres en el Congo? (o el SIDA no es asunto mío), formidable y provocativa reflexión sobre un tema sobre el que no se habla lo suficiente. Nora Oneto recreó el sórdido universo de Michel de Ghelderode con su versión de Escorial, contando con la visceral actuación de Juan Bozzarelli y Julián Bertoldi.
El Teatro Rambla recordó los horrores de la tortura en Imágenes Paganas, sobrecogedora visión de la crueldad de que es capaz el ser humano.
El grupo El Sabbat estrenó en el joven e hiperactivo Espacio Teatral del Juglar una suerte de siniestro aquelarre que dio en llamar Fatum, atrapante historia que nos embarca en un viaje hacia una dimensión desconocida.
La Fabriquera, sede de espectáculos de vanguardia, además de regalarnos la esperada visita de Pavlovsky, ofreció El Desmadre, pieza escrita y dirigida por Jorge Sánchez, que se sumerge en los misterios de la locura y la muerte.
En suma, una temporada rica, capaz de satisfacer los gustos más diversos.
Fuente: Diario El Día