Escrita en 1956 bajo el seudónimo de Mary Westcamott, la pieza se representó sólo una semana. Como no era un policial, fue arrumbada en un cajón. Ahora se estrenó en el West End londinense.
Por Andrew Johnson *
No hay un elegante detective ni un huésped asesinado. Pero sí fue un misterio que ahora, finalmente, pudo ser resuelto. Un guión teatral de Agatha Christie, la reina de la ficción de detectives que creó a los brillantes sabuesos Hercules Poirot y Miss Marple, finalmente tendrá una temporada en el West End londinense... cincuenta años después de ser escrito.
Durante décadas, A daughter’s a daughter (Una hija es una hija) languideció, casi olvidado y sin ser representado, a causa de una disputa familiar: para darle forma a su personaje principal, Christie se basó en su propia hija. La obra da pistas sobre los problemáticos sentimientos de la escritora hacia su única hija. Mathew Prichard, el nieto de Agatha Christie, dijo la semana pasada que su madre –Rosalind Hicks, propietaria de los derechos sobre el material desde la muerte de la autora, en 1976–- no estaba “especialmente entusiasmada” con la obra. Prichard agregó que “coincidencia es una palabra muy fuerte” para definir las similitudes entre su madre y el personaje principal: “Creo que el modo en que mi abuela construía sus personajes pasaba por tomar partes de las características o hábitos de aquellos que la rodeaban. Me es difícil evitar el hecho de que el personaje de la hija me recuerda mucho a mi madre. Es extraño. El marido no es como mi padre, así que no parece basada en hechos reales. Mi madre estaba saliendo de la adolescencia cuando la pieza fue escrita.”
De modo un poco más extraño, los episodios de la vida de Christie parecen ser un espejo de la trama, que se centra en las dificultades de la relación entre una madre y su hija, que se intensifican cuando la madre conoce a un nuevo hombre. A daughter’s a daughter, una producción protagonizada por Jenny Seagrove y Honeysuckle Weeks, subirá a escena a comienzos de enero. Fue escrita en 1956 bajo el seudónimo Mary Westcamott, y en su época sólo llegó a representarse durante una única semana en Bath. Christie ya era una exitosa dramaturga: La ratonera se había estrenado en 1952 en West End con tal éxito que aún hoy se mantiene en cartel. Pero los expertos en la obra de la escritora inglesa creen que sus agentes temieron que la obra decepcionara a los fans, que desde siempre identificaron su nombre con un atrapante whodunit.
“Es completamente diferente a cualquier otra cosa escrita por Agatha Christie –dice John Curran, encargado de editar los diarios de la autora–. En 1956, Christie estaba en la cima de su carrera como dramaturga, con tres puestas en el West End. Había dicho que si pudiera escribir como Graham Greene o Muriel Spark sería un gran salto. Mary Westcamott le permitió escribir de manera diferente.” Bill Kenwright, el empresario teatral que está produciendo la puesta, agrega que A daughter’s a daughter es “brutal, increíblemente honesta”. Y detalla que “el título viene de ese viejo dicho de que ‘un hijo es un hijo hasta que se casa, una hija es una hija para siempre y un día’. No me sorprende que sea tan buena... es una gran obra que poner junto a la ‘marca Christie’. Un guión bastante duro. Es una noche sustancial para el teatro”. Kenwright se cruzó con la pieza cuando se hizo una performance de una noche en 2001, en Westcliff-on-Sea (Essex), durante una temporada Agatha Christie en la que se presentaron todos sus trabajos.
La muerte de Hicks, en 2004, significó el fin de cualquier obstáculo para intentar un rescate de la obra. A principios de este año se hizo una puesta en Windsor como precalentamiento para este debut en el West End. “La primera noche será de nervios, pero también de orgullo”, cierra Prichard.
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