AUNQUE FUE RECONSTRUIDO, EL CAFE MANTIENE EL ESTILO DE LA DECADA DEL 20.
Es un proyecto que está en la Legislatura porteña y con el cual se le reconocería su valor patrimonial.
Después de estar 15 años cerrado, el Café de los Angelitos se inauguró en junio de 2007 con una gran fiesta. Desde ese momento, la mítica esquina de Rivadavia y Rincón se volvió a convertir en un ícono del tango, esta vez transformada en una exclusiva confitería diseñada para turistas extranjeros, con shows en vivo y 22 artistas en escena. Ahora, un proyecto en la Legislatura porteña busca reconocerle a este café su valor histórico y declararlo bar notable.
La inclusión del Café de los Angelitos dentro de los Bares Notables fue pedida por el legislador macrista, Patricio Di Stéfano, mediante un proyecto de ley. El valor patrimonial de esta confitería, que está abierta las 24 horas, se ajusta a los criterios establecidos en la Ley 35 que establece que serán incorporados al catálogo los comercios cuya "antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio." Ahora, esta iniciativa deberá ser tratada por la Legislatura porteña.
El Café de los Angelitos fue muy visitado por Carlos Gardel, quien durante mucho tiempo vivió a la vuelta de Rivadavia y Rincón. También era muy concurrido por otros personajes populares, como Florencio Parravicini y Alfredo Palacios. Tras su fundación, en 1890, atravesó por diferentes crisis que lo obligaron a cerrar en reiteradas ocasiones. Pero desde hace dos años el Café de los Angelitos dejó de ser una promesa: se invirtieron casi dos millones de pesos para renovarlo y se diseñaron dos salones con capacidad para 450 personas. Aunque prácticamente se volvió a construir, el café mantiene el estilo de la década del 20, con sus techos altos, ventanales y escaleras de madera. El punto fuerte de esta confitería es el tango, y cuenta con espectáculos muy tradiciones, pero que, en su mayoría, son presenciados por turistas extranjeros. Además del espacio destinado para el café y el escenario, Los Angelitos tiene un museo itinerante.
Fuente: La Razón
Después de estar 15 años cerrado, el Café de los Angelitos se inauguró en junio de 2007 con una gran fiesta. Desde ese momento, la mítica esquina de Rivadavia y Rincón se volvió a convertir en un ícono del tango, esta vez transformada en una exclusiva confitería diseñada para turistas extranjeros, con shows en vivo y 22 artistas en escena. Ahora, un proyecto en la Legislatura porteña busca reconocerle a este café su valor histórico y declararlo bar notable.
La inclusión del Café de los Angelitos dentro de los Bares Notables fue pedida por el legislador macrista, Patricio Di Stéfano, mediante un proyecto de ley. El valor patrimonial de esta confitería, que está abierta las 24 horas, se ajusta a los criterios establecidos en la Ley 35 que establece que serán incorporados al catálogo los comercios cuya "antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio." Ahora, esta iniciativa deberá ser tratada por la Legislatura porteña.
El Café de los Angelitos fue muy visitado por Carlos Gardel, quien durante mucho tiempo vivió a la vuelta de Rivadavia y Rincón. También era muy concurrido por otros personajes populares, como Florencio Parravicini y Alfredo Palacios. Tras su fundación, en 1890, atravesó por diferentes crisis que lo obligaron a cerrar en reiteradas ocasiones. Pero desde hace dos años el Café de los Angelitos dejó de ser una promesa: se invirtieron casi dos millones de pesos para renovarlo y se diseñaron dos salones con capacidad para 450 personas. Aunque prácticamente se volvió a construir, el café mantiene el estilo de la década del 20, con sus techos altos, ventanales y escaleras de madera. El punto fuerte de esta confitería es el tango, y cuenta con espectáculos muy tradiciones, pero que, en su mayoría, son presenciados por turistas extranjeros. Además del espacio destinado para el café y el escenario, Los Angelitos tiene un museo itinerante.
Fuente: La Razón
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