Autoría: Alejandro Catalán, Omar Fantini, Luis Machín Dirección: Omar Fantini Elenco: Alejandro Catalán, Luis Machín Asistencia general: María de los Angeles Salvador Prensa: Simkin y Franco. Este espectáculo formó parte del evento: III Festival Internacional de Buenos Aires Este espectáculo formó parte del evento: Festival de Teatro Rafaela 2005. El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, Teléfono: 4862-0655. Web: http://www.elcamarindelasmusas.com.ar Entrada: $12,00 / $6,00 - Sábados - 23:30 hs Finalizó funciones en 2005
Primero una gran caja de cartón en medio de un escenario negro. La miramos durante un largo tiempo esperando ver los cuerpos a los que pertenecen las voces que escuchamos salir de ella. Por fin vemos a dos hombres salir (Luis Machín y Alejandro Catalán): ellos conviven en esta caja y están obsesionados por el mal funcionamiento de un artefacto de uso cotidiano, disfunción que modificará por completo sus relaciones.
Uno de ellos intenta repetidas veces encontrar una señal que no aparece, cuando lo hace se sostiene pocos segundos, mientras el otro se regocija y mira. Lo sorprendente es que, a pesar de que ambos quieren ver, el que mira siempre es el mismo. Lentamente la obsesión de ambos incrementa a tal magnitud que se torna la nuestra. Queremos que vean algo, queremos ver qué es lo que quieren ver. Nos vamos inclinando en los asientos para acercarnos a la caja, pensando que así descubriremos lo que oculta, pero, como ellos, fracasamos. Repentinamente, un cortocircuito y uno de los dos personajes desaparece en la oscuridad, en el vacío. Sólo se escucha su voz, ya no se controla a sí mismo, repite lo que ve, nos relata. Y, mientras él no logra salir de aquella oscuridad en la que está inmerso a pesar de los repetidos intentos, su compañero sufre su soledad e intenta ayudarlo.
Catalán y Machín realizan un excelente despliegue de recursos actorales, con una fuerte línea en la búsqueda de unión entre lo corporal y lo narrativo, dejando entrever la formación que ambos tuvieron en el Sportivo teatral de la mano de Ricardo Bartís. Ambos llevan al extremo sus potencialidades, sus herramientas actorales, manifestando sus contrastes y construyendo personajes disímiles y complementarios. Constantemente buscan cambios de ritmos en los cuerpos y sus relaciones, juegan con los pocos objetos que tienen escena como recurso de búsqueda de elementos heterogéneos para una historia que claramente no es lo central en la puesta.
De esta forma generan vínculos diferentes con el público. Machin, con un lenguaje actoral cruel y violento penetra abruptamente tanto en su compañero como en el espectador, y nos sumerge en su desesperación cuando relata las situaciones que ve dentro de esta otra dimensión en la que cae. Por su parte, Catalán construye un personaje con un alto grado de inocencia y de entrega, permitiéndonos acceder a él con mayor facilidad. Estas claras diferencias no los hacen dicotómicos, ya que se necesitan constantemente, se retroalimentan, no son polos de un mismo segmento sino que están vinculados en todos los aspectos. Ambos están en un alto grado de desesperación y en soledad; son inseparables: en el momento en que uno deje de existir el otro también lo hará.
Catalán y Machín recrean una actividad característica de nuestra vida cotidiana: somos prisioneros de una “caja boba” que nos absorbe y en la que nos perdemos. Durante la mitad de la puesta no pude dejar de pensar en la relación que establecemos con la televisión, de la que somos prácticamente esclavos, en tanto continuamente busca definirnos y sin la cual muchos de nosotros nos sentimos “solos”. Parecería que Cercano Oriente es una clara parodia a esto que nos pasa; todos somos chupados por esa caja, aunque nos resistamos.
Cercano oriente (la caja).- Mañana a las 20 y 22, en La Fabriquera, 2 Nº 477, dramaturgia y dirección de Omar Fantini. Entradas $8 y $5.(18 junio 2004)Fuente:imaginacionatrapada
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