Quién esa chica
Viene a ocupar el trono de estrella corrosiva de Madonna. Juega con su bisexualidad, sus videos son un boom en Internet y los diseñadores top se la disputan. Próximo paso: el cine.
Por T.E.
Todos hablan de ella. Es el producto musical y estético más contundente del momento. Su figura sexy y ambigua despierta pasiones encontradas. Para algunos, es objeto de adoración, aunque no le faltan detractores. Queda claro que genera cualquier cosa menos indiferencia. Es que Lady Gaga hace de la confusión y la provocación una bandera. No en vano le gusta sugerir que es hermafrodita. Y le encanta ostentar su bisexualidad. Lo cierto es que causa delirio entre personas de todos los sexos. Es una suerte de femme fatale posmoderna que pretende reemplazar el espacio de diva corrosiva que dejó vacante Madonna, la reina del pop que ya no tiene juventud para ofrecer.
Sus fans deliran con cada una de sus presentaciones. Con sólo dos discos en su haber (The fame y The fame monster), el fenómeno es mundial. En una actuación reciente en Japón, cuando estaba en plena faena musical y coreográfica, una de sus admiradoras burló la seguridad del concierto e invadió el escenario, ante la mirada atónita de la troupe de bailarines que secunda a la cantante. La fanática sólo atinó a arrodillarse para mostrar ante miles su adoración reverencial por el nuevo ícono pop. La neoyorquina también es furor en el sitio YouTube: el video del pegadizo hit “Bad Romance” ya fue visto nada más y nada menos que 185 millones de veces. Y su vestimenta futurista y excéntrica al máximo genera tendencia: fue tapa de Vogue y los diseñadores top se la disputan para que vista sus diseños.
En la Argentina, se generó a través de Internet una fuerte presión de sus fans para que la blonda cantante visite estas tierras con su gira mundial Monster Ball. Sus temas suenan hasta el hartazgo en todas las discotecas del país. Y el rumor de que actuaría en el estadio de Vélez Sarsfield en junio de este año provocó la ansiedad de sus seguidores, que bombardearon la Web con reclamos encarecidos para que desembarque en el sur. Se llegó a decir que podría visitar otros países de Sudamérica, pero la discográfica (Universal) no confirmó el rumor.
En estas tierras, ya tiene un imitador: nada más y nada menos que el empresario chocolatero y arquetipo del bizarrismo mediático, el inefable Ricardo Fort, hizo su propia versión de “Bad Romance” en el programa de TV Este es el show. Las comparaciones son siempre odiosas.
El éxito de Lady Gaga hizo que apareciera su ex novio, Rob Fusari –que compuso algunos de sus hits y fue su representante– para reclamarle 35 millones de dólares. Fusari jura que creó su nombre artístico y dice que luego del éxito lo dejaron de lado. Ni lerdo ni perezoso, el amante despechado ahora pide su tajada.
Entre el jet set internacional, la muchacha no pasa inadvertida. En los últimos días, Lady Gaga estuvo en boca de Grace Jones, que la criticó por plagiarla. Y Christina Aguilera directamente optó por decir que ni sabe quién es. Por su parte, los Backstreet Boys se animaron a darle consejos sobre cómo debe administrar sus energías –y su dinero–. Es que la joven no descansa ni un minuto: desde noviembre del año pasado no para de dar conciertos alrededor del mundo. Pero, ajena al runrún alrededor de su imagen, Lady Gaga viene consolidando su lugar en el mundo del show business.
En estos días, la satisfacción máxima para la ascendente estrella viene del mundo del cine. Fue la elegida para cantar el tema principal de la próxima entrega de la saga James Bond. Y, según reveló la prensa especializada de Hollywood, Quentin Tarantino la quiere en su próxima película. Aparentemente, el director de Tiempos violentos, Perros de la calle y Bastardos sin gloria es un admirador de su fuerte personalidad. Por eso, quiere que ella simplemente actúe de ella misma: es que el personaje se basaría en la estética y la actitud de la artista. La amistad no es nueva y se puede constatar en los múltiples guiños a la filmografía tarantinesca que Lady Gaga hace en sus videos.
Para la performer, desembarcar en el séptimo arte sería la consagración que le falta. Algo así como cuando Madonna protagonizó ¿Quién es esa chica? en 1987. En esa época, Lady Gaga apenas tenía un año. Al igual que su predecesora, también tiene origen italiano: su nombre real es Stefani Joanne Angelina Germanotta. Pero el mundo la conoce con otro nombre. Y el tiempo dirá si es sólo una moda del momento, o si su arte perdura y entra al sitial de las grandes estrellas de la música.
Fuente: Veintitrés
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