La trama argumental gira en torno al reencuentro de dos hermanos en la casa donde se criaron, en un pueblo de provincia. Uno de ellos vive en la Capital y se ha convertido en un hombre exitoso. El otro ha permanecido en su ciudad natal, a cargo de sus padres. La presunta muerte de un integrante de la familia provoca la reunión de los personajes centrales de la pieza. A partir de allí se pondrá en marcha un perverso mecanismo de relación, un juego de humillaciones y mentiras recurrentes, que fueron alimentando viejos rencores, tan viejos como la casona donde se desarrolla la acción.
La estructura dramática de Siete Cabritos pone especial énfasis en la conexión y el estallido de los sentimientos de sus personajes, como dos extremos que se llevan al límite constantemente y que pueden llegar a encontrar sus grises. La problemática conexión afectiva de estos dos hermanos está por detrás de cada uno de los pasajes de la obra. Se mantiene un cierto "tiempo real" que apela, por momentos, a la reconstrucción de algunos puntos oscuros del pasado familiar, incluido un crimen aún no resuelto.
De acuerdo al criterio teatral elegido por Canevaro (director y autor del texto) para el abordaje de la puesta en escena, el trabajo creativo de los actores ocupa un lugar primordial. De hecho, los "estados" de los personajes, que llegan a modificarse en forma vertiginosa, se convierte en el elemento que sostiene los climas por los que pasa la pieza.
En el proceso de gestación de esta nueva propuesta platense se partió de una primera idea de relación entre los hermanos. A partir de allí, por medio de las sucesivas improvisaciones se fue construyendo la estructura escénica y el soporte textual, en un trabajo de edición simultánea de ambas instancias.
Cabe acotar que la música original fue compuesta por Diego Madoery el asesoramiento escenográfico estuvo a cargo de Laura Valencia. La obra se presentará todos los sábados y domingos de junio a las 21 en La Fabriquera.
Fuente: Diario El Día
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