La obra Marathon, de Ricardo Monti, abrirá la temporada el 18 de febrero. “Apostamos a que, con el tiempo, el público venga al teatro no para ver a las figuras de renombre sino porque confía en la excelencia de la programación”, señaló el director Rubens Correa.
Por Cecilia Hopkins
Como es habitual desde que Rubens Correa y Claudio Gallardou dirigen el Teatro Cervantes, la conferencia de prensa realizada ayer no solamente fue destinada a dar a conocer la programación de este año sino a realizar un balance de gestión. En esta oportunidad, Correa volvió a subrayar que, desde agosto de 2007, cuando asumió el cargo, hubo que vencer incontables dificultades de funcionamiento pero que, a la fecha, se encuentran normalizadas todas las direcciones de área, cubiertas por concurso, así como fueron mejorados muchos aspectos relacionados con la seguridad (asistencia médica en el horario de trabajo y bomberos durante las funciones, entre otros). También subrayó que el programa de refacción general del edificio está en marcha: “El Cervantes es un monumento histórico y artístico que estará en condiciones para noviembre, para cuando lleguen al país los reyes de España”, anunció. Por su parte, Gallardou destacó que “desde la crisis que tuvo al Cervantes parado durante 2 años hemos trabajado para su renacimiento: no hemos sufrido ningún recorte presupuestario aunque querríamos contar con un presupuesto mayor”. En ese punto, Correa aclaró que, si bien en 2009 existió un recorte, el mismo fue revertido y que, si el año anterior el teatro contaba con 22.000.000, este año, el presupuesto total será de 27.000.000.
Norma Duek, también presente en la conferencia, anunció que el 9 de junio de este año se realizará la tradicional entrega del premio María Guerrero que, sólo por este año contará con dos estatuillas extra, que serán otorgadas a Alfredo Alcón y Norma Aleandro. Correa subrayó, no obstante, que “el Cervantes no se protege detrás de la figuras reconocidas porque en su programación conviven diversas estéticas, actores conocidos y desconocidos: apostamos a que, con el tiempo, el público venga al teatro no para ver a las figuras de renombre sino porque confía en la excelencia de la programación”, concluyó.
Alejandra Blanco, jefa de Gabinete de la Secretaría de Cultura, destacó que existen semejanzas entre los objetivos del teatro y los de la secretaría: “Desde que asumimos en la gestión –afirmó– la política propuesta mantiene un corte federal que también puede verse con claridad en la programación de este teatro”. Con estas palabras, la funcionaria estaba haciendo referencia a la importancia que el Cervantes le otorga al Plan Federal de Coproducciones, por el cual son realizados anualmente varios espectáculos en diferentes provincias. También se refería al hecho de que las producciones estrenadas en el mismo teatro realizaron en 2009 giras nacionales, desde Jujuy a Tierra del Fuego. Blanco continuó: “Tenemos la obligación de democratizar tanto el acceso a la cultura como la producción de bienes culturales y también tenemos la obligación de crear inclusión”, subrayó. Correa, en tanto, confirmó el éxito del programa de coproducciones, realizado sobre la base de convenios firmados con los organismos de cultura provinciales: “Este es un proyecto mágico –observó– porque todos, actores, directores y público quedan contentos, ya que produce un intercambio muy enriquecedor”.
El 18 de febrero próximo se estrena la primera obra de la temporada, en la sala María Guerrero. Se trata de Marathon, de Ricardo Monti, con dirección de Villanueva Cosse y actuación de Pompeyo Audivert, Luis Campos, María Fiorentino, Iván Moschner y Pepe Novoa, entre otros. “Esta obra está entre los grandes textos de la dramaturgia argentina”, afirmó Correa en una entrevista con Página/12. “No tuvo demasiadas puestas desde su estreno, en 1980, tal vez porque requiere un elenco muy grande y porque el de Monti no es un teatro sencillo.” La obra se desarrolla durante un maratón de baile. Mientras los concursantes danzan sin cesar, un animador presiona y somete a su arbitrio a las parejas, con la excusa de sostener la velada. “Esta pieza tiene características que, en su momento, se referían a la dictadura –opina Correa–, pero la puesta de Villanueva Cosse abre otra lectura, ya que vivimos como sociedad muchos problemas que crearon los gobiernos neoliberales posteriores a la dictadura: de modo que por diferentes razones hoy seguimos y seguimos bailando”, ironizó.
En cuanto a la sala Orestes Caviglia, además de las reposiciones de Un informe sobre la banalidad del amor, de Mario Diament, con dirección de Manuel Iedbavni y Días eternos, de Carlos Pais, con dirección de Gladys Lizarazu, el primer estreno, previsto para julio, será El ahorcado, obra de Stella Camiletti, segundo premio del concurso Obras sobre el Bicentenario, realizado entre el Cervantes, el Instituto Nacional del Teatro y la Secretaría de Cultura de la Nación. La dirección será de Andrés Ba-zzalo. El segundo estreno en la misma sala será Las primas, adaptación de Marcela Ferradás y Roman Podolsky de la novela homónima (galardonada con el primer premio Nueva Novela, de Página/12) de Aurora Venturini, con actuación de Horacio Acosta, Sol Canesa y la misma Ferradás, bajo la conducción del mismo Podolsky. En la sala Luisa Vehil, además de los reestrenos de El misterio de dar, de Griselda Gambaro y Trans-Atlántico, versión de Adrián Blanco y Hugo Dezillio de la novela homónima de Witold Gombrowicz, está previsto el estreno de El bululú, de José María Vilches, con la interpretación de Osqui Guzmán, y La persuasión, de Erika Halvorsen, con dirección de Luciano Cáceres.
Imagen: Rafael Yohai
Fuente: Página 12
No hay comentarios:
Publicar un comentario