Destinado a difundir la Actividad Cultural de la Ciudad de La Plata y promover el Intercambio Cultural
viernes, 25 de agosto de 2000
El teatro independiente
En 1949 el autor Carlos Gorostiza estrenó su obra El puente, en la sala del mítico teatro La Máscara. El calificativo de "mítico" es necesario, en este caso, porque entre todos los "teatros independientes" que funcionaban en esa época, La Máscara fue una sólida usina generadora de grandes intérpretes, autores y directores.
En esa ocasión, la repercusión obtenida por El puente (el apoyo de la crítica y del público) propició su representación, simultánea, en ese pequeño teatro y en una sala comercial. Pero la historia le depararía nuevos "éxitos" a la obra y a su autor.
En 1998, bajo la dirección de Daniel Marcove, El puente se reestrenó en el teatro Cervantes (sala que integra el staff de teatros oficiales), en conmemoración a los cincuenta años de su debut. A un costado la oportunidad del festejo, el conflicto de clases que el texto situaba en los años 40 emergía, medio siglo después, como una lectura anticipatoria de los abismos sociales que atraviesan a la sociedad globalizada. Carlos Gorostiza tenía veintinueve años cuando sorprendió a sus compañeros de La Máscara con esta pieza en la que supo recoger situaciones y lenguajes de un barrio porteño.
Parafraseando a Jorge Luis Borges, se podría conjeturar que el teatro no comercial (de prosa, oficial o independiente, sobre Corrientes o en el off) es aquel cuyas obras resisten el paso del tiempo. Textos y representaciones que proporcionan al espectador alguna forma de confort emocional o estético. O las dos cosas al mismo tiempo.
Fuente: Clarín
miércoles, 9 de agosto de 2000
Alerta en la Casa del Teatro
La explotación de la sala ayuda a la subsistencia de más de 40 pensionados. El actual inquilino, Ricardo Darín, y el presidente de la institución, Roberto Dairiens, en busca de una solución.
MARIA IRIBARRE
La Casa del Teatro es una institución única en su género. La idea de crear una "Casa del Artista" —tal como se la llamó en un principio— fue concebida en 1927 por la cantante Regina Pacini (quien abandonó su carrera para casarse con Marcelo Torcuato de Alvear). Se trata de un pensionado gratuito, con habitaciones individuales, comida y servicio de enfermería (durante las 24 horas) para los actores mayores de edad o retirados de la actividad. El edificio emplazado en la avenida Santa Fe y Libertad, se inauguró el 4 de enero de 1938. En la actualidad, su capacidad está al tope: se hospedan allí más de cuarenta huéspedes. La entidad se sostiene con el alquiler de dos locales que dan a la calle, dos pisos y la sala del Regina (cuyo nombre celebra a la mecenas fundadora).
Según Dairiens, "Darín siempre cumplió muy bien y es una excelente persona. Recicló las instalaciones a nuevo y dejó la sala que es una maravilla. Alfombró, cambió butacas... El dinero que invirtió no lo pudo recuperar".
En cifras, el alquiler del Regina equivale a 5.000 pesos, más 1.200 en carácter de expensas, mensuales. "El costo de las expensas contempla la calefacción, la limpieza de algunas áreas, el pago de impuestos y servicios", especificó el titular de la entidad, y agregó: "Mi conclusión es que Darín no quiere dejar el teatro. Están viendo cómo sobrellevar estos cincos meses hasta marzo porque es probable que, en esa fecha, repongan Art en el Regina. Tuvimos una reunión la semana pasada que fue bastante extensa. No veo la intención por parte de ellos de dejar la sala. Yo pregunté: Si ustedes no encuentran la solución que esperan, ¿qué pasa?. Ricardo me contestó que, en ese caso, nos sentamos de nuevo a conversar. Honestamente, preferiríamos bajar los costos y tenerlo a él que es un señor".
Por su parte, Ricardo Darín le dijo a este diario que "el tema no es la Casa del Teatro. Lo que yo dije es que los costos son muy elevados para mí y estamos estudiando juntos la posibilidad de mantener nuestro contrato con el teatro. Yo no me quiero ir y ellos tampoco quieren que nos vayamos. ¡Esto no significa que los pensionados se van a quedar en la calle!" Afligido y molesto, el actor insistió: "Me llama la atención que sea más importante un teatro que se cierra que un teatro que se abre. En su momento, a la hora de poner un poco de énfasis y ayuda, la verdad es que no pasó nada en ningún lado. Ahora, de golpe, todo el mundo se espanta. No es cierto que la continuidad del teatro esté en peligro. El que peligra soy yo".
Fuente: Clarín
jueves, 3 de agosto de 2000
SEMANA DEL TEATRO REGIONAL
La obra "Delmira, el alma incontenible", de Omar Musa y dirigida por Nina Rapp, fue la ganadora de la Semana del Teatro Regional organizada por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires y la Subsecretaría de Cultura Platense. La pieza, protagonizada por Analía Aristegui, Ruth Attaguile, Norberto Attaguile y Gabriela López, resultó seleccionada entre otras 16 por el jurado que integraron Carlos Alvarenga, Gabriel Peralta y Juan Carlos Lamy.
Durante la ceremonia de entrega de diplomas, que se realizó en una de las salas del Pasaje Dardo Rocha, donde tuvo lugar el concurso, el jurado también otorgó las siguientes menciones especiales: Luciano Guglielmino por mejor música original de "Hambres de luna"; Ruth Attaguile y Analía Aristegui por mejor actuación en "Delmira"; Nina Rapp por mejor dirección de "Delmira"; Víctor Hugo Fernández por mejor escenografía de "Matando horas"; Alejandra Higa, Alejandra Camillón y Gustavo Luchesco por mejor escenografía de "Venecia"; Cora Ceppi por mejor actuación de "Venecia"; Mauricio Lozada por mejor actuación de "Los siete cabritos"; Marcelo Demarchi y Diego Aroza por mejor actuación de "Cumbia, morena, cumbia"; Horacio Rafart por actuación en "Treblinka"; Jazmín García Sathicq, Félix Blas Arrese Igor y Matías Vértiz por mejor actuación en "Detrás de las palabras"; Silvia Durante y Carolina Katz por actuación en "Troyanas"; Daniel Gismondi por música original en "Las troyanas" y Rita Pisani por maquillaje de "Las troyanas" y "Delmira".
Cabe señalar que como elenco suplente fue elegido "Agallas" por su obra "Venecia", de Jorge Accame.
Fuente: Diario El Día
martes, 1 de agosto de 2000
Finaliza hoy la semana del Teatro Regional
Así, a las 17 en la sala A se presentará el grupo La Gotera con la obra "Cumbia Morena Cumbia", dirigida por Daniel Dalmaroni; a las 18.30 en la sala B actuará el grupo La Cuarta Pared, con la obra "Treblinka" con dirección de Horacio Rafart, y a las 21.30 en la sala B se ofrecerá "Detrás de las palabras", con dirección de Arrese Igor, Vértiz y García Sathic.
Al término de la última obra el jurado integrado por Carlos Alvarenga, Gabriel Peralta y Juan Carlos Lamy, dará a conocer el elenco ganador, que participará de la Semana del Teatro Provincial que se realiza en La Plata en octubre en la Sala Armando Discépolo.
Fuente: El Día
sábado, 8 de julio de 2000
Hambres de luna en la Gotera
Ahora, ambos rondan el cuarto de siglo de una vida que ellos eligieron, a pesar de todo, para que, apoyados por sus familiares, se dedicaran a ser actores.
Juan Pablo Pereira ingresó a la Escuela de Teatro en el año '89 cuando tenía 13 años. "Yo ya venía 'insistiendo' de antes, cuando tenía 10 u 11 años, con hacer teatro; cuando vi en el Coliseo Podestá 'El diluvio que viene', me marcó para siempre. Más tarde hice obras infantiles y ahora estoy en 'La gran murga'".
También en "Hambres de luna", la obra que monta la gente de La gotera está Luciano Guglielmino quien afirma, a propósito de sus inicios teatrales, que: "anduve disfrazado hasta los 13 años. Cuando ingrese a la Escuela no fue por una cuestión de vagancia. Viví allí... estaba todo el día. Mi padre es pianista de jazz y yo soy de una familia de músicos. Soy músico, percusionista y estudié en el Conservatorio.
Los mismos deseos los llevaron a pergeñar junto a Claudio Cogo, esta obra que todos los sábados se puede ver en escena a las 21.30, en el local de 13 y 71.
Al elenco de "Hambres de luna" se sumó Cynthia Aguirre, los textos pertenecen a Pablo Pereira y Claudio Cogo -que también la dirige-, la música es de Luciano Guglielmino y la escenografía y vestuario de Julieta Sargentoni.
La obra narra el deseo de dos disminuidos físicos -uno ciego, el otro sin brazos- en corporizar algo que a ellos les falta y que no ha sido por un accidente, sino que fueron mutilados por la misma sociedad.
Fuente: El Día
"Siete cabritos": Los hermanos sean unidos...
Dos hermanos: Raúl y Paúl. El primero vive en la casa paterna, en un pueblo de provincia. El segundo hace años se fue (o más bien, "lo fueron") a la gran ciudad. Raúl le comunica por teléfono a su hermano menor que el padre de ambos acaba de morir. La madre había muerto antes. Necesita verlo: tienen cosas en común, asuntos pendientes, temas por resolver. La vida los había separado, y ahora la muerte los reúne nuevamente.
Durante el breve encuentro, ambos adoptan una actitud fría y distante. Son como dos extraños a la defensiva. Peor aún, como dos enemigos ancestrales; Caín y Abel, Raúl es todo menos hospitalario con su hermano: lo invita a dormir en el garaje, justamente donde están enterrados sus padres. Le reprocha haber tenido que hacerse cargo de ellos, mientras Paúl hacía su vida en la ciudad.
Paúl no se queda atrás. El también tiene sus buenos entripados con Raúl. Le enrostra haberse quedado con el dinero que le enviaba su padre a la pensión. Con ese dinero robado, Raúl le compró el auto al padre, sacándolo así de la sucesión. Y precisamente en ese auto, lo invita a pasar la noche al recién llegado, vaya a saber con qué maléfica intención.
Los recuerdos de infancia tampoco son gratos. Todo indica que Raúl era el preferido de papá. Acostados sobre las baldosas del patio, rememoran viejos tiempos, mientras contemplan el cielo estrellado. En una de esas estrellas está papá, en otra mamá, pero hay una estrella que Raúl no ve. Esa donde está el abuelito, muerto en un extraño accidente doméstico en enero del '45. Esa tarde de verano, un pequeñín travieso destrabó la silla de ruedas del anciano, y dejó que ésta se deslizara sin prisa y sin pausa hacia la piscina, con el resultado previsible. Paúl se lo recuerda al amnésico Raúl, que parece estar "ciego del abuelo", y no ve su estrella.
Esta misteriosa historia habla de pecados inconfesables, de extrañas alianzas, de intenciones perversas, de rencores y venganzas, de mentiras y falsedades, de odios y rencores, de cosas no dichas y secretos a voces. Nada se resuelve. Todo termina donde empieza, y hasta podría recomenzar, como un eterno drama circular.
Los recursos utilizados son originales e ingeniosos. A pesar de estar cara a cara, en varios momentos los personajes se comunican por teléfono, superponiendo pasado y presente, aportando de esta manera información reveladora y esclarecedora del vínculo.
Los personajes están bien contrastados: Raúl (Losada) es un estereotipo histriónico, mientras que Paúl (Spinola) adopta una deliberada inexpresividad. El efecto de luz de luna en la ventana y el canto de los grillos ambientan con acierto la noche campestre.
Como reparo, debemos decir que la obra es demasiado breve: dura escasos 40 minutos, y uno siente que la historia daba para más. Está bien resuelta formalmente, pero le falta algo de carnadura a la trama, que promete mucho más de lo que ofrece.
Es posible también que ésa haya sido la intención del autor: abrir interrogantes y dejarlos sin respuesta. Provocar al espectador, inquietarlo, para luego dejarlo encerrado en esa casona, junto al furioso y frustrado Raúl, mientras Paúl -¿la presa?- se le escapa, riéndose a carcajadas.
IRENE BIANCHI
Fuente: Diario El Día
sábado, 1 de julio de 2000
Castaña, publicado en diario El Día

Castaña cumple un año
Este fin de semana cumplirán un año en cartel en distintas salas de nuestra ciudad. La obra infantil "Castaña", una adaptación de Liliana Benítez del cuento de Anton Chejov "Kashantaka", ya fue vista por cerca de tres mil chicos de entre 3 y 10 años y ahora continúa su temporada los domingos a las 17 en la Sala 420, 6 Nº 420 hasta fines de julio.
"Castaña es la historia de una perrita y su amo Luca que es carpintero y que todas las primaveras va a vender sus productos a un pueblo. El dinero que saca lo usa para comer y para ir al circo. El pueblo es para ella un mundo desconocido ya que no tiene las condiciones del bosque que habita junto a su amo. Un día van al pueblo y se desencuentran y Castaña es adoptada por una adiestradora de circo que la lleva a su casa y allí deberá aprender a convivir con otros animales adiestrados, un gato, un ganso y una chancha. La adiestradora la adapta para su número y llega el día de la función. Aparece un presentador, payasos y luego el acto de Castaña y el gato. Pero ese día Luca había ido al circo y allí se encuentro. La adiestradora intenta convencerlos de que se queden a vivir en el circo pero ellos prefieren el bosque", así sintetiza la obra la directora del infantil, Erica Poncio.
Para Poncio el cuento habla de "la posibilidad que tiene cada ser humano de elegir a partir de condicionantes como el origen, la libertad y los afectos. El cuento de Chejov es muchísimo más crudo y mas cruel también porque la problemática que vivían los niños en Rusia era muy distinta en esa época: había guerra y también enfrentar el tema de la pérdida, es decir el bueno también tenía su cuota de crueldad".
En la adaptación que presenta este grupo denominado EOS, "hay que elegir la línea argumental y luego qué es lo que se quiere contar y cómo. Aquí es donde se pone en juego la estética. En la obra los animales son actores y si bien no hablan tienen todo un trabajo corporal y gestual muy importante. También tomamos diferentes cuentos de los dibujos animados y el vestuario y la escenografía tienen algo del color del pop".
Si bien no es una obra musical, tiene una banda original de Daniel Gismondi, y el elenco está integrado por Sonia Costa, en el papel de Castaña, Ernesto Meza, como Luca, Mariana Rolla como el gato y la niña, Melisa Di Paolo, como vecina, chancha y clown, Ana Mesina como vecina, ganso y clown y Ana Conti como la adiestradora.
viernes, 23 de junio de 2000
El callejón de los Deseos

Hace ocho años un grupo de artistas decidió compartir un espacio de trabajo que denominó Callejón de los Deseos (Humahuaca 3759), una sala que desde su inauguración cobijó las más diversas manifestaciones de teatro y danza, pero siempre con un sello: los espectáculos que allí se presentan muestran a veces investigación, otras transgresión, pero todos aportan aires de renovación al panorama del teatro porteño.
Hoy el Callejón está conducido por Azucena Lavin, Alicia Leloutre y Mariano Dobritz, y en lo que va del año ha mostrado una programación muy sólida, integrada por creaciones de Alejandro Tantanián, el grupo El descueve, Pablo Shilton, Ciro Zorzoli y Rodrigo Malmstein.
Azucena Lavin recuerda que "la sala se abrió siguiendo el deseo de un grupo de gente que ya no está. Después de un tiempo, los sueños de cada uno se fueron para otro lado y los que quedamos decidimos mantener el Callejón, porque indudablemente es nuestro espacio. Los tres somos personas con características y gustos diferentes. Alicia y yo nos encargamos de la programación, que sigue una tendencia acorde con nuestros intereses y gustos".
A ninguna de las dos les importa, cuando llega un proyecto, presenciar un ensayo o ver un video. Prefieren conversar con el creador, conocer su capacidad y hasta descubrir cuánto de pasión pone él en ese trabajo que quiere ofrecer en la sala.
"Cuando uno habla expone realmente su personalidad, a menos que tengas un fuerte entrenamiento en mentir, pero generalmente eso sólo se da en los políticos, no en los artistas. A nosotras nos gusta esto de manejar la intuición. Sin dudas a veces nos va bien y otras no. Con el espectáculo Kleines Heilnwein , por ejemplo, descubrimos a Rodrigo Malmsten, un joven apasionado, que no tiene prensa, pero desde que plantó el proyecto nos entusiasmó y decidimos acompañarlo: ahí había una clara definición de una estética y también una ética."
En los últimos años el Callejón de los Deseos albergó la producción de casi toda una nueva generación de teatristas. Grupos como El Periférico de Objetos o El Descueve sobresalieron en esa sala con espectáculos como Máquina Hamlet, de Heiner Müller, y Todos contentos , respectivamente. Dramaturgos como Daniel Veronese, Marcelo Bertuccio, Alejandro Tantanián, Rafael Spregelburd y Javier Daulte estrenaron sus textos o hicieron sus primeros intentos también en ese espacio.
"Nosotros tenemos claro que esto no es un supermercado donde o tenés todas las marcas o tenés determinadas marcas, nos interesa experimentar con lo que hay, sea nuevo o viejo. Y esto tanto en el teatro como en la danza. En el caso de esta última disciplina, tal vez programemos menos, pero no porque no nos interese; a mí particularmente me atrae mucho, pero sucede que los bailarines tienen un público pequeño."
Hoy la programación del Callejón de los Deseos está conformada por los siguientes espectáculos, que dan cuenta de esa línea ética y estética de la sala: los viernes, a las 21, Kleines Helnwein, sobre textos y dirección de Rodrigo Malmsten; a las 23, Ciudad canalla, sobre textos de Roberto Arlt, con la dirección de Susana Rivero.
Los sábados, a las 20.30, se presenta El huésped, con textos de Graciela Rodríguez y Pablo Shilton, con la dirección de Shilton; a las 23, Unos viajeros se mueren, de Daniel Veronese, con la dirección de Alejandro Tantanián, y a la 0.30, La historia de llorar por él, de Ignacio Apolo, con la dirección de Cristian Drut.
Los domingos, a las 21, puede verse Living, último paisaje , con la dirección de Ciro Zorzoli.
En julio se estrenará Secreto y Malibú , con coreografía de Diana Sheinblum, y se repondrá Faros de color , de Javier Daulte, con la dirección del autor y Gabriela Izcovich.
Todas las piezas en cartel han sido ya criticadas por La Nación , con calificaciones que en ningún caso son inferiores que "bueno".
"Hay un profundo amor y empecinamiento por que este espacio sea conservado -afirma Azucena Lavin-. No nos entusiasma la idea de poner una salsera o un templo evangelista. No sé si los deseos se cumplen, pero cada vez que se encienden las luces de una función, hay magia, estamos seguros de que ahí puede suceder algo grandioso. Hasta que ese espacio no es ocupado, a veces vivimos este lugar como una carga, pero cuando empieza a vivir, quedam os satisfechos."
sábado, 17 de junio de 2000
Recuerdos de familia
La trama argumental gira en torno al reencuentro de dos hermanos en la casa donde se criaron, en un pueblo de provincia. Uno de ellos vive en la Capital y se ha convertido en un hombre exitoso. El otro ha permanecido en su ciudad natal, a cargo de sus padres. La presunta muerte de un integrante de la familia provoca la reunión de los personajes centrales de la pieza. A partir de allí se pondrá en marcha un perverso mecanismo de relación, un juego de humillaciones y mentiras recurrentes, que fueron alimentando viejos rencores, tan viejos como la casona donde se desarrolla la acción.
La estructura dramática de Siete Cabritos pone especial énfasis en la conexión y el estallido de los sentimientos de sus personajes, como dos extremos que se llevan al límite constantemente y que pueden llegar a encontrar sus grises. La problemática conexión afectiva de estos dos hermanos está por detrás de cada uno de los pasajes de la obra. Se mantiene un cierto "tiempo real" que apela, por momentos, a la reconstrucción de algunos puntos oscuros del pasado familiar, incluido un crimen aún no resuelto.
De acuerdo al criterio teatral elegido por Canevaro (director y autor del texto) para el abordaje de la puesta en escena, el trabajo creativo de los actores ocupa un lugar primordial. De hecho, los "estados" de los personajes, que llegan a modificarse en forma vertiginosa, se convierte en el elemento que sostiene los climas por los que pasa la pieza.
En el proceso de gestación de esta nueva propuesta platense se partió de una primera idea de relación entre los hermanos. A partir de allí, por medio de las sucesivas improvisaciones se fue construyendo la estructura escénica y el soporte textual, en un trabajo de edición simultánea de ambas instancias.
Cabe acotar que la música original fue compuesta por Diego Madoery el asesoramiento escenográfico estuvo a cargo de Laura Valencia. La obra se presentará todos los sábados y domingos de junio a las 21 en La Fabriquera.
Fuente: Diario El Día
miércoles, 31 de mayo de 2000
El Experimento Damanthal, Javier Margulis
Javier Margulis es un importante director teatral argentino. Desde sus inicios, una de sus facetas es la experimentación. Ha dirigido muchas puestas donde intentó transgredir las supuestas normas y reglas de la escena. Hace unos años ha formado una dupla con Rubens Correa con el que ha puesto muchas obras de autores argentinos. También ha conformado con Correa una eficiente pareja para la formación de nuevos actores y directores.
Margulis es un importante director teatral argentino. Desde sus inicios,
una de sus facetas es la experimentación. Ha dirigido muchas puestas
donde intentó transgredir las supuestas normas y reglas de la escena.
Hace unos años ha formado una dupla con Rubens Correa con el que ha
puesto muchas obras de autores argentinos. También ha conformado con
Correa una eficiente pareja para la formación de nuevos actores y
directores. Su útimo trabajo, en este caso individual, se está representando
actualmente en La Barraca, el estudio que comparte con Rubens en la
calle Tacuarí 1677. Un lugar muy pequeño de alrededor de 20 a 3 0
espectadores posibles, y donde hay que solicitar con anticipación
una reserva para poder concurrir. Sin embargo "El Experimento
Damanthal" ha logrado una gran repercusión, que ha motivado que
sea incluida en la muestra argentina del II Festival de Buenos Aires.
Y resulta conmovedora, en el sentido de "mover" al espectador,
en varios sentidos. Y de esas variables fuimos a conversar con Javier,
y también de otros temas de candente actualidad, como por ejemplo
el rol de la crítica y los medios en el teatro contemporáneo.
Javier, qué es El Experimento Damanthal?
Es un espectáculo de teatro con un lenguaje específico que se dio
en llamar teatro de imagen;. Para mi todo teatro es de
imagen. Creo que lo que tiene el teatro es un lenguaje múltiple y
que produce un resultado en el espectador. A mi me interesa que el
espectador participe en la construcción de ese trabajo. Y cuando digo
participe del experimento muchos temen ser sujetos de experimentación.
Yo diría que sí, que van a ser sujetos de experimentación como lo
somos permanentemente todos los días. Pero en este caso van a ser
espectadores que están sentados mirando el espectáculo, nadie les
va a hacer nada.
Cúal es la historia que se cuenta?
Al principio cuenta la biografía de Damanthal, que es un médico contemporáneo
de Freud que, con supuesta buena voluntad, decide centrar sus investigaciones
en localizar zonas del cerebro donde quedan registrados los recuerdos,
para tratar de extirparlos y así hacer más felices a los seres humanos.
Esta es la idea de Damanthal. Pero sus métodos semejan mucho a la
tortura. Inclusive se dice en el programa que fue quizás el precursor
de los métodos que se usaron después en los campos de concentracién.
Cómo surgió la idea de esta obra?
que en realidad me lleva a escribir Damanthal es la preocupación que
tengo con lo que sucede ahora, que somos seres con los que cotidianamente
se está investigando, comprobando. Fijate ahora el tema de las encuestas.
Dicen: este mes vamos a ver como funcionó la imagen de este
tipo, y como lo hacen a través de los medios de comunicación
se la manipula. Cúal es entonces la realidad que vamos a conocer por
los medios? Que están cada vez más concentrados, que son cada vez
menos independientes. Entonces la realidad que conocemos es la supuesta
realidad que esos medios dan a conocer. La biografía de Damanthal
en realidad es una biografía apócrifa. Damanthal no existiió. En realidad
la idea de presentarla así es para que resulte creible para quien
la ve. Es una forma de hablar de como se puede presentar un hecho
como real y hacer creer que es real, cuando es concretamente una manipulación
de la información. Como pasa con los medios. El Espectáculo
en sí es eso.
Qué opinás del poco apoyo por parte de los grandes medios para la
difusión de espectáculos independientes?
medios más importantes dedican su espacio a espectáculos rentables
o que tienen una producción muy fuerte. Por ejemplo, El Experimento
Damanthano les interesa porque va dirigido a poco público
y no mueve gran cantidad de espectadores. Volvamos entonces a la concentración
de poder en algunos medios. Esto produce algo en el mercado que es
lógico. Se promociona lo que es rentable y desde el punto de vista
del mercado es entendible. Que Clarín promocione espectáculos
de la gente que paga sus avisos o de la gente que ellos mismos producen,
porque son actores de sus canales de televisión o protagonistas de
sus películas, es lógico y entendible. Pero entonces qué pasa con
los artistas que no pueden acceder a ese lugar?. Voy a dar un ejemplo.
Julio Cardoso, que es un director joven que está haciendo su tercer
espectáculo. Ya fue Premio Municipal con su primera obra, una versión
de la Mandrá gora. En este momento está haciendo una versión propia
de Saverio el Cruel de Roberto Arlt que se llama Idiota Procesión
del Tiempo en la sala Andamio 90. Julio es un tipo que trabaja
muy seriamente. En una carta me cuenta que está en rojo en más de
mil ochocientos pesos, que para alguien que labura en teatro es una
fortuna. Y no recibe espacios en ningún medio. Inclusive concretamente
una crítica de un multimedio le ha contestado que no van a ver el
espectáculo porque no está dentro de la línea que consideran que tienen
que verse. Entonces, cómo hace Cardoso, una persona que trabaja con
mucho rigor, para que su obra se difunda?.Y es importante que eso
suceda. Porque la realidad también incluye a Cardoso. Si no, es una
realidad acotada, manipulada. Decimos que vivimos en un pais democrático
pero las reglas no son democráticas, iguales para todos.
criticas también funcionan de esa manera?
si. Y está bien porque ellos cuidan su trabajo. Saben cuidar su trabajo.
Aunque a mi me parece que debería primar la lógica. Por ejemplo sale
una página entera sobre la Fura del Baus porque trae dinero y ponen
muchos avisos. Pero yo les discutiría a los críticos, porque el espectáculo
que trajeron este año fue malo.
Muchas gracias Javier y felicitaciones por el éxito de la obra y por
haber sido incluida en el Festival de Buenos Aires.
La Fabriquera: Mayo 2000
Fuente: Revista Dionisio
domingo, 28 de mayo de 2000
Nuestra cultura y el Teatro San Martín
La sede del teatro es el edificio vidriado de Corrientes al 1500, obra que devino en uno de nuestros más significativos ejemplos de la arquitectura modernista. Desde el 25 de mayo de 1960 se pudo contar con un complejo pionero en su tipo en toda la región sudamericana por su concepción cultural.
Concebido para promover el acceso a la cultura, el valor de las entradas siempre ha sido popular. Esta circunstancia posibilitó que jubilados y estudiantes gozaran de un trato privilegiado, y que año tras año el poder de convocatoria se fuera ampliando.
A la vez, el gusto de los espectadores se fue profundizando y pasó de las expresiones artísticas más consagradas y tradicionales a las más experimentales y contemporáneas. De esta manera, el Teatro San Martín ayudó al crecimiento tanto de nuestros artistas como de nuestro público.
Hasta en los tiempos más oscuros del país, el San Martín fue sede de representaciones que quedaron grabadas en miles de ciudadanos. Valga nombrar a los espectadores y a los artistas con la voz "ciudadanos", por poner ella un acento político en la actividad cultural, el mismo acento que tenía entre los griegos de la "polis" la participación en las representaciones teatrales de sus tragedias y comedias.
Un dato significativo es que el San Martín fue el primer teatro oficial que estrenó una obra del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, y que además lo hizo a comienzo de los años setenta, con un gobierno dictatorial de facto. Este es uno de los hechos que muestran que la contribución democratizadora del Teatro nunca ha estado limitada al precio de sus localidades.
El San Martín, como buen ejemplo de lo que debe ser la política cultural, enseñó un camino de tolerancia, de admisión de estéticas plurales, de compromiso con la seriedad, la inteligencia y el trabajo, evitando caer tanto en el facilismo superficial como en la arbitrariedad autoritaria o el dogmatismo.
La tarea del San Martín y su aceptación en la sociedad a través de los años pone de manifiesto, además, que la actividad del Estado en la promoción cultural es importante y puede tener frutos muy apreciables.
Fuente: Clarín
viernes, 26 de mayo de 2000
Un día de fiesta en el Teatro San Martín por sus 40 años
MABEL ITZCOVIC
A las 20.30 en punto, la voz de Betty Elizalde, que en todas las funciones indica severa y cortésmente todo lo que está prohibido en el transcurso del espectáculo —desde sacar fotos, grabar o responder a los celulares—, se corporizó en el escenario. Y para demostrar que ayer era todo diferente, anunció que las limitaciones estaban canceladas y que los espectadores podían hacer lo que quisieran.
Fue una de las tantas licencias que se permitió ayer el Teatro Municipal General San Martín como parte de la celebración de sus primeros 40 años de vida. Y su forma de festejarlos fue poniendo en primer plano la tarea de sus técnicos y de sus artistas.
La culminación de este acontecimiento estuvo precedida de espectáculos variados, que se fueron sucediendo en el amplio hall de entrada, las escaleras y hasta en los pasillos que balconeaban sobre el improvisado escenario.
Y aunque afuera el cielo estaba gris y garuaba, igual que en las estampitas del 25 de Mayo que ilustraban los tradicionales libros escolares, adentro se movía una multitud bulliciosa, colorida, que seguía los actos que se iban sucediendo, entre las columnas ornamentadas de globos de colores que trepaban hasta el techo.
Chicos, jóvenes y adultos se desplazaban por el hall, se sentaban en el piso a escuchar los conjuntos musicales o contemplaban el desfile del vestuario del teatro, lucido por los jóvenes estudiantes de Artes Dramáticas.
Un joven con el barroco traje lucido en El avaro de Molière se cruzaba con los encajes de Ivonne, princesa de Borgoña. Lulú, con su negra melenita corta y con corsage de lentejuelas negras y falda colorada, se desplazaba displicentemente entre la gente. Una coneja con estrafalario sombrero y falda con volados, de Los cuernos de don Friolera, bajaba por las escaleras.
Todo arrancó a las 15 en el hall central, con una variedad de presentaciones. La exposición El San Martín en fotos registró la mirada de reconocidos artistas que fijaron su historia. También tuvieron su momento la exhibición de títeres y técnicas de manipulación de los muñecos, la presentación de Rubén Carrasco y su grupo de proyección étnica argentina, el Dúo Vat-Macri y el trío jazzero de Jorge Navarro.
Un párrafo aparte merecen las visitas guiadas, que de las 15 a las 17.30 mostraron también la otra cara del San Martín. Grupos de espectadores, cuyos cupos estaban desbordados, recorrieron parte de esos 30.000 metros cubiertos que ocupa el San Martín, desde el taller de máquinas, el escenario donde se representa actualmente Mein Kampf, la sala del ballet en que unos 20 bailarines estaban ensayando hasta los inmensos talleres de escenografía, de tapicería y de zapatos, vestuario, peluquería y maquillaje.
En esta primera etapa, que se prolongó hasta las 19.30, el teatro cumplió lo que había prometido: mostrar a la gente un lugar que podía palpitar la emoción, el entusiasmo y el profesionalismo que tantas veces se comparte con los intérpretes, pero casi nunca con los que están detrás, en la trastienda.
Betty Elizalde dio por iniciada la segunda etapa del festejo. El cierre lo inició Osvaldo Bonet, el director que puso en escena la primera obra, con un collage de anécdotas de la trastienda de ese acontecimiento.
A partir de allí, otros intérpretes, desde Los Macocos hasta Juana Hidalgo, Alejandra Boero, Roberto Mosca, Alicia Berdaxagar, Alfonso De Grazia, Ingrid Pelicori, María Rosa Gallo, Jorge Petraglia y Alejandro Urdapilleta, hicieron referencias a ese otro lado del teatro, antes de arrancar interpretando algún momento de las obras que en diferentes épocas transitaron por esos escenarios.
Y los miembros del Ballet Contemporáneo, otro de los elencos estables del teatro, pusieron a la fiesta el toque de su gracia.
Fuente: Clarín
jueves, 4 de mayo de 2000
Dos concursos convocaron a más de 400 actores
En el primero de los casos, fueron 46 elencos -casi 200 personas- los que participaron de una prueba de selección para integrarse a la programación oficial de esta temporada, de los cuales fueron elegidos 8. De ellos, 4 pertenecen a la categoría "Adultos" y son "1999, Pequeño Testamento Apócrifo", del grupo de la Sala 420; "Treblinka", del grupo La Cuarta Pared; "Territorio Vacío", de La Rosa de Cobre y "Los siete cabritos" de La Fabriquera. En materia de "Teatro infantil y de títeres" resultaron ganadores "Relatos disparatados", dirigida por Roberto vega; "Y con ustedes los títeres", del grupo La Perdiz; "El velero desvelado", del grupo Tentenpié y "El viaje a la Isla del Agua Mágica".
Cada una de las obras realizará dos funciones en las salas A o B del Pasaje Dardo Rocha, a partir de julio, por la tarde para los chicos y por la noche para el público adulto.
En cuanto a la Comedia Provincial, se realizó una "prueba de aptitud" en el marco del Concurso de Actores, para cubrir los distintos roles de la obra "El despertar de la primavera", de Frank Wedekind, de próxima puesta en la sala Armando Discépolo. A ese teatro, sito en la calle 12 y 63, concurrieron 250 artistas para hacer el cásting, y de ellos fueron elegidos 18: Graciela Andrini, Mariel Bignasco, Carlos Juárez, Armando Di Cocco, Jorge De Marco, Diego Aroza, Bernardo Coloma, Juan Ignacio Bianco, Juan Ignacio Vivanco, bruno Martínez, Cruz Morena, Gonzalo Oyarzabal, Franco Di Placido, Sol Alba, María Emilia Goity, Andrea Cisneros, María Paz Olaciregui y María Emilia Alvidez.
Fuente: El Día
viernes, 28 de abril de 2000
Siga el baile, siga el baile...
Lluviosa noche de domingo, día melancólico si los hay. "Willy" (Demarchi) ensaya unos pasitos de cumbia, al son de "Mi compañera, Santander de Batunga", mientras su amigo "Rulo" (Aroza) dormita en un improvisado catre. Willy se emperifolla y acicala, obviamente preparándose para la llegada de alguna visita femenina. Su aspecto y su ánimo jovial contrasta con el de su compañero, a quien se lo ve desgreñado, pálido y desganado. El lugar: un local bailable, tristemente ambientado con unos descoloridos banderines.
Mientras el excitado Willy espera ansioso a las "borregas de Belgrano", a quienes ni la copiosa lluvia va a amedrentar porque viajan en taxi, el triste Rulo se deprime aún más recordando una cita a la que faltó hace nada menos que 30 años, perdiendo para siempre al gran amor de su vida, Marita. No sólo ese recuerdo lo acosa. Un mal innombrable le pisa los talones, consumiéndolo sin prisa y sin pausa.
Mientras Willy "mueve el esqueleto" y se ratonea con las rubias pulposas que están por llegar a la conga, Rulo se va apagando y fantasea con un viaje en colectivo que lo lleve a casa de su amada. Imagina su propia muerte en el bondi, su cuerpo tendido en el césped, y un morochón cerrándole los ojos.
Tal la línea argumental de esta obra de Kartun, texto que, a nuestro juicio, carece de profundidad dramática, y se queda en lo meramente anecdótico. Hay una clara referencia al tema de la espera, un favorito del teatro del absurdo, cuyo máximo exponente es "Esperando a Godot", de Samuel Beckett. Sin embargo, falta ese ingrediente de futilidad y vacío existencial, tan característico en las obras del género, que les otorga una dimensión que la pieza de Kartun no posee.
A pesar de lo dicho, las composiciones actorales de Aroza y Demarchi son muy logradas y convincentes, trabajadas y ricas en matices y sutilezas, sin duda lo más atractivo de la puesta. La dirección de Dalmaroni, en cambio, parece haber elegido un tono monocorde y lineal, en el que las acciones y el final se vuelven absolutamente previsibles. No hay lugar para la sorpresa. La primera escena, en la que Willy baila mientras Rulo agoniza, resulta excesivamente larga y reiterativa, perdiendo efectividad. Faltan climas y transiciones.
El vestuario y la ambientación pintan acertadamente a estos personajes detenidos en el tiempo, prisioneros de vanas ilusiones. El tono festivo de la música contrasta con lo trágico de la situación.
"Cumbia morena, cumbia": actuación de alto vuelo para una obra que, sin embargo, no logra despegar.
Fuente: El Día
martes, 21 de marzo de 2000
La Comedia de la Provincia arranca el 2000
Fuente: El Día
lunes, 20 de marzo de 2000
LAS DOS CARATULAS, EL TEATRO DE LA HUMANIDAD
El tradicional ciclo largó el sábado su temporada 2000. Con recursos módicos y un solo actor invitado por vez (antes eran cuatro), sigue transmitiendo la magia del teatro a través de la magia de la radio.
LUCILA OLIVERA
Casi cincuenta años ininterrumpidos pasaron desde la primera vez que el ciclo de teatro radial Las dos carátulas, el teatro de la humanidad, se ganó el micrófono de Radio Nacional y empezó a contar las historias más significativas de la literatura nacional y extranjera de todos los tiempos. Era el 9 de julio de 1950 y, desde el éter, se interpretó La flor del trigo (de José de Maturana) con un elenco estable que llevaba el nombre del ciclo pero que hoy ya no existe.IN SITU. En el estudio Mayor de Radio Nacional, con capacidad para 750 personas, el público asiste a la grabación en vivo (se hizo el lunes 13) de la obra que, con el reciente cambio de autoridades de la radio, pasó de los domingos a los sábados a las 22 (también se escucha en el interior con 40 emisoras a través de la Cadena Azul y Blanca; y en el exterior, los sábados y domingos por Radiodifusión Argentina al Exterior). Una grabación que el fin de semana se convirtió en la primera entrega de la temporada 2000. Allí, Rubén Stella fue el invitado del mes (ya no hay cuatro invitados, como antes) y se puso en la piel de un guapo: ni más ni menos que Un guapo del 900, una versión libre de la pieza clásica de Samuel Eichelbaum.Al fondo, y desde la cabina, se la ve a Nora Massi, productora y directora de Las dos carátulas... desde hace diez años (es actriz, pedagoga teatral, productora y directora), que, con un particular lenguaje de señas, les da el pie a los locutores Paulette Pochat y Leonardo Liberman para que hagan sus correspondientes participaciones.Sobre el escenario, los 14 actores que integran el equipo que, con los años, dejó de ser un elenco estable, trabajan de pie y gesticulan y se abrazan, como si alguna cámara los estuviese grabando.EL REPERTORIO. A lo largo de los años, el ciclo recorrió desde el sainete colonial (como El amor de la estanciera) y la comedia, hasta las creaciones de autores más contemporáneos como Roberto Cossa, Osvaldo Dragún o Carlos Gorostiza, entre otros destacados dramaturgos. En el plano universal se animaron obras de los clásicos Sófocles y Eurípides, hasta los más modernos Luigi Pirandello o Federico García Lorca, sin saltear a William Shakespeare, Lope de Vega, Goethe y Calderón de la Barca. Hay que adaptar las obras para 90 minutos de aire y no se cortan. Yvonne Fournery se encarga de los grandes clásicos y Paola Lavin, de las argentinas. También nos asesora el escritor Luis Ordaz, cuenta Nora Massi a Clarín.Dentro de la forma de encarar el repertorio, tal vez lo más llamativo sea lo que ocurre con las obras del teatro español. Ya no lo hacemos con fonética española, sino neutra, asegura Massi. ¿La razón? El bajo presupuesto para contar con un elenco que se pueda dedicar con exclusividad al programa. Esto quiere decir, entre otras cosas, que se ensaya menos. Es preferible eso a bajar la calidad, opina Massi. Con la llegada de la nueva ley de protección intelectual, no se puede hacer nada sin pagar derechos hasta que hayan pasado 70 años de la muerte del autor (donde pasa a ser propiedad de la humanidad). Ese es el motivo por el que el repertorio también se acotó.EL ELENCO. Trabajamos con un equipo de actores con características de elenco estable, pero no lo es, dice Massi. Y aclara: Muchos creen que es un radioteatro, pero tampoco. El radioteatro tenía un formato que consistía en una novela de 22 capítulos escrita para una pareja. Acá la estrella es la pieza. Por razones presupuestarias, de cuatro figuras invitadas por mes, quedó una. Pero no es lo único que cambió. En un principio, el grupo de las Las dos carátulas se dividía en tres subelencos según el tipo de teatro que hacían: La Ranchería (teatro argentino); La Sirena (universal) y El Corral (español), con tres directores distintos y un coordinador de teatro que, junto a un asesor literario, elegían las piezas. El equipo actual del ciclo está compuesto por: Carlos Almeijeiras, Gloria Antier, Gustavo Bonfigli, Andrea Cantoni, Rodolfo Caraballo, Mónica DAmico, María Danelli, Susana Fernández Anca, Luis Gianneo, Jorge Grasso, Natalio Hoxman, Alfredo Iglesias, Iris Morenza, Carlos Romero Franco, Alvaro Rufiner, Myriam Strat y Beatriz Vilamajo.LA PREPRODUCCION. Los actores buscan sus copias los jueves y no se juntan hasta el sábado donde, según la dificultad de la pieza, se ensaya entre cinco y seis horas que se dividen en dos turnos: primero se hace una lectura de la pieza y después el ensayo propiamente dicho, porque como van en vivo, tiene que salir armado con efectos sonoros de sala y otros que se disparan desde la cabina. El mismo día se hace la prueba de micrófono.LOS EFECTOS. La tecnología llegó a la radio. Ahora, armar los efectos y el clima de una pieza, si bien lleva un tiempo, es más práctico que artesanal. De la mano de la moderna aparatología, todo se arma con una compactera, un minidisc y otros chiches y se pasan a una cinta abierta donde se editan. De eso también se encarga Nora Massi, que está chocha con los CD que compró con efectos de última generación. Si un caballito relincha tres segundos -ejemplifica la directora- y en la obra está atado a un palenque, por ahí lo necesito más tiempo, y edito más segundos. Y no hay que olvidarse de cambiar los planos de, por ejemplo, los ladridos: hay que alejarlos y acercarlos porque un perro nunca está ladrando quieto. De la sala surgen los ruidos de las puertas y ventanas (diseñadas chiquitas y con rueditas) que se abren y se cierran, la vajilla que se usa en un bar, los pasos y las subidas o bajadas de escaleras (tienen una de diez escalones en el estudio), equipamiento artesanal que está a cargo de Patricio Schultze, un joven colaborador de la directora.LA HISTORIA. A José Ramón Mayo (el mismo que en 1943 cuestionó los libretos de Catita, de Niní Marshall y en el 50 era subdirector general de Radiodifusión) se debió la idea de dedicar un espacio en la por entonces Radio del Estado para la transmisión de obras de teatro. Con la formación de un elenco que se lo llamó Las dos carátulas, el 9 de julio de 1950 se puso al aire la primera transmisión. Figuras hoy muy recordadas como Violeta Antier, Eva Dongé, Blanca Lagrotta, Carlos Carella o Luis Medina Castro o los respetados Alfredo Alcón, Perla Santalla, Pepe Soriano, Lydia Lamaison, María Rosa Gallo, Onofre Lovero y Norma Aleandro, entre otros muchos , le han dado, con sus voces e interpretaciones, el prestigio que, cincuenta años después, Las dos carátulas... mantiene.EL FUTURO. Para el próximo sábado, hoy se grabará Marianela (de Benito Pérez Galdós), y el 4 de abril ya está programado El organito (de Enrique Armando Discépolo). Sé que nada es como fue -concluye Massi-, pero lo más importante se mantiene intacto y no se desvirtuó con el tiempo: las ganas de hacerle llegar al oyente teatro de calidad hecho con muchísimo respeto.
Fuente: Clarín
sábado, 11 de marzo de 2000
Un clásico de Twain cobra vida en escena
"Príncipe y mendigo", de Mark Twain. Adaptación y dirección: Mimí Harvey. Escenografía: Rafael Landea. Vestuario: Silvio Rodríguez. Música: Federico Mizrahi. Intérpretes: Adolfo Oscar Ferreyra, Rodrigo Borgón, Fabio Prado González, Freddy Magliaro, Gustavo Paoletti, Claudio Spin y Adriana Ferrer. Sala Alberdi, Sarmiento 1551, 6º piso, sábados y domingos a las 17.30.
Nuestra opinión: buena.
Texto literario y dramaturgia no son enemigos, todo lo contrario, pero hay que reconocer que no siempre van de la mano. Un adaptador, o autor de una versión teatral de un cuento o novela, se ve irremediablemente en el dilema de elegir, cortar, sintetizar. O sea, de partir de una forma de narrar una historia a otra, de pasar del libro a la acción dramática en caliente, sobre un escenario. Lo que se ve y lo que se imagina juegan papeles diferentes. Si se agrega el peso de que el libro es un clásico, el peligro de "tropezar en el intento" aumenta considerablemente. Una vez que se ha aceptado el compromiso, elegido las escenas, seleccionado los personajes, pensado en los puentes narrativos, una vez que se ha renunciado a muchas partes apasionantes del relato, aún falta entendérselas con la seducción del texto, el amoroso respeto a las palabras tan bien escritas... para ser leídas.
Uno podría pensar que un libro escrito en inglés en 1882, que siempre llegó hasta nosotros a través de traducciones, bien podría soportar una más. Pero los clásicos son así, hasta las traducciones se cristalizan.
A mediasMimí Harvey, que se da una libertad medida con la narración, se otorga la licencia de recurrir a dos actores físicamente muy distintos para jugar con las apariencias de los personajes principales que intercambian lugar.
Esta confusión complica la comprensión de lo que ocurre, ya que es muy difícil aceptar que un padre, una madre, un compinche o un criado no descubran que el que está allí es otro. El vestuario tampoco es suficientemente cómplice. Por ser como es la novela, una obra satírica de denuncia social, al espectáculo le falta humor. Carece de mayor acentuación en las caricaturas y un juego más ágil en la acción.
Tal como se lo percibe, el espectáculo está más allá del interés de los niños pequeños; puede llegar a captar a los niños mayores, pero con dificultad. Tal vez un narrador habría ayudado.
En cambio, los adultos se muestran atentos, tal vez porque gracias a películas, telenovelas y series están habituados a hacer concesiones a la poca credibilidad de escenas y personajes en aras de un presupuesto inicial, que plantea desde el principio la historia como un conflicto por resolver: uno quiere saber cómo termina. Lo que prueba que muchas veces una buena historia supera la manera de contarla.
Fuente: La Naciónviernes, 10 de marzo de 2000
Lujo y harapos
Sábado y domingo a las 17.30, en la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín, Sarmiento 1551, 6° piso. A la gorra.
El intercambio de roles entre el joven príncipe y un mendigo de su misma edad los enfrenta a situaciones en que el mundo parece regirse solamente por las apariencias. La calle está dura para Jonathan García, hijo de un ladrón de Villa La Pava, pero los almohadones del palacio del ilustre Eduardo sólo ponen sordina a enfrentamientos igualmente complejos.Aventuras a capa y espada hilvanan una historia que plantea algunas reflexiones. La puesta en escena de Mimí Harvey -directora en temporadas pasadas de El hombrecito del azulejo y Una aventura y dos armaduras- del clásico relato de Mark Twain elude la transitada opción de la comedia musical, para encarar un teatro basado en la relación entre la actuación y el texto. A partir de cinco años.
Fuente:Clarín
sábado, 1 de enero de 2000
jueves, 30 de diciembre de 1999
Bajo Ondo
Estudio LA CASA
Performance ALEJANDRA CERIANI
Música HERNAN HEGHIABERE
Vídeo MARIO CHIERICO
viernes, 17 de diciembre de 1999
Debut y despedida sin saladitos ni champagne
Plásticos, músicos, actores y bailarines inauguran y clausuran mañana mismo una muestra multimedia en el Pasaje Rodrigo.
Hace seis años que cada diciembre un grupo de artistas se reúne durante una jornada para mostrar sus trabajos. Artistas plásticos, actores y músicos que con la única intención de hacer una muestra que ofrezca al público diversas posibilidades, convocan desde lo que dieron en llamar "Unico día", que este año se realizará mañana a partir de las 21 en los distintos locales del Pasaje Rodrigo en la calle 51 entre 4 y 5.
La idea del "por única vez" surgió a raíz de la costumbre de la gente de asistir a las inauguraciones de las muestras, a lo que se denomina la "vernisagge", para luego no ir más, por lo que este grupo se propuso entonces inaugurar y clausurar el mostrario el mismo día, sin saladitos ni champagne, y el que se lo perdió...
Multitemática, no hay una idea estética, la ideología pasaría por el hecho de la inauguración. Así lo creen los plásticos Pablo Uro, Andrea Bogdan, Guillermo Pérez Raventós, Gabriel Pérez Raventós, Tu.K.K. E Pelusa, Dina Mascaró, Cabe Mallo, Gabriel Hamamé, Fabio Oliveto, Marcelo Blanco, Pablo Felli, Alejandra Ceriani, Mono Cieza, Adriana Delfino, Mario Bértoli y Facundo Ceraso, que ubicarán sus pinturas, sus esculturas e instalaciones en los distintos locales del Pasaje, donde al mismo tiempo se podrá ver a los grupos de danzas "Nadie sabe" y "Todas chochas", el número de varieté de Cabe Mallo, una escena de teatro protagonizada por Ratón Lozada, Pollo Canevaro, Damián Cellentano, y Federico Dangaus, escuhar a "Grupo soporte" o a "La familia" o la música electrónica que pasen distintos dj' de la ciudad.
"Es un buen paneo al que la gente puede acceder para ver producciones de artistas jóvenes de la ciudad. La gente se va a poder mover por todo el espacio, entrar a un local o a otro, bajar al subsuelo a ver las diapositivas o quedarse parada en un lugar para ver un número teatral. Y todo se termina cuando la gente lo decida", adelantaron los artistas.
Fuente: Diario El Día
domingo, 5 de diciembre de 1999
MUERTE EN VENECIA
La "Gringa" (Ceppi) es la vieja madama de un prostíbulo de mala muerte de Jujuy. La pobre está achacada, casi ciega y sorda. Tiene una idea fija: ir nada menos que a Venecia a bordo del "Julio Cesare", a reencontrarse con el amor de su vida, el tano "Giácomo" (Gómez Ribot), para pedirle perdón por una mala jugada que le hizo, y así morir en paz con su conciencia y su corazón.
Nada parece más irrealizable que esta travesía. Sin embargo, "Marta", "Rita" y "Graciela" (Calcagno, Pellegrini y Coleff) -las "chicas del burdel-, con la no muy desinteresada ayuda del "Chato" (Grimberg) -un asiduo cliente- le cumplirán el sueño. Sin un centavo pero con ingenio e imaginación, y aprovechando la casi ceguera de la Gringa, este pícaro e improvisado elenco, cual pandilla de chicos reos jugando al "Dale que...", le construyen por arte de magia una Venecia de realidad virtual, con cinco sillas destartaladas, un ventilador cachuzo, una escoba vieja y una palangana de lata.
Tal la simple pero entrañable historia de "Venecia", una obra que rescata valores como la amistad, la solidaridad, las utopías, el apostar a los sueños contra viento y marea, el no darse por vencido ni siquiera en las circunstancias más adversas, el sacar fuerzas de flaqueza y meterle para adelante.
La idea del autor jujeño Jorge Accame no es enteramente original sino que más bien parece inspirada en una bella película que pinta las desventuras y padeceres de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos: "La Otra América" (1995), cuyo verdadero título es "Someone Else's América", es decir, la América de los otros o la América ajena. En este filme del director Goran Paskaljievic, protagonizado por Tom Conti y Miki Manojlovic, un personaje le cumple el sueño a su anciana madre (breve y magnífico trabajo de la inefable María Casares) de regresar a su aldea en España antes de morir. Como la señora no resistiría un largo viaje y además está ciega, su hijo y un amigo le hacen creer que dos viejas butacas de auto son los asientos de un avión que los llevará a destino. El final de la película guarda también un curioso parecido con la obra de Accame.
Hecha esta inevitable salvedad, convengamos que la ambientación de la historia en semejante tugurio resulta muy acertada. Al igual que aquellos pobres inmigrantes indocumentados, estas prostitutas también son unas descastadas, seres marginales a quienes la miseria no ha logrado arrebatarles la alegría ni la generosidad de espíritu.
La escenografía de Higa, Camilión y Luchesco es sumamente sugestiva. Introduce al espectador al mundo onírico que propone la pieza, despegándolo de la sórdida realidad tangible del prostíbulo. La puesta de luces resulta una poderosa aliada en ese sentido.
Las interpretaciones están muy logradas y el desempeño actoral es homogéneo. Cora Ceppi realiza una muy interesante transformación que pone en juego su cuerpo, su mundo emocional, su gestualidad y su voz, dando muestras claras de su ductilidad a la hora de componer. El Chato de Grimberg tiene momentos desopilantes y las tres actrices también saben sacarle el jugo a sus respectivos personajes. Correcta la breve aparición de Gómez Ribot.
La dirección de Cora Ceppi y Nora Oneto otorga agilidad a la puesta, matizándola con humor y picardía, sin descuidar el aura poética que la obra reclama. La marcación actoral ha priorizado la ternura y la ingenuidad en la construcción de los personajes, lo cual los torna creíbles y queribles.
"Venecia": una muy edificante y entretenida propuesta de excelente factura escénica, que logra divertir y conmover.
Fuente: Diario El Día
domingo, 28 de noviembre de 1999
Teatro: la aventura del hombre
La tragedia y el ridículo conviven en los escenarios. El teatro se prepara para el siglo que viene destruyendo modelos, transgrediendo las fronteras de los géneros y utilizando nuevas tecnologías.
OLGA COSENTINO
Stanislavsky y Grotowski, dos maestros de la renovación teatral contemporánea, fueron blanco de ironías en uno de los sketches televisivos de Alberto Olmedo, en los años 80. Desopilante para algunos, insolente para otros, el cómico argentino no hacía otra cosa que señalar, en un lenguaje simple pero de eficaz histrionismo, la fragilidad de todo prestigio o investidura. No decía nada nuevo ya que el teatro actual, desde sus formas más bastardas a las más exquisitas, está marcado por la intuición de que ya no hay verdades definitivas ni figuras intocables. en el siglo que termina, una de las cuestiones centrales fue, precisamente, la caída de los dioses. Esperando a Godot (God = Dios, quieren leer algunos), de Samuel Beckett, tradujo ese desencanto a su expresión dramática más acabada. La obra, que se estrenó en 1953, sintetizaba la conciencia colectiva posterior a la Segunda Guerra Mundial: el desvanecimiento de la esperanza en alguien o algo -un mesías, un líder, una doctrina- que viniera en auxilio de la Humanidad. No obstante, como Vladimiro y Estragón, los mendigos metafísicos de la obra de Beckett, la criatura humana insiste en aferrarse a alguna idea salvadora. Y ya en los umbrales del tercer milenio, esa idea parece llegar de la mano del progreso tecnológico, con la ilusión de que el hombre ha devenido su propio dios. O como intuyó Goethe hace más de un siglo y medio, que ha pactado con el demonio. Cualquiera de estas dos alternativas están implícitas en la versión de su monumental Fausto, que acaba de llevar a escena el grupo catalán La Fura dels Baus, en su Fausto Versión 3.0, que se vio en Buenos Aires en setiembre.
El espectáculo, que incorpora los lenguajes de la imagen digital, los rayos láser o el sonido multidireccional, muestra al hombre en la era de Internet: a su disposición está todo el saber del mundo. Sin embargo, todo lo que ofrece la informática es de una desmesura monstruosa. Y el hombre vuelve a experimentar el desconsuelo de su propia pequeñez. El mismo desamparo que lo llevó, a comienzos del milenio que termina, a crear un teatro religioso y eminentemente poético. En los misterios medievales el hombre asumía su incapacidad para comprender lo misterioso del Universo. El teatro de hoy llega al mismo destino después de haber indagado en la realidad. Y de haber dejado de creer en ella. Una incredulidad que el escenario traduce con la irreverencia impiadosa del humor o con el desgarro de un discurso poético de la atrocidad o el sinsentido. Cerrando el círculo, el teatro de hoy se reencuentra con sus orígenes.
ESCENA UNO: EL HOMBRE FRENTE A DIOS. Temeroso ante lo incomprensible, el hombre del medioevo elevaba los ojos al cielo, abría los brazos, rogaba e inauguraba un rito teatral. Hacia el año 1000, en Europa, el oficio del Viernes Santo incluía representaciones de la Pasión, con diálogos, vestuario y escenografía a cargo de clérigos. De a poco, seguramente para mantener el interés del público, las escenas empezaron a incluir situaciones mundanas, como la Virgen María regateando el precio de los perfumes y óleos con que va a embalsamar a su Hijo. Algunos diálogos ya eran jocosos y la dramatización era expulsada al atrio de la iglesia y después definitivamente a la calle. El teatro alcanzaba carácter de entretenimiento.
ESCENA DOS: EL HOMBRE FRENTE A SI MISMO. Cansado de mirar al cielo y no ser escuchado, el hombre empieza a mirarse a sí mismo y se convierte en su propio espectáculo. La plegaria medieval se convierte en acción durante el Renacimiento. Empieza a valorarse la intriga, la anécdota y las peculiaridades de carácter de cada personaje. La condición humana es el tema central de las historias, que en el caso de la Commedia dell Arte (comienzos del 1600) incluye equívocos, engaños, acrobacias, crítica a los poderosos y una jerga de humor y grosería.Hacia mediados del siglo XVII, Inglaterra genera el que será, hasta hoy, el hito universal más trascendente en la historia del teatro. William Shakespeare sigue siendo el monumento artístico todavía no superado, por la profunda humanidad, la altura poética y la magistral arquitectura dramática de su obra.Pero esta mirada que hace centro en el hombre también abarca, ya en el siglo XIX y comienzos del XX, el movimiento romántico, el realismo-naturalismo, el teatro psicológico y todas las manifestaciones del drama burgués, incluyendo el teatro social o de compromiso político.
El noruego Henrik Ibsen, el sueco August Strindberg, el ruso Antón Chéjov, los norteamericanos Eugene ONeill o Arthur Miller, los irlandeses Oscar Wilde o Bernard Shaw, los italianos Luigi Pirandello o Edoardo de Filippo, los españoles Valle-Inclán o García Lorca, los alemanes Piscator o Bertolt Brecht, o los rioplatenses Florencio Sánchez o Armando Discépolo son sólo algunos de los muchísimos creadores de un teatro que cree en la palabra. Pero también este teatro sobre el hombre la refuta como instrumento de una racionalidad que empieza a valorarse insuficiente o equívoca. Por eso Beckett o Ionesco experimentan con el absurdo, Antonin Artaud con el surrealismo, Tadeusz Kantor o Bob Wilson con el happening, las instalaciones y la ruptura de las fronteras entre los géneros.El teatro europeo penetró en América, sobre todo a lo largo del siglo XIX. En las primeras décadas del siglo XX, los escenarios porteños vieron convivir zarzuelas y revistas a cargo de compañías italianas y españolas en gira, con una naciente dramaturgia nacional. La clase media porteña empezó a llenar las salas teatrales, que ofrecían cuatro o cinco secciones diarias de espectáculos costumbristas, cargados de ironías políticas y cierta picaresca que hoy resulta ingenua.Los temas sociales -la inmigración, el desarraigo, el tango- fueron abordados primero por el sainete, después por el grotesco de Armando Discépolo y por fin por el Movimiento del Teatro Independiente. Un capítulo aparte comienza en 1949 con el estreno de El puente, de Carlos Gorostiza, y toda una generación de autores posteriores (Ricardo Halac, Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Juan Carlos Gené, entre otros) en los que personajes de clase media inducen, desde la anécdota y los diálogos, a la reflexión de social y política.
ESCENA TRES: EL HOMBRE COMO FRAGMENTO DE DIOS. El tercer tramo del milenio es, acaso, el más difícil de definir porque es el que el teatro está transitando. Asumida su esencial fragilidad, el hombre del 2000 ha perdido el miedo. Y como si no tuviera nada que perder, derriba mitos y reformula el concepto de ficción y realidad, niega la palabra, descubre el disparate detrás de la tragedia, renuncia a las salas tradicionales, mezcla géneros, superpone o fragmenta tiempos y espacios, materializa su inspiración con procedimientos industriales o cibernéticos. E insiste, como al principio, el tratar de atrapar lo eterno con la fugacidad del instante poético que a veces -sólo a veces- ocurre durante una representación teatral.
Fuente: Clarín
sábado, 6 de noviembre de 1999
El arte de lo posible
Un argentino vive en el extranjero y es convocado para hacerse cargo de la presidencia de nuestro país, a pesar de no tener la más mínima preparación para desarrollar el ejercicio. Es un artista, como los actores que se presentan en el escanario para jugar con los distintos personajes que participan de la acción y ejercen el discurso.
Los nilos viejos es la obra que plantea esta historia que al personaje en cuestión le trae alguna que otra duda aunque también algún conflicto de naturaleza ético moral. Y así como el personaje-candidato a presidente no deja de actuar, tampoco lo hacen los actores que permanentemente intercambian roles y discursos.
"La puesta refuerza la idea de que los actores son gente que están actuando, como el personaje", definió el Cabe Mallo, protagonista junto a Laura Albornoz y también director.
"Como de por sí la idea es complicada -agregó- desde lo visual todo es muy sobrio: no escenografía, blanco, negro y plateado y dos elementos que cumplen múltiples funciones, como para contrastar con lo barroco del texto", apuntó."De hecho, cuando la acción termina, los actores se van y el escenario vuelve a quedar vacío. Y ahí se refuerza la idea del despojamiento".
Abanderado -y pionero- del humor de improvisación, mallo dejó en claro que en Los niños viejos no hay espacio para utilizar ese recurso y que los actores dicen un texto que respetan a rajatablas.
La función tendrá lugar mañana a las 21 en La Fabriquera, en la calle 2 Nº 477.
Fuente: El Día
viernes, 5 de noviembre de 1999
Alto impacto
La experimentación parece ser un sello del teatro argentino. Y en este momento hay en cartel obras que echan mano a imágenes impactante y situaciones límite, a mitad de camino entre el experimento y el shock. Aquí, un repaso a las puestas más radicales de las últimas temporadas y diversas opiniones sobre la cuestión.
IVANA COSTA
Si hay algo por lo que se destaca el teatro argentino dentro del teatro del mundo, si hay que buscar razones para explicar su presencia en festivales internacionales como los de Aviñón, Berlín, Barcelona, Manizales, Cádiz o Madrid, es por su altísimo nivel de experimentación. A falta de un sistema de fomento que institucionalice su lugar en la cultura, los creadores argentinos agudizan su mirada en busca de expresiones nuevas, más bellas, más eficaces, más contundentes.Sólo en Buenos Aires, de un año a esta parte se presentaron obras sin escenografía ni utilería ni iluminación, piezas en las que actúan ratas o gallinas. Intérpretes con distintos impedimentos físicos. Adaptaciones de textos que no nacieron para ser representados. Actores que se balancean a 50 metros de altura, actrices que orinan a centímetros de la platea, o que simulan transfusiones sanguíneas a la vista del público. Se trata de experimentos a riesgo. A riesgo de actores, dramaturgos, directores y también a riesgo del espectador. Como ocurre en el ámbito de la ciencia, no siempre la esforzada investigación alcanza resultados positivos. O la explosiva novedad que se preveía se reduce a un fogonazo intrascendente. O sucede que pasará mucho tiempo hasta que eso que aparecía como producto oscuro e inasible se convierta en semilla de nuevos lenguajes.
EN CARTEL. Entre los espectáculos actualmente en cartel, Cuerpos Abanderados, de Beatriz Catani, resulta uno de los más provocadores por la cantidad de efectos exhibidos. Encerradas en la penumbra de una inquietante cooperativa, dos hermanas tratan de escapar de la epidemia y la persecución que amenazan desde el exterior. Una tercera actriz reproduce, mediante la manipulación de dos ratas que se apretujan en una pecera, la situación sin salida de las hermanas. Cuando esta tercera actriz ahoga una rata, el público intuye que algo trágico le espera a las protagonistas. Si bien Cuerpos Abanderados trabaja sobre las propiedades expresivas de un cierto lenguaje, Catani (autora y directora) cuenta que el espectáculo se terminó de armar durante un año de trabajo con las actrices porque el objetivo era borrar todo estilo de actuación tradicional para lograr verosimilitud: Necesito creer eso que veo, que el texto sea verdad en las actrices.Ese objetivo llevó a incluir ratas vivas y muertas en escena, un actor que está inmóvil y completamente desnudo durante toda la función y las actrices haciendo sus necesidades: Quiero que el espectador se sienta espiando un universo femenino, y la mezcla de efectos de realidad en la ficción es una forma de involucrar más al público: la idea es investigar hasta dónde se puede tirar de esa cuerda y seguir sosteniendo la ficción.
Aunque el resultado de su búsqueda es radicalmente diferente, el dramaturgo Javier Daulte y la actriz Gabriela Izcovich tenían una meta muy parecida cuando empezaron a gestar, hace casi un año, el espectáculo Faros de color. Esta pieza es interpretada por tres actores sin apoyo escenográfico, sin utilería, desprovistos incluso del amparo de la luz en escena. La investigación se concentró en la actuación -dice Izcovich-: creemos y defendemos una actuación real, verdadera, convincente. Quisimos extremar el concepto de verosímil -dice Daulte- pero deshaciendo la ilusión de conseguirlo con elementos que no fueran el solo poder convocante del actor. Un actor que tiene absoluta certeza de lo que dice vuelve verosímil lo imposible.Federico León comparte la misma preocupación por la presencia de realidad en la representación (una búsqueda heredada de la vanguardia que hizo pie en el mítico Di Tella en los 60). En su última obra, Mil quinientos metros sobre el nivel de Jack, hay una actriz que se la pasa sumergida en una bañera, hay un actor de 11 años que dice un monólogo clave, hay agua que rebalsa hasta tocar los pies del público: Son elementos que encierran riesgo en la repetición -dice León-, y son en cierta forma incontrolables. Esos estados que uno supone irrepetibles crean un presente escénico, construyen realidad.
EXPERIMENTOS POR DOQUIER. La diosa, performance que lleva dirección de Leonor Manso, se concretó atendiendo a otra realidad: la social y la surgida del producto de una singular investigación sobre lo femenino. De La diosa participan doce actrices que se acercaron a Manso, más una veintena de actores invitados, incluyendo adolescentes que tocan rock en vivo y hasta un bebé, el pequeño Rocco Campochiaro, hijo de actores, que interpreta su propio nacimiento. No tenía el rigor profesional de una obra convencional -cuenta Manso-, pero necesitábamos plasmarlo en un producto comunitario. Atendiendo a esa vocación, La diosa no cobra entrada: trueca localidades por alimentos destinados a comedores barriales.Hay muchos otros artistas que hoy pueden encuadrarse en lo que llamamos teatro experimental. La recreación que hace La Pista 4 de la poesía de Perlongher, la huella trágica que deja el humor corrosivo del dúo Urdapilleta y Tortonese, el incesante trabajo que hace Rafael Spregelburd sobre las estructuras del texto dramático, los intentos de Miguel Guerberoff por reunir a Beckett con la música contemporánea o los hallazgos de Eva Halac en la mezcla de actores con marionetas son ejemplos de esta fecunda tarea de laboratorio. Como lo son también la sátira desmesurada y polifónica de Pornografía emocional, de José María Muscari, la particular atención al lenguaje que muestran algunas piezas de Marcelo Bertuccio e Ignacio Apolo o la mecánica simple y certera de obras como Venecia, de Jorge Accame (nacida de un experimento al cabo de un taller de dramaturgia). por suerte, compañías como El Periférico de Objetos (que trabajó con excelentes resultados el uso expresivo de muñecos y otros objetos) y De la Guarda (que les dio una vuelta de tuerca lúdica y onírica a las técnicas de teatro físico) siguen probando a pesar de haber alcanzado una fama internacional que les permitiría descansar sobre sus trabajos anteriores.
EFECTOS COLATERALES. Los intentos de construir realidad en la representación por medio de efectos esconden peligros y contraindicaciones. Sobre todo cuando se involucra al espectador en situaciones que comprometen pudor, espanto, asco, conmoción o temor por su propia seguridad. Cuando se lo participa de experiencias que lo dejan afuera de todo debate. O cuando se lo pone frente a animales: las ratas de Cuerpos abanderados, la gallina degollada en Zooedipous de El Periférico de Objetos, o los cerditos que usaba La Organización Negra en su legendario La tirolesa.La atención a estos efectos, que tienen naturalmente una intención provocadora, puede capturar definitivamente la atención del espectador, desviarlo de la ficción e inclusive perderlo. Y algunos creadores corren el peligro de cifrar altas expectativas en el resultado del proceso y perder perspectiva crítica acerca de sus logros.¿Puede un espectador discernir de antemano si lo que va a ver es parte de una legítima experimentación o una provocación destinada a morir en los pliegues de una memoria piadosa? En parte, la respuesta la dará un modesto sentido del gusto. Pero el veredicto definitivo lo dará el tiempo. Paciencia, entonces: algunos de estos ensayos están llamados a germinar el teatro de los días por venir.
Fuente: Clarín
Cynthia Pierce: el teatro como ida y vuelta
No deja de ser simbólico entonces, que nuestra ciudad poblada de grupos independientes teatrales, quienes componen éste (tres mujeres jóvenes) haya elegido Staccato.
Esto por supuesto las compromete en la búsqueda de su expresión dramática y ellas lo asumen con sencillez, humildad y trabajo constante. Para desarrollar ese "destaque" elegirán una obra de un argentino, radicado hace años en España llamado Rodrigo García y escribió, entre otras tantas cosas, "Matando horas".
Cynthia Pierce, María Laura Belmonte y Bettina Giorno desde septiembre de este año en el Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero, ámbito que pertenece a La Gotera, en las calles 13 y 71, y sábados y domingos a las 21.30 y 20.30 respectivamente, estrenaron este espectáculo. El mismo cuenta con la presencia de Víctor Hugo Fernández, quien según la Pierce, hace las veces de vestuaristas, escenógrafos y... "es casi todo lo demás, agrega".
Lo de Staccato parecería no haber sido en vano su elección, ya que en el último Certamen Regional de teatro organizado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, recibió una mención especial "a la rigurosidad estética" que el jurado vió "Matando horas".
Cynthia Pierce, que en esta oportunidad es la directora del producto, viene de haber compartido trabajos con el Grupo Devenir con una serie de espectáculos callejeros.
Claro, que la Pierce también es egresada de nuestra Escuela de Teatro en el año '94. Lo hizo con una obra de Federico García Lorca "Así que pasen 5 años". "Todas nosotras transitamos por la Escuela", recuerda. "Antes hice 2 años de Diseño Gráfico, pero cuando me tocó elegir, fue el teatro, quizás entusiasmada por mi hermana. Desde chica quise ser maestra. El teatro no estaba en mis planes de vida. Soy una agradecida de la escuela porque de cada maestro y aprendí el poder de la elección. Esto lo vi cuando me fui. De la Escuela también me sirvió haber conocido gente".
Cynthia Pierce arriesga en nombre de su grupo que no tenemos grandes ideologías ni pensamientos, pero si sabemos los que nos gusta hacer. Resalta un momento, un sonido en algún momento.
"No pretendemos ser lo mejor sino lograrlo con el trabajo.Esto nos llena de orgullo acota finalmente".
Matando horas, obra que mañana y pasado estrenará la nueva sala de la Filial de Actores de nuestra ciudad de las calles 4 entre 49 y 50, habla sobre las preguntas que en algún momento de la vida se hace una mujer para seguir viviendo.
Cynthia Pierce dice que la pasión por el teatro "no es aquello mágico e intangible que pensamos como producto de ser actrices, sino hacer lo que se quiere en la vida, y esto es lo verdaderamente pasional".
Cynthia Pierce termina hablando sobre lo que para ella es el teatro: "A pesar de ser tan simple y trillado, no es nada más que una forma de comunicación. Alguien que mira, otro que representa y un ida y vuelta variando las formas".
Con la puesta en escena de "Matando horas", la delegación de La Plata de la Asociación Argentina de Actores inaugurará mañana su sala de teatro -foto- que llevará el nombre de "Roberto Arlt".
Asimismo, en la casa de la calle 4 Nº 1331 entre 59 y 60, el patio de los artistas será bautizado en la ocasión con el nombre de "Oscar Sobreiro" y el salón de actos con el de "Ricardo Hidalgo". Otro espacio para los elencos de la ciudad.
Fuente: El Día
jueves, 28 de octubre de 1999
EL FESTIVAL NACIONAL ARRANCA MAÑANA EN CORDOBA El teatro del país
MARTA PLATIA. Córdoba. Corresponsal.
Desde mañana hasta el 6 de noviembre, Córdoba será la sede del Festival Nacional de Teatro. Elencos de 23 provincias tomarán los escenarios de la ciudad y de algunas localidades del interior cordobés. El maratón promete revivir los días de los legendarios festivales internacionales (el último se hizo en el 94) con sede en esta ciudad, que sucumbieron ante la crisis provincial de 1995.Este nuevo evento abrirá el telón con las palabras de Lito Cruz -director nacional de Teatro- y una fiesta plena de murgas, elencos teatrales callejeros, zanquistas, malabaristas y lanzallamas que rodearán el escenario principal frente a la plaza San Martín.A esa ceremonia estaba invitado Eugenio Zanetti -el cordobés que ganó un Oscar por el diseño de arte del filme Restauración-, quien finalmente no estará presente. Desde Los Angeles, donde reside, Zanetti justificó su ausencia porque coincide con la filmación de una película animada, El camino de Janabad, en Vancouver. Zanetti le envió a Lito Cruz una carta para que lea durante la apertura de la muestra, en la que explica que se siente en deuda con Córdoba.Luego de la inauguración, las nueve jornadas de escena en las tablas se abrirán con Ricardo III, de William Shakespeare, a cargo del elenco TUNSE, de Santiago del Estero, en el Teatro del Libertador, y Agosto, de la Comedia Municipal de Catamarca, en el Real.En las noches que siguen estarán: Infierno de San Juan; Pradera en flor, de Neuquén; La casa, de La Rioja; Eclipse, de Córdoba, y Nocturno hindú, dirigida por Gabriela Izcovich, de Capital FederalTambién mostrará lo suyo la gente de Chaco, con El beso; La Pampa, con 008 se va con la murga; Chubut con Aura, y Corrientes con Una carretilla de música.Desde Santa Cruz, el Taller de Arte traerá La historia de Ana Magnani de la Patagonia y su hija Eva; los teatristas de Jujuy Actores de provincia; San Luis, No hay que llorar, y Río Negro, La luz pendular.Pablo Canedo, director de la Agencia Córdoba Cultura -organismo que, con la gobernación de Juan Manuel de La Sota, reemplaza a la anterior Secretaría de Cultura de la provincia- convocó a todos los directores a Capilla del Monte para planear el próximo encuentro.
Fuente: Clarín