XV Feria de Artes Escénicas de San Sebastián
Deslumbraron al público las propuestas de los elencos polacos de Occasion Dance Theatre y Provisorium
Por Carlos Pacheco Enviado especial
SAN SEBASTIAN.- Lentamente los turistas van llegando a estas playas y la hermosa bahía se cubre día a día de gente en busca del sol y el mar. El paisaje es sumamente bello pero, a sus espaldas, con cuatro funciones diarias, se desarrolla la XV Feria de Artes Escénicas de Donostia-San Sebastián. La programación incluye, en esta temporada, además de una variada selección de propuestas españolas, trabajos que llegan de América latina (la Argentina, Uruguay, Brasil, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Perú) y Polonia, país europeo invitado especialmente.
Ni el calor ni alguna pequeña llovizna son determinantes a la hora de llegar al teatro y los aplausos de los espectadores son intensos cuando se trata de saludar a los diferentes elencos que presentan sus experiencias. Al bello teatro Victoria Eugenia se suman tres espacios más: el teatro Principal y las salas Gazteszena-Egia Kultur Etxea e Imanol Lartzabal de Lugaritz.
Dos propuestas muy diferentes mostraron, hasta ahora, aspectos de la escena polaca contemporánea. La compañía de danza Occasion Dance Theatre presentó D-kod-R , una experiencia en la que cuatro bailarines expusieron, con fuerte intensidad, un mundo personal, íntimo y rico en la proyección de sensaciones. Cuerpos que asomaron mostrando, en penumbra, formas extrañas y que, a poco de ingresar en el campo de la danza, fueron definiéndose, estilizándose, compartiendo rutinas para terminar, en dúos, ampliando sus posibilidades de relación. Una música intensa, en la que se combinaron sonidos y palabras, fue fortaleciendo un diálogo entre la platea y la escena y con mucha profundidad.
En lo teatral propiamente dicho, la compañía Provisorium ofreció Bite the Dust, con dirección de Janusz Oprynski y Witold Mazurkiewicz. La guerra, tema recurrente de la escena polaca, asoma en esta experiencia en dos momentos históricos que aparecen confrontándose: la década del 40 con la Segunda Guerra Mundial y los últimos años de la década del 70.
Cuatro soldados dan vida a un tiempo sombrío en el que se observan las secuelas de la guerra pero, sobre todo, la estructura de un poder militar que inquieta por su inoperancia. Fuertes imágenes fueron construyendo un espacio singular en el que el drama naturalista fue consolidándose y con muy buenas actuaciones.
El área latinoamericana de la Muestra se inició con una potente propuesta de Brasil: de San Pablo llegó Avenida Dropsie . Apoyado en un profundo estudio acerca de la obra del artista Will Eisner, la Sutil Compañía de Teatro ofreció un muy bello planteo escénico sobre la vida de seres que habitan un mismo edificio, primero, y luego un recorrido, breve pero profundo, de las cualidades de aquellos hombre y mujeres que, en una calle, van dejando pequeñas señales a medida que transitan por ella. Nueve magníficos intérpretes dieron vida a múltiples personajes. Avenida Dropsie resulta una síntesis, casi perfecta, entre dos textos emblemáticos del teatro mundial: Escenas de la calle, del norteamericano Elmer Rice y El día que no sabíamos nada unos de otros, del austríaco Peter Handke.
La propuesta uruguaya Mi muñequita (la farsa), de Gabriel Calderón marcó también su sello en escenarios de la Muestra. Esa historia familiar, atractiva y revulsiva a la vez, en la que una joven ve interrumpida su vida a causa de los manejos de unos mayores que le destruyen sus posibilidades de crecimiento normal, quedaron resaltados en un juego creativo, vital, donde el humor ocupó un lugar casi primordial e hizo que la trama se torne de un patetismo inusitado.
Donosita-San Sebastián está por estos días plagada de teatro. Los turistas, agradecidos.
Fuente: La Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario