Juramento. El flamante secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, durante la asunción. El cineasta manejará un presupuesto que ronda los 350 millones de pesos.
CAMBIO DE SECRETARIO: JORGE COSCIA REEMPLAZA A JOSÉ NUN
Se va un politólogo y llega un cineasta para manejar el destino de las artes, las letras y los espectáculos en el ámbito nacional.
Iván Schuliaquer.
La cultura nacional tiene desde ayer nuevo secretario: es Jorge Coscia, quien reemplaza al politólogo José Nun. El cineasta y ex director del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales renunció a su banca de diputado, que vencía en diciembre, para quedar al frente de una cartera que maneja un presupuesto anual de entre 300 y 370 millones de pesos.Coscia nació en 1952, dirigió varios largometrajes y durante su gestión en el INCAA logró la autarquía. Fue elegido diputado por el Frente para la Victoria en 2005 y fue el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara baja. Desde allí, redactó e impulsó un proyecto que genera posturas encontradas: la Ley del Libro, conocida como Ley Coscia y aún sin aprobación a la vista, que establece la creación del Instituto Nacional del Libro, que se financiaría con un aporte de libreros, distribuidores y editores, que luego podrían descontarlo del IVA.
“Mi opinión sobre el cambio es favorable. Creo que Coscia tiene una larga experiencia en la gestión que Nun no tenía”, asegura Silvio Maresca, ex director de la Biblioteca Nacional, quien caracterizó la gestión recién terminada de pobre y carente de visibilidad, y afirmó: “Me parece promisorio siempre que favorezca el debate de ideas amplio” .
EL QUE SE VA. Nun, politólogo, reemplazó en su momento a Torcuato Di Tella, otro intelectual, a quien obligaron a retirarse luego de reiteradas declaraciones polémicas. Entre ellas, estuvo aquella en la que aseguró que la cultura no era prioridad ni para el Gobierno ni para él. Nun había asumido su cargo en noviembre de 2004, avalado por sus pergaminos como uno de los pensadores vivos más lúcidos de la Argentina y desde un primer momento su gestión se distinguió de la anterior por su perfil bajo.
Antes de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta ya se hablaba de la salida de Nun, y durante el último año y medio de su gestión su nombre siempre sonaba a la hora de los cambios en el gabinete. En el último tiempo, el ex funcionario había empezado a solicitar que aumentaran la inversión en Cultura, que en 2007 representaba sólo el 0,23% del presupuesto nacional, mientras en aquel momento, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires dedicaba el 3,83% del suyo. Sin embargo, la pelea por aumentar la partida fue tardía, desde la secretaría no se logró generar ninguna propuesta convocante: el tema no se instaló y nunca llegó a la agenda del Gobierno. La realidad actual muestra que Cultura no llega al 0,35% del PBI, mientras Educación, quizá la contracara en función del aumento presupuestario, ronda, Ley de Financiamiento Educativo mediante, el 6% (12.300 millones de pesos anuales).
En su renuncia, el ex secretario aseguró que su objetivo fue poner “un gran énfasis en la construcción de ciudadanía y en la inclusión social”, impronta de la que surgió quizás el programa más logrado de su gestión: Libros y Casas, que entregó más de 900.000 libros, en 50 mil bibliotecas básicas, a los beneficiarios del Plan de Viviendas en todo el país. Por otra parte, Nun se mantuvo pasivo ante los aumentos desmedidos del precio del papel en la Argentina –donde se vende más caro que en España–, que afectaron el mercado editorial, y quedó relegado en el armado del acontecimiento cultural más importante para la industria editorial nacional: la Feria de Frankfurt 2010, donde la Argentina será la invitada de honor. La participación no depende de la Secretaría de Cultura sino de Cancillería.
El organismo que dirigía Nun, y ahora comandará Coscia, tendrá un rol central para preparar las actividades y celebraciones alrededor del Bicentenario: la conmemoración que desvela al Gobierno actual desde su asunción y para la que falta menos de un año.
Un cineasta con causas judiciales pendientes
La designación de Jorge Coscia llega con polémica: el nuevo secretario de Cultura asume su nueva función con tres causas abiertas en su contra. Una por supuesto enriquecimiento ilícito cuando dirigió el INCAA y dos sobre presuntas irregularidades en el manejo del presupuesto del organismo. El cineasta llegó a manejar 86 millones de pesos anuales allí y en menos de cuatro años habría logrado un considerable crecimiento patrimonial.
Dos de las causas, sobre irregularidades y patrimonio, se tramitan en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, y en una de ellas Coscia fue sobreseído. La otra, acerca del manejo del dinero del INCAA, está en manos del juez federal Claudio Bonadío, que investiga si Coscia manejó en forma discrecional la millonaria caja de créditos y subsidios del INCAA a la industria cinematográfica, un mecanismo indispensable para los cineastas que quieren filmar. La norma permite la entrega directa del dinero por parte de las autoridades del instituto a los cineastas y están bajo la lupa del juzgado unos 300 expedientes sobre ayudas monetarias, por valores que en cada caso van desde los 500 mil pesos a 3 millones de pesos.
En el otro expediente, sobre la evolución del patrimonio, se investiga si Coscia –hacia el final de su gestión en el INCAA– compró una casona en el barrio porteño de Colegiales, en la esquina de las calles Ramón Freire y Teodoro García; otro inmueble en Pinamar; una camioneta 4x4; un automóvil importado, y si fundó una productora audiovisual.
Fuente: Crítica
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