La directora Beatriz Catani estrena hoy, en Ciudad Cultural Konex, una personal experiencia escénica
Noche de insomnio. Un largo sillón desvencijado. La marcha peronista en versión litoraleña. Penumbra. Tres personajes principales. Uno de ellos, Amelia, sigue con la vista a una cucaracha, la aplasta, la observa. Así comienza Finales, el potente trabajo de Beatriz Catani que hoy se estrena en Buenos Aires después de haber hecho funciones en La Plata -su ciudad natal- y en el Kunsten Festival, de Bélgica.Cuando Finales estaba en su principio, lo único que sabía Catani era qué no hacer. "No quería repetir los modelos de representación de Ojos de ciervo rumanos o de Cuerpos A banderados (sic); no quería tampoco trabajar en un tipo de teatro más documental, como Los 8 de julio . Entonces, empecé a indagar casi desde la nada en algo que, siendo ficcional, volviera a poner en tela de juicio a la representación. Algo de eso hubo en los inicios del trabajo", dice sobre su especie de Dogma.
Junto al elenco partieron de un texto no teatral basado en imágenes, en impresiones. Era un momento en el cual ella reconoce haber estado en crisis con el teatro, en crisis personal y afectiva y todo eso se mezclaba. "Tampoco queríamos trabajar con muchos artificios, como luces y escenografía. Todo debía estar apoyado en la palabra, en el decir y en las situaciones actorales. Lo único que dio una unidad a todas esas situaciones era el estar observando la muerte de una cucaracha. Ese era el único marco ficcional que nos permitimos. El resto son situaciones que derivan a partir del decir y de los cuerpos", agrega sobre este trabajo que ya tuvo su crítica en estas páginas el año pasado, más que elogiosa, cuando estaba haciendo funciones en La Plata.
Ella imaginaba que la obra (o laexperiencia, se podría llamar) debía durar toda una noche. Hasta imaginó que el título podía ser Insomnio . Pero quedó en dos horas y cuarto, una hora más que la media de la mayoría de las propuestas de la escena alternativa. "En una obra de una hora y cuarto el actor puede controlar y manejar todo. En más de dos horas hay momentos en los que se pierde el ritmo, en los que se pierde control sobre la actuación. Esa zona me interesaba trabajar...", sostiene una de las voces más inquietantes del panorama escénico local.
Como con la mayoría de sus propuestas, Beatriz Catani prepara sus trabajos en la ciudad de las diagonales y, luego, los trae aquí. "Tengo mi vida allá y me gusta trabajar con gente de allá -reconoce quien se la pasa varias horas recorriendo la autopista La Plata-Buenos Aires-. Si bien los tiempos son más largos y más trabajosos, siento que se genera algo más personal porque trabajo con gente formada por mí y tomándonos otros tiempos."
Así es que con esos actores, esa pérdida del control del tiempo, la fuerza de las acciones físicas, el humor latente y un personal devenir mientras una cucaracha se muere se convierten en eje de una poética. Casi al final de Finales , Amelia dice: "Aplasté la cucaracha; sí. La cucaracha se murió, sí. Siempre pensé que si una acción se realiza, se completa, se llega a un fin. Pero no, seguimos y seguimos, siempre aparece una nueva necesidad. No sé. ¿Qué es entonces un final? Yo me voy...".
Alejandro CruzFinales, de Beatriz Catani con Magdalena Arau, María Amelia Pena, Julieta Ranno, Matías Vértiz, Sonia Stelman y María Laura Martorell.
Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. Funciones los jueves, a las 20.30.
Fuente: La Nación